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Tema: Cancionero de la Guerra de la Independencia

  1. #1
    Avatar de Hyeronimus
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    Cancionero de la Guerra de la Independencia

    CANCIONERO DE LA GUERRA DE INDEPENDENCIA

    José Gella Iturriaga es el autor de este "Cancionero de la Independencia",publicado en "Estudios de la Independencia", tomo II, 1966.
    El hecho etnográfico, tan conocido como poco estudiado, de que todo pueblo combatiente canta, se acusó de manera singular durante la contienda francoespañola de 1808 a 1814, la más popular de nuestra historia, ya que en ella aunados militares y paisanos integraron un pueblo en armas, autor de este singular fenómeno folklórico que en la Guerra de la Independencia superó su inspiración fecunda.
    A los sones nacionales de jotas, seguidillas, jácaras, soleares, fandangos, polos, sevillanas, tiranas, sardanas, villancicos... y hasta los franceses de "La Marsellesa" –prueba folklórica de la influencia murua de los beligerantes- tremolaron, como banderas portadas al compás de himnos marciales, los cantares de la Guerra de la Independencia, ejemplares valiosos de literatura popular y sentidas estrofas de un cantar de gesta surgido de la musa española durante tan gloriosa epopeya.
    El conjunto de coplas que entonces improvisara el pueblo, las más aún fragantes por haber sido transmitidas cual preciado relicario del altar de la Patria, constituye el CANCIONERO DE LA INDEPENDENCIA, del que se ofrece ahora una selección de doscientas alusivas a la Patria oprimida, Fernando VII, Napoleón, José Bonaparte, elenemigo, los guerrilleros y las campañas; cantares todos coetáneos de aquella guerra, salvo unos pocos incluidos como colofón por haberse hecho populares posteriormente, dentro de la misma línea tradicional y patriótica, en homenaje a aquellos antepasados que iban a la muerte cantando, ajenos a que con tal cancionero espontáneo poetizaban la lección universal de su sacrificio colectivo en imperecedero canto a la libertad de la Patria.
    I. A LA PATRIA OPRIMIDA

    Aunque los cantos incluidos en los capítulos del Cancionero presente tienen el denominador cimún del patriotismo, ofrecemos en este primer grupo unos ejemplares vibrantes y marciales que vienen a ser como sonar de clarines de guerra en llamada general a la lucha por la independencia, cual grito apremiante y angustioso de la patria oprimida.
    En primer lugar vaya un estribillo, popular hasta nuestros días, aplicado entonces a canciones distintas:

    Vivir en cadenas
    ¡Cuán triste vivir!
    Morir por la Patria
    ¡Qué bello morir!

    Coro, mote o estribillo sin duda debido al poeta Arriaza, autor de la letra de "Canción de los defensores de la Patria" según un pliego impreso que contiene las iniciales J. B. A. Con alusión a la música "expresiva y fácil" de F. Sor:

    Partamos al campo,
    que es gloria partir,
    La trompa guerrera
    Nos llama a la lid.
    La Patria oprimida
    con ayes sin fin
    convoca a sus hijos,
    sus ecos oid.
    Vivir en cadenas, etc.

    Otro estribillo famoso fue el del coro inicial de una marcha, con música de entonces en boga que comenzaba "Bebamos, bebamos":

    Marchemos, marchemos,
    la espada empuñad
    y unidos cobremos
    nuestra libertad.
    **
    La caxa se escucha,
    la marcial trompeta,
    de la bayoneta
    se mira el lucir.
    Vamos a la lucha,
    amigos, volemos
    vencer o morir.
    Marchemos, etc.
    **
    La sangre española
    no temió a Numancia,
    ni teme de Francia
    la cadena vil,
    que al punto enarbola
    la señal de muerte
    y la mano fuerte
    se apresta al fusil.
    Marchemos, etc.

    Entre los himnos marciales que alcanzaron popularidad en la España de entonces, ofrecemos los ejemplares siguientes:

    Al arma, españoles,
    al arma corred,
    salvad a la patria
    que os ha dado el ser.
    Haciendas y vidas
    todas ofreced,
    si os llamais sus hijos
    mostradlo otra vez.
    Viva nuestra España
    perezca el francés,
    mueran Bonaparte
    y el duque de Berg.
    **
    Recuerdo de Sagunto
    excita nuestro ardor
    y cual ella perezca
    todo buen español.
    A Numancia imitad
    renuévese su horror
    y antes que ser esclavos
    muramos con honor.
    A la guerra, a la guerra,
    españoles, etc.
    Valientes españoles,
    a las armas corred,
    si sufrir no queréis
    el yugo más cruel.
    Arrostremos la muerte
    con noble intrepidez,
    y nuestro empeño sea
    o morir o vencer.
    **
    Vamos, soldados españoles,
    dejad el sueño y despertad
    y tomad fusil y mochila
    seguid la caja militar.
    que un corso a los leones
    los quiere sujetar,
    afilemos las uñas
    y hacedle escarmentar.
    Y así alegres comamos,
    bebamos al son de la caja
    podremos brindar,
    que el soldado español, en campaña
    sabe luchando vencer y cantar.
    Tralará, lará, comer y vencer
    tralará, lará, bailar y fumar
    tralará, lará, lará.

    Muy significativo es el hecho, uno más entre tantos de la mutua influencia de los combatientes durante las relaciones bélicas, de que a los sones de "La Marsellesa" entonasen nuestras tropas y milicias canciones que lograron la máxima popularidad, como los que siguen:

    A las armas corred, españoles,
    de la gloria la aurora brilló;
    la nación de los viles esclavos
    sus banderas sangrientas alzó.
    ¿No escuchais en los campos vecinos
    los infames franceses bramar?
    ¿No los veis con frenética furia
    los hogares del pobre talar?
    Los fuertes aceros,
    patricios, guerreros,
    al punto empuñad:
    marchad, si, marchad.
    Resuene el tambor,
    veloces marchemos
    y la sangre española venguemos
    derramada con ciego furor.
    Fuego y sangre españoles valiente
    son los polos de la libertad;
    guerra, guerra al tirano y su gente
    guerra, guerra, briosos clamad.
    Despertad, españoles valientes,
    que escuchais de la patria el clamor;
    quien no acuda a salvarla brioso
    será indigno del nombre español.

    Otra versión de esta estrofa, también cantada con música de "El Clamor", comienza: "¿Qué esperais ciudadanos valientes?".

    ¡A las armas, corred, patriotas,
    a lidiar, a morir o a vencer,
    guerra eterna al infame tirano
    odio eterno al impío francés!
    Patriotas guerreros,
    blandid los aceros
    y unidos marchad
    por la Patria a morir o triunfar
    ¡A morir... o triunfar!

    A guisa de bella síntesis del elevado espíritu de aquellos españoles que, como tantos otros en todo tiempo, iban alegres al sacrificio con fe en su ardimiento y esperanza en la salvación de la Patria, he aquí una copla deliciosa, valiente y optimista, digno final del capítulo presente que inicia otra también ejemplar:

    ¡Viva la alegría!
    ¡Viva el buen humor!
    ¡Viva el heroísmo
    del pueblo español!

  2. #2
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    Re: Cancionero de la Guerra de la Independencia

    II. A FERNANDO VII

    Recién abdicado el rey Carlos IV tras el motín de Aranjuez, caído en desgracia el valido Godoy, receloso el pueblo del paso de las tropas francesas hacia Portugal e iniciado un nuevo reinado en circunstancias nacioanles e internacionales difíciles; el joven monarca Fernando VII fue acogido verdaderamente como El Deseado por sus súbditos, con entusiasmo afectuoso, sentimiento popular cuya sinceridad quedó bien patente en los cantares.

