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Tema: Pío Moa: acerca de la "Memoria Histórica"

  1. #1
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    Post Pío Moa: acerca de la "Memoria Histórica"

    EN LA PRESENTACIÓN DE SU ÚLTIMO LIBRO
    Pío Moa: La Memoria Histórica está hecha por quienes "se identifican con los criminales"

    El historiador y escritor Pío Moa ha asegurado que la Ley de la Memoria Histórica está hecha "por gente que se identifica con los criminales" y lamentó que se esté reconstruyendo una historia falsa de la época franquista. En un desayuno informativo durante el cual presentó su último libro, "Años de hierro. España en la posguerra 1939-45", argumentó que la citada norma es una "falsificación radical" que consiste en "hacer creer que el Frente Popular representaba la democracia".

    LD (EFE) Con su último libro, Moa intenta dar luz a los años de la posguerra y "desmitificar" las tesis que mantienen algunos libros de historia. En este punto, destaca que durante esa época la gran mayoría de la población española "estaba contenta" con el régimen franquista y aporta como prueba que "no había una oposición democrática a Franco".

    En su opinión, la población española estaba optimista, "y más si se comparaba con lo que pasaba en Europa", envuelta entonces en una guerra mundial.

    El historiador valora en su libro la decisión de Franco de mantenerse neutral ante el conflicto bélico y considera que la política franquista estuvo marcada "por asegurar que España no sufriera demasiado y saliera indemne".

    Moa también afirmó que las cifras que se dan actualmente de la guerra civil son exageradas, ya que, según dijo, el número de fallecidos en el frente y en retaguardia fue de 300.000, "y esa cifra no responde a una guerra especialmente sangrienta".

    Los muertos por la represión franquista

    Además, informó de que durante la represión franquista el número de condenas a muerte fue de 50.000, pero la cifra de personas realmente ejecutadas ascendió a 25.000.

    De esta forma, Moa está convencido de que las cifras actuales que calculan en 200.000 los muertos durante la represión son "falsas", "pura propaganda, que ha primado para crear emocionalidad".

    Moa analiza en su libro "unos años muy complejos, llenos de vida y muerte, y de intenso dramatismo" y recuerda que en ese período de la División Azul y del mercado negro "también se compusieron las novelas españolas quizá más importantes del siglo XX" y fue también una "época dorada de la música, de la poesía y del humor".

    http://www.libertaddigital.com/index...cpn=1276316404
    Valmadian, ALACRAN y Pious dieron el Víctor.



    Imperium Hispaniae

    "En el imperio se ofrece y se comparte cultura, conocimiento y espiritualidad. En el imperialismo solo sometimiento y dominio económico-militar. Defendemos el IMPERIO, nos alejamos de todos los IMPERIALISMOS."







  2. #2
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    Re: Pío Moa: acerca de la "Memoria Histórica"

    Hasta el propio Paul Preston, historiador en la órbita socialista, era contrario a la Ley sobre Memoria Histórica de Zapatero. Como no comparto casi nada, aquí dejo solo su opinión estricta del tema en 2007 en una entrevista a ABC:

    Como especialista en la Guerra Civil española y en los avatares posteriores de España, el historiador inglés Paul Preston cree que el actual clima de crispación política son «burbujas en la superficie», algo transitorio y fomentado en parte por determinados medios de comunicación que no refleja el común sentir de los españoles. Profesor Príncipe de Asturias de Estudios Españoles Contemporáneos en la London School of Economics, Preston considera que la memoria histórica debiera ser sobre todo tarea de los historiadores y no objeto de ninguna ley. Es autor de libros sobre la Guerra Civil, Franco y el Rey Juan Carlos I y ahora llega a las librerías «Idealistas bajo las balas».

    ...

    -¿Qué le parece la Ley de Memoria Histórica impulsada por el Gobierno?

    -Lo de la ley es muy complicado. A mí, personalmente, me resulta muy incómodo que se empiecen a hacer leyes sobre estas cosas. Creo que estaría mucho mejor hacer leyes sobre asuntos como los archivos, con el fin de que estén abiertos, bien cuidados y resulten de acceso libre. Por otro lado, como parto de la base de que el golpe de Estado del 36 fue ilegítimo y por tanto para mí la inmesa mayoría de los procesos que se hicieron fueron ilegítimos, sí estaría a favor de anular las sentencias, porque además los procesos no tenían ninguna base jurídica. Pero en general pienso que se trata de algo muy dificil, como ha quedado claro en países donde ha habido comisiones de la verdad, como en Argentina, Chile o Sudáfrica. En realidad, tengo sentimientos muy ambiguos: apoyo el deseo de justicia de los familiares que no saben lo que les pasó a los suyos, pero también entiendo que hay que ser muy cauteloso en el ambiente actual de España. Si de mí dependiese, yo no habría hecho esa ley, pero yo soy un extranjero sin voz ni voto.

    -¿Determinar la verdad histórica no debería ser más bien una tarea de los historiadores?

