Fueros (II)





Yo bien sé Patria querida,
que en la senda de la gloria,
mas que lograr la victoria
es fácil perder la vida;
pero antes que envilecida,
sucumbir a torpes mañas,
jura contrastar las sañas
de quien te persigue aleve,
tumba abriéndote en la nieve
que corona tus montañas.



Morir es mejor
que humillarse a vil sentencia,
arrastrando una existencia
de oprobio y deshonor;
suple al número el valor,
vence a la fuerza el derecho,
y si el río en cauce estrecho
sus aguas al fin desborda...
¡aumente su ira la sorda
tempestad de nuestro pecho!


¿En las Españas nacimos
y por sus fueros luchamos,
para huir como los gamos
porque el látigo sentimos?
¿Otras veces no vencimos?
Pues más vencerán ahora
los que con fe redentora
a mantenerlos se apresten,
y con su grito contesten
al de la Patria que llora.
Llora, y no porque venza
el vil interés su pecho;
es que a herirla en su derecho,
tirano poder comienza.


Miro pues tu aflicción,
recordando tiempos mejores,
y me arrancan tus clamores
pedazos del corazón.
Tu antiguo y noble pendón
injuria el vil interés,
mas vana la injuria es,
si con bríos soberanos,
quien supo alzarte en sus manos,
sabe morir a tus pies.


Olóriz

EL BANDIDO REALISTA