    Cuando el rey don Fernando,
    larena,
    va a la Florida,
    Juan y Manuela,
    va a la Florida,
    prenda;
    hasta los pajaritos,
    larena,
    le dicen: ¡Viva!
    Prenda.
    (También se decía: "Juana y Manuela" y al final: "¡Juana y Manuela!, le dicen: ¡Viva!")
    **
    Dale que dale:
    ¡Viva Fernando Séptimo
    rabie quien rabie!
    ¡Alolito, alolito, alolito!
    En el patio de mi casa
    he plantado un arbolito,
    con naranjas y limones
    para el rey don Fernandito.
    **
    Hasta los pajaritos
    dicen cantando:
    ¡Quién fuera calesero
    del rey Fernando.
    **
    Ya vienen las provincias
    arrempujando
    y la Virgen de Atocha
    trae a Fernando.

    Cuando la familia real, engañada por la arteria de Napoleón, se hallaba en Francia, añoró el pueblo a su monarca con tiernas expresiones hasta en villancicos:

    Ya te lo he dicho, Fernando,
    que no vayas a Bayona,
    que Godoy y Bonaparte
    te quitarán la corona.
    **
    Virgen de Atocha,
    la Capitana,
    del rey Fernando.
    puesta la banda:
    haz que pronto Fernando
    vuelva de Francia.
    **
    Virgen de Atocha,
    dame la mano,
    que tienes puesta
    la bandolera
    Virgen de Atocha,
    dame tu poder,
    para que al rey Fernando
    le traigas con bien.
    A nuestro Fernando,
    Rey de España digno,
    traedlo Señora,
    a reinar tranquilo.
    Pastora divina,
    oye los gemidos
    que los españoles
    te dan afligidos.
    **
    Niño, que a los Santos Reyes
    de Herodes los libertaste,
    haz que salga el rey Fernando
    del poder de Malaparte.
    **
    Ya se que eres sobre todos
    Rey pacífico en la tierra,
    pues da la paz a un monarca
    que por Ti en España reina.
    Haced que Fernando
    a su trono vuelva,
    pues fiel y sumiso
    os ama y respeta.

    Poco después de la batalla de Los Arapiles se cantaba en Cádiz:

    Vivan Fernando y Jorge,
    triunfantes del francés,
    y adornen sus diademas
    la palma y el laurel.

    El regreso de Fernando VII fue muy celebrado y objeto de coplas sentidas y afectuosas:

    Rebose, españoles,
    rebose el placer,
    que viene Fernando
    nuestra dicha a hacer.
    **
    El valor y la lealtad
    vencieron la tiranía
    y libre España este día
    gozará felicidad.
    Reine solo la verdad,
    pues la tiene de su bando
    diciendo: ¡Viva Fernando,
    Religión y Libertad!
    **
    Eres Fernando, el iris
    que va a serenar,
    la tormenta que ha armado
    el soplo infernal.
    Sólo a tu vista
    las nubes negras huyen
    y se disipan.
    **
    Ahora si que tenemos
    justo motivo,
    por ver allí a Fernando,
    de alzar el grito:
    ¡Viva Sevilla!
    ¡Viva de San Bernardo
    la Alcantarilla!
    Don Fernando de antaño
    es heredero,
    Fernando el virtuoso,
    luz de su reino.
    Paz y justicia
    le ofrecen luminosos
    felices días.
    **
    Comparo la memoria
    del rey Fernando
    al olor que las rosas
    tienen por mayo.
    En su hermosura
    es como el Arco Iris
    que nos saluda.
    **
    Todo el placer Sevilla
    tiene cifrado
    el ser fiel siendo amante
    del rey Fernando:
    Todos a una voz
    dicen ¡Viva Fernando
    y la Religión!
    **
    ¡Vivan los patriotas,
    que han excitado
    el amor de este pueblo
    hacia Fernando!
    ¡Viva Sevilla!
    ¡viva el rey y reviente
    quien no lo diga!
    **
    Sólo el augusto nombre
    del Rey Fernando,
    todas las tempestades,
    va serenando.
    Si esta es su ausencia
    ¿qué no haría Sevilla
    con su presencia?
    **
    Todo el mundo se aparte
    y hágame lado,
    que voy a hartar de besos
    a ese retrato.
    Bendito sea,
    que aun pintado es amable
    y al alma alegra.
    **
    En Valeçey cautivo
    sabía Fernando
    que tenía en Sevilla
    nobles vasallos.
    El cautiverio
    no borra la memoria
    de un real afecto.
    **
    Ni arrabales, ni chozas
    se han excusado
    de hacer de toda España
    Real Palacio.
    Ni hay quien ignore
    que es, donde el Rey se halle,
    Palacio y Corte.
    **
    Dos soldados sin piernas
    junto al retrato
    le guardan y custodian,
    con sable en mano.
    Esto fue decir
    que quien guarda a Fernando
    nunca sabe huir.
    **
    Voto a bríos que parece,
    según le amamos,
    que ese joven monarca
    nos ha hechizado.
    ¿No es cosa cierta
    que apenas habrá uno
    que no le quiera?
    **
    A congojas y sustos
    han revelado
    luminarias, repiques
    y otros regalos.
    Pero estas fiestas
    se vieron más brillantes
    el día treinta.
    **
    Cantad, cantad, españoles
    y todos a una voz
    digan: Fernando, reine
    y también la Inquisición.
    **
    Alegraos, alegraos, españoles
    y todos a una voz
    decid: ¡Viva Fernando!
    ¡Viva la Religión!

    Algunos cantares de los dos últimos años de la guerra reflejan que el nombre de Fernando ya no era unánime y limpia expresión de un monarca símbolo de la patria oprimida, sino el de un rey al que invocaban de diferente manera dos tendencias políticas en pugna surgidas en la monarquía, como ejemplo citaremos "La Cachucha", canción de los realistas gaditanos, muy popular y que años después tendría su réplica en "El Trágala":

    Tengo yo una cachuchita
    que siempre está suspirando,
    y sus ayes y suspiros
    se dirigen a Fernando.
    Vámonos, cachucha mía,
    vámonos a Puerto Real,
    que para pasar trabajos
    lo mismo es aquí que allá.
    Muchos que se dicen sabios
    llaman preocupación
    la lealtad que domina
    por Fernando a la nación.
    Vámonos, cachucha mía,
    vámonos a la frontera
    y haremos que besen todos
    de Fernando la correa.

    Como contrapartida he aquí un estribillo del bando contrario, que logró gran popularidad apenas lo puso un ciego madrileño con la música del Landum portugués o Los Comuneros de Castilla:

    Un realista en un mesón
    llamaba porque le abrieran,
    y tanto y tanto llamó
    que le abrieron ... ¡la cabeza!

    III. A NAPOLEÓN

    Desde los prolegómenos de la contienda, exteriorizó el pueblo su animadversión hacia Napoleón, despectivamente apellidado Malaparte, autor de lamentables intrigas palaciegas y diplomáticas que nada bueno auguraban a la nación.

    Bonaparte en los infiernos
    tiene una silla poltrona,
    y a su lado está Godoy
    poniéndole la corona.
    Sus compañeros
    van de dos en dos:
    Murat, Solano,
    Junot y Dupont.