    -Lo que tenemos con la Guerra Civil es una herida que no cicatriza, pero creo que es cuestión de dejar salir el veneno, y eso no es para siempre. Creo que eso en dos o tres años habrá pasado y que la Guerra Civil habrá llegado a ser territorio de historiadores y no de polémicas interesadas, que es lo que tenemos ahora.

    -...

    -¿Por qué cree que el Gobierno impulsa el debate sobre la memoria histórica?

    -Todo lo referido a la memoria histórica empieza tiempo atrás. Hubo excavaciones de fosas muy esporádicas a partir de 1977 y 1978. Lo que salió como gran noticia fue hacia 2000 o 2001, con los esfuerzos del sociólogo Emilio Silva por la exhumación de su abuelo. Ahí estuvo el comienzo de las agrupaciones de memoria histórica. Paralelamente a eso, la Iglesia promovió la beatificaciones de los mártires de la guerra. Y por esas fechas se publicaron los primeros libros de Pío Moa. Escritos con mucha inteligencia, éstos venían a repetir lo que había sido la base de la justificación franquista del alzamiento y reducían el número de víctimas en los sitios emblemáticos. Todos los ingredientes estaban ahí antes del cambio electoral después del 11-M. Lo que pasa después es que hay quien debe pensar que hay ventaja electoral en todo esto...

    http://www.abc.es/hemeroteca/historico-22-04-2007/abc/Nacional/si-de-mi-dependiese-yo-no-habria-hecho-nunca-una-ley-de-memoria-historica-como-la-espa%C3%B1ola_1632677127809.html
    Última edición por ALACRAN; 11/04/2018 a las 15:33
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    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
    Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)

  3. #3
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    Re: Pío Moa: acerca de la "Memoria Histórica"

    Interesantes matizaciones a la Ley de Memoria Histórica del jurista D. Sigfredo Hillers de Luque. Debido a la mezcolanza de temas que suele introducir en sus artículos, extraigo lo que hace al caso.

    El legado de Franco: Análisis jurídico y político de la nefasta Ley de Memoria Histórica

    ...
    Es de destacar que esta Ley de la Memoria Histórica, muy oportunamente, se proclama legítima sucesora y continuadora de la proposición no de ley aprobada por unanimidad en el Congreso de los Diputados el 20 de noviembre (sic) de 2002, cuando el Partido Popular, con mayoría absoluta, era presidido por José Mª Aznar. Así lo recoge expresamente la citada “exposición de motivos” de la Ley que analizamos: “Por ello mismo, esta Ley atiende a lo manifestado por la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados que el 20 de noviembre de 2002 (sic) aprobó por unanimidad una Proposición no de Ley en la que el órgano de representación de la ciudadanía reiteraba que «nadie puede sentirse legitimado, como ocurrió en el pasado, para utilizar la violencia con la finalidad de imponer sus convicciones políticas y establecer regímenes totalitarios contrarios a la libertad y dignidad de todos los ciudadanos, lo que merece la condena y repulsa de nuestra sociedad democrática». La presente Ley asume esta Declaración, así como la condena del franquismo (sic) contenida en el Informe de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa firmado en París el 17 de marzo de 2006 en el que se denunciaron las graves violaciones de Derechos Humanos (sic) cometidas en España entre los años 1939 y 1975”.

    Como se puede comprobar, el Partido Popular de la época de Aznar practicaba la política “de tirar la piedra y esconder la mano”. En lugar de presentar como suyo un “proyecto de ley”, al ser el partido en el Gobierno, hace que sean Izquierda Unida (el nuevo nombre del Partido Comunista español) y el PSOE quienes presenten las respectivas “proposiciones no de ley” (N.B. Así se denominan, como sabemos, las propuestas de los grupos minoritarios en el Congreso). De un lado “sobre reconocimiento moral (sic) de todos los hombres y mujeres que padecieron la represión del régimen franquista (sic) por defender la libertad (sic) y por profesar convicciones democráticas (sic)”, y de otro lado “por la que se declara y se insta a los poderes públicos a reparar moralmente (sic) a las víctimas de la guerra civil desaparecidas y asesinadas por defender valores republicanos” (sic)…

    Este es el clásico “argumentario” de los denominados “rogelios”, auto-denominados “progresistas”, herederos espirituales y legítimos de quienes formaron el Frente Popular en la España de febrero 1936… En lugar de reconocer su antigua devoción por Stalin y sus servicios prestados, se proclaman ahora “defensores de la libertad” y/o “defensores de los valores republicanos”, aduciendo unas presuntas “convicciones democráticas”. Como ejemplos universalmente conocidos, podríamos citar (ironía...) a Santiago Carrillo, la Pasionaria, Rafael Alberti o a Ramón Tamames y un largo, larguísimo etc. Por no hablar del término equívoco de “moral” y “moralmente” que emplean. ¿A qué moral se refieren? ¿A la moral de Stalin? ¿A la de Mao? Desde luego no querrán hacernos creer que se refieren a la moral católica…

    ...

