LA CONJURA DE SIBONEY
LA CONSPIRACIÓN MASÓNICA DE LOS INSURGENTES CUBANOS CONTRA ESPAÑA
Ambientada en el período de la Guerra Grande de Cuba (1868-1878), La conjura de Siboney narra las peripecias del teniente Castillo, destinado a aquella isla caribeña en 1874 para ponerse al frente de una sección de la Guardia Civil en Puerto Príncipe (hoy Camagüey). Con el telón de fondo de las intervenciones armadas en que toma parte contra las partidas de mambises y bandoleros, ante el lector se va presentando, con vivo realismo y un extraordinario manejo de la documentación, el ambiente que el joven oficial se encuentra a su llegada a Cuba, agotada por una larga guerra: las ciudades con decadente sabor colonial, la variopinta población, los combates en la manigua o la situación de un ejército aquejado de mil carencias y acosado por las enfermedades tropicales.
Más tarde, el protagonista es ascendido a capitán. Gracias al prestigio granjeado durante la campaña, es enviado en comisión de servicio a Sancti Spíritus al mando de un pequeño equipo de colaboradores. Allí investigarán una extraña trama que ha provocado el asesinato de varios hacendados cubanos que estaban dispuestos a terminar con el esclavismo concediendo la libertad a sus trabajadores negros. Las sociedades secretas de los ñáñigos, las logias masónicas que comenzaban a proliferar y los propios grupos insurgentes pasarán a estar en el punto de mira de los investigadores.
El lector de encontrará ahora frente al ambiente de opulencia todavía existente en las grandes haciendas del Valle de los Ingenios y el contraste con la dura vida que arrastran los esclavos de los bateyes; los contactos de los rebeldes en el exilio de Cayo Hueso y las remesas clandestinas de armas o las labores de espionaje en Nueva York. Pero también las controversias políticas de la época, en cierto modo reflejo de las de la Península, y la hipocresía de una sociedad en la que hay mucho de doble moral. Al margen de sus compañeros de armas, pocas personas se harán dignas de la confianza del capitán Castillo y sus hombres, que se enfrentan a una hermética organización, aunque más próxima a ellos de lo que imaginan. Sobre ella planeará la sombra de la trama cubana que participó en el asesinato del general Prim y que no descansará hasta cometer un nuevo magnicidio. Esto hará que al final se precipiten los acontecimientos, dando lugar a un desenlace tan trepidante como inesperado.
El autor de esta novela, D. Eduardo Martínez Viqueira, tiene sobrados méritos militares, así como diversas publicaciones, entre las que destaca otro libro en su haber: Recuerdos de Irak.
Título: LA CONJURA DE SIBONEY
Autor: Eduardo Martínez Viqueira
Editorial: De Librum Tremens Editores. Madrid, 2010. 483 págs.
ISBN: 978-84-15074-06-9
Información extraída del blog: LA CAZOLETA DEL ARCABUZ
Maestro Gelimer
LIBRO DE HORAS Y HORA DE LIBROS
Estimado Hyeronimus:
No se equivoca Eduardo Martínez, los Tres Puntos jugaban a dos puntas, por un lado inspiraban a la monarquía saboyana, llevándola a los mayores extremos en una dureza represiva nada buena y por el otro respaldaban al movimiento revolucionario...
Y como siempre, detrás de todo, la plutocracia cartaginesa mesiánica calvinista jacobínica de los norteamericanos, también respaldada por las logias...
No hay nada nuevo en la viña del Señor...
Lo que antes fue el "invento" del Maine, ( ver el informe del Almirante norteamericano Hayman Rickover, id. Allen Thomas, "Recuerdan al Maine?", en National Geographic, VOl. 2, N* 2, año l976, id. Plaza, "Al diablo con España", entre otros)
Mas tarde la "prefabricacion" de Pearl Harbour ( ver: Almirante Teheobald y Almirante Kinmel, "El secreto final de Pearl Harbour", entre otros), pretexto que les sirvió para entrar en guerra contra Europa...
Y actualmente el "invento" de las armas químicas en Iraq, para invadirlo, destruirlo y generar un conflicto que exacerbe el enfrentamiento de los Árabes con Europa, y quedarse con su petroleo...
Pero la culpa no es de ellos, sino nuestra, porque en definitiva, se han impuesto las fuentes de cultura "nomades", por sobre las nuestras...
Y como no va a ser así, si se pregona a vos en cuello que son nuestros "hermanos mayores"...
No es que ellos avancen... es que nosotros retrocedemos!!!
Cordiales saludos.
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