1. CICLO BRETÓN
Merlin y sus profecias.-El libro del Baladro.-La Demanda del Santo Greal.- Lanzarote del Lago. - Tristan de Leonis y Tristan el joven.-Tablante de Ricamonte y Jofre, hijo del conde don Ason.-Sagramor y segunda Tabla Redonda.
La vida del sábio Merlin, sus astucias y transformaciones, los hechos del rey Artús de Bretaña, y las maravillosas hazañas de Lanzarote del Lago, de Galaz, su hijo, de Perceval, Boortes y otros caballeros bretones, empeñados en la demanda del santo Greal, constituyen la larga serie de novelas caballerescas en prosa, conocida comunmente con el nombre de Ciclo breton ó de la Tabla Redonda.
Fúndanse todas ellas en una tradicion antiquísima, conservada en Inglaterra, y ya consignada por Mateo Paris en su Historia, de que José de Arimatea, el senador judío que asistió á la muerte del Salvador, habia comido a la mesa de un obispo armenio que fué á Inglaterra á principios del siglo XII; y para explicar tamaña longevidad se decia que al terminar cada siglo aquel santo varón caia en una especie de éxtasis ó letargo, del cual salia recobrando toda la juventud y lozania del tiempo en que presenció el suplicio de nuestro Redentor en la cruz. Sobre esta vulgar tradicion, Tomás Lonelich, trovador anglo-normando de la corte de Enrique VI, escribió una novela en verso, intitulada Sangreal, que mas tarde fué puesta en prosa francesa por otro trovador, fingiendo que José de Arimatea habia logrado adquirir la copa ó vaso (hanap) en que Jesus bebiera la noche antes, cenando con los apóstoles.
El hecho estriba en la siguiente tradicion: antes de enterrar el cuerpo del Salvador, José, habiéndose antes procurado dicha copa, la llenó de su preciosa sangre a medida que brotaba de sus heridas; accion que exasperó de tal manera á los judíos, que le arrancaron la santa reliquia y le encerraron en un calabozo. Allí se le apareció una noche el Redentor y le devolvió la copa, recobrando, por último, su libertad, despues de cuarenta y dos años de prision, en la toma de Jerusalen por Tito Vespasiano. Puesto en libertad, José comenzó á predicar el Evangelio, convirtiendo, entre otros, á Enelaco, rey de Sarraz, quien, con tan poderosa ayuda , emprendió y llevó á cabo la conquista de Egipto. Por este tiempo era rey de Bretaña Artús ó Arturo, el cual instituyó la Tabla Redonda, dejando, por consejo de Merlin, un lugar vacante para la santa reliquia , que habia casualmente caido en manos del rey Pescador, asi llamado, ya por su habilidad en la pesca, ó ya por su notoriedad como pecador renitente. Las hazañas de los caballeros de la Tabla Redonda, en su loable empeño de descubrir y recuperar tan insigne reliquia, constituyen la parte caballeresca y romántica de esta notable historia, la que, con mas o menos exactitud, fué luego traducida á los diferentes idiomas europeos, dando tambien lugar á varias imitaciones y continuaciones.
Mas antes de escribirse el Sangreal, dos troveras anglo-normandos, llamados Geoffrey ó Godofredo de Monmouth y Roberto Wace, autor el uno de una crónica semifabulosa y el otro de una historia métrica, conocida con el título de Le roman de Brut (Novela de Bruto), habian inventado el personaje fabuloso de Merlin, mitad hombre y mitad diablo, así como el José de Arimatea, dueño de la famosa copa que contenia la sangre de Cristo.
