A mi entender, Pio Moa parece todavía caer en el error de identificar absolutismo o despotismo ilustrado con carlismo, cuando en realidad los ministros ilustrados son los antecesores ideológicos de los revolucionearios liberales (tanto moderados como exaltados), mientras que el carlismo recogía la herencia política foral española (Pio Moa lo llama tradición democrática española).

A su vez, no parece ver que la hispanofobia (o el odio a la Historia española en general, y a su Tradición política en particular) es un fenómeno connatural a todo revolucionario español, es decir, no sólo a los liberales exaltados o a los socialistas sino también a los liberales moderados y a los católicos liberales.

Los tradicionalistas no legitimistas ciertamente no odian la Historia española, pero son los tontos útiles de los liberales moderados en su lucha contra el tradicionalismo legitimista, único verdadero heredero de la Tradición política española multisecular y única auténtica oposición contra la Revolución anticatólica y antiespañola.