RAFAEL ALBERTI EL DESMEMORIADO
JOSÉ MARÍA HINOJOSA LASARTE
Canción final A Rafael Alberti
Y qué se me importa a mí,
que la helada se deshiele.
Y qué se me importa a mí,
que los pájaros no vuelen.
Y que los barcos más barcos,
solo por la mar naveguen.
Si tengo en ciernes un campo
de margaritas de nieve.
Este poema es del poeta malagueño José María Hinojosa Lasarte (Campillos, 1904 - Málaga, 1936). Poeta convenientemente olvidado de la Generación del 27, compañero de Rafael Alberti y de Federico García Lorca. Como Alberti, José María Hinojosa fue un activo militante político (pero en el Carlismo); como García Lorca, José María Hinojosa fue una víctima mortal de la barbarie (pero a manos de las milicias frentepopulistas). Sin embargo, ni José María Hinojosa es famoso por sus poemas, como lo es Alberti; ni José María Hinojosa es famoso, ni siquiera por su terrible muerte, como lo es García Lorca.
Durante más de tres décadas, la "cultura" y la "enseñanza" en nuestra España han sido confeccionadas con el mayor de los sectarismos. Nadie culpe a Rodríguez Zapatero de hacer a las claras lo que todos han hecho a la chita callando, y lo que ha consentido la derecha liberal y aséptica de los gobiernos de Adolfo Suárez y José María Aznar. Todos han contribuido a hacernos pensar que la cultura, la única cultura española, a la fuerza tenga que equivaler a la creación artística de todo aquel artista que sea posible de reivindicar por la izquierda.
Gracias a un artículo imprescindible publicado en El Matiner Carlí (José María Hinojosa Lasarte: Tradición política y Vanguardia artística), sabemos que José María Hinojosa fue el poeta que fue y el mártir que es. Pero a José María Hinojosa Lasarte pocos lo quieren recordar. Por eso, hemos de ser nosotros los carlistas los que lo recuerden. Y es que la memoria falla. Incluso le falla a uno de aquellos a los que reclama la mal llamada "Memoria Histórica" de las izquierdas revanchistas: Rafael Alberti.
Al comunista Rafael Alberti le dedicó el carlista José María ese bello poema que habla de un campo de margaritas en ciernes. Era otro tiempo, cuando todavía no se habían abrazado los unos contra los otros en un abrazo de muerte. Pero, hemos de decir que a Rafael Alberti le fallaba la memoria, o prefiere reconstruir el pasado a gusto de sus intereses políticos.
En sus famosas memorias, publicadas bajo el título "La arboleda perdida", Alberti nos dice que -acompañado de José María Hinojosa- fue a visitar a Juan Ramón Jiménez. Y entonces da una superficial y equívoca pincelada del poeta (amigo en la poesía, enemigo en la política), diciendo: "José María Hinojosa, "el vívido, gráfico poeta agreste", hijo de ricos hacendados malagueños, caído bajo las balas de sus propios campesinos en las confusas horas iniciales de la guerra civil".
Y entonces, aquí empieza la cosa: O poco sabía Alberti del triste final de José María, lo cual indica una imperdonable negligencia para con la relación más grande que pueden tener los hombres: la amistad. O es que Alberti prefiere falsificar los hechos reales, cargando las tintas sobre la condición de "rico hacendado" de la familia Hinojosa (como si la hacienda fuese un delito; cosa muy comunista) y como si, por ser rico, los propios "campesinos" de Hinojosa lo hubieran asesinado por una supuesta opresión que ejerciera el rico/malo sobre los pobres/buenos, todo ello envuelto en la confusión de las "horas iniciales" del conflicto.
Veremos que todo eso que "recuerda" el desagradecido Rafael Alberti es, simplemente, una mentira diseñada según los parámetros del "morbo marxista" (el marxismo es una enfermedad mental y un mal que arraiga en el alma).