Sobre estas dos obras, Roberto de Bouron, escritor del tiempo de Eduardo I, compuso su Vida de Merlin, en prosa francesa, cuyo argumento es el siguiente:
Los diablos, alarmados al ver el número de víctimas que diariamente se escapaban de sus garras, mediante el progreso del cristianismo, predicado por José y otros, resolvieron, prévio consejo y deliberacion, enviar á la tierra uno de los suyos, que entrando en relaciones con una virgen cristiana, la hiciese concebir un varon, que habia de ser con el tiempo el destructor de todo el linaje humano. El infernal mensajero se hospedó en casa de un noble breton con tres hijas muy hermosas, la mas jóven de las cuales resistió largo tiempo á sus halagos, si bien, por último, el enemigo, aprovechando la ocasion en que aquella estaba dormida, llevó a cabo su designio, y la virgen se sintió preñada. Acusada, segun las leyes de Escocia, que castigaban con la muerte semejante deshonestidad, fué luego encerrada en una fuerte torre, donde dió á luz á Merlin, á quien un santo varon, llamado Blas, hizo bautizar en el acto. Próxima ya al suplicio, la inocente madre se quejaba amargamente de su suerte, dirigiéndose en términos duros al que creia autor de su desgracia, y Merlin, que aun no tenia un mes, la consolaba, diciendo que no moriria, aconsejándola que se presentase con ánimo resuelto ante sus jueces. Llevada al tribunal, Merlin, en una larga y difusa peroracion, prueba que uno de los jueces, el mas condecorado y temido de todos, no era hijo del que pasaba por su padre, sino del prior de un convento cercano al lugar donde se veia el proceso; el cual, para evitar su propia deshonra y la de su madre, se ve precisado á influir con sus compañeros y obtener de ellos la absolucion de la delincuente. (…)
Otra novela caballeresca, tan intimamente ligada con las dos anteriores, que parece mas bien continuacion de ellas, es la de Lancelot du Lac, ó Lanzarote del Lago, como le llaman los nuestros. Este fué hijo del rey Ban de Bretaña, quien atacado de improviso en su castillo de Trible por el rey Claudas, se ve precisado á huir con su esposa Elena y su hijo de pocos años, despues de encomendar á su senescal la defensa de aquella plaza. En el camino sube á la cumbre de un monte para desde allí contemplar la morada de sus abuelos por la vez postrera, y al verla presa de las llamas, cae muerto de dolor. Elena, dejando al tierno infante á orillas de un lago próximo á aquel lugar, vuela á socorrer a su esposo; mas al volver ve á una ninfa arrebatar el fruto de sus amores y zambullirse con él en las aguas. La ninfa no era otra sino Bibiana, la querida del sábio Merlin, que de tiempo antiguo vivia como encantada en aquel lugar y era conocida por la Dama del Lago. Leonel y Bohort (Leonel y Boortes), sobrinos del rey Ban, son conducidos á aquel sitio de una manera igualmente maravillosa, y educados por Bibiana con la misma ternura y amor que su primo Lanzarote del Lago. (…)
Tal es, en suma, el complicado argumento de una de las novelas caballerescas mas antiguas, escrita primero en latin, despues en verso, y últimamente en prosa francesa, alterada, corregida y adicionada, así en el fondo como en su parte accesoria y episódica , hasta formar el tronco de la dilatada série romántica conocida con el título de Romans de la Table Ronde. De las muchas redacciones que de ella se conservan, la mas comun se atribuye á Roberto de Borron, escritor del siglo XII; mas en materia de libros populares durante la edad media, es muy difícil, por no decir imposible, referirlos á determinado autor; obras de este género parecen haber sido patrimonio de una familia, de una escuela, ya que no del primero que, copiándolas y alterándolas, las hacia suyas.
La Historia de Merlin se tradujo luego al italiano, y de esta lengua á la nuestra, aunque bastante alterada y aumentada en una y otra version. Ya el francés que la puso en prosa habia añadido un capitulo de profecías hechas por aquel sábio, mientras que el autor castellano introdujo en ella nuevos incidentes, como la muerte de aquel nigromante y otros, poniendo á su libro el nuevo y extraño título de Baladro del sábio Merlin, con que generalmente es mas conocido. En cuanto al libro de Lanzarote del Lago, parece haberse traducido al castellano á fines del siglo XIV ó principios del siguiente, pues además de hallarse citado ya en el Rimado de Palacio y en la parte cuarta del Amadis (8), hay un pasaje del Arcipreste de Talavera, y en el Cancionero e Juan Alfonso de Baena, ciertos versos de un monje jerónimo, capellan del obispo de Segovia, don Juan de Tordesillas, que ninguna duda dejan sobre el particular.
