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Tema: Castellanopatías - El manganchismo, la dichosa teoría

  1. #1
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    Castellanopatías - El manganchismo, la dichosa teoría

    Son legión los que, practicando entusiásticamente el deporte nacional de opinar de todo sin saber demasiado de nada, bajo la bandera de que la lengua es algo vivo, piensan que todo se puede decir y que apenas hay cuatro cosas que están mal y esas palabras, construcciones y frases, a fuerza de ser dichas, adquieren carta de identidad.

    Son los que creen que, como es gratis, se puede hablar de cualquier manera. Inconscientes del daño que causan a su propia cultura, aplauden fervorosamente y acogen sin el menor espíritu crítico cual*quier palabra novedosa o construcción de moda.

    ¿Acaso es enriquecer la lengua añadir elementos inútiles? Llenar de trastos una habitación no es precisamente decorada sino entorpecerla o sobrecargada incómodamente.

    Cualquier estudiante que obtenga el Graduado Escolar sabe que hay dos tipos de neologismos (nuevas palabras que incorpora una lengua): los necesarios y los innecesarios. Bienvenidos los primeros, pero evitemos “en la medida de lo posible” los segundos.

    Los de la manga ancha o manganchistas (he aquí un neologismo innecesario) adoptarán sin dudar cualquier nueva palabra, cualquier construcción nueva sin pararse a pensar que la misma idea pueden llegar a expresarla en un castellano normal, en la mayoría de los casos.

    Esas nuevas aportaciones a la lengua, en muchas ocasiones son tan efímeras que no la enriquecen sino que acaban produciendo el efecto contrario. Un buen ejemplo es el de cualquier planta ornamental. No es menoscabada dirigir su crecimiento cortando en un lugar, dejando crecer en otro, enderezando aquí, torciendo allá. Es bueno quitar las hojas muertas que ya cumplieron su función y que ahora son inútiles. Pero, a la vez, hay que dejar que sea ella la que crezca naturalmente echando sus propios renuevos. Puede tolerar algún injerto, uno, dos, pero no más. A base de injertos puede acabar siendo una planta distinta o, lo que es peor, morir.

    Tenemos una responsabilidad con respecto a la lengua. Es uno de los reflejos de nuestra herencia: cultural; parte del acervo que deberemos dejar detrás de nosotros.

    Sencillamente, no todo vale.

    De los cinco siglos anteriores, gracias a Dios o por desgracia, sólo nos ha quedado lo que escribieron unos pocos, en comparación con los millones de hablantes de los que no ha quedado huella. Hoy, que la cultura, por fin es un bien común, todo el mundo escribe, cualquiera traduce un libro, cientos de personas escriben en medios de comunicación. Las televisiones y radios llegan a millones de hablantes y ponen de moda maneras y modos de decir. Pueden hacer mucho bien, pero también mucho daño. Se corre el riesgo de que la lengua escrita caiga en manos de irresponsables poco formados que se olviden de poner el filtro necesario entre lo que se puede decir pero no se puede escribir; entre lo que se dice y lo que se escribe. La falta de estilo nunca ha sido un estilo, como la falta de clase, de tono humano, nunca ha sido una nueva forma de demostrar categoría. Ambas cosas son pérdidas.

    Pero “vox populi, vox Dei”, que dice el aforismo. La norma debe ir después del uso. No conviene, por otra parte, menospreciar las vacilaciones del idioma vivo. Gracias a ellas, miles de palabras son como son y no como “deberían haber sido” si todas y cada una de ellas hubieran evolucionado de la misma manera [1]. El estudio de la gramática histórica y de la etimología sabe que la actual riqueza del castellano y de cualquier lengua proviene de la vulgarización de las respectivas lenguas madres. Hay que buscar el verdadero equilibrio entre lo que hemos dado en llamar 'manganchismo' y el purismo a ultranza. Hay que distinguir en el habla lo que es pérdida y empobrecimiento, de lo que es evolución, ganancia. Me parece un buen ejemplo de esta evolución la conocida expresión actual destornillarse de risa cuando en puridad debiera decirse 'desternillarse', perder las ternillas, no los tornillos; lo que ocurre es que ya casi nadie sabe qué cosa sean las ternillas, mientras que los tornillos son tan habituales.



    [1] Un ejemplo, si 'taurus' dio 'toro'; 'maurus', 'moro'; etc., ¿por qué decimos 'Pablo' y no 'Polo' si viene de 'Paulus'? En puridad o con criterios estadísticos así debiera haber sido.
    Última edición por senex; 27/05/2008 a las 10:40

  2. #2
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    Re: Castellanopatías - El manganchismo, la dichosa teoría

    Si ya no son muchos los que saben qué es una ternilla, es porque desde hará unas tres décadas el nivel cultural y educativo ha decaído muchísimo. Se lee poco, el sistema educativo actual enseña poco y mal, y premia la falta de esfuerzo aprobando sin estudiar. Tampoco se fomenta la lectura, actitividad detenida que ayuda a pensar, a reflexionar y a tener una base de conocimientos que ayuda a no ser manipulado tan fácilmente. Hablando en hipérbole, uno puede partirse la ternilla de la nariz de tanto reír, pero como no somos máquinas no tenemos tornillos, por lo que la frase es absurda. De todos modos, el ingenio del pueblo aún no ha perdido la capacidad de crear expresiones simpáticas. Y, bien utilizadas, las metáforas son fundamentales en la poesía y hasta ponen la sal y la pimienta en el habla de cada día.

    El déficit generalizado de vocabulario ha empobrecido considerablemente la capacidad expresiva y de matización de muchos y, junto con la falta de lectura y de buenos ejemplos de expresión en los medios de difusión hablados, ha dado lugar a una profusión inusitada de usos erróneos que antes solo se daban, si acaso, en niveles socioculturales muy bajos. Dequeísmo, queísmo, confusión entre «sino» y «si no» que prácticamente queda reducida a «sino» pero pronunciado siempre sinó, construcciones confusas y absurdas como «soy de los que hago» en vez de «los que hacen» (como si tuviera sentido decir «los que hago»). Este último ejemplo en España, como eso de empezar una frase con un verbo en infinitivo como «decir que», «señalar que» o «añadir que», cuando obviamente habría que decir «solo falta añadir», o algo así. En Hispanoamérica se ha extendido muchísimo el «se los digo» o «se los agradezco» si se habla a varias personas, aunque solo se diga o agradezca una cosa. Y es que este fenómeno de la degradación del idioma se está dando a ambas orillas del Atlántico. Como estos podría poner muchos ejemplos más. Y no hablemos de lo venida a menos que está la ortografía, sobre todo la puntuación y la acentuación.

