CANCIONERO DE LA GUERRA DE INDEPENDENCIA

José Gella Iturriaga es el autor de este "Cancionero de la Independencia",publicado en "Estudios de la Independencia", tomo II, 1966.
El hecho etnográfico, tan conocido como poco estudiado, de que todo pueblo combatiente canta, se acusó de manera singular durante la contienda francoespañola de 1808 a 1814, la más popular de nuestra historia, ya que en ella aunados militares y paisanos integraron un pueblo en armas, autor de este singular fenómeno folklórico que en la Guerra de la Independencia superó su inspiración fecunda.
A los sones nacionales de jotas, seguidillas, jácaras, soleares, fandangos, polos, sevillanas, tiranas, sardanas, villancicos... y hasta los franceses de "La Marsellesa" –prueba folklórica de la influencia murua de los beligerantes- tremolaron, como banderas portadas al compás de himnos marciales, los cantares de la Guerra de la Independencia, ejemplares valiosos de literatura popular y sentidas estrofas de un cantar de gesta surgido de la musa española durante tan gloriosa epopeya.
El conjunto de coplas que entonces improvisara el pueblo, las más aún fragantes por haber sido transmitidas cual preciado relicario del altar de la Patria, constituye el CANCIONERO DE LA INDEPENDENCIA, del que se ofrece ahora una selección de doscientas alusivas a la Patria oprimida, Fernando VII, Napoleón, José Bonaparte, elenemigo, los guerrilleros y las campañas; cantares todos coetáneos de aquella guerra, salvo unos pocos incluidos como colofón por haberse hecho populares posteriormente, dentro de la misma línea tradicional y patriótica, en homenaje a aquellos antepasados que iban a la muerte cantando, ajenos a que con tal cancionero espontáneo poetizaban la lección universal de su sacrificio colectivo en imperecedero canto a la libertad de la Patria.
I. A LA PATRIA OPRIMIDA

Aunque los cantos incluidos en los capítulos del Cancionero presente tienen el denominador cimún del patriotismo, ofrecemos en este primer grupo unos ejemplares vibrantes y marciales que vienen a ser como sonar de clarines de guerra en llamada general a la lucha por la independencia, cual grito apremiante y angustioso de la patria oprimida.
En primer lugar vaya un estribillo, popular hasta nuestros días, aplicado entonces a canciones distintas:

Vivir en cadenas
¡Cuán triste vivir!
Morir por la Patria
¡Qué bello morir!

Coro, mote o estribillo sin duda debido al poeta Arriaza, autor de la letra de "Canción de los defensores de la Patria" según un pliego impreso que contiene las iniciales J. B. A. Con alusión a la música "expresiva y fácil" de F. Sor:

Partamos al campo,
que es gloria partir,
La trompa guerrera
Nos llama a la lid.
La Patria oprimida
con ayes sin fin
convoca a sus hijos,
sus ecos oid.
Vivir en cadenas, etc.

Otro estribillo famoso fue el del coro inicial de una marcha, con música de entonces en boga que comenzaba "Bebamos, bebamos":

Marchemos, marchemos,
la espada empuñad
y unidos cobremos
nuestra libertad.
**
La caxa se escucha,
la marcial trompeta,
de la bayoneta
se mira el lucir.
Vamos a la lucha,
amigos, volemos
vencer o morir.
Marchemos, etc.
**
La sangre española
no temió a Numancia,
ni teme de Francia
la cadena vil,
que al punto enarbola
la señal de muerte
y la mano fuerte
se apresta al fusil.
Marchemos, etc.

Entre los himnos marciales que alcanzaron popularidad en la España de entonces, ofrecemos los ejemplares siguientes:

Al arma, españoles,
al arma corred,
salvad a la patria
que os ha dado el ser.
Haciendas y vidas
todas ofreced,
si os llamais sus hijos
mostradlo otra vez.
Viva nuestra España
perezca el francés,
mueran Bonaparte
y el duque de Berg.
**
Recuerdo de Sagunto
excita nuestro ardor
y cual ella perezca
todo buen español.
A Numancia imitad
renuévese su horror
y antes que ser esclavos
muramos con honor.
A la guerra, a la guerra,
españoles, etc.
Valientes españoles,
a las armas corred,
si sufrir no queréis
el yugo más cruel.
Arrostremos la muerte
con noble intrepidez,
y nuestro empeño sea
o morir o vencer.
**
Vamos, soldados españoles,
dejad el sueño y despertad
y tomad fusil y mochila
seguid la caja militar.
que un corso a los leones
los quiere sujetar,
afilemos las uñas
y hacedle escarmentar.
Y así alegres comamos,
bebamos al son de la caja
podremos brindar,
que el soldado español, en campaña
sabe luchando vencer y cantar.
Tralará, lará, comer y vencer
tralará, lará, bailar y fumar
tralará, lará, lará.

Muy significativo es el hecho, uno más entre tantos de la mutua influencia de los combatientes durante las relaciones bélicas, de que a los sones de "La Marsellesa" entonasen nuestras tropas y milicias canciones que lograron la máxima popularidad, como los que siguen:

A las armas corred, españoles,
de la gloria la aurora brilló;
la nación de los viles esclavos
sus banderas sangrientas alzó.
¿No escuchais en los campos vecinos
los infames franceses bramar?
¿No los veis con frenética furia
los hogares del pobre talar?
Los fuertes aceros,
patricios, guerreros,
al punto empuñad:
marchad, si, marchad.
Resuene el tambor,
veloces marchemos
y la sangre española venguemos
derramada con ciego furor.
Fuego y sangre españoles valiente
son los polos de la libertad;
guerra, guerra al tirano y su gente
guerra, guerra, briosos clamad.
Despertad, españoles valientes,
que escuchais de la patria el clamor;
quien no acuda a salvarla brioso
será indigno del nombre español.

Otra versión de esta estrofa, también cantada con música de "El Clamor", comienza: "¿Qué esperais ciudadanos valientes?".

¡A las armas, corred, patriotas,
a lidiar, a morir o a vencer,
guerra eterna al infame tirano
odio eterno al impío francés!
Patriotas guerreros,
blandid los aceros
y unidos marchad
por la Patria a morir o triunfar
¡A morir... o triunfar!

A guisa de bella síntesis del elevado espíritu de aquellos españoles que, como tantos otros en todo tiempo, iban alegres al sacrificio con fe en su ardimiento y esperanza en la salvación de la Patria, he aquí una copla deliciosa, valiente y optimista, digno final del capítulo presente que inicia otra también ejemplar:

¡Viva la alegría!
¡Viva el buen humor!
¡Viva el heroísmo
del pueblo español!