    ... Sigamos analizando la “exposición de motivos” de esta nefasta Ley de la Memoria Histórica … Repasemos el texto de este párrafo harto significativo: “El espíritu de la Transición da sentido al modelo constitucional de convivencia más fecundo que hayamos disfrutado nunca (sic) y explica las diversas medidas y derechos que se han ido reconociendo, desde el origen mismo de todo el período democrático, en favor de las personas que, durante los decenios anteriores a la Constitución, sufrieron las consecuencias de la guerra civil y del régimen dictatorial que la sucedió”.

    ...

    Detengámonos en los términos “dictadura”,“guerra civil”; “régimen dictatorial”; “utilizar la violencia con la finalidad de establecer regímenes totalitarios…” ...
    De entrada, señalar algo obvio. Términos como “dictadura”, “dictador”; “democracia”, “demócrata”, etc. no son términos unívocos, sino equívocos. No se puede equiparar la “democracia” en Nigeria, Tanzania, Argelia, etc…. por no hablar de la “democracia”en China, la Cuba de Fidel Cstro, etc. con la “democracia” en Gran Bretaña o EE.UU. Comparar la presunta “dictadura”de Franco (1939-1975) con la dictadura de Stalin; Mao-Tse-Tung o de Pol-Pot, etc. es un soberano dislate, después de leer la documentación conocida en los últimos años. La figura de Franco, en comparación con tales personajes, resultaría ser una especie de Madre Teresa de Calcuta en política…

    Incluso es necesario estudiar las circunstancias históricas que rodean a cada régimen político. Me viene a la memoria esa condena que se cita en la “exposición de motivos” referida al Consejo de Europa del 17.3.2006 “en el que se denunciaron las graves violaciones de Derechos Humanos (sic) cometidas en España entre 1939 y 1975”. Quienes denuncian o acusan a la España de 1939-1975 de “graves violaciones de Derecho Humanos”, ignoran la Historia. Así p.e. ignoran las medidas adoptadas por los Gobiernos democráticos de G.B. o EE.UU. en la II Guerra Mundial...
    ....

    Algunos podrán preguntarse por qué nos remontamos a 1945-1955, en este análisis crítico de la Ley de Memoria Histórica, citando aquí el caso de la población civil alemana… La respuesta es muy sencilla… porque la Asamblea parlamentaria del Consejo de Europa se remonta a 1939-1949 y años posteriores del Régimen político español (“régimen franquista”en el lenguaje de la Ley de Memoria Histórica que comentamos).

    Y se nos ocurre una “ingenua” pregunta: Ya puestos ¿por qué no se arranca desde 1936, dado que Franco fue investido como Generalísimo y Jefe del Estado español el 1º octubre de 1936? Muy sencillo… Porque en tal caso, el Consejo de Europa se vería obligado a investigar también las “graves violaciones de Derechos Humanos” de la España republicana o España roja, i.e. la España del Frente Popular nacida en febrero 1936 y quiere evitar juzgar crímenes continuados y masivos como los de Paracuellos (novbre.–dicbre. 1936, organizados y dirigidos por un tal Santiago Carrillo); la persecución criminal implacable y sistemática “in odium fidei” de sacerdotes, monjas, religiosos y seglares que no se pueden ocultar ni negar porque la Iglesia católica en su conjunto y las organizaciones o comunidades en particular, a las que pertenecían las víctimas, fueron registrando minuciosamente, con nombres y apellidos, todos y cada uno de los asesinatos y circunstancias que los rodearon… repito… asesinatos “in odium fidei”… Algo mucho más que grave y sangriento que las “violaciones de Derechos Humanos” citadas con disimulada satisfacción por los autores de la Ley de Memoria Histórica.


    Aparte de esta “ingenua” pregunta, se podrían formular otras no menos ingenuas… La citada Asamblea parlamentaria del Consejo de Europa ¿estaba compuesta por historiadores especializados en Historia de España? Dando por sentado que los miembros que elaboraron tal “informe” no fueron testigos presenciales de las presuntas violaciones en el periodo 1939-1975… ¿En qué libros o declaraciones de presuntas víctimas se basaron sus redactores? En primer lugar ¿Quiénes solicitaron o promovieron la elaboración de dicho informe y quiénes fijaron la fecha del inicio de su elaboración en 1939 y no en 1936? Según la norma más elemental en Derecho procesal… la obligación de “escuchar a las dos partes”… ¿a quiénes de la parte acusada o enjuiciada se escuchó o consultó? ¿Qué libros o documentos aportados por la parte contraria consultaron?
    ...

    De otro lado, es muy conveniente averiguar o localizar la raíz de donde surge la ignominia y/o sinrazón por parte del Partido Popular ...
    Para ir abreviando, podríamos citar un artículo publicado en ABC hace ya bastantes años por un hijo de Serrano Suñer, que ejercía entonces de Director-Presidente de Radio Intercontinental, denunciando abiertamente la torpeza política de Manuel Fraga, Presidente absoluto de Alianza Popular, al cursar la consigna no escrita, a su cuadro de mandos intermedios, de no salir en ningún caso, ni directa ni indirectamente, en defensa del “régimen de Franco” (en el cual, como sabemos, él había “prestado sus servicios” como Ministro). Una ignominia desde el punto de vista ético-moral y un craso error,desde el punto de vista político.