    Esta copla alude a tres colaboradores franceses –su lugarteniente en España el Gran Duque de Berg y los dos generales de los Cuerpos de Observación de la Gironda- y a dos españoles, el valido Príncipe de la Paz y el General Marqués del Socorro que estuvo en Portugal con Junot. De las intrigas napoleónicas hay constancia en otros cantares:

    Con perfidia inaudita
    a Bayona llamó
    a nuestro rey Fernando
    de España nuevo sol.
    A sus padres y hermanos
    también los convocó
    y presa hace de todos
    cual sangriento león.

    Anunciada la visita a España de Napoleón, no escasearon coplas alusivas al proyectado viaje, que llegó a anunciarse hasta con la exhibición, en las puertas del Palacio, de un sombrero y un par de botas del corso:

    Cuando venga Bonaparte,
    niña, le tienes que dar
    una botella de vino
    mezclado con rejalgar.
    Ya verás cómo se la bebe;
    ya verás que gusto le dá,
    ya verás cómo no revienta.
    Ya verás, ya verás, ya verás.
    No paseará en carroza
    el emperador francés
    mientras haya en Zaragoza
    con sangre un aragonés.
    ¡Vivan los españoles!
    ¡Viva la Religión!
    Yo me cago en el gorro
    de Napoleón.

    (Solía cantarse después de "Ya vienen las provincias...", cap. I).
    El emperador de los franceses, responsable máximo de los acontecimientos, era blanco preferido de las imprecaciones incluidas en cantares rebosantes de patriótica indignación:

    A la guerra, a la guerra, españoles.
    ¡Muera Napoleón
    y viva el rey Fernando,
    la Patria y la Religión!
    **
    Al arma, al arma, ciudadanos,
    triunfante gloriosa la Nación
    y antes morir que ser esclavos
    del infernal Napoleón.
    **
    Napoleón primero
    ¡Ay, infeliz de ti,
    si nuestro rey Fernando
    no regresa a Madrid!
    **
    Napoleón altivo
    tu orgullo ha de acabar,
    pues tus iniquidades
    no puedes ocultar.
    ¡Viva España! ¡Inglaterra!
    Portugal, vivan!
    y de toda la Europa
    laurel reciban,
    pues su estandarte
    de independencia armaron
    a Bonaparte.
    **
    Gloria a Dios en las alturas
    y en la tierra paz al hombre,
    y para estar más en paz:
    mueran los Napoleones.
    **
    España de la guerra
    tremola su pendón
    contra el poder infame
    del gran Napoleón.

    Con las imprecaciones se mezclaban las chanzas de los cantares predominantes humorísticos; entre otros los siguientes iniciados con dos gaditanos:

    Al pie de aquellas murallas
    dicen que está Napoleón,
    sin pluma y cacareando
    como el gallo de Morón.
    **
    Enfrente a la Cortadura
    dicen que está Napoleón,
    contándose los botones
    que tiene en el levitón.
    **
    Ha llegado a noticia
    de Malaparte
    que he perdido a Sevilla
    ¡miren que lance!
    Luego al momento
    al demonio ha llamado
    a su aposento.
    **
    Quien quiera un destino
    de Napoleón
    que le de memorias
    de lord Wellington.
    **
    ¡Olé charandel! Napoleoncito,
    ¡Olé charandel! no lo veremos,
    ¡Olé charandel! pues algunas cuentas
    ¡Olé charandel! que ajustar tenemos.
    **
    Napoleón subió al cielo
    a pedir a Dios la España,
    y le respondió San Pedro:
    -¿quieres que te rompa el alma?
    **
    Mi madre no quiere
    que vaya a la plaza,
    porque los soldados
    Me dan calabazas.
    No quiero pepitas,
    ni quiero melón,
    que quiero cabezas
    de Napoleón.
    **
    La sucesión al trono
    de las Españas
    irá de macho en macho,
    dice la Carta.
    Si macho falta,
    Napoleón primero
    lleva la carga.
    **
    Porque no se descubra
    la tremolina
    quiere nueva Regencia
    la gente indina.
    Tráele, Marica, tráele
    a Napoleón
    y le escabecharemos
    con tanto bribón.
    Tráelo, Marica, tráelo
    a Napoleón,
    tráelo y le pagaremos
    la Constitución.

    Reincorporados a las tropas nacionales los soldados del ejército del Norte al mando del marqués de La Romana, tras arriesgada repatriación, una vez tomada la emotiva y patriótica decisión de abandonar Dinamarca, hízose popular esta copla:

    Napoleón Bonaparte
    ¿qué tal te parece España?
    Ya tienes en tu presencia
    Al Marqués de La Romana.

    Al terminar la guerra tampoco olvidaron los cantares al emperador francés:

    ¡Oh, Virgen Sagrada!
    Favores te ofrecen
    Todos los cristianos
    Libres de franceses.
    Digan todos a una voz:
    ¡Viva la Virgen y el Niño
    y muera Napoleón!




    Ya la España se ve libre
    del más fiero usurpador;
    caminemos al portal
    a adorar al Niño Dios.
    Allí todos humillados
    demos gracias al Señor,
    pues ha llegado el momento
    de una y otra redención.
    Del dominio del pecado
    hoy nos liberta su amor
    y nos saca de las garras
    del cruel Napoleón
    Yo que soy Napoleón,
    emperador de la Francia,
    quiero y es mi voluntad
    que haya jaleo en España.
    ¡Al jaleo, jaleo, soldados!
    mis planes están ya hechos,
    su buen éxito depende
    solo de vuestros esfuerzos.
    ¡Ay, ay! Por vida de tantos
    no hay remedio, será así.
    ¡Ay, ay! ¿La España sería
    quien se burlase de mi?
    ¡Ay! ¡ay! ¡ay!

  3. #3
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    Re: Cancionero de la Guerra de la Independencia



    IV. A JOSÉ BONAPARTE

    Reinaba plácidamente en Nápoles, José Bonaparte, cuando su hermano el Emperador, poco después de los acuerdos secretos de Tilsit, le ofrecía el trono español. No agradó a José el ofrecimiento, más ante la insistencia de Napoleón se trasladó a Bayona en junio de 1808 y allí, merced a la tramoya de una tragicomedia lamentable, se encontró rey de España en cuyo país, alzado en armas, entró al mes siguiente. El puebloe spañol le tildó de intruso, le hizo objeto de sus bromas y hasta desfiguró su personalidad colocándole, sin serlo, el sambenito de borracho y tuerto; y le denominó José Primero, José Postrero, José Ninguno, Pepe Botella, Rey Pepe, Pepino, Pepillo y Pipote.

    El gran José ninguno
    ha venido a Madrid
    a reinar en romance
    y a mandar en latín.
    **
    **
    Es mi voluntad y quiero
    ha dicho Napoleón
    sea rey de esta nación
    mi hermano José Primero.
    Es mi voluntad y quiero,
    responde la España ufana,
    que se vaya a cardar lana
    ese rey José Postrero.
    **
    **
    Anda, salero,
    no durará en España
    José Primero. (*)
    * (La versión más usual empleó, en lugar del verbo durar, otro menos limpio de la misma conjugación).

    Como usaba conóculo y al mirar por la lente con un ojo cerraba el otro, la imaginación popular hízole tuerto:

    Ya viene por la Ronda
    José Primero,
    con un ojo postizo
    y el otro huero.
    **
    **
    El día de su santo
    a José Primero
    le dejaron a obscuras
    los faroleros.
    **
    **
    Huye de España pronto,
    porque si pierdes
    el ojo que te queda
    ¡adiós, Rey Pepe!
    Busca el embarque,
    no vendas este año
    los almanaques. (*)
    (*) Alusión a los ciegos vendedores de almanaques.
    **
    **
    Jamás hemos tenido
    un rey tan grande,
    que atrás sea lo mismo
    que por delante,
    pues ojo y cara
    adelante es lo propio
    que en las espaldas.