    Volviendo a los neologismos, es cierto que en la mayoría de los casos no están motivados por la necesidad, sino que son fruto de un afán esnob de notoriedad. Es falta de naturalidad. Muchos quieren dárselas de modernos, proyectar una imagen de lo que no son. «Llaneza, muchacho, que toda afectación es mala» (Cervantes). Sucede también bastante que la falta de vocabulario lleva en muchos casos a improvisar de cualquier manera, o bien a tomar préstamos de otros idiomas para algo que ya tiene nombre. Así se adoptan muchos extranjerismos que no se acomodan muy bien a nuestra grafía o forma de pronunciar, y quedan como cuerpos extraños alojados o clavados en el idioma. O bien pasa que una compañía extranjera quiere comercializar entre nosotros un producto hecho a base de una materia prima que no sabe cómo se llama, y sin informarse bien, le ponen cualquier cosa o no lo traducen. Así, por ejemplo, nos hemos llenado de champús a la «henna», cuando en realidad se trata de alheña, que es un arbusto de lo más común: una especie de ligustro. Seguro que muchos piensan que es alguna planta exótica. Pero, al decir de Fray Luis, «nuestra no es dura ni pobre como algunos dicen, sino de cera y abundante para los que la saben tratar».

    Por supuesto, cualquiera es libre de inventarse una palabra o expresión haciendo un juego de palabras, pero ahí ya sí estamos hablando de originalidad e ingenio. Ahí sí se crea, y hasta los poetas se inventan a veces alguna palabra como licencia literaria cuando viene al caso.

    Por último, cuando hay que incorporar una palabra extranjera que no tiene equivalente, aunque si no fuera tan apresurado este mundo actual siempre se podría crear uno, creo es preferible adaptar lo más posible la palabra bárbara en vez de utilizarla tal cual. Así se incorpora y se asimila, con lo que el idioma se enriquece, mientras que de otra manera se indigesta, choca y queda fuera de lugar. O pasa también que cuando por haberse generalizado su uso se termina por aceptar, digamos, un anglicismo, añadir esa palabra o acepción puede en realidad empobrecer el idioma si por moda todo el mundo lo usa descuidando otras formas de expresión. Ejemplo: aunque ya está aceptado en el diccionario ignorar en el sentido inglés de la palabra, se corre el riesgo de arrinconar por prisa y pereza toda una serie de palabras y expresiones que expresan la idea con más claridad y sin que se confunda en ningún momento con el sentido de ignorancia que tiene en español (no hacer caso, desentenderse, pasar por alto, hacer como si no existiera, como si no se oyera, como si no viera, hacer caso omiso, descuidar...)

  3. #3
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    Re: Castellanopatías - El manganchismo, la dichosa teoría

    Eso de empezar la frase con infinitivo es de las particularidades del español de España que casi se puede decir que hasta me agradan. En cambio, eso de "ir A POR tal cosa" nada más no logro digerirlo.

    Otro error muy de la península que generalmente nos llama mucho la atención a hispanoamericanos es la confusión entre objeto directo e indirecto, o también el uso de verbos intransitivos como transitivos. Aunque cada vez me voy acostumbrando más a verlo así, las primeras veces que vi un titular como este de 20 minutos me sorprendió bastante: "Un menor pega a un profesor ayudado por un grupo de amigos". En México esto significaría que le pusieron pegamento y lo adhirieron a una superficie. Todavía peor es leer u oír algo como “desgraciado el que la pegó”, refiriéndose otra vez al que “la golpeó”.


    Algo parecido pasa con el verbo preguntar. “Miguel Bosé se enfada con la prensa al ser preguntado por Alejandro Sanz”, cuando la pregunta es la que es preguntada (perdonen la redundancia), y es a Miguel Bosé a quien le preguntan (la pregunta). Creo que el verbo cuestionar es distinto en este aspecto, porque ahí sí se puede decir que Miguel Bosé es quien fue cuestionado acerca de Alejandro Sanz.

    Respecto a la prensa mexicana me molesta mucho la manera como diariamente utilizan la palabra “ejecución” por asesinato, como si las bandas de narcotraficantes tuvieran alguna clase de autoridad en la sociedad.

    Y un error muy común de la mayoría de las personas que escriben correos electrónicos es el de poner, por ejemplo, “haber si salimos mañana” en lugar de “a ver si…” Ahora que lo pienso, eso de empezar una frase con “a ver” tiene su semejansa a lo de empezar con un verbo en infinitivo.

  4. #4
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    Re: Castellanopatías - El manganchismo, la dichosa teoría

    Lo de empezar la frase por infinitivo es una moda reciente que no tendrá más de quince años como mucho. Los buenos escritores lo evitan y los manuales de redacción y de estilo lo proscriben. Respecto a lo de "ir a por", tan normal en España aunque se usa indistintamente con el "ir por", no es incorrecto en sí, porque nunca lo ha sido poner dos preposiciones juntas, como sucede a veces en otras construcciones y a nadie le choca porque está más acostumbrado. Es cuestión de uso, de costumbre. Y en algunos casos hasta es más enfático "a por". También en Sudamérica (no sé en México) es habitual decir "por sobre todo", que en España choca porque nosotros decimos "sobre todo" y es suficiente, pero ambas formas son correctas. Respecto a la confusión de transitivo e intransitivo, en América es normal decir "agradecer por algo" frente a nuestro "agradecer algo", y tan bien está lo uno como lo otro. En cuanto a lo de pegar (más habitual para nosotros que golpear, que nos da la idea de hacerlo con un objeto o repetidamente), es lo más habitual. Por tanto, aunque el titular del que hablas dijera "pega a un profesor" en vez de "le pega a un profesor", más habitual en la lengua hablada, para nosotros no hay ambigüedad posible y está clarísimo el sentido. Estoy de acuerdo en que está mal "el desgraciado que la pegó", pero ese es un uso local de Castilla ajeno a la mayor parte de España, siempre reducido a la lengua hablada y no lo utiliza todo el mundo. Difícilmente aparecería en un periódico o se oiría por televisión o por radio, si bien puede aparecer en los diálogos de una novela en boca de personajes que se expresan en lenguaje popular, no en la parte narrativa o en una pregunta por la radio a alguien que pasa por la calle En Valladolid o Salamanca.

    Lo de "ser preguntado" es algo muy feo que procede del inglés. Una persona que de verdad piensa en español no diría algo así, salvo que esté sometida a mucha influencia del inglés por sus lecturas o por personas con quienes se relacione.

    A mí también me parece intolerable que a los asesinatos o ajustes de cuentas entre bandas de narcotraficantes los llamen "ejecuciones". En España estamos acostumbrados a que refieréndose a los terroristas de la ETA utilicen impropiamente en la prensa escrita y hablada muchos eufemismos y palabras que no les corresponden.

    Desde luego que es una barbaridad "haber si" por "a ver si". No estoy tan seguro de que haya tanta semejanza (es con zeta, pero por haberlo escrito alguien que tanto se preocupa por el idioma culparé al inventor del teclado que puso juntas la s y la z, además de la b y la v) con empear las frases con infinitivo, ya que tiene una preposición delante. Podría ser, pero se trata de una expresión bastante castiza, tiene mucha solera, y no es más que una forma abreviada de "vamos a ver", del mismo modo que decimos "buenos días" en vez del más largo "le deseo un buen día". Por eso no se considera incorrecto ni se prohíbe su uso en ningún manual.

    En fin, bueno es preocuparse por nuestro maltratado idioma, pero sin irnos al extremo. Y apreciemos también la hermosa variedad que aporta a la lengua el ser vehículo de comunicación de cerca de millón de personas que viven en más de veinte países, con sus inevitables peculiaridades locales que no siempre son malos usos, sino que en la mayoría de los casos tienen su encanto.

