La gente, joven o no, comete locuras porque es humana, parte de la humanidad caída. Tenemos naturaleza pecadora y metemos la pata. La juventud, por su inexperiencia, podrá hacer a a veces más locuras, pero también ha habido siempre mucha juventud sana y bien formada (hoy, por desgracia, es una especie en peligro de extinción).
¿Una modernización del país? ¿Éramos parte del Tercer Mundo? Sí, claro, es que si no hay partidos políticos que te engañen y opriman haciéndote creer que te representan, si no hay botellón ni porros, ni sexo libre, ni divorcio, ni aborto es que estamos en la Edad de Piedra.
¿Lo dice de cachondeo? ¿Esos grupos y cantantes (los nombrecitos se las traen, y los había peores) revitalizaron y despertaron a una generación adormecida y un poco atontada? ¿No es más bien que de entonces acá, entre tanto botellón y tanta movida, tanto alcoholismo juvenil antes inexistente (lo que no quiere decir que no nos tomáramos nuestras cañas y demás con los amigos, pero sin pasarnos), tanto porro, tanta pornografía, tanta NO-LOGSÉ y todo ESO para que salgan hechos unos ignorantes y a pesar de todo los aprueben, no es más bien al revés: que desde entonces han ido teniendo generaciones más manejables, más dóciles para que les compren o les voten, sin ningún juicio crítico? Y si quiere, llámeme chapado a la antigua, pero, ¿no eran muchos sanos de letra y de melodía, y menos mundanas, las canciones románticas de un Nino Bravo, una Marisol, o los inolvidables MOCEDADES, etc., que otros que sólo meten ruido y hablan de euforias efímeras? (A Esteso mejor no lo incluyo aquí porque era un humorista (y un genial humorista), cosa que también tiene su momento y su lugar, pero creo que estamos hablando de la música como arte.
La música no se mezcla con el Señor (no creo que nadie haya hablado de ello); de hecho no se le puede mezclar nada. Sin embargo, como Él es (o debería ser) el centro de nuestra vida, todo debe estar encaminado a El (incluso nuestros ratos de ocio y diversión: somos católicos, no como los amargados puritanos que no saben disfrutar de la vida). No toda la música tiene que ser religiosa, claro está; pero eso no quiere decir que no debamos glorificar a Dios con la música, al igual que con todos nuestros actos. Cumpliendo bien nuestros deberes, ¿y por qué no también divirtiéndonos sanamente en los momentos apropiados? Juan Sebastián Bach, quizá el mayor músico de todos los tiempos, afirmó que la razón de la música debe ser la glorificación de Dios y el deleite del alma, y que cuando no se sigue ese fin se acaba por terminar en ruido y confusión. Aunque era muy religioso y es más conocido por sus fabulosas cantatas, no sólo hacía música religiosa: llegó hasta a hacerlas de broma, como la famosa del café, para que vea que no era tan beato y tan serio.
El artículo de Don Jaime supongo que lo habrá copiado de algún sitio, o de notas que tuviera guardadas, o bien habrá compilado a partir de varias fuentes. No es algo que se haya sacado de la manga. Son cosas que se saben desde hace tiempo. Es cierto que hay quienes hablando de estos temas se van al extremo, como en todo, pero buena parte de lo que dice es cierto. ¿A usted le parece bien que se difunda una música y una parafernalia que cuando no llega como sucede tantas veces a glorificar al mismísimo diablo, lo satánico y lo criminal (y aunque fuera de broma, ¿le parece bien que se juegue con esas cosas o se hagan parecer como un juego?), el sexo libre, el alcoholismo, la droga, la anarquía, el suicidio, etc. Sin duda, en tanto extenso artículo pueden encontrarse cosas discutibles, pero no defienda lo idefendible. Yo, gracias a Dios, no sólo he conocido esa época, sino épocas más sanas y cristianas, que por eso son objeto de desprecio hoy en día.
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