    Desde el punto de vista ético-moral es una ignominia porque una cosa es defender el “régimen de Franco a ultranza, con razón o sin ella” y otra muy distinta abstenerse de defender la Verdad histórica, esté o no involucrado el nombre de Franco.

    Desde el punto de vista meramente político, es otra torpeza porque –utilizando términos futbolísticos- no se puede permitir que el adversario político pueda chutar y marcar goles a portería vacía, i.e. retirando el portero y los defensas… y, aun peor, utilizando métodos“anti-reglamentarios”, i.e. el embuste, la mentira y la falsedad… El transcurso de los años ha dado la razón al citado hijo de Serrano Suñer…

    Los herederos espirituales de los políticos del Frente Popular que marcharon al exilio después de ser derrotados militarmente en 1939, han vencido por “goleada”… Y cerramos aquí el símil futbolístico… Todavía recuerdo un largo documental (TV2), dividido en varios capítulos, en favor de la República 1931-1939. Cuando terminó, como colofón, una cuidada entrevista -nada improvisada- a Alfonso Guerra cuando todavía era Vice-Presidente del Gobierno. Más o menos–cito de memoria- declaraba abiertamente.: “Bueno, ellos (refiriéndose a la España Nacional) ganaron la guerra militarmente hablando, pero ahora…y a las pruebas me remito- ideológicamente hablando, la “guerra” la hemos ganado nosotros”.

    Y el Partido Popular, sea con Fraga, con Aznar o con Rajoy… sin enterarse. … Todavía recuerdo un “mitin” de Mariano Rajoy, en su etapa de fracasos electorales ante Rdez. Zapatero… “No, yo no vengo a hablarles de la guerra civil ni de cosas del pasado… Yo vengo a hablarles de las lentejas… de lo que interesa al pueblo español…” (N.B. Seguía la pauta de su antecesor y paisano Fraga que en ocasión anterior, siendo candidato a la Presidencia del Gobierno, recuerdo que dijo :“Yo no vengo a hablarles de Franco ni de temas del pasado, sino de los garbanzos (sic) que es lo que…. etc.).

    Seguimos citando el sabio refranero español… “El que al cielo escupe, en la cara le cae”… Esa “prohibición no escrita” de no subir al ring … ahora empleo términos boxísticos… a cruzar los guantes con los“rogelios”, por su complejo de inferioridad ante los “progresistas”, i.e. por su cobardía y equivocada astucia política de que absteniéndose de “defender a Franco”, nadie podía “tildarles de franquistas”… Dicho planteamiento les está saliendo caro, muy caro. Les está pasando factura…

    https://hillerskeller.wordpress.com/...ccion-al-tema/
    Última edición por ALACRAN; 11/04/2018 a las 12:57
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  4. #4
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    Re: Pío Moa: acerca de la "Memoria Histórica"

    Y es que el precedente de la Memoria Histórica zapateril lo dio el PP de Aznar (en el gobierno y con mayoría absoluta) en 2002.

    Obsérvese la terminología de "El País" de la noticia, ya abiertamente guerra-civilista :

    El PP condena el golpe de Franco y promete honrar a todas las víctimas de la Guerra Civil

    El Congreso aprueba, un 20-N y por unanimidad, ayudar a los exiliados y reabrir fosas comunes

    El día en que se cumplían 27 años de la muerte del dictador Franco, la oposición logró un objetivo perseguido casi desde que el PP llegó al poder: la condena del golpe militar del 18 de julio de 1936. Ante una batería de iniciativas sobre reapertura de fosas comunes y ayudas al exilio, el PP optó por la calle de en medio: pactó con todos los grupos una resolución contundente, en la que se condena el alzamiento, se hace un "reconocimiento moral" a quienes "padecieron la represión de la dictadura franquista" y se prometen ayudas para reabrir las fosas comunes. Se aprobó por unanimidad.


    Todos los grupos, excepto el PP, algo más cauteloso, consideran la de ayer una "jornada histórica" en el Congreso. En múltiples ocasiones en los últimos seis años habían intentado, con diversas proposiciones, que el partido del Gobierno aprobara una resolución de condena al alzamiento militar contra la legalidad de la República en 1936. Y siempre se había negado, alegando que no era conveniente hablar de "buenos y malos". En 1999 llegó incluso a perder una votación porque CiU se sumó a los que condenaban el franquismo.

    Pero ayer, el PP decidió romper de una vez por todas con esa trayectoria. Eligió además una fecha simbólica, el 20-N, día de la muerte de Franco y José Antonio Primo de Rivera, el fundador de la Falange. Respondió con ello a la batería de iniciativas, dos del PSOE, una de IU y otra de EA, en las que se pedían distintas cosas, pero todas con un mismo espíritu: que el Gobierno haga un reconocimiento moral de los perdedores de la guerra, ayude a económicamente a los exiliados y a los niños de la guerra y apoye la reapertura de las fosas comunes que se multiplican por las cunetas de media España.