Otro libro hay tambien citado por escritores del siglo XV, y que parece haber tenido gran boga en Castilla, y es el de Tristan de Leonis, caballero de la Tabla Redonda, cuyo original francés pasa, y con razon, por el mejor libro de su clase, y el que con mas fidelidad retrata el espíritu caballeresco de la edad media. Es continuacion de otro intitulado Meliadus de Leonnoys, compuesto en el siglo XI por Rusticiano de Pisa, y en él se prosiguen y continúan las aventuras de Tristan de Leonis, su hijo, y sus amores con la reina Iseult (Iseo).
Su argumento, mas animado y dramático que el de otros libros de su clase, es el siguiente : Meliadus, padre de Tristan, estuvo casado con Isabel, hija del rey Marc, á quien los nuestros llaman Mares de Cornualla. Una hada conocida de Merlin se enamora de él, y un dia que el Rey salió á caza prepara un encantamiento y se apodera de su persona. Isabel, á la sazon encinta, sale en busca de su esposo, y topa con un ermitaño, que no es otro que Merlin, el cual la anuncia que no volverá á ver al Rey. En efecto, á los pocos dias muere de sobreparto, despues de haber dado á luz un hijo, que por las circunstancias de su nacimiento es nombrado Tristan, el mismo que un fiel escudero de la Reina recoge y lleva á su padre Meliadus, ya libre de su encantamiento por industria del mismo Merlin.
Sabedor su suegro Mares, por la prediccion de un enano agorero, de que su sobrino Tristan le habia con el tiempo de usurpar el trono, resuelve la muerte de este; sorprendido Meliadus por sus espías, es asesinado durante una cacería, si bien Gorbalan, el mismo fiel escudero que habia salvado antes la vida de Tristan, le salva segunda vez y le lleva a la corte del rey Pharamond (Feremondo de Gaula). Una hija de este rey, llamada la infanta Belisenda, se enamora de don Tristan; mas, descubiertos sus amores por su padre, Tristan se ve precisado á dejar la corte de Feremundo y refugiarse en Inglaterra. Allí, en el castillo de Tintadel (Tintadoyl), célebre en otro tiempo por los amores de Artús y Ginebra, Tristan logra reconciliarse con su tio el rey Mares; poco despues desafia y mata á Morhoult (Morlote), hermano de la reina de Irlanda, que viniera allí á exigir tributo al rey Mares. Despues de esta hazaña, Tristan es enviado á Irlanda á pedir para su tio la mano de Iseult la Blonde (Iseo la Rubia), hija del rey de aquella tierra, y obtenida, vuelve con ella á Cornualla ; mas durante el viaje por mar, una doncella de Iseo, llamada Brangian (Brangel), administra á los dos jóvenes un filtro amoroso, que los une irrevocablemente el uno al otro, é influye poderosamente en el destino de ambos. En el camino aportan á una isla y son hechos prisioneros, como lo habian sido antes que ellos otros varios caballeros y doncellas; costumbre singular de aquel territorio y castillo, que no debia terminar hasta tanto que el caballero mas valiente y la doncella mas hermosa pusiesen el pié en aquellas playas inhospitalarias. Tristan vence á un robusto y desemejado jayan, que era el encargado de mantener aquella demanda, y se hace amigo de Gallehaut le Brun (Galeote el Brun), señor de dicho castillo, dando, por consiguiente, libertad á todos sus prisioneros.(…)
El libro de Tristan de Leonis se tradujo al castellano por un anónimo, y se imprimió en Valladolid, año de 1501, con el siguiente título: Libro del esforçado caballero don Tristan de Leonis y de sus grandes hechos en armas. Tomóse el traductor tales y tamañas licencias, suprimiendo pasajes enteros y sustituyendo otros de su propia cosecha, que su libro mas bien paréce original que no traduccion. Volvióse á imprimir en 1528, y seis años despues, en 1534, salia á luz en Sevilla con la añadidura de una segunda parte y el título de: Coronica nuevamente emendada y añadida del buen caballero don Tristan de Leonis y del rey don Tristan de Leonis el joven, su hijo. Esta segunda parte es enteramente nueva y original, y nada tiene que ver con los hechos de Isaias el Triste, que forman la continuacion del Tristan francés. No habiendo logrado ver juntas las dos ediciones de 1501 y 1534, no podrémos determinar si la que en esta última se llama primera parte es reimpresion de aquella, ó si, como nos inclinamos á creer, es una nueva version o imitacion de la novela francesa. (…)
Quién sea el autor de esta segunda parte de Don Tristan, en la cual se introducen por primera vez y sin disfraz personajes históricos, novedad poco comun en este linaje de libros, se ignora de todo punto. Hay, sin embargo, fundadas razones para sospechar que fué natural de Andalucía, del condado de Niebla , y morador quizá de alguna villa próxima á la raya de Portugal, atendida la manera ruda y descortés con que siempre que le viene a mano trata á los de aquella nacion. Tambien pudiera presumirse, atendido el gran número de devotas consideraciones y amonestaciones cristianas con que la narracion está exornada, que su autor fué hombre de iglesia; y llevando aun mas allá la conjetura , pudiera sospecharse si su autor fué el mismo que en 1528 escribió el octavo libro de Amadis , aunque en apoyo de esta última conjetura no podamos ofrecer mas razon que cierta semejanza de estilo que en la lectura escrupulosa y detenida de uno y otro libro hemos creido advertir.