  5. #5
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    Re: Castellanopatías - El manganchismo, la dichosa teoría

    Nada más añadí el último comentario, recibí en mi buzón electrónico un boletín del Centro Virtual Cervantes que entre otras cosas contenía una hilarante compilación de gazapos recogidos en periódicos y letreros diversos. Si bien en muchos casos se trata de obvias erratas, en muchos otros son ambigüedades debidas a una redacción apresurada que dan entender algo distinto de lo que se quiso decir. No puedo resistir la tentación de añadirlo a continuación.


    http://cvc.cervantes.es/actcult/mord...ua/default.htm

    Morderse la lengua

    En otoño de 1996 comenzó a emitirse en «La 2» y en el Canal Internacional, de Radio Televisión Española, el programa Al habla. Dirigido por Clara Isabel Francia, y patrocinado por el Instituto Cervantes, nacía con la vocación de divulgar el idioma español de manera rigurosa al tiempo que desenfadada.
    A lo largo de siete temporadas, casi trescientas emisiones, el programa acudió a su cita semanal, ocupándose de una gran variedad de temas y dudas relacionadas con el idioma, siempre avaladas por un grupo de reconocidos especialistas.
    Una de las secciones que, desde el principio, suscitó mayor interés fue El museo de los horrores. En ella, se trataba de mostrar los malos usos del idioma en los medios de comunicación: equívocos y malentendidos provocados por erratas, errores sintácticos o gramaticales y usos incorrectos de las palabras, con los que se buscaba siempre la faceta más divertida y sorprendente.
    Las cartas en las que los lectores enviaban estos horrores comenzaron a llegar con regularidad al programa prácticamente desde la primera emisión, y cada semana se premiaba la propuesta más original o chocante, surrealista muchas veces, con un diccionario.
    Aunque en ocasiones se recibían cintas con grabaciones radiofónicas o de programas de televisión, incluso alguna fotografía, la mayor parte de las cartas contenían recortes de periódicos y revistas, mucho más accesibles para los espectadores, con lo que al final, los museos acabaron convirtiéndose en un auténtico archivo de erratas en letra impresa.
    Son estos recortes enviados por los espectadores durante las siete temporadas de emisión del programa, los que, debidamente seleccionados y ordenados por Jesús Marchamalo, han servido para elaborar esta exposición que ahora presenta el Centro Virtual Cervantes, y que pretende ser un homenaje a quienes, con tanto interés, se afanaron en bucear periódicos y revistas en busca de titulares, noticias y pies de foto dignos de este particular museo nuestro.
    Sin ellos, es obvio, nada de esto habría sido posible.
    La exposición, por lo demás, aparece ordenada bajo distintos epígrafes que buscan una cierta unidad temática, si bien el visitante podrá entrar y salir de las diferentes salas a su antojo, prescindiendo incluso, si así lo desea, del texto que acompaña, y comenta, las ilustraciones.
    Dicho todo lo cual, les invitamos a una inmersión en este mundo de lo insólito. Bienvenidos.




    Decía Víctor García de la Concha, el director de la Real Academia Española, que el mundo de los humanos es un mundo de palabras: lo que sentimos, lo que pensamos, lo que nos asusta, todo cuanto nos rodea está construido con palabras, y el empeño por conocerlas, por establecer sus lindes y vecindades, por conocer sus significados tiene que ver con la voluntad de aprehender, de poseer de algún modo, lo que designan.
    Así, las palabras definen nuestro mundo, lo acotan y señalan con precisión —o imprecisión a veces—, de modo que si cambiamos las palabras cambiamos también nuestra percepción de lo que nos rodea.
    Este que ahora iniciamos va a ser un viaje a esos otros mundos insólitos transformados por las palabras. Esos otros mundos que, como decía Paul Éluard en una de sus frases más celebradas, están también aquí.
    Y comenzamos la visita a este mundo de lo insólito por el final, justo por el viaje de vuelta, ocupándonos de este avión que, tal y como vemos, regresó a Madrid por una grieta. Porque se sabe de pasillos y corredores aéreos, se sabe de rutas y ventanas, pero no me negarán lo sugestivo de la propuesta: volver por una grieta, con las horas de viaje que ahorra utilizar atajos.
    Ahora, que todo tiene sus riesgos y a pesar de las garantías que hoy ofrecen los vuelos en avión, no dejan de ser peligrosos. Comprueben el empeño de ese avión español por estrellarse en Turquía todo el tiempo.
    Y es que ocurre a veces, que los titulares —claridad pero sobre todo concisión— no dejan de plantear sus trampas. Tal vez hubiera sido más correcto titular, por ejemplo «Tercer accidente de avión en Turquía en menos de un año», o bien «Se estrella en Turquía el tercer avión español en lo que va de año». No sé. A todo esto, estamos suponiendo que el avión no haya sido siempre el mismo, lo cual es mucho suponer.
    Vean si no esta información que no deja de ser en cierto modo alarmante. Ya tienen que ser descuidados los conductores de autobús para perder semejante cantidad de viajeros. Aunque obras para perderse, desde luego, no faltan.
    Y es que no vean cómo se ha puesto de peligroso el transporte. La siguiente noticia tiene que ver con los accidentes de tráfico, 500, registrados en Guadalajara a lo largo del año 2000, a los que hay que sumar los 1125 vehículos que chocaron contra un turismo estacionado en el mismo período de tiempo ¿Y el dueño? —se pregunta uno nada más leer la noticia—. ¿Por qué no lo cambiaba de sitio? Definitivamente lo debió dejar estacionado en el punto más negro de la historia del aparcamiento no sólo en Guadalajara capital, sino mundial.
    Pero si está complicado el asunto de la industria del automóvil, no quieran ver cómo está la del aceite. Lógico, si la industria del aceite hace aguas, ¿qué quieren? No sólo les auguramos un negro futuro, sino que lo mismo es hasta ilegal.
    ¿Y el telescopio más grande del mundo? Una obra de ingeniería, óptica y tecnología que permite divisar objetos situados a… ¡100 metros! Para esas prestaciones, en vez de tanto telescopio habría valido con unas gafas de cristales graduados de esas del óptico que regala otro par por sólo un euro más, según la publicidad.
    Y es que hay gente que no deja de presumir, la mayor parte de las veces de forma gratuita. Vean a Paula, esta joven gaditana, rubia, bronceada, de uno setenta —no es por exagerar—, que anuncia nada menos que 100 pechos. Una barbaridad se mire como se mire.
    Pero se empieza y ya no se encuentra límite. En este mundo insólito que visitamos, puesto a anunciar pechos, conviene no quedarse corto. Ahí tienen a Cristina, modelo guapísima, de 120 pechos, ¿se imaginan? «Atrévete», invita el anuncio. Y no es para menos. Ya anunciaban los expertos que tanta comida rápida, tanta emisión contaminante, tanto protocolo de Kyoto no podía ser bueno. Así que se nos ha llenado todo de mutantes.
    ¿Qué me dicen de este potrillo de la foto? El primer équido clonado que, según se lee en el texto «revolotea» a sus anchas en una granja de Idaho. ¿Revolotea? No estamos muy seguros. No obstante, al ser clonado el pobre, pues se conoce que dispone de cualidades específicas.
    ¿Y el caballo protón? ¿Y las palomas de cuerpo abultado de hasta cinco kilos de peso? Menos mal que no somos halcones...
    Si es que no podía ser bueno tanto esteroide. Miren al alcalde y a dos de sus concejales en una instantánea que muestra, con crudeza, el resultado del ajetreo de la vida moderna, la comida rápida y la alimentación deficiente. No les digo más que se han hecho vegetarianos, como por otra parte se observa a simple vista.
    No es de extrañar con todo este lío la propuesta de un diario, cuyos lectores exigían, y finalmente consiguieron, que los pasos de cebra no se ubicaran en los pasos de peatones, sobre todo para no liarse: las cebras por su lado, y los peatones por el suyo.
    Así se evitarían complicaciones como las que vemos a continuación. El actor Roger Moore, el pobre, embestido por la corona británica. Con lo que debe de doler una cornada con corona.
    Comenzábamos hablando del mundo de lo insólito. Ya verán los efectos que provoca en el organismo…

