Wast, HugoFecha Nacimiento: 1883
Lugar Nacimiento: Córdoba (Argentina)
Fecha Defunción: 1962
Lugar Defunción: Buenos Aires
Profesión: Escritor, politico
Nació en Córdoba (Argentina) en 1883 con el nombre Gustavo Adolfo Martínez Zubiría. Fue uno de los autores más leídos en castellano durante el pasado siglo; sin embargo, hoy se ha silenciado a través de la marginación de su obra.
El declararse públicamente como católico, y el hecho de haber intervenido en la vida pública para restaurar el crucifijo y la Religión en las escuelas argentinas, son algunas muestras de su compromiso con la religión y de los motivos de su destierro actual. Tras 54 años de matrimonio, trece hijos y varios cargos públicos, políticos y académicos, muere en en 1962.
Escritor fecundo, llegó a ser en su época el más difundido en lengua española, siendo en la actualidad el escritor argentino que más libros vendió en la historia de las letras argentinas, y uno, sino el más prolífico de ellos, traducido a 15 idiomas, este escritor católico, publicó más de sesenta obras con su nombre y su seudónimo de Hugo Wast, también existen artículos periodísticos, discursos y otros escritos aparecidos sin firma. En 1954 solamente en castellano se habían vendido casi 3.000.000 de ejemplares, con casi 500 ediciones, con otra gran cantidad de las mismas y libros vendidos en el exterior.
Hombre bondadoso y piadoso, de una profunda formación teológica, un cristiano práctico, de misa diaria y comunión frecuente, sin ostentaciones ni engreimiento, virtudes no comunes en el difícil gremio de los literatos.
Su fuerte convicción religiosa y su condición de católico militante, lo convirtieron en un decidido defensor de la fe cada vez que fué menester hacerlo, sobre todo como apologista de la Iglesia.
Hugo Wast fué fiel a sus principios y vivió conforme con ellos.
Fué fiel a Dios, a su Patria y a su conciencia, esa armonía estuvo ligada a través de sesenta años de actuación, a una línea de conducta, así como creía, así pensaba y obraba. Vivía como sentía, sentía como escribía y escribía como obraba.
Sorteando los halagos del mundo al que conquistó, pero al cual no hizo concesiones. y venciendo los asaltos del espíritu maligno, se dirigió serenamente hacia la cumbre. Su vocación de escritor fue simple y constante como su vida. Con su vocación nació y con ella moriría.
En pocos casos se encuentran, como en el suyo, tan identificados al hombre y al escritor. ni la adversidad ni las calumnias lo doblegaron, como el vendaval no derriba el muro de sólidos cimientos.
Se ha hechado un manto de olvido sobre su obra y su persona, existiendo una consigna del silencio sobre Hugo Wast, por su condición de escritor católico.
El 28 de marzo de 1962, en Buenos Aires, a la que llamó turbulenta y alegre, entregó su alma al creador, siendo amortajado su cuerpo con la sotana de la Compañía de Jesús.
La muerte no pudo sorprenderlo distraído, porque jamás dejó que los alientos de humanas vanidades sofocaran la antorcha que debía mantener encendida a través de una larga vigilia de siervo fiel.
Momentos antes de su muerte había estado bromeando con quienes lo acompañaban, y cuando tal vez oyó más acentuados los sones del clarín, pasó a la oración y se puso a desgranar, con mariana piedad, el último Rosario de su vida. Poco después el abandono de las fuerzas le privó del habla, pero las tuvo todavía para signar con una cruz y un beso la frente de Matilde de Iriondo, la buena madre de sus trece hijos, a la que miró con ternura expresándole su "a Dios"
Fatima Villanueva
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