Debo ser yo quien no se ha explicado. Sucintamente: los sucesores de los primeros reyes de León y de Castilla, de Aragón y de Navarra fueron los Borgoñas, luego los Trastamaras, luego los Austrias y luego los Borbones. Es decir: la dinastía es, en realidad, una. De eso se trata, decía, la Monarquía hereditaria.
Sucesores colaterales de las antiguas dinastías (ahora uso la palabra en sentido particular) hay decenas, puede que cientos de miles. Basta con que cada uno le eche un vistazo a su árbol genealógico: en cada generación los antepasados se multiplican geométricamente. (Mucho más atrás vuelve a reducirse, por supuesto: hasta Noé. Pero de esas remotas generaciones no suelen conservarse los detalles).
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