    No cabe duda que el de los médicos pasa por ser uno de los más incomprensibles e insólitos territorios lingüísticos que existen. Un lenguaje secreto al que nos acercamos siempre con la debida cautela, prevención y desdén, cuando no con una aprensión contagiosa, y nunca mejor dicho.
    Y es que la salud aparece permanentemente amenazada por una lista interminable de enfermedades, infecciones y alteraciones que necesitan un diagnóstico preciso y temprano, lo que no siempre ocurre. La siguiente información, por ejemplo, narra cómo un soldado sufrió durante meses una extraña afección, hasta que finalmente un médico acabó acertando el diagnóstico: hernia fiscal. Y eso que fue el médico el que dio con la dolencia, porque podría haber sido un inspector de Hacienda, lo que habría complicado las cosas considerablemente.
    No es por buscar justificaciones, pero lo cierto es que hay enfermedades verdaderamente complejas. Les invitamos a valorar el cuadro clínico de este oficial británico, veterano de guerra, aquejado —atención— de daños cerebrales en el hígado, intestinos y vejiga, aparte de pérdida de visión, entre otros males.
    O esta otra enfermedad que afectó a un grupo de científicos, atrapados entre tímpanos de hielo. Igual que veíamos antes los singulares efectos del progreso en el mundo animal, nos enfrentamos ahora a este nuevo hombre biónico con nervios de acero, manos de hierro, pies de plomo, y tímpanos de hielo.
    Y dando gracias que en esas latitudes geográficas los témpanos son de hielo, porque ha ocurrido (por ejemplo en Madrid) que las bajas temperaturas han formado placas de hierro en las calles, con lo difíciles que son de eliminar. Sobre todo con sal…
    Después están los raros. ¿Qué me dicen de este deportista que tiene fracturado el dedo derecho del pie pequeño? Con esas indicaciones no hay facultativo que pueda hacer un diagnóstico adecuado.
    Lo mismo que la siguiente información: un motorista que —se explica—, sufrió una fractura de vía aérea. Ya me dirán dónde se localiza eso.
    No hay duda de que exigimos demasiado a la medicina tradicional que se enfrenta constantemente a nuevos retos. Como estos decapitados trasladados en las ambulancias de una Cruz Roja que nunca se da por vencida en su lucha contra la enfermedad y la muerte.
    Otro caso extraño es el de este joven a quien en una operación de urgencia en un hospital público se le practicó una extirpación de abdomen. Tal vez una ojeada al diccionario nos aclare que el abdomen, «cavidad del cuerpo de los animales vertebrados y conjunto de los órganos contenidos en ella», no puede extirparse con facilidad, ni siquiera en la sanidad pública.
    En todo caso, es un problema el de las extirpaciones abdominales que viene de lejos a juzgar por la siguiente noticia, donde se cuenta que fue Fernando I quien al dividir su reino provocó las guerras intestinales que tantos quebraderos de cabeza nos dan incluso en la actualidad.
    Otras veces los problemas no tienen tanto que ver con las enfermedades como con lo que podrían denominarse accidentes laborales, los gajes del oficio, vaya. Como este fallecido por causas laborales sin especificar.
    Porque el mundo del trabajo está lleno de riesgos que nadie ignora: los madrugones, los atascos, los jefes… La siniestralidad laboral, una auténtica lacra, sobre todo en aquellos trabajos de riesgo. Ahí tienen a este torero cogido por un astado que le disecó la femoral.
    Lo que nos lleva a pensar en el taxidermismo como uno de los grandes enemigos del arte de Cúchares. El otro son los propios toreros, no ya por su falta de arte con los instrumentos del oficio —muletas, banderillas y estoques—, sino por su costumbre de aprovechar la mínima ocasión para quitarse competidores de en medio. Así, se dan casos como el siguiente, que ocurrió en la plaza de las Ventas, en Madrid, en la que un matador acabó con otros seis toreros que habían resultado cogidos, probablemente para evitarles sufrimientos, aparte de los toros que le tocaran en el reparto, naturalmente.
    Y si así están las cosas en los toros, no vean cómo se las gastan en el de los rallies para demostrar, como leemos en la siguiente noticia, que las venas corren por su sangre, y no al revés, como ocurre con el resto de los mortales. Raro, ya les cuento.
    Conocedores de todas estas cuestiones, no resulta extraña la proliferación de errores médicos de todo tipo que acaban, buena parte de ellos, en los tribunales, a veces con penas realmente elevadas. Lean la singular petición de la acusación particular en este caso, en el que se pide para el médico la condena a un año… ¡de cáncer! Una errata que, cuando menos, podríamos calificar de desafortunada.
    Como esta otra noticia, que tiene que ver con la celebración del Día Mundial del Sida, en el que, como leemos (con mal disimulada aprensión) se realizará una actividad de difusión de la enfermedad. ¿Pero estamos locos?
    Si desde el Gobierno de la nación se difunden enfermedades, a ver quién se atreve a señalar al sector de la restauración que, como ven, invitan a degustar un apetitoso plato de… ¡anchoas con salmonela!
    Tanto rigor en unas cosas, y tanta relajación en otras. Fíjense en este pobre agente de la Benemérita enviado a prisión por comerse un bocadillo de guardia.
    Así las cosas, tampoco llaman la atención titulares como el siguiente, en el que se narra el accidente en el que colabora una ambulancia local. Hay que ser malpensado: lo mismo colaboró recogiendo a los heridos y llevándolos a tiempo al hospital donde tal vez se encontrara con el siguiente panorama: una huelga de médicos y enfermos. Ahí tienen a facultativos y pacientes haciendo coincidir la justa lucha por sus reivindicaciones, lo que bien pensado no deja de tener cierta lógica.
    No hay nada como ordenar las cosas.