El carlista José María Hinojosa Lasarte era abogado de profesión, con bufete propio en Málaga y defendía, nos recuerda El Matiner Carlí, "de modo desinteresado y voluntario a las gentes más humildes de su pueblo, Campillos. Uno de sus triunfos más importantes fue la absolución ante el Tribunal Supremo de varios vecinos de Campillos acusados injustamente de tenencia ilícita de armas durante los disturbios provocados por la huelga revolucionaria de 1934."
Queda por averiguar la condición política de aquellos a los que defendió por tenencia ilícita de armas en 1934: ¿serían anarquistas? ¿comunistas? ¿socialistas? ¿carlistas? El investigador que quiera esclarecer la verdad histórica y biográfica de este poeta silenciado tiene aquí un buen filón donde hincar el diente.
Santiago Carrillo, Dolores La Pasionaria y Rafael Alberti, reinsertados en la transición democrática hasta la exaltación cívica
Pero no queda ahí la cosa. D. José María fue un hombre comprometido con su tierra y sus vecinos, haciendo todo lo que está en su mano para mejorar el servicio de aguas a muchos munipios andaluces. Nos dice El Matiner Carlí: "También destacará como gestor técnico durante el periodo al frente de la Delegación del Gobierno en los Servicios Hidráulicos del Sur de España, llevando multitud de obras públicas, en una gestión impecable, a multitud de pueblos andaluces."
D. José María no es, pues, una especie de terrateniente despótico que se mereciera -por un suponer- las balas de sus oprimidos jornaleros que justicieramente se revolvieron contra él en los inicios del conflicto armado de 1936.
Veamos de qué manera sucumbe el poeta José María Hinojosa.
Tras el 18 de julio de 1936 es encarcelado por ser notorio su posicionamiento en las filas del carlismo. Con él serán encarcelados su padre, su hermano y el familiar de otro miembro del 27: un hermano del poeta Manuel Altolaguirre. Son llevados a la Prisión Provincial de Málaga. Por lo tanto, no están en Campillos, el pueblo donde hemos de suponer que la familia Hinojosa tenía sus bienes raíces. El 22 de agosto de 1936 la aviación nacional bombardea y la milicianada anarquista, furiosa, asalta la cárcel política, para represaliar a los presos políticos que allí tienen recluidos la II República. Después de ser vilmente torturados, el medio centenar de presos es llevado a las tapias del Cementerio de San Rafael de Málaga, donde son pasados por las armas.
Así fue como terminó la vida de D. José María Hinojosa Lasarte, poeta carlista de la Generación del 27 (que, por carlista, es ignorado en los manuales de texto de Historia de la Literatura, donde sí tiene su lugar Federico García Lorca o el amnésico Rafael Alberti).
No cayó, como quiere Alberti: "bajo las balas de sus propios campesinos"; pues José María Hinojosa fue fusilado en la capital de su provincia, y no en el pueblo donde vivían los jornaleros que trabajan las posibles tierras que pudiera tener la familia Hinojosa. José María Hinojosa fue asesinado, como los cincuenta mártires que cayeron con él, por la única razón -irrazonable- que era válida para los camaradas de Rafael Alberti: la de tener Dios y Patria.
Y que Rafael Alberti llame memorias a lo que escribe en "La arboleda perdida" es tan presuntuoso y ofensivo como hacer una ley sobre las bases del resentimiento y el olvido selectivo.
Recomendamos la lectura de El Matiner Carlí, pinchando en el enlace que más arriba hemos puesto cuando citamos el artículo por su título entre paréntesis. E invitamos a recuperar la poesía de José María Hinojosa Lasarte, para hacerle justicia a su meritoria labor poética, reclamándolo como parte del acervo cultural carlista.
Duque de Montemor-o-Velho
LIBRO DE HORAS Y HORA DE LIBROS
Gracias Hyeronimus
Por desgracia no es el único desaparecido de la literatura española. Le acompañan Pemán, Muñoz Seca y tantos otros...
Al menos tiene artículo en la wikipedia José María Hinojosa - Wikipedia, la enciclopedia libre
Actualmente hay 1 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 1 visitantes)
Marcadores