    Un epigrama que alcanzó gran difusión corroboró la gratuita suposición de estas coplas, al decir; "dos en la ca..., uno en la ma... y otro el cu.. y bueno ningú".
    Sobre la imputación popular de borracho, lo que no fue, sin duda por la afición de las tropas napoleónicas a nuestros vinos, queda constancia, además de la denominación de Pepe Botella o Pepe Botellas, en coplas como las siguientes:

    -Pepe Botella
    baja al despacho;
    -No puedo ahora,
    que estoy borracho.
    **
    Anoche, Pepe Botellas,
    anoche se emborrachó
    y le decía su hermano:
    borracho, tunante, perdido, ladrón.
    **
    Ya se fue por las Ventas
    el rey Pepino,
    con un par de botellas
    para el camino.
    **
    En tu cuerpo han entrado
    tantas bodegas,
    que hasta el vino tienes
    El alma llena;
    de lo que infiero
    que de cántaro el alma
    tiene tu cuerpo.
    **
    Pierde cuidado, Pepe,
    que aunque no quieras,
    has de ser rey de España
    por tus botellas,
    pues ellas solas
    te harán de tus estados
    gran rey de copas.

    Unicamente hemos recogido una copla favorable a José Bonaparte, la que un grupo de afrancesados adictos a su gobierno cantó ante el Palacio Real:

    ¡Viva José Primero,
    cara de clavel!
    descorra las cortinas,
    que le quiero ver.

    La Constitución de Bayona fue comentada despectivamente en muchos cantares, de los que exponemos aquí algunos, aparte de los incluidos en el capítulo III:

    Cuatro millones de pesos
    al año tendrá José.
    ¿Quién pondrá puertas al campo
    si quisiere más tener?
    Zoronguito, zorongo, zorongo;
    como rey de España de todo dispongo.
    **
    Las colonias españolas
    y posesiones del Asia
    gozan los mismos derechos
    que gozará toda España.
    Olé, charandel, podrá cada uno
    Olé, charandel, libre comerciar,
    Olé, charandel, a fin que el rey Pepe
    Charandel y olé, puede atesorar.
    **
    Doscientos mil duritos
    ¡qué dicha, qué dicha la nuestra!
    doscientos mil duritos
    el príncipe tendrá,
    el príncipe tendrá
    para sus diversiones
    ¡qué dicha, qué dicha la nuestra!
    divertirse y cazar,
    divertirse y cazar.
    **
    Chusma de ministros
    al trono honrarán;
    silencio, chitito,
    que voy a cantar
    la pía y la paz.
    Nueve ministerios
    en la Corte habrá
    en que los asuntos
    se despacharán.
    La pía y la paz.

    El pueblo catalán recogió en cantares la preocupación de José Bonaparte, reiteradamente expuesta a su hermano, por la falta de adhesión de sus súbditos:

    Germá meu i Bonaparte
    ¡has fet moltes crueltats!
    Fins les roques i muntanyes
    maleexen notre pas.
    Germá meu i Bonaparte:
    som perduts com tu ja ho veus,
    que los russos son a França
    i els espanyols a Burdeus.
    **
    ¡Ay, si jo m'en torno a Espanya
    alli bé m'hi matarán!
    De las matas surten bales
    que les tiren els paisans.
    **
    Si no'm dones cent mil homes
    me'n tornaré prontament
    á n'el meu regne de Nápols,
    sino'm ficaré a un convent.

    Hasta en cantares se formuló el juicio del reinado:

    Tan feliz tu reinado
    Pepillo, ha sido,
    que no ha habido un monarca
    de tu apellido,
    porque discurro
    que podemos llamarte
    José Ninguno.

    Tus grandezas y armas
    te han merecido
    que te den un renombre
    jamás oído;
    y así, por mote,
    en tu blasón pondremos:
    Pepe Pipote.

    V. AL ENEMIGO

    En realidad casi todo el Cancionero de la Independencia está dedicado al enemigo, mas por consideraciones que aconsejan obtener la mayor variedad posible en la clasificación de esta selección exponemos aquí, análogamente al criterio seguido para los cantares incluidos en el Capítulo I, aquellos dirigidos a la nación francesa y las tropas napoleónicas:

    Franceses, idos a Francia;
    dejadnos en nuestra ley,
    que en tocante a Dios, al Rey
    a nuestra Patria y hogares
    todos somos militares
    y formamos una grey.
    **
    Todos le temen a Francia,
    como si en la Francia hubiera
    algún animal feroz
    que a la gente se comiera.
    **
    Aquellos invencibles
    allá en Austerlitz
    huyen en las orillas
    del Guadalquivir.
    Allí les temen
    y un puñado de hombres
    aquí les vencen.
    **
    Llegad ya provincias
    que valéis naciones,
    ya vuestros pendones
    deslumbran al sol.
    Pálido el tirano
    tiembla y sus legiones
    muerden los terrones
    del suelo español.
    Venid vencedores, etc.
    **
    ¡Oh, Francia, es llegado
    tu trágico fin
    si un hado a los buenos
    protege feliz.
    **
    El león de España duerme
    dijo entre si Buonaparte
    y a que le hicieran cosquillas
    envió a sus generales.
    Despertó el león
    y se esperezó
    y abriendo la boca
    se tragó a Marmont.
    ¡Viva Wellington!
    **
    Digan todos a una voz
    ¡Viva España y muera Francia
    y viva la Religión!
    (Este cantar y el siguiente son hoy flores marchitas que solo fueron fragantes en aquellos momentos apasionados de vivas y mueras, dedicados mutuamente por franceses y españoles, según tradicional intercámbio entre beligerantes que cesa con la guerra, relegándose en la paz tales expresiones al olvido por injustificadas y ofensivas).
    **
    ¡Vivan los sevillanos
    y el general Cruz
    y mueran los franceses
    y el mariscal Soult!
    **
    ¡Que tristes estarían
    esos indinos
    al ver morir las tropas
    del Rey Pepino!

    Hay una deliciosa canción infantil, aún en uso (años 60), en la que con el sonsonete del canto del gallo, en forma dialogada, se dice:

    -¡Franceses vienen!
    -¿Cuántos son, dí?
    -Son más de mil...
    -¡Triste de mi...!

    Afirman los chiquillos que los gallos se avisaban así de la aproximación de tropas francesas y que desde entonces cantan de noche.
    Los afrancesados, naturalmente considerados como enemigos, fueron objeto por parte de los patriotas de algunas coplas:

    A los afrancesados
    ahora es la hora,
    que quieran que no quieran,
    de echar la mosca.
    Yo no los nombro
    a ninguno de ellos,
    ni los conozco.
    **
    Andaluces, alerta
    con los cañones,
    no temais a la Francia,
    ni a los traidores;
    pero alentarse
    porque todos los días
    van a la cárcel.
    **
    ¿Quién podría en Sevilla
    tener un doblón
    cuando vivía en ella
    tan fino Ladrón?
    Es más ventaja
    ser ladrón de dinero
    que de Guevara.*
    *Alusión a un jefe de Policía que detuvo a algunos patriotas.