    La llegada de los euros en nuestros bolsillos cambió drásticamente una serie de hábitos a los que lentamente nos hemos ido habituando. Así, han ido desapareciendo de nuestro lenguaje coloquial expresiones como «No tener un duro» o «Estar a la pela» mientras que se han ido popularizando otras palabras para referirse a la moneda comunitaria; «dineuro», por ejemplo; «helio», entre los más jóvenes; o «ebro», en algunos lugares.
    Ya antes de que los euros se convirtieran en moneda contante —y sonante— los periódicos publicaban multitud de informaciones sobre la nueva unidad monetaria y sus características.
    Por ejemplo, hay una que explica a la perfección que cada euro se divide en 100 centímetros. Y para resolver definitivamente las dudas añade que habrá monedas de 1, 2, 5, 10, 20 y 50… ¡centímetros! Piensen en las dimensiones que, caso de ser correcta la información, acabarían teniendo los monedeuros.
    Otros periódicos parecen no tenerlo tan claro. Así vemos cómo un consistorio sacó a subasta un parque de 1500 metros cuadrados, por 36 000 euros... ¡cuadrados! Lo que facilita mucho los cálculos cuadrados, claro.
    También hay que decir que los ayuntamientos llaman parque a cualquier lugar donde aparezca «instalado» un árbol. Por ejemplo, en la siguiente información leemos que otro ayuntamiento ha instalado cinco árboles y tres bancos, en una superficie de 140 millones de pesetas, suponemos también que cuadrados, si bien es algo que no se especifica.
    Ocurre a veces que las cifras, en euros, se dan de modo aproximado justo para evitar problemas con la conversión. Así vemos que a Carmen Polo de Franco se le estima, según esta información, una fortuna de muchos ceros a la izquierda de euros. Algo que debe haber dejado muy intranquila sobre todo a la interesada.
    Y eso sin contar con la depreciación de la moneda, porque fue opinión unánime en los primeros tiempos que el euro y sus redondeos habían provocado una subida importante de los precios. De ahí la noticia de este diario que advierte a los consumidores de que es posible ahorrar si se buscan los mejores precios. Por ejemplo, un consumidor madrileño, según la información, puede recortar sus gastos anuales en hasta ¡1150 millones de euros! Unos 191 billones de pesetas, al cambio, que ya los quisiera para sí algún Estado soberano, o el que suscribe, sin ir más lejos.
    Porque recordarán que durante mucho tiempo la moda consistía en expresar la cifra en euros y a continuación en pesetas, aunque a veces se expresaba primero en pesetas y luego también en pesetas.
    No es de extrañar que, con tanto lío de dinero, la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales) se decidiera por otra unidad monetaria, el minuto, con lo que los convenios colectivos son mucho más difíciles de calcular.
    La economía: un territorio definitivamente duro. Ahí tienen ese gesto del tenista Carlos Moyá, doliéndose de una torcedura en el tobillo que le provocó una considerable inflación. ¡Anda que si llega a saber el Gobierno que la inflación baja con hielo!
    Reconozcan que hay cosas increíbles. Quién iba a pensar que tras una aparatosa caída en parapente, todo se saldara al final con varias facturas.
    Los deportes de riesgo, ya saben, al final acaban costando un dinero.



    Después de la clase sobre economía doméstica que acabamos de dar, he de reconocer, sin complejos, que soy más bien del territorio declarado de las letras, y que las cifras siempre me han transmitido algo de esa frialdad estática de lo inapelable.
    Pero hay cosas que no dejan de llamar la atención. Por ejemplo, el siguiente titular, y no tanto por la media de edad, sino por el número de habitantes que se supone habrá dentro de 50 años en el planeta: ¡8900! Lo que augura, entre otras cosas, la desaparición de las molestas colas en los cines y lugares de esparcimiento.
    Ocurre que los números precisan de un extremado celo en su exposición y cualquier alteración de los mismos conduce inexorablemente a la catástrofe. Vean estos seis de cada cuatro canarios asediados por la delincuencia. O los ocho de los tres acusados de los que se habla en la esta otra información. O, las alarmantes cifras de acoso laboral, de cuyas víctimas seis de cada cuatro son mujeres. Que es, por cierto, la misma cifra que los canarios asediados, lo cual no deja de ser una curiosa coincidencia, ignoramos si trascendental en algún aspecto.
    ¡Las cuentas no salen por más que nos empeñemos! Si no, que se lo pregunten a la víctima de esta noticia en cuya casa, la Guardia Civil, tras un registro minucioso, encontró ¡57 000 personas! Suponemos que debidamente plegadas sobre sí mismas porque, verdaderamente, 57 000 es una cantidad verdaderamente apreciable de personas. Calculen: 57 000 camisas, 57 000 camas o 57 000 cepillos de dientes. Una barbaridad de gente para tenerla metida en casa, la mayor parte, además, funcionarios, a juzgar por el número de ellos que existen en España.
    Así, no es extraño que tengan que pasarse el día desayunando, con lo que estropea el hígado. A cambio, también nos topamos con regiones desfavorecidas donde 1200 agentes y más de 380 000 cuestionarios servirán para censar a 10 personas, con 00 añade —precisión milimétrica—, según la información el sector personas, como el de los euros, se ha llenado de repente de céntimos. Y eso sin entrar en las relaciones familiares que se establecen entre ellas, en ocasiones difíciles de expresar, y no decimos ya de entender.
    En cualquier caso y aun con la disparidad de cifras en España, y ligazones consanguíneas, según el siguiente artículo, cavemos todos.
    No sabemos si al final hablamos del verbo caber o del verbo cavar (no es lo mismo) porque definitivamente hay mucha obra municipal activa (recuerden los usuarios perdidos de autobús) y no sería extraño que acabáramos todos —o acaváramos— teniendo que agarrar el pico.
    Permítanme volver al tema de los números, tipos escurridizos y traicioneros como estamos viendo en su propia esencia. Porque, ustedes me dirán de ese viernes 5, Miércoles de Ceniza. ¡Qué complicación!
    ¿Y el 29 de agosto, día de San Juan Autista? Cierto es que las santidades se rigen por otro reglamento, de modo que su mundo puede resultar extraño a los mortales. ¿Qué me dicen, por ejemplo, de San Simeón Estilista? Representante, como se lee en la información de una ascética extraña. Claro, no deja de ser extraño que un santo enfoque su apostolado hacia el mundo de la peluquería.
    Los caminos del señor, es sabido, son inescrutables. Tan inescrutables a veces que cuesta mantener la vocación en alza. En todo caso, hablar de ejemplares en el caso de los sacerdotes resulta un poco fuerte.
    Máxime con lo peligroso que se ha puesto el culto, a juzgar por el dato que aporta esta información: ¡Cuatro víctimas en misa! Y eso que el sermón tampoco fue de los rigurosos que si no, podría haber sido una auténtica catástrofe.
    Es lógico que la Iglesia hable de altibajos. Lo mismo que ocurre con los visitantes extranjeros, siempre exóticos en sus cosas, que crecen, como ven en la siguiente noticia, un 3,2% hasta abril. Así no hay manera de competir: ese tres por ciento acaba siendo un estirón en toda regla.
    Ahora que los problemas, los verdaderos problemas, no tienen que ver tanto con la altura sino con las cifras de producción. ¿O no es preocupante que en 2002 se fabricaran en España un total de 198 pares de zapatos? Y no se lo pierdan, por un valor de ¡3120 millones de euros! A ver quién puede gastarse ese dineral en calzado. No me extraña que anden por ahí los ministros del ramo diciendo que no somos competitivos con las economías orientales.
    Lo mismo que en Aragón respecto del reciclado del vidrio. Vean las cifras. ¿Hay derecho? ¿Casi siete kilos de vidrio? ¿En todo Aragón? Pues ustedes me contarán. Propongo que hablemos de inmediato con el diputado Labordeta, hombre a buen seguro cuidadoso con sus cristalerías.
    Para compensar, las incontestables cifras de Cantabria respecto del número de reclusos por habitante; son punteras. Ahí lo tienen, casi 132 reclusos por habitante según el titular, lo que coloca a esta comunidad autónoma a la cabeza del consumo mundial de población penal. Todo un hito.
    Y vamos a ir acabando con el problema de los numeritos con un singular ejercicio de magia.
    Atención porque las obras de reforma del área de urgencias afectan, como pueden leer, a la capacidad del hospital, que se duplica en 800 metros. Lo que sumado a los 800 existentes hace un total de ¿mil seiscientos? No, mil seiscientos treinta. Es lo que tienen las matemáticas que son, como se sabe, extremadamente precisas en sus cálculos.
    Y van a permitirnos que de estos 1630 metros de territorio hospitalario, siempre densamente poblado, pasemos sin transición a la soledad del viajero de la foto que pasea en paz y sosiego por esa ruta del norte, ya utilizada, según el pie de foto, por los monarcas en el siglo XXIII.
    El monarca del siglo XXIII, ¿será ese uno de los 8900 habitantes mundiales? ¿Uno de los 2000 millones de funcionarios? ¿Alguno de los reclusos cántabros? No sabría decirles, pero lleva 18 kilómetros andando, o huyendo, nunca se sabe.