    Ante la opción de votar no una vez más y enfrentarse a las críticas, el PP cambió su estrategia. A última hora de la noche del martes, José Antonio Bermúdez de Castro, portavoz en la Comisión Constitucional, reunió a representantes de la oposición y negoció, con el apoyo de su grupo y del Gobierno, una solución definitiva. Entre los opositores estaba el ex vicepresidente Alfonso Guerra, que según fuentes populares fue clave en la discusión. El PP propuso una resolución, finalmente aprobada por unanimidad en la Comisión Constitucional, en la que se recogían la mayoría de las peticiones. Pero estableció una condición que luego expresó en la Comisión: que con esto se logre, 25 años después del restablecimiento de la democracia, dejar "las dos Españas" fuera del enfrentamiento político. (¡¡¡) Esto es, que ya no se produzca más este "rosario de iniciativas" sin consenso sobre este asunto. Los grupos de la oposición retiraron sus proposiciones y asumieron la del PP.

    Los distintos portavoces de la Comisión Constitucional, en una sesión con un lleno absoluto, dieron pruebas del momento especial que se estaba viviendo. Las citas de poetas eran frecuentes. De hecho, hay varias de ellas en la resolución. Y si la jornada era importante por estos motivos, al anecdotario se sumó Alfonso Guerra: participó con un discurso sobre el exilio que supone la ruptura de un silencio parlamentario que mantenía desde enero de 1991, cuando dimitió como vicepresidente. "Tenemos que hacer este reconocimiento ahora. Es urgente. En poco tiempo no habrá exiliados, porque se están muriendo", clamó. Además sostuvo que con todas estas iniciativas no se están "reabriendo heridas", como pensaba hasta ahora la derecha, sino que éstas existen ya, y lo único que se hace con estos reconocimientos es "cicatrizarlas".

    El PP aceptó incluso que las instituciones, y en especial los ayuntamientos, ayuden a las familias a reabrir las fosas comunes. Pero también aquí estableció una condición: que no se utilicen estos actos para "revivir viejos rencores".Esta jornada totalmente inusual incluyó discursos solemnes de todos los portavoces, con constantes llamadas a la recuperación del espíritu de la Transición. Felipe Alcaraz, de IU, resumió el sentido general: "Hay que olvidar el rencor, pero no la historia".

    https://elpais.com/diario/2002/11/21...22_850215.html
    A los cinco años, Zapatero no solo se burla de la ingenua "condición" que puso entonces el PP para "solución definitiva" ("lograr de una vez dejar las dos Españas fuera del enfrentamiento político", "dejar así de revivir viejos rencores") sino que usaría ese consenso bastardo como marco que avalará su "Ley de Memoria Histórica".

    Obsérvese de paso, cómo una regla de las democracias (mayoría absoluta de diputados frente a una minoría) se dejó de lado frente a otro criterio estúpido que aparecía en liza y temía el PP; ser 1 solo grupo frente a 6 o 7 grupos (o sea 7 discursos frente a 1 en las Cortes y en crónicas periodísticas) y adquirir fama de facha, de aguafiestas y de insolidario.
    ¡¡Ten mayoría absoluta para precisamente tener complejo de ello!!
    Última edición por ALACRAN; 12/04/2018 a las 00:44
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    Re: Pío Moa: acerca de la "Memoria Histórica"

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    CÓMO SE LLEGÓ A LA MEMORIA HISTÓRICA.

    Los antecedentes datan del tiempo del liderato de Aznar con el PP en la oposición (1993)... Interesante artículo de Santos Juliá:

    PRELUDIO: AZNAR RECUPERA A AZAÑA

    Tres años antes del primer y algo precario triunfo del Partido Popular en las elecciones de marzo de 1996, la posibilidad de que alcanzara una mayoría suficiente para formar gobierno reintrodujo en la campaña electoral de 1993, de una parte, la búsqueda por la derecha emergente de una legitimación histórica que la desvinculara de connotaciones franquistas y, de otra, las acusaciones relacionadas con ese pasado que prácticamente habían desaparecido del lenguaje socialista desde las elecciones de 1979, cuando Felipe González, candidato a la presidencia, y Adolfo Suárez, presidente en funciones, intercambiaron duros reproches sobre la auténtica significación política de sus partidos y sobre los peligros que, en relación con el pasado de cada cual, se cernían sobre España si uno u otro resultara vencedor.

    Luego, desde 1982, con UCD destrozada por sus divisiones internas y la derecha incapaz de constituirse en alternativa de gobierno, Felipe González no sintió ninguna necesidad de insistir sobre el pasado de su principal oponente, Manuel Fraga. Todo lo contrario, a Fraga le cabía el Estado en la cabeza y los socialistas podían ser con él todo lo deferentes que quisieran en la seguridad de que nunca constituiría un peligro para su posición hegemónica. La estrategia, por tanto, de no evocar el pasado en las disputas políticas poco tuvo que ver con el miedo, ni con el sentimiento de culpa compartida, ni con una supuesta aversión al riesgo; más bien, habría que relacionarla con la convicción, apoyada en los resultados electorales, de que el franquismo, como la guerra civil, eran historia y debían quedar como pasto de historiadores.

