DOÑA TODA DE LARREA... NOVELA DE NAVARRO-VILLOSLADA




NOVELA HISTÓRICA DE NAVARRO VILLOSLADA.
En la imagen, D. Francisco Navarro Villoslada, eminente intelectual tradicionalista del siglo XIX.


Puedo imaginar que, debido a las vacaciones, muchos de nuestros asiduos lectores podrán pensar que el Maestro Gelimer se encuentra de viaje de placer; pues bien es verdad que apenas tengo tiempo de alimentar este blog. Otros compañeros de blog sí que se encuentran vacacionando, terminando las merecidas vacaciones para recuperar fuerzas y emprender un nuevo curso muy pronto.
Otras ocupaciones mucho más importantes me demandan, y siento no poder actualizar el blog como merecen sus lectores -tanto partidarios, simpatizantes o antipatizantes; que para nosotros es lo mismo, dado que a todo lector le agradecemos que se detenga en este descansadero del camino para echar un ojo a lo que pensamos o nos sugieren los aconteceres del humano vivir. Esperemos que, poco a poco, las cosas se vayan encauzando y logremos ofrecer a diario el testimonio de que seguimos en la brecha, combatiendo por Dios, la Patria y la Santa Tradición.
Hemos descubierto recientemente que hace unos años se publicó una novela inédita de uno de nuestros escritores preferidos -Francisco Navarro Villoslada (1818-1895), a cargo del mayor especialista en este literato tradicionalista: nos referimos a D. Carlos Mata Induráin; la novela: "Doña Toda de Larrea o la Madre de la Excelenta". En el estudio introductorio, Mata Induráin da noticia de que el legado literario del Solitario de Viana se encuentra, desde 1995, atesorado en la Biblioteca de Humanidades de la Universidad de Navarra, puesto a disposición de los estudiosos merced a la generosidad de los descendientes del egregio escritor navarro: los Sres. Sendín Pérez-Villamil (Doña Teresa, Don Juan y D. Mariano). Justo es reconocer a los herederos del literato la generosidad con que han puesto esa herencia espiritual en una de las más prestigiosas universidades españolas.
El argumento de "Doña Toda de Larrea" tiene todos los condimentos necesarios para mantenernos en la intriga, y Navarro Villoslada caracterizó magníficamente la época en que transcurre la acción -con base histórica: en la Edad Dorada de los Reyes Católicos. Su escenario es el otoño de la Edad Media en un Bilbao pueblerino -en el más noble sentido de esa palabra. No queremos contar de lo que va la novela, para así, toda vez que la invitamos a leer, no desvelemos la trama. Pero, gustosos de haberla encontrado -por mucho que se publicara ha tiempo- sí que nos han preñado de nostalgia aquellas Vascongadas, leales a Isabel y Fernando, artífices de la Reconstitución de España. Nostalgia también nos ha producido esos tiempos hermosos en que los Reyes -esos Reyes Católicos- todavía respetaban la integridad de sus pueblos, jurando sus Viejas Leyes, reafirmando sus prebendas y privilegios y ganándose así el amor de sus súbditos siempre leales a quien los reconocen en su ser. Reivindicación de los Fueros, pues, en una época -esa en que escribió Navarro Villoslada- en que el liberalismo descoyuntaba España sojuzgando la pluralidad de sus pueblos a la centralización jacobina. Cuadro de época también que nos muestra las ancestrales costumbres vasconas... Congrua ocasión, pues, para desmitificar mentiras nacionalistas de odios que nunca existieron, y que si hoy existen es por el desaguisado que supusieron nuestras derrotas -las de la Santa Causa- en el siglo XIX.
Capítulo magnífico es el tercero, intitulado "En que Martín López de Munguía sirve de cicerone durante la romería a la Virgen de Begoña", y que comienza con estas palabras de su autor: "Nada puede dar más cabal idea del pueblo vascongado que una romería". Hospitalidad, franqueza, nobleza de aquellos antiguos vascos, todavía impolutos y sin corromper por delirios modernos y nacionalistas.
La descripción de aquella romería de 1483, evocada por Navarro Villoslada, alcanza cotas líricas que nos han emocionado al pintar el paisaje de la tierra más bella del mundo: Euscalerría, con sus bosques, sus montes y sus caseríos. Y hemos vibrado de emoción cuando leemos al escritor carlista, una vez que con amor se detiene en el comento de las usanzas y tradiciones venerandas del pueblo vascongado. Por ejemplo, leemos sobre el "respeto": "Aquí el respeto de los muchachos principia por el padre de familia llamado echecojauna, señor de casa, y acaba por el señor del país, a quien vosotros llamáis rey, o por mejor decir, acaba por el Señor de lo Alto, Jaungoicoa, único nombre que aquí damos a Dios. Señor es el padre, señor el rey, señor es Dios".
Música de silbo y tamboril -hoy dicen "txistu"- en aquel ermiterio en las cercanías de la villa de Bilbao. El vasco que acompaña a los dos caballeros castellanos -uno burgalés y el otro riojano- retrata así las virtudes de un pueblo fuerte:
"...Un casero no tiene más roce y comunicación con sus vecinos que los domingos en la misa de la parroquia. De aquí la pureza inalterable de sus costumbres; de aquí la necesidad de esas grandes reuniones populares al aire libre, y alrededor del santuario que los atrae con la voz de la religión, y donde los jóvenes se ven, se comunican, se divierten juntos un solo día y se separan tiernos enamorados, para convertirse luego en fieles esposos."
En definitiva, la novela que permaneció inédita hasta que la prepara Carlos Mata Induráin es una muestra más del asombroso legado cultural del tradicionalismo, silenciado y ocultado por nuestros enemigos de siempre; los mismos que, tras siglos de propaganda, casi han conseguido salirse con la suya cuando el común de los españoles da por sentado que la Cultura es cosa de las izquierdas (?), cuando se identifica "Cultura" con presuntos productos "artísticos", fruto de la degeneración revolucionaria anticristiana y antiespañola... Esterilizadora del espíritu. La Cultura, para serlo, tiene el sello de autenticidad... Es tradicionalista.
FICHA BIBLIOGRÁFICA:
"Doña Toda de Larrea o la Madre de la Excelenta", Francisco Navarro Villoslada, Edición de Carlos Mata Induráin, Clásicos Castalia, Madrid, 1998.


Maestro Gelimer

LIBRO DE HORAS Y HORA DE LIBROS