    A la música del Landum portugués dedicó el pueblo letra ingeniosa, publicada en Sevilla bajo el título "Landum Portugués, tocado por los ingleses, celebrado por los españoles y bailado por los franceses":

    Los ingleses en España
    juntos con los portugueses,
    tocan unos instrumentos
    que hacen bailar a franceses.
    Venid españoles,
    veréis que Landum
    bailan los gabachos
    a nuestra salud.
    Pum, pum, cañonazo, pum,
    pum, pum, trabucazo, pum,
    que si no lo has visto,
    ya lo verás tú,
    cómo de este modo
    se baila el Landum.
    La música es primorosa,
    la orquesta de lucimiento,
    la tocata tan alegre,
    que bailan de ciento en ciento,
    baxo y contrabaxo,
    con cañón y obús,
    el tenor y tiple,
    fusil y arcabuz.
    Pum, pum, cañonazo, pum, etc.
    Son sinstrumentos de fuego
    mejores que los de aire,
    porque la pólvora y balas
    saben dirigir el baile;
    y como se mueven
    con gran prontitud
    todos los franceses
    van con Belcebú.
    Pum, pum, cañonazo, pum, etc.

    Tampoco omitió el pueblo su buen humor en cantares irónicos como los siguientes:

    ¿Los franceses a España
    a que han venido?
    A comer las gallinas
    y a beber vino.
    **
    Preguntó un insurgente
    a una muchacha:
    -Los guapos de Marengo
    ¿dónde se hallan?
    Respondió ella:
    -Busque usté esos valientes
    en las Gacetas.
    **
    Dicen que el señor Murat
    está acostumbrado al fuego;
    digo: ¡si tendrá costumbre
    quien ha sido cocinero!
    **
    Ya se van los franceses,
    Larena;
    matan los piojos,
    Juan y Manuela,
    matan los piojos,
    prenda
    y el General les dice,
    Larena,
    que son conejos,
    Juan y Manuela,
    que son conejos
    prenda.

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    Re: Cancionero de la Guerra de la Independencia

    VI. A LOS GUERRILLEROS

    En un cancionero español de la más popular de las contiendas, no podían faltar cantares relativos a la modalidad combativa nacional de las guerrillas, como los que ofrecemos aquí, dedicados por el pueblo en armas a sus hijos predilectos los guerrilleros:

    El día de la Virgen
    de los Dolores
    vencieron los brigantes
    a los dragones.
    **
    ¡Que por una partida
    de brigandaje
    se encerrase en Cartuxa
    tanto salvaje?
    ¿Y estos tontucios
    son los que se comían
    los niños crudos?

    Ambas coplas contienenlos galicismos equivalentes a denominaciones dadas despectivamente por los franceses a las guerrillas –brigandaje, robo en despoblado a mano armada y en cuadrilla- y a los guerrilleros –brigand, dedicado al brigandage-. Oportuno es consignar que después de la paz, serenadas las pasiones, fueron incorporadas con todos los honores al idioma francés las dos voces españolas, como guérillero, "soldat d'une guérilla", y guérilla o "troupe plus o moins régulière pour faire cette guerre", añadiendo el diccionario Larousse "... que la guerra de España emprendida por Napoleón fue una guerrilla perpétua".
    Las muchachas prodigaron canciones a los guerrilleros, verdaderos ídolos femeninos –sobre todo D. Julián Sánchez, sus lanceros y D. Juan López Campillo-, entusiasmadas por el valor, arrogancia, majeza y patriotismo de aquellos hombres bnegados.

    Guerrillero valeroso
    que combates a la Francia,
    cuenta siempre con mi amor
    si libertas a mi España.

    De los guerrilleros D. Juan Martín Díaz, el Empecinado, y Villacampa, ofrecemos en el colofón del cancionero una copla evolucionada e incluímos aquí algunas dedicadas a D. Jerónimo Merino, D. Francisco Abad Moreno, D. Juan López Campillo, D. Francisco Tomás de Longa, D. Gaspar de Jáuregui y una final que cantaban las partidas de Fornabar:

    Desde que el cura Merino
    se ha metido a general
    los asuntos de la España
    van marchando menos mal.
    **
    Cuando Abad Moreno
    monta a caballo,
    se dicen los franceses:
    ¡ya viene el diablo!
    **
    Llevan las montañas
    en el justillo
    un letrero que dice
    ¡Viva Campillo!
    **
    Mina de mi vida,
    Longa de mi amor
    Don Gaspar de Jáuregui
    de mi corazón.
    **
    Campillo para su gente
    tiene cara de enfadado,
    pero para las mozuelas
    el piquito resalado.
    **
    Longa le dijo al caballo:
    sácame de este arenal,
    que me vienen persiguiendo
    los de la guardia imperial.
    **
    Síguela, síguela,
    guerrillero de Saornil,
    síguela, síguela
    yo te daré mi fusil.
    **
    Adiós, puente de Tudela,
    por debajo pasa el Ebro,
    por encima los franceses
    que van al degolladero.

    Los catalanes de Rosas cantaron como pregón de leva:

    Agafeu las armas, minyons,
    benvinguts com a germans,
    als pobres va la vida,
    al rich la vida y bens;
    minyons, agafeu las armas
    ara que hi som a temps.

    Por tierras de Salamanca los ganaderos de reses bravas, garrochistas o garrocheros, formaron escuadrones de lanceros mandados por D. Julián Sánchez (el Charro), que lucharon denodadamente y se cubrieron de gloria en Los Arapiles y otras muchas acciones, con un estilo guerrillero nuevo lleno de garbo caballeresco y no exento de gracia torera:

    Desde que el cura Merino
    se ha metido a general
    los asuntos de la España
    van marchando menos mal.
    **
    Cuando Abad Moreno
    monta a caballo,
    se dicen los franceses:
    ¡ya viene el diablo!
    **
    Llevan las montañas
    en el justillo
    un letrero que dice
    ¡Viva Campillo!
    **
    Mina de mi vida,
    Longa de mi amor
    Don Gaspar de Jáuregui
    de mi corazón.
    **
    Campillo para su gente
    tiene cara de enfadado,
    pero para las mozuelas
    el piquito resalado.
    **
    Longa le dijo al caballo:
    sácame de este arenal,
    que me vienen persiguiendo
    los de la guardia imperial.
    **
    Síguela, síguela,
    guerrillero de Saornil,
    síguela, síguela
    yo te daré mi fusil.
    **
    Adiós, puente de Tudela,
    por debajo pasa el Ebro,
    por encima los franceses
    que van al degolladero.

    Los catalanes de Rosas cantaron como pregón de leva:

    Agafeu las armas, minyons,
    benvinguts com a germans,
    als pobres va la vida,
    al rich la vida y bens;
    minyons, agafeu las armas
    ara que hi som a temps.

    Por tierras de Salamanca los ganaderos de reses bravas, garrochistas o garrocheros, formaron escuadrones de lanceros mandados por D. Julián Sánchez (el Charro), que lucharon denodadamente y se cubrieron de gloria en Los Arapiles y otras muchas acciones, con un estilo guerrillero nuevo lleno de garbo caballeresco y no exento de gracia torera:

    Andamos por los montes
    despedazando
    águilas imperiales
    que van volando.
    **
    Cuando Don Julián Sánchez
    monta a caballo,
    se dicen los franceses
    ¡ya viene el diablo!
    **
    Ea, ea, ea
    ea, ea, eh...
    es un lancerito
    que me viene a ver;
    él me quiere mucho,
    yo le quiero a él.
    **
    Un lancero me lleva
    puesta en su lanza,
    ¿Si querrá que yo vaya
    con él a Francia?
    **
    Don Julián, tus lanceros
    parecen soles,
    con las mangas encarnadas
    en los morriones.
    **
    Torito de la Puente
    déjame pasar
    que tengo mis amores
    en el Arrabal.
    **
    Es mi novio un lancero
    de don Julián
    si él me quier mucho,
    yo le quiero más.
    El corazón me lleva
    puesto en la lanza:
    ¡Qué vivan los lanceros
    y muera Francia!