    Antes de seguir adelante en nuestras pesquisas, les invito a echar un vistazo a los anuncios por palabras, prestando especial atención a la oferta laboral y al dato estremecedor que mostramos. Ahí lo tienen: 70 enfermeros y enfermeras solicitados por el Gobierno holandés ¿para sus dispensarios de atención primaria? No. ¿Para paliar la escasez de personal sanitario en los hospitales? No. ¿Para la atención de personas impedidas? No. En Holanda se necesitan enfermeros para la recogida de espárragos.
    Desconozco los cuidados que requieran las yemas comestibles holandesas, pero parece cuanto mínimo exagerado que su recolección precise manos de profesionales sanitarios cualificados y con experiencia, pero ya digo que no entiendo nada de espárragos.
    En todo caso, es cierto que cada vez se solicita mayor especialización laboral, y es importante la formación en todos sus aspectos. Vean, por ejemplo, el siguiente anuncio en el que se solicitan comerciales para la fidelización de clientes —¿existe la palabra fidelización?—. Puestos para los que se exige una natural actitud y vocación comercial y de orientación al cliente, edad comprendida entre los 23 y los 35 años y… ¿Han leído bien? ¿Pone realmente eso? ¿Será un error?
    Ya les decía que todos sufrimos las conmociones de un ámbito laboral cada vez más complejo y competitivo, casi tanto como el académico, ya que al amparo de las nuevas leyes educativas han nacido multitud de especialidades insólitas, como esta que se indica en la noticia, la enseñanza del tanga o braguita, por lo demás prohibida, según parece, por las autoridades académicas, celosas, como siempre, de sus privilegios.
    Malo es que se empiece con las prohibiciones, porque se comienza con la enseñanza de las braguitas, y se llega a prohibir el uso de personas, como muestra un cartel, que ustedes me contarán qué quiere en realidad decir, o prohibir. Y esto no es todo; la siguiente imagen apareció en una tienda de modas y tejidos, según la información, en la que alguien tuvo la feliz idea de anunciar una oferta con este desafortunado texto.
    Algo parecido a lo que plantea el siguiente anuncio, donde no sólo se ofrecen tres noches de hotel al precio de dos, sino que por la compra de un vuelo se regala el acompañante. Desconocemos si, dependiendo del tipo de billete, habrá posibilidad de elección respecto a la altura, color de ojos, medidas físicas y aficiones del acompañante en cuestión.
    En todo caso, para presumir, nos quedamos con el anuncio de esta empresa de reformas en el que se ofrecen presupuestos sin compromiso para la actualización del 4.º de baño, que ya tiene mérito. Porque convendremos que desde los trece aseos de Isabel Preysler, y la caseta del perro con calefacción, no habíamos visto nada de tanto merecimiento.
    La expansión inmobiliaria que no parece tener freno. Díganme lo que les sugiere el ascensor de tres dormitorios de este anuncio. ¡Tres dormitorios! Por pequeños que sean, se trata de una propiedad en toda regla.
    ¡Y no paramos! porque para tecnologías punta nada como el siguiente invento que a buen seguro hará las delicias de los cocineros más exigentes. Un horno microondas capaz, como se explica en la información, de freír huevos fritos. Toda una hazaña, no me negarán.
    Y es que hay veces en que las palabras se ponen a hacer de las suyas en cuanto se les da suelta. Ahí tienen el siguiente anuncio, ahora que nos habíamos casi recuperado de la oferta inmobiliaria. Se trata de una empresa que garantiza el impago mensual por el inquilino, para que los propietarios de pisos no se lleven después a engaño.
    Un trabajo ímprobo, qué duda cabe, como muchos otros. La siguiente es una información que recoge el incendio de una fábrica en Villaconejos, Madrid, dedicada a la fabricación de ropa usada, mucho más cómoda que la ropa nueva, indudablemente, y además mucho más barata. Tal vez las palabras almacén, depósito o nave habrían creado menos problemas a los lectores.
    Lo mismo que en la noticia que ahora vemos donde aparecen en primer plano tocones y árboles talados por un Ayuntamiento madrileño, sorprende que el redactor haya elegido la palabra poda.
    ¿Y qué me dicen de estas originales labores de desconstrucción que muestra la fotografía? Una desconstrucción, desde luego, en toda regla, a juzgar por los resultados.
    Y es que hay quien por no llamar la atención, o por simple modestia o apocamiento, parece que se enfrenta a la realidad con cautela. Todo lo contrario que este civil norteamericano, camionero de profesión, que, como indica el pie de foto, asegura haber sido secuestrado en Irak por un grupo insurgente. Y para demostrarlo, no dudó en hacerse una foto esposado en el asiento de atrás de un coche, al lado de un encapuchado armado con un fusil de asalto que, por lo demás, es altamente probable que fuera un secuestrador de verdad. Afortunadamente, fue liberado a los pocos días, sano y salvo.
    Y terminamos este capítulo con tres perlas de indudable valor. La primera tiene que ver con el pan, un sano alimento festejado tras ocho mil años de historia ya que al parecer ya era cultivado en la Edad de Piedra. Es cierto que con el paso de los años en vez de cultivarlo, y para evitar la dependencia de las cosechas, lo fabricamos. Como la ropa usada, igual.
    La otra noticia tiene que ver con un concierto solidario de la Orquesta Sinfónica de Radiotelevisión Española para contribuir a la catástrofe ocasionada por el Prestige. Así leído parece que por si no fuera poco el vertido de fuel, los damnificados tuvieron que soportar el concierto.
    Y la última contribución que prometíamos es este anuncio por palabras en el que, como ven, se ofrecen siete novicias asturianas. Cierto es que se habla de falta de vocaciones, pero andar por ahí vendiendo novicias no sé si es una buena solución. Lo mismo se trata de una errata y querían decir novias, lo que tampoco mejoraría mucho la situación. En todo caso, y por quedarnos tranquilos o siquiera con la sospecha de la tranquilidad, el anuncio completo lleva a pensar que lo que en realidad se venden sean siete novillas. Pero, en ese caso, ¿en qué estarían pensando?