    Y por lo que se refería al debate político, más valía que quedaran de lo que púdicamente se llamaba régimen anterior algunos restos del naufragio flotando a la vista de todos en el océano del apabullante triunfo socialista: la presencia de tales restos, a la deriva, reforzaba la hegemonía del PSOE en el sistema de partidos. En tiempos de euforia, con antiguos miembros de formaciones políticas de la oposición antifranquista, procesados algunos y encarcelados durante la dictadura, convertidos ahora en ministros, subsecretarios, directores generales, diputados, alcaldes o concejales, los socialistas no tuvieron interés en recordar el pasado de sus adversarios ni en reclamar reparaciones morales o políticas para el suyo.

    Las acusaciones de corrupción y guerra sucia, que esmaltaron la tercera legislatura socialista (1989-1993), y el rearme ideológico del Partido Popular, con su rápido avance como alternativa de gobierno, modificaron esta actitud ante el pasado. El nuevo candidato del PP, José María Aznar, que había contado desde el congreso de su partido en Sevilla y su primera derrota en las elecciones de 1989 con más de tres años de oposición para preparar la siguiente convocatoria electoral, desarrolló una especie de recuperación de la memoria histórica avant la lettre, no carente de astucia: se presentó no, desde luego, como heredero de la derecha franquista; tampoco como nueva encarnación de la derecha católica de la República; ni siquiera como una manifestación actualizada de los jefes del Partido Conservador, de Antonio Maura, por ejemplo, o de Antonio Cánovas, por más que algunos historiadores de cabecera recomendaran algunas de estas peligrosas relaciones y hasta postularan para la genealogía de la nueva derecha a figuras tan poco recomendables a efectos electorales como los generales Espartero y Prim.

    No, al menos, por el momento: en la campaña electoral de 1993, Aznar no habló nada de la derecha fascista o autoritaria, ni de la católica, ni de la conservadora; o mejor, habló únicamente para distanciarse de todas ellas: Yo nunca me he sentido identificado con la derecha clásica española”, afirmó rotundamente. De quien habló y con quien se mostró identificado fue con Manuel Azaña, a quien invocó como fuente principal de sus inspiraciones. Lo hizo en mayo de 1993, casi sesenta años después de que el partido de Azaña sufriera un grave revés electoral ante el empuje de la derecha católica, corporativista y autoritaria liderada también por un joven licenciado en Derecho, José María Gil Robles.

    Pero este otro José María, Aznar, nieto de Manuel Aznar, no quería que nadie lo confundiera con “la derecha española de 1930” y afirmaba con cierto énfasis su identificación “con el Azaña español, con el Azaña patriota, con el Azaña desengañado, con el Azaña que tiene un concepto de una España integral, y no con el Azaña que hace una política de estratega en el año 1933”

    Este uso público de la figura y de la presunta significación política de quien fuera presidente del Gobierno y de la República –a quien Felipe González había evocado también en las elecciones de 1982, cuando se presentaba como aplicado lector de sus Obras Completas-estaba relacionado con la fabricación de una nueva identidad para la derecha que reforzara su imagen centrista y, a la par, su proyecto reformista. Con el propósito de romper el techo electoral de Manuel Fraga, José María Aznar se construyó para esas elecciones la identidad de un líder de centro capaz de englobar a la derecha, evitando de esta manera la acusación de oportunismo que le habría valido la imagen de líder de la derecha que por razones electorales se desplazaba hacia el centro. Por eso, su negativa a cualquier identificación con la derecha clásica, por eso su “vocación profundamente azañista” y por eso, también, su “mano tendida” a los partidos nacionalistas de Cataluña y Euskadi para el día siguiente a las elecciones. Una imagen que fue penetrando en un sector del electorado suficientepara que en febrero de 1993, populares y socialistas aparecieran en las encuestas del CIS en una situación de empate técnico, un hecho insólito en la reciente historia electoral.

    Esa era una situación inédita para Felipe González, que hubo de enfrentarse por primera vez a la posibilidad real de perder no sólo la mayoría absoluta, como era previsible tras más de diez años en el poder, sino simplemente el gobierno. Su partido había perdido electores y escaños lenta pero progresivamente desde las elecciones de 1985, aunque la distancia con el PP se había mantenido por encima de catorce puntos en las de 1989, lo que le había asegurado por tercera vez, y sólo por un diputado, la mayoría absoluta y la posibilidad de formar gobierno sin necesidad de pactos de legislatura con ninguna otra formación política. Cuatro años después, en 1993, las cosas habían cambiado: los populares, muy crecidos gracias al continuo bombardeo de escándalos de corrupción, a la división en dos facciones de la otrora sin fisuras cúpula del PSOE y a las acusaciones de guerra sucia contra ETA, se habían convertido en alternativa de gobierno. Ante esa nueva situación, González decidió atacar al PP como partido heredero del franquismo, una acusación que ya había dirigido a Suárez pero que no se le había ocurrido echar en cara a Fraga y que Aznar recibió como si se tratara de la ruptura del “pacto que se hizo al traer la democracia a España en el que todos decíamos: pasamos página y construimos juntos el futuro”