    Otros caballistas no menos famosos, los lanceros de Jerez, maestros de equitación de la vieja escuela española, derrocharon riesgo y valor en escuadrones de guerrilleros. Sus paisanos despidiéronles en la primera salida con una canción patriótica que tenía por estribillo "Vivir en cadenas, etc" (cap. I) y seis estrofas, de las que incluímos las dos siguientes:

    ¡Adios, tiernos hijos
    cual flores de abril!
    Adiós, dulce lecho
    de esposa gentil,
    los brazos que en llanto
    bañais al partir
    sangrientos, con honra,
    vereislos venir.
    **
    Sabrá el suelo patrio
    de rosas cubrir
    los huesos del fuerte
    que expire en la lid.
    Mil ecos gloriosos
    dirán: yace aquí
    quien fue su divisa
    triunfar o morir.

    VII. A LAS CAMPAÑAS

    Los hechos de armas, los héroes y el ardimiento de los combatientes en las campañas de la lucha denodada por la independencia de la Patria tuvieran cantores populares que lanzaron a todos los vientos estrofas de inapreciable valor histórico-militar como breves y vibrantes documentos folklóricos, según puede verse en las hasta hoy conservadas, de las que ofrecemos a continuación algunas agrupadas en ocho apartados.
    Madrid.- Los comienzos de la guerra, con la gesta del 2 de mayo de 1808, se hallan reflejados, como en la más veraz fuente histórica, en el poético testimonio de la Cachucha madrileña:

    Por la orden de Murat
    estaba determinado
    que salieran los Infantes
    en el día dos de mayo.
    ¡Vámonos, Cachucha mía!
    y contempla a tus paisanos,
    que estaban fuera de sí
    y casi desesperados.
    ¡Vámonos!
    **
    En el acto de salir
    el pueblo se amotinó
    solamente pertrechado
    del impulso de una voz.
    Hombres, niños y mujeres
    acordes decían: ¡Vamos!
    ¡Antes morir que quedar
    en poder de los tiranos!
    ¡Vámonos!
    **
    La confusión y el tumulto
    por las calles se extendió
    y los franceses huían
    de las manos del furor.
    "¡Vámonos, Cachucha mía!",
    el pueblo dijo a una voz
    "¡Al parque, al Parque por armas!
    ¡y muera todo traidor!"
    ¡Vámonos!
    **
    Seis mil franceses y más
    fenecieron en la acción
    que tanta gloria conquista
    al noble pueblo español.
    ¡Escucha, Cachucha y mira
    la más horrenda traición.
    trazada por la perfidia
    de un villano corazón!
    ¡Vámonos!
    **
    El alevoso Murat
    engañó al pueblo valiente
    haciéndose publicar
    una paz en lo aparente.
    ¡Suspira, Cachucha, y llora
    que a la sombra de esa paz
    a todos los que cogían
    los mandaban fusilar!
    ¡Vámonos!
    **
    ¡Paredes del verde Prado,
    murallas del Buen Retiro,
    cuántas almas inocentes
    murieron en vuestro sitio!
    ¡Ay, que pena, mi Cachucha,
    y qué gran dolor me da
    al recordar tal escena
    que al cielo clamando está!
    ¡Vámonos!
    **
    Los oficiales heróicos
    del Cuerpo de Artillería
    fallecieron a las manos
    de una infame alevosía.
    ¡Admira, mi cachuchita,
    el valor inimitable
    del valiente Luis Daoiz,
    del bravo Pedro Velarde!
    ¡Vámonos!
    **
    Noble pueblo matritense,
    bien puedes hacer alarde
    de conservar la memoria
    de Daoíz y Velarde.
    ¡Ay, no ceses de llorar,
    Cachucha del alma mía,
    sobre la tierra que cubre
    la honra de la artillería!
    ¡Vámonos!
    **
    El dos de Mayo en Madrid
    publica su Independencia,
    y a toda Europa convida
    para romper sus cadenas.
    ¡España, Cachucha mía,
    se ha de alzar a nuestra voz
    a desconcertar los planes
    del fiero Napoleón!
    ¡Vámonos!

    Zaragoza.- Durante los Sitios de Zaragoza vibraron desafiantes con majestuosa arrogancia y brio los sones firmes de la jota, como excepcional canto de guerra digno de sus heróicos defensores.

    La Virgen del Pilar dice
    que no quiere ser francesa,
    que quiere ser capitana
    de la tropa aragonesa.
    **
    Cruzan silbando las balas,
    en el Ebro caen las bombas,
    y en las orillas, cantando,
    las hembras lavan la ropa.
    **
    Zaragoza la bombean,
    la bombean los franceses;
    la Virgen del Pilar dice:
    no temais, aragoneses.
    **
    Aunque vengan más franceses
    que arenas tiene la mar,
    no moverán de su sitio
    a la Virgen del Pilar.
    **
    Virgen del Pilar hermosa,
    no temas a los tiranos,
    mientras haya en Zaragoza
    valientes zaragozanos.
    (Otra versión termina: "valientes labradores y artesanos".
    **
    En la sierra de Alcubierre
    retumban los cañonazos.
    ¡Zaragoza de mi vida,
    ya estarás hecha pedazos!
    **
    Desde el monte de Torrero
    tiran bombas y granadas
    y la Virgen del Pilar
    con su mano las apaga.
    (Variantes:"con su manto las apaga", "con su manto nos ampara").
    **
    Al otro lado del Ebro
    tiran bombas y granadas
    y la Virgen del Pilar
    con su manto las apaga.
    (Otra versión comienza: "Desde Torrero le tiran le tiran a Zaragoza granadas")
    **
    Virgen del Pilar hermosa,
    ya te habrán hecho pedazos:
    del campo de Cariñena
    se sienten a cañonazos.
    **
    Virgencita del Pilar,
    ¿qué has hecho que te has dormido?,
    que han entrado los franceses
    por la puerta del Portillo.

    Además de las jotas, dedicáronse otras canciones a los combatientes aragoneses, de las que exponemos seguidamente el estribillo de un himno al General Palafox y el texto del que comienza con una alusión a las mujeres, tan heroicas como los hombres, y de las que evoca el pueblo con admiración las proezas, entre tantas, de Agustina de Aragón y la Condesa de Bureta. En el capítulo VIII incluímos algunas de las jotas posteriores, pero tradicionales también, dedicadas a la primera de ambas heroínas.

    Laurel inmortal
    al gran Palafox,
    gloria de la España,
    de Francia terror.
    **
    Zagalas del Ebro,
    laureles tejed
    y a nuestros guerreros
    ciñamos la sién.
    El sol quince veces
    batida la vido
    y quince vencido
    tornar vio al francés.
    El héroe animoso
    que nos acaudilla
    tuviera a mancilla
    dejarse vencer.

    Gerona.- Cataluña, con el mismo fervor patriótico que el resto de España, luchó y cantó por la independencia nacional en Gerona, Rosas, el Bruch...