    Lo bueno que tienen los números, acabamos de verlo, es la precisión sin matices. No como las palabras, que con frecuencia aparecen cruzadas de malentendidos y dobleces, a veces inocentes y a veces no.
    La siguiente noticia es un perfecto ejemplo de lo que contamos. El titular, «Los 500 de Patricia», lleva erróneamente a pensar que Patricia Gaztañaga celebra la emisión número quinientos de su programa. Pero ya decimos que se trata de un error, basta con leer el cuerpo de la noticia para reparar en que lo que realmente celebra la presentadora son los 500 años de emisión de su programa que, en estos tiempos en que prevalece la dictadura de las audiencias, no deja de ser una hazaña ciertamente notable.
    Es indiscutible que los avances médicos van cada vez más lejos —no hay más que ver cómo se conserva la propia Patricia con sus 500 años—, haciendo que la esperanza de vida no parezca tener límite. A cambio, la niñez también se retrasa de forma proporcional. Así, se dan casos como éste de Sevilla, en el que se narra la historia de un bebé de ¡21 años!, que resultó ileso tras caer de un segundo piso.
    En el extremo contrario tenemos a la princesa Magdalena de Suecia, una belleza de sangre azul que se inclina por los jovencitos, como ese de cuatro meses con el que al parecer convive; un verdadero ejemplo de precocidad ignoramos si habitual entre los jóvenes suecos.
    Estamos habituados a que cada vez ocurran cosas más raras. En la siguiente información, por ejemplo, se cuenta cómo una familia espera el nacimiento de su bebito ¡de año y medio! Un bebito que, suponemos, nació prácticamente escolarizado.
    A partir de ahí podemos creernos prácticamente cualquier cosa. Incluso la propuesta del grupo socialista valenciano que pidió que se garantizara elaborto a los doce meses, lo que evitaría el nacimiento de bebitos de año y medio, entre otras cosas. Y también las declaraciones de la cantante canadiense Celine Dion, cuyo marido ha intentado concebir un progenitor, o la historia de los padres recién nacidos de la parroquia de San Valero Obispo y San Vicente Mártir, en Valencia.
    En el escurridizo país del lenguaje no es lo mismo ser inscrito recién nacido por sus padres, que ser inscrito por sus padres recién nacidos. Aunque a estas alturas tampoco creo que nadie se sorprenda de que esta última posibilidad sea realmente la correcta.
    Respecto de la siguiente información, no tenemos más explicación que los ya mencionados avances médicos, en este caso en el terrero de la reproducción asistida, que permiten a un matrimonio de 40 años tener 6 hijos de entre 12 y 15 meses que ustedes me contarán la trabajera.
    No se sabe que es mejor, si tenerlos todos seguidos como la pareja que acabamos de ver, o esas diferencias de edad que tampoco pueden ser buenas. Vean los dos hermanos, uno de seis años, el pequeño, y otro de 134, el mayor, mayorcísimo.
    Es cierto que la longevidad de los nacidos en los países de la Unión Europea empieza a ser sólo reseñable a edades realmente exóticas. Sirva de ejemplo este hombre de nacionalidad portuguesa que a sus 321 años es detenido por la policía tras una trifulca en un bar. Los motivos de la detención rayan lo antológico: se negaron a servirle unos bocadillos que no iba a pagar, y rompió varias piezas de una vajilla. Y eso camino de los tres siglos y medio. ¡Qué naturaleza!
    Se sabe que el de la restauración y la hostelería es uno de los sectores donde las cosas son más laxas respecto a la edad. Así, según se lee en el siguiente anuncio, se demandan ayudantes de cocina ya desde los dos años a los que, además, se les exige experiencia. Ustedes me dirán la experiencia culinaria que puede tener un niño de 2 años, más allá de la papilla de cereal hidrolizado y la pera pelada.
    No es de extrañar que, a modo de compensación, la vida laboral en los restaurantes se extienda a veces hasta edades realmente inesperadas, como esta cocinera de entre 25 y 235 años. Esperemos que el contrato que le ofrezcan sea por lo menos indefinido.
    Aunque caso de no ser así, y si las condiciones laborales no son las adecuadas, se puede optar a este otro puesto de secretaria siempre, eso sí, que se hable euskera e inglés, se resida en la comarca del Bidasoa, y que se no se superen los 290 años.
    Confusiones de este tipo son las que justifican la reiteración sólo aparente del siguiente titular. Hace bien en insistir el diario en que la olimpiada juvenil está orientada a los jóvenes porque podría darse el caso de que se presentara algún joven de 290 años de la comarca del Bidasoa y plantear problemas de organización.
    Un mundo también extraño, por cierto, el de las actividades deportivas donde a veces es necesaria una gran inversión para unos resultados más que mediocres. Cuenten conmigo: 600 congresistas, 320 deportistas, 120 voluntarios, 150 dirigentes, 30 árbitros… Más de 1200 participantes para un total de ¡25 espectadores!
    Y que conste que la olimpiada juvenil puede considerarse un éxito, a pesar de tan magros resultados, sobre todo si los comparamos con los del Día del Minibasket. Es obvio que al tratarse de minibasket tampoco se le puede pedir grandes cifras.