    ¿Se rompió, como lamentaba Aznar en la campaña electoral de 1993, un pacto de “pasar página”, llamado también pacto de silencio y hasta de amnesia y desmemoria, que se habría sellado durante la transición? Todo depende de lo que se entienda por tal pacto. Porque no es la claridad de concepto lo que prevalece cuando se habla de pacto de silencio, calificado de “tácito” si se evoca su origen, para darlo por “sellado” si se trata de su ruptura. Si fue tácito, si se refiere al hecho de “pasar página” o “no remover el pasado” y esas metáforas remiten a una actitud –más que a una decisión explícita-de no instrumentalizar el pasado en los debates políticos del presente, el pacto habría muerto inmediatamente después de nacido, pues ya en las elecciones de 1979, cuando UCD sintió en la nuca el aliento del PSOE, hubo múltiples y mutuas referencias al pasado de cada cual.

    Si, por el contrario, se trata de un pacto sellado, de los que queda constancia en un papel, entonces lo único a lo que este concepto se puede referir es a la Ley de Amnistía debatida y aprobada por el Congreso en su sesión de 14 de octubre de 1977, y en tal caso el pacto nunca se habría roto porque, como ocurre siempre en toda amnistía, los amnistiados –fueran miembros de ETA y de otros grupos terroristas o agentes de policía-no podían ser juzgados por los delitos cometidos hasta la fecha señalada en la Ley.

    Sea lo que fuere, empatados en intención de voto con el PP, los socialistas comenzaron también a recuperar memoria histórica, no la que a ellos mismos o a sus antecesores en el partido pudiera afectarles sino la que podían cultivar de la derecha con el propósito de obtener réditos electorales: en una campaña electoral, nadie recuerda los errores propios; se ocupa sólo de las maldades del adversario. Y así los dirigentes del PSOE repitieron en varios mítines celebrados durante la campaña electoral de 1993 que los candidatos del PP eran la “peor derecha de Europa” , heredera de la que había arrastrado por el fango la figura del presidente de la República, que en una operación “irracional de travestismo político el presidente del PP trataba de reivindicar”. En Barcelona, González no decía que la democracia estuviera en peligro, “pero sí que la tolerancia está amenazada por la intolerancia”, una manera algo elíptica pero muy elocuente de referirse a la derecha del pasado, ahora en su opinión rediviva. Recuperó en aquel mitin González al “antifranquista sentimental” que llevaba dentro reafirmando “el orgullo de una generación que se resiste a dar por acabada su tarea y que sabe que la derecha siempre llega al poder de España para instalarse en él con dilatada comodidad”

    La estrategia resultó rentable en términos electorales, el PSOE volvió a ganar, aunque solo por mayoría relativa, las elecciones generales y pocos meses después, en las autonómicas de Galicia, menudearon las acusaciones dirigidas a Manuel Fraga por su pasado franquista, acusándole de extremismo y autoritarismo y conminándole a dejar de actuar como si todavía fuese “el ministro de Información del régimen pasado” , un dato que no era necesario revelar, pues que estaba a la luz del día y en la memoria de todos.

    VUELVEN,EN CINTAS DE VIDEO,LAS DOS ESPAÑAS

    La infeliz deriva que tomó la legislatura de 1993, privados los socialistas de la mayoría absoluta, con incesantes sobresaltos por la acumulación de escándalos de corrupción, bajo la espada de Damocles de jueces airados y la ofensiva de la oposición bien apoyada en medios de comunicación, situó al último gobierno de Felipe González a la defensiva, en medio de una creciente desmoralización y de un deseo soterrado de abandonar el poder. Pero, al convocar elecciones anticipadas, se produjo en los primeros meses de 1996 una curiosa inversión de papeles: para no asustar a electores de centro y hasta de centro-izquierda, el PP y su líder, dando por segura la victoria, decidieron realizar una campaña de perfil bajo, invocando de nuevo a Azaña, mientras el PSOE y, muy personalmente, Felipe González pensaron reducir la dimensión de su previsible derrota ideando una campaña muy agresiva. Se dio así el caso de que cuando el PP más y mejor aparecía revestido con piel de cordero, el PSOE lo retrató con piel, peor que de lobo, de dóberman.