    -Digasme tu, Girona,
    si te n'arrendirás...
    Lirom, lireta.
    -¿Com vols que m'rendesca
    si espanya no vol pas?
    Lirom, da lá garideta,
    lirom fa lireta la.

    Los franceses a Rosas
    gran siti'ns han posat,
    per ara, no es possible
    que puguin triunfar.

    Reino de Cataluña
    te puedes alabar,
    que han sabido tus hijos
    a la Francia admirar
    con cañones de palo
    miraban destrozar
    a ejércitos franceses
    y al águila imperial.

    Malait sigue'l francés
    i la guera del any vuit.
    Per culpa dell, nostra terra
    va tornarse una taüt.

    Bailén.- Al entrar triunfalmente en Madrid las tropas del general Castaños, se cantaron himnos que pronto se difundieron por el territorio nacional, sobre todo el original de Arriaza, con música del maestros Sor, que rápidamente se hizo popular:

    Venid, vencedores,
    de la Patria honor,
    recibid el premio
    de tanto valor.
    Tomad los laureles
    que habéis merecido
    los que os han rendido
    Moncey y Dupont.
    Vosotros, que fieles
    habéis acudido
    al primer gemido
    de nuestra opresión.
    Venid, vencedores, etc.
    **
    Dupont, terror del Norte,
    fue vencido en Bailén
    y todos sus secuaces
    prisioneros con él.
    Toda la Francia junta
    llorará este baldón.
    Al son de la Carmañola
    ¡Muera Napoleón!
    (Cantado en Madrid, el 23 de agosto de 1.809)
    **
    Dupont ese tirano
    que con rabia infernal
    a Córdoba y Andújar
    las supo saquear,
    rindió su espada altiva
    al general Castaños
    en una lid campal
    que de él supo triunfar.

    Cádiz.- La bella ciudad marinera dio al tono heróico nacional resonancias nuevas, la marítima de la Isla de León y la política de la Junta Central, las Cortes y la Regencia. Los gaditanos, en posición tan capital y cimera durante la contienda, estuvieron a la altura de las trascendentales circunstancias con singular ardimiento y alegre derroche de valor y sal.

    Váyanse los franceses
    en hora mala,
    que Cádiz no se rinde,
    ni sus murallas.
    **
    Con las bombas que tiran
    los fanfarrones
    hacen las gaditanas
    tirabuzones.
    (Otra versión comienza: "Con el plomo que tiran".)
    **
    En Cádiz una escuadra
    la vimos entregar
    a Morlá y Apodaca,
    rendida en tierra y mar.
    Rosilly, que era el jefe,
    le llena de pesar
    ver sobre su bandera
    la nuestra tremolar.
    **
    Con las bombas que tira
    el mariscal Soult
    hacen las gaditanas
    blondas de tul. (*)
    * (Hay una variante que improvisó un actor, según Alcalá Galiano, en la que los versos segundo y cuarto son el "farsante Soult" y "toquillas de tul", respectivamente).
    **
    Murieron tres mil franceses
    en la batalla del cerro,
    pero han logrado en desquite
    que una bomba mate a un perro.
    **
    Un diablo colorado
    le dixo a otro azul:
    la paciencia me falta
    de esperar a Soult.
    No os enfadéis más,
    que presto Ballesteros
    os lo enviará.
    **
    Ea, muchachas, bailad
    y en Cádiz reine el placer,
    que a los franceses aún
    les estoy viendo correr:
    y cuando cuenten allá
    cómo les fue por aquí,
    tenga la seguridad
    de que los echan de allí.
    **
    Jesús, deme usté un ochavito!
    ¡... pa vestir a mi churumbelito!
    ¡Ay, Jesús, ay que risa me da
    ver las bombas que nunca hacen na!

    Ahora expondremos el himno cantado en septiembre de 1810 al jurar las Cortes los diputados del brazo popular, acerca del que observa Pérez Galdós: "El músico había sido tan inhábil al componer el discurso musical y tan mal conocía el arte de las cadencias, que los cantares se veían obligados a repetir cuatro veces "que con sabios, etc."; pero esto no quita su mérito a la inocente y espontánea alegría popular".

    Del tiempo borrascoso
    que España está sufriendo,
    va el horizonte viendo
    alguna claridad.
    La aurora son las Cortes
    que con sabios Vocales
    remediarán los males
    dándonos libertad.
    Respira España y cobra
    la perdida alegría,
    que ya se acerca el día
    de tu felicidad.

    Los Arapiles.- La batalla de Los Arapiles, que entre tantas consecuencias favorables provocó el entusiasmo general, fue celebrada con himnos y cantos a las tropas victoriosas y, sobre todo, al general Wellington, para el pueblo español Velintón:

    Velintón en Arapiles
    a Marmón y a sus parciales
    para almorzar les dispuso
    un gran pisto de tomates.
    Y tanto les dio
    que les fastidió
    y a contarlo fueron
    a Napoleón.
    ¡Y viva la Nación!
    ¡y viva Velintón!
    **
    Cuando Marmont vino a España
    cabalgaba en ricas sillas
    y cuando se volvió a Francia
    se fue en unas angarillas.
    Y esto es tan verdad
    como la pasión;
    le dio pasaporte
    el Lord Welington.
    ¡Viva la Nación!
    **
    A la izquierda del Tormes
    yacen llorando
    vencidos escuadrones
    que iban marchando
    ¡Terrible embrollo!
    Cada cual en su fuga
    ve mil escollos.
    **
    Al héroe cantemos
    que venció en la lid
    los fieros gigantes
    del Sena y del Rin.
    **
    En las líneas del Tajo
    humillaste a Massena
    haciendo sus ardides
    juguete tu ciencia.
    Al fiero Soult venciste
    en los campos de Albuera,
    haciendo que en su fuga
    se estrelle su soberbia.
    ¡Viva Wellington!
    **
    ¡Viva el grande, viva el fuerte
    que en la más gloriosa acción
    el furor francés convierte
    en vergüenza y confusión!

    Otras campañas.- Exponemos en este apartado un grupo de coplas referentes a varias acciones en distintas partes de España para completar el cuadro general del aspecto relativo a las campañas en el cancionero presente:

    Como tigres astutos
    diestros en el saltar
    los bravos valencianos
    les vimos guerrear.
    Moncey amedrentado,
    precipitado va
    y Cervellon le sigue,
    que es vuestro General.
    Quiso a Valencia, Moncey
    conquistar sin resistencia,
    pero se quedó el francés
    a la luna de Valencia.
    **
    La Virgen del Pilar dice
    que no quiere ser francesa;
    la de los Desamparados
    lo mismo dice en Valencia.
    **
    Salieron los miqueletes
    de la Casa Colorada
    y les hicieron volver
    a bayoneta calada.
    **
    Ciento cincuenta franceses
    al valle Roncal vinieron
    y en la punta de Iñari
    con sus armas se rindieron.
    **
    Castillito de Pamplona
    quien te ha visto y quien te ve
    ayer te guardaba España
    y hoy te guarda el francés.
    **
    Si Lérida es Cataluña
    Mequinenza es Aragón
    y aunque lo mande la bula
    no se ha de rendir Carbón.
    **
    Cuando el general Bonnet
    andaba por las Asturias,
    como era tuerto de un ojo
    no veía las alturas.
    **
    Por aquí pasó Bonnet
    con el ojo rejilón,
    muchachas las bien venidas
    preparadle la ración.
    Pensaban los españoles
    cargar con toda la Francia
    y se vinieron huyendo
    por la cuesta de la Lancha.
    **
    Ya vienen, vienen los rusos
    por las Ventas de Alcorcón
    y los rusos que venían
    eran cargas de carbón.
    (Alude al tratado de alianza hispano-rusa cargar con toda la Francia de julio de 1812. Otra versión comienza: "Dicen que vienen los rusos").
    **
    Vivan los sevillanos
    porque han sabido
    derrotar los franceses
    con heroísmo.
    Viva la Macarena,
    vivan los guapos,
    que quitaron de en medio
    tantos gabachos.
    Viva el salero
    viva el valor que tienen
    los Macarenos.
    **
    Vivan los jaquebotes
    de los Humeros,
    que han hecho en los franceses
    un buen perneo.
    ¡Qué bien navegan
    los buques cuando tienen
    viento y marea!
    Los días tenebrosos
    del cautiverio
    han convertido en gozo
    nuestros guerreros.
    !Qué hermoso día
    veinte y siete de agosto
    para Sevilla!
    "Este canto, a la sazón superior al de las sirenas, halagaba el oído y reanimaba el espíritu, harto abatido con tantos vaivenes, vuelcos y desconsuelos".Mor de Fuentes, 1808.