Aun nos queda que mencionar en este lugar una obra original española, muy preciada del vulgo, puesto que sigue aun hoy dia reimprimiéndose para su uso; y es la Crónica de Tablante de Ricamonte y Jofre, hijo del conde don Asson, que en ediciones modernas y viciadas es llamado Jofre Donason y don Nason ; la cual se dice compuesta por un tal Nuño de Garay, aunque en la impresion de Sevilla de 1599 se dice haberlo sido por Felipe Camus. Forman el argumento de este libro las aventuras de un caballero llamado Tablante, que vivia en tiempos del rey Artús. Deseando ganar prez y honra, deja su castillo de Ricamonte y se presenta en la corte de aquel monarca, desafiando a todos los caballeros de la Tabla Redonda. Aceptado el reto por uno de ellos, llamado el conde don Milian, Tablante vence á su contrario y le lleva preso á su castillo. Un doncel del rey Artús, llamado Jofre, hijo del conde don Asson ó Azon, toma sobre sí la empresa de libertar al Conde. En el camino topa con Montesinos el Fuerte, que maltraia á una doncella llamada Bruniesen; le vence, y gana el afecto de esta dama. Despues de mil peligrosas aventuras llega al castillo de Ricamonte, se combate con Tablante, le vence, liberta al conde don Milian, y todos juntos pasan a la corte del rey Artús, donde don Jofre casa con Bruniesen, y Tablante con la hermana de otro caballero.
Hay, por último, en portugués dos libros pertenecientes a este mismo ciclo, y cuyo asunto son las proezas de los caballeros de la segunda Tabla Redonda. El primero de ellos se intitula: Triunfos de Sagramor, em que se tratan os feitos dos cavalleiros da segunda Tabola Redonda , y se imprimió en Coimbra, por Joao Alvares, 1554, fólio. El otro tiene por título Memorias das proezas dos cavalleiros da segunda Tabola Redonda. Lisboa , por Joao Barreira, 1567, fólio. Uno y otro son obra de Jorge Ferreira de Vasconcellos, á quien Barbosa Machado cita en su Biblioteca Lusitana, y parecen versar sobre el restablecimiento de la Tabla Redonda en tiempo de Eduardo IV, si es que no se refieren a la reforma hecha anteriormente por el rey Arturo.
Estas son, en suma, las traducciones é imitaciones hechas en la Península, de libros caballerescos franceses pertenecientes á este ciclo breton, las cuales, con sus diferentes ediciones, podrán verse mas detalladamente en el Catálogo razonado, puesto al fin de este Discurso. Que en España al menos, las ficciones caballerescas de aquel ciclo precedieron a las del llamado carlovingio, queda ya suficientemente demostrado en otro lugar, y por lo tanto, nos limitarémos aquí á observar que los libros de esta clase, como mas antiguos, revelan un estado de sociedad mas rudo y guerrero; que hay menos artificio en su composicion, y que, a pesar de ser en su mayor parte obra ideal y fantástica de troveras anglo-normandos ó franceses, manifiestan demasiado su conexion y semejanza con las crónicas monacales y leyendas de santos, que constituian la sola y única literatura de aquellos siglos semibárbaros.
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