    Y esto sí que fue una verdadera ruptura, no de un pacto, sino de unos modos convenidos de realizar campañas electorales. Porque con el dóberman afloró una nueva versión del relato secular de las dos Españas, presentada una en blanco y negro, como exigía la memoria del pasado al que pretendían devolver a España los populares, y la otra en color, como la que estaban construyendo los socialistas. Una España que venía a destrozar las conquistas hasta ese momento conseguidas y a la que era preciso resistir al grito de “no pasarán”, evocador de la heroica defensa de Madrid frente a las tropas rebeldes que lo cercaban en 1936. La España en positivo de González eran “muchachas guapas, ancianos lustrosos y deportistas vencedores que se mueven en un mundo de colores dotado de trenes de alta velocidad, autovías rectilíneas, molinos de viento que generan electricidad, ambulatorios impecables y aulas soleadas con los últimos ordenadores; un mundo presidido por un líder maduro y sonriente que se codea con los grandes del planeta.” Frente a esa España, se alzaba en el video “una España en blanco y negro en la que las imágenes deformadas de Aznar y Álvarez Cascos se sobreponen a las de las fauces de un dóberman, la explosión de una bomba, la caída de unos rayos y los oscuros manejos de un titiritero.” Y por si no quedaba claro, el PSC también el siglo XX, la de Franco y la de Primo de Rivera, mientras Narcís Serra advertía “sobre el peligro de una nueva victoria de la derecha con imágenes, también en sepia, de José María Aznar, Silvio Berlusconi y John Major mezcladas con escenas de crispación social”. Fue la primera representación de la entrañable y algo vetusta imagen de las dos Españas, ahora revitalizada a todo color en cintas de vídeo, y la primera en la que una España resistía a la otra con lenguaje rescatado de la guerra civil...

    EL PP EN EL GOBIERNO (1996)

    Y con un resultado espectacular: ganó el PP, como todo el mundo daba por descontado, pero no se hundió el PSOE, al que, en palabras de su secretario general, sólo le faltó una semana de campaña para dar la vuelta al estrecho margen obtenido por los populares...

    Como resultado del pacto de investidura alcanzado con los nacionalistas vascos, y no todavía como parte de un proceso de recuperación de memoria histórica, el PP negoció con el PNV el proyecto de Ley de restitución o compensación a los partidos políticos de bienes y derechos incautados en aplicación de la normativa sobre responsabilidades políticas del periodo 1936-1939...

    ...DE VISITA EN MÉXICO,LOS DIPUTADOS DESPIERTAN A LA MEMORIA

    En muy poco tiempo, sin embargo, el acuerdo entre PP y PNV sobre lo que el Parlamento podía o debía hacer respecto al pasado dio un vuelco espectacular, y sorprendente si no se tiene en cuenta que en la segunda mitad de la legislatura, tras el pacto de Lizarra y la Declaración de Barcelona, las relaciones entre populares y nacionalistas se arruinaron por completo. Por lo que respecta a las políticas hacia el pasado, el deterioro de esta relación se puso de manifiesto después de que una delegación de diputados con representación de todos los grupos parlamentarios quedara muy impresionada, en una visita a México, por las huellas que el exilio español había dejado en aquellas tierras y por los actos que allí se estaban organizando para conmemorar en 1999 su sesenta aniversario. En México, los diputados viajeros despertaron “a un problema, a una cierta indignación contra el olvido”, como recordará dos años después Felipe Alcaraz, dirigente del Partido Comunista.

    "Una cosa es no mirar atrás y otra cosa es que nos hurten la propia memoria”, dirá el diputado del PNV Iñaki Anasagasti, echando a rodar desde el Congreso la especie de que en España se había producido durante la transición un robo de la memoria. No en todos los ámbitos, sin embargo, pues el mismo Anagasasti sabía que “ha habido en las universidades de verano simposios sobre la guerra civil española y creemos que con el tiempo este asunto va a ir in crescendo” ; pero sí en el Congreso, que no podía quedar atrás de las universidades y debía ocuparse enseguida de la guerra y del exilio.

    La delegación parlamentaria regresó, pues, de su viaje iniciático animada por el propósito de recuperar la memoria del exilio. Propósito que se llevó a la práctica el 26 de mayo de 1999 por medio de la presentación en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de una proposición no de ley “sobre conmemoración del 60 aniversario del exilio español con ocasión de la finalización de la Guerra Civil española”, firmada por los grupos nacionalistas y de izquierda: Catalán, Socialista, Coalición Canaria, Federal de Izquierda Unida, Vasco y Mixto, es decir, por todos excepto el Popular. En la parte dispositiva de la proposición, se instaba al Gobierno a crear una Comisión interministerial que analizara el impacto que para España tuvo la diáspora, promoviera la recuperación de materiales documentales, emprendiera las iniciativas necesarias para la recuperación de los derechos perdidos por los exiliados y sus herederos, creara un fondo de ayuda para atenderlos y desarrollara un programa de actos conmemorativos en coordinación con los países de acogida.
    .
    Pero en aquel texto había más, y de otra índole, que una mera instancia al Gobierno para que se ocupara del exilio. Había, en su parte declarativa, una condena formal del “levantamiento militar contra la legalidad constituida, encarnada en las instituciones que representaron la II República Española.” Además, los grupos proponentes se habían explayado en una exposición de motivos en la que, tras recordar que se cumplía el 60 aniversario de la finalización de la Guerra Civil...

    http://www.santosjulia.com/Santos_Ju...lamentario.pdf

    Última edición por ALACRAN; 01/05/2018 a las 12:42
    Valmadian y Pious dieron el Víctor.
    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
    Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)

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