    Hay una vieja máxima de las escuelas de periodismo que afirma (con absoluta impunidad) que no es noticia que un perro muerda a un niño, sino que lo realmente noticioso es que un niño muerda a un perro.
    Dentro de esta política de segregación informativa no sería extraño encontrarse con titulares como el siguiente, en el que una gorra apuñala a un joven, en vez de un joven que apuñala una gorra.
    Al final nunca se sabe con quién se la está uno jugando. Cabe también pensar que la gorra no sea la asesina sino el motivo de la reyerta, pero eso, en este mundo singular de las erratas periodísticas es, como siempre, demasiado suponer.
    Porque busquen la solución lógica al siguiente galimatías informativo: una dotación policial interviene una navaja que merodeaba por el polígono industrial. ¡Cómo no va a despertar sospechas una navaja merodeando a las once de la noche por un polígono industrial! Ustedes me dirán qué puede hacer una navaja decente a esas horas. Pues nada bueno, obviamente.
    No nos cansamos de decir que pasan unas cosas muy raras, también en el siempre escurridizo territorio de los sucesos. Por ejemplo, que unos ladrones, tras asaltar un colegio, avisaran a la policía para que lo vigilara. Todo un detalle digno de aquellos descuideros que, cuenta la leyenda, devolvían la cartera al interesado, después, eso sí, de limpiársela con diligencia y profesionalidad para evitarle el engorro de tener que solicitar nuevos documentos.
    Qué diferencia con los delincuentes de ahora, meros aficionados que, como el siguiente, se da a la fuga después de una reyerta con un muerto. Y es que hay que ser abusón.
    ¿Y de los muertos que se mueren de nuevo qué me dicen? Eso sí que es afición. Vean si no ese atentado que causa la muerte de 224 muertos.
    O el turista alemán ahogado que se muere esperando una ambulancia.
    Sin embargo, no todo van a ser desgracias. He aquí el caso del diputado de turismo que vuelve al trabajo tras morir casi ahogado. Una noticia casi con final feliz.
    Y no es por hacer bromas con temas tan delicados, pero hablando de ahogados he recordado esa información en la que se habla de apadrinar cadáveres embalsados, que también resultaron muertos, como era de esperar.
    De ahí que haya veces en que sea preciso acudir directamente a la autopsia para confirmar al 100% la muerte.
    Y aún así, que nadie se engañe porque ni la muerte garantiza la paz y el descanso, no ya eterno, que tal vez sería demasiado pedir, sino el simple sosiego terrenal. Ahí tienen a este obispo haciendo la vida imposible a un cura fallecido, que también son ganas, y muestra sobre todo y como mínimo, de una llamativa falta de caridad cristiana.
    Menos mal que la colaboración ciudadana aporta siempre datos precisos, testimonios y descripciones de todo tipo que permiten acercarse a los culpables con eficacia. Es el gobierno de los adjetivos: alto, bajo, gordo, delgado, de mirada torva o de rasgos levantinos… Ahí tienen la indiscutible exactitud de una descripción: un individuo de rasgos levantinos. Ignoro cuáles puedan estos ser, pero si encuentran alguna persona que responda a esas características no duden en señalarlo como culpable.
    En esta otra información también encontramos comentarios sumamente precisos sobre los luctuosos hechos que se narran: dos individuos que propinan a otro una paliza en absoluto común, sino de nacionalidad colombiana.
    Tampoco está exenta de datos la siguiente noticia: Dos Estados norteamericanos desoyeron las peticiones de clemencia y ejecutaron casi a dos condenados.
    Algo parecido ocurre con el siguiente golpe al tráfico de drogas igualmente narrado con inapelable precisión. Entre el arsenal incautado figuran, como vemos, 4 pistolas ó 3 revólveres.
    No hay nada como el desinterés, la indiferencia, la indeterminación, la indecisión en los requisitos. Ustedes me dirán quién va por ahí declarando un sexo indistinto en su carné de identidad.
    Algo muy diferente a lo que se lee en la siguiente noticia, en la que se da cuenta de lo encontrado en un registro, también después de un hecho luctuoso: una caja de balines y una escopeta, escondida, eso sí, en los calcetines. No se especifica si la caja de balines y la escopeta estaban escondidas en sendos calcetines, o bien en el mismo, quedando el otro calcetín libre para albergar otro tipo de armamento.
    Algo como lo que ocurre con la primavera que, como vemos, no acaba de decidirse. ¿En qué quedamos? ¿Comienza hoy? ¿Comenzó ayer? ¿Comienza? Y esto no es nada, al fin y al cabo hablamos de escasamente un día. Todo se complica cuando hay una diferencia mayor, como estas temperaturas que estuvieron oscilando entre 36 y 38 años.
    Imaginen para aclararse con las predicciones. Otra curiosidad que nos llamó la atención fue el tiempo dedicado por Julio Verne para adquirir la monumental cultura científica que después utilizó para escribir sus libros. Ahí lo tienen: varias horas.
    Y terminamos con el siguiente preciso titular eso sí, sólo para iniciados. ¡Qué tío Atucha!



    Contaba Azorín la historia del impresor Robert Estienne, tan cuidadoso con la edición de sus textos que los hacía revisar por un equipo de cuidadosos y atentos correctores, antes de exponerlos en los ventanales de la imprenta para que el público pudiera descubrir algún error, y a quien lo hacía, se le entregaba un premio. Y ahí andaban los viandantes señalando letras trastocadas, accidentes, pérdidas y cambios hasta que el texto parecía perfecto. Sólo entonces se imprimía, y era —negro sobre blanco— cuando inexplicablemente aparecían las erratas, la plaga bíblica que asuela la reputación de los editores y la salud de los poetas.
    Un mal universal inevitable, un virus desconocido, en palabras de Gómez de la Serna, que ataca a las palabras, como la varicela, y del que no se conoce vacuna ni antídoto.
    Proponemos para terminar, y como colofón a la aventura, una visita al siempre proceloso e hilarante mundo de la errata, esta vez sin acompañante ni guía en espera de futuras expediciones y hallazgos:

  6. #6
    Avatar de senex
    senex está desconectado Miembro graduado
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    Re: Castellanopatías - El manganchismo, la dichosa teoría

    Hyeronimus, ¿qué pasa con esos enlaces?

  7. #7
    Avatar de Hyeronimus
    Hyeronimus está desconectado Miembro Respetado
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    Re: Castellanopatías - El manganchismo, la dichosa teoría

    Qué raro, no funcionan. Pero el enlace que puse al principio, justo debajo de los emoticones que se revuelcan de la risa, sí funciona y se puede entrar desde allí.

  8. #8
    Avatar de Donoso
    Donoso está desconectado Technica Impendi Nationi
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    Re: Castellanopatías - El manganchismo, la dichosa teoría

    Los enlaces están hechos de forma que sólo funcionan en la web original. Hay que consultarlos allí.

    http://cvc.cervantes.es/actcult/mord...ua/default.htm
    Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.

    Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI


  9. #9
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    Re: Castellanopatías - El manganchismo, la dichosa teoría

    JAJAJA

    Buenísimo.

    Efectivamente, me di cuenta que había escrito semejanSa justo después que lo mandé... y más vergüenZa me dio que el tema era precisamente la pureZa del idioma...

    Concuerdo absolutamente en lo bonito que es la variedad de expresiones de un idioma que se habla en tantas partes del mundo. Y no digo naciones porque estoy convencido que tenemos más Estados de los que deberíamos.



  10. #10
    Avatar de Valmadian
    Valmadian está desconectado Miembro tradicionalista
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    Re: Castellanopatías - El manganchismo, la dichosa teoría

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    Permitidme añadir tres "gazapos" más. Los menciono de memoria, pero todos tienen la misma fuente: el noticiario de las tres de la tarde de la cadena de televisión Antena 3:

    - Comentaba la presentadora que grupos ecologistas habían protestado por el tipo de alimentación forzada que se les da a ocas y patos para su engorde, a efectos de obtener después grandes hígados con los que se hace el paté y el foi-gras. "Estos mamíferos..."


    - Durante el verano pasado, y como suele ser bastante común por la suma de una serie de factores medioambientales, en las playas del Levante español es frecuente que se produzca una invasión de medusas:
    "Las medusas son una especie de calamares transparentes..." Nos aclaraba la misma presentadora.

    - También durante el verano pasado en una piscina pública llena de bañistas, un jabalí decidió darse un chapuzón, el cual le costó la vida pues en dichas instalaciones había un policía municipal, y ¡madre qué policía! era digno de verse. La "voz en off" que "informaba" afirmó: "un jabalí salvaje..."

    Y es que vaya cabeza la mía, se me había olvidado que la mayoría tenemos jabalíes domésticos durmiendo delante de la tele mientras nos informamos en Antena 3.


    A cualquier coleccionista de barbaridades habladas, le recomiendo encarecidamente el seguimiento del noticiario de las tres de la tarde de esta cadena. Pues tiene asegurado un disparate al menos una vez cada día, y con un poco de suerte más.

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