    Los doscientos cantares aquí expuestos se han obtenido de la tradición oral, de obras de la amplia bibliografía relativa a la guerra de la Independnecia, de referencias de escritores –Alcalá Galiano, Mesonero Romanos, Fernán Caballero, Galdós, etc- y, en una tercera parte, de folletos y hojas sueltas impresas conservadas en el Archivo Histórico del Ejército, editados durante la época en distintas partes de España, a veces con las mismas coplas, incluso interpoladas en otras con estribillo, con una reiteración que prueba la aceptación general con que se vieron favorecidas, el entusiasmo patriótico que les dio el ser y la popularidad que merecieron.
    El acompañamiento musical de estas piezas de literatura popular fue, predominantemente el tradicional y variado de los sones típicos nacionales en boga cuales el zorongo, charandel, la pía y la paz, cantinelas, tiranas, pastorelas y la cachucha; el de compases importados como los de la Marsellesa, el Landum, Mambrú y The grand Salamanca march; y también fue el de canciones cuales "los defensores de la patria", "de la España cautiva", "a los ingleses", "el clamor de la Patria", "de la jura de Fernando", "las ciudadanas aragonesas" y varias "patrióticas"; y finalmente el de los sones vibrantes de marchas como una "del General Palafox" y "la marcha" e himnos diversos "a Wellington", "a las Cortes de Cádiz", "de la victoria", "del batallón de literarios", "de la Independnecia", "de los voluntarios distinguidos de Cádiz" y "a la Constitución de España".
    Los músicos autores de canciones, marchas e himnos cuyos nombres se conservan fueron bastantes, entre ellos Fernando Sor –el más inspirado y popular- Bartolomé Santana, Molle, Raymar, Acuña, Puich, Corral, Moreti y Zayas; de algunos sólo se sabe las iniciales de sus nombres y de otros nada, por olvido completo no sólo del nombre, sino de compases y estrofas de sus canciones, de lo que se lamentó Mesonero. Los autores de las letras –aparte, naturalmente, las coplas del pueblo, siempre anónimas, por cierto muchas de inspiración femenina- de tales canciones, marchas e himnos fueron los más destacados el poeta Juan Bautista Arriaza, el de musa más elevada, Cristóbal Beña –"capitán y poeta"-, F. E. Castillón, Eugenio Rufino Fernández, A. S. V. Y P. B. En cuanto a los instrumentos que tocaban los ejecutantes citaremos los que se hallan mencionados en las mismas estrofas o en los impresos que las contienen: clave, pianoforte o forte-piano, arpa, órgano, violín, bajo, contrabajo, guitarra, bandurria, rabel, flauta, clarinete, trompa, trompeta, zampoña, caja, tambor, timbales, castañuela, pandereta "y toda clase de instrumentos rústicos".
    El "Cancionero de la Independencia" constituye un documento etnográfico del más alto valor histórico-militar y folklórico, tal vez único en su clase por el número de composiciones de literatura y música populares qye contiene y que habrá de tenerse en cuenta por cuantos estudian las canciones del pueblo en armas como un ejemplar de importancia extraordinaria. No vamos a entrar en disquisiciones sobre la causa de tan singular fenómeno etnográfico, o sea, en torno a la cuestión expresada entonces en el título de una obra de D. Francisco Tadeo de Murgía –Málaga, 1809-, "La música, considerada como uno de los medios más eficaces para excitar el patrimonio y el valor", ya que tales consideraciones existían fuera de lugar y nos las ahorra la consulta que hacemos al propio autor, el pueblo hispano, quien nos da la respuesta precisamente en un cantar:

    Cuando el español canta
    no está contento,
    es que cantando ahoga
    sus sufrimientos.

    y no fueron pocos, ciertamente, sus sufrimientos durante los años de la expresada guerra.
    Cantar de gesta del pueblo español durante una de sus más gloriosas epopeyas es también el "Cancionero de la Independencia" un emotico y sincero canto patriótico de fe y de esperanza; constituye un plebiscito popular a favor de la unidad de España; reitera la adhesión colectiva a la floracional nacional de los guerrilleros; vaticina el hecho histórico del término del imperialismo napoleónico; ratifica la influencia mutua de los pueblos relacionados bélicamente; recoge al principio el nombre de un rey como símbolo unánime de la patria, unanimidad que rompe al final por ligarlo a pasiones políticas; ofrece datos rigurosamente históricos frente a otros tan arbitrarios como desfigurar la personalidad de José Bonaparte, con un mito tan logrado que aun hoy son muchos los que lo tienen por real; relega al olvido, terminada la guerra, aquellos cantares que reflejaban duramente el odio de todo combatiente, en homenaje de hidalga lealtad al amigo que dejó de ser enemigo y con el que le unen lazos permanentes de buena vecindad; durante su gestación se produce el hecho folklórico nacional de la expansión de la jota y su arraigo en Navarra, según testimonios fidedignos; produce, mediante la profusión editorial de sus canciones, un resugimiento de la literatura y música populares; y lejos de enquistarse en su época, se prolonga en su mayor parte hasta nuestros días, enriqueciéndose,a demás, con nuevas aportaciones en su misma línea tradicional, con una serie de cantares surgidos desde los años inmediatos siguientes a la contienda hasta hace medio siglo, fechas del primer centenario como el último de los que exponemos a continuación, lanzado por un vate popular, Sixto Celorrio, al pueblo y hecho suyo por éste:

    Don Francisco Abad Moreno,
    no supiste estudiarla,
    si te vuelves la camisa
    eres el amo de España.
    **
    A Zaragoza la noble
    cuando la capitularon,
    todas las zaragozanas
    a Dios le estaban llorando.
    **
    Villacampa ya no campa,
    la Ramona ya no corre
    y el señor Empecinado
    en los pinares se esconde.
    **
    No hay mujer mas atrevida
    que Agustina de Aragón,
    que en la puerta del Portillo
    sola disparó el cañón.
    **
    ¡Arriba, caballo moro,
    sácame de este barranco,
    que me viene persiguiendo
    el del caballito blanco!
    (V. cap. VI.)
    **
    Cuando Zaragoza estaba
    sitiada por los franceses,
    la Virgen del Pilar era
    amparo de aragoneses.
    **
    Torrijos a Cartagena
    defendió contra el francés,
    a tal caudillo tal pueblo,
    pero donde manda el rey.
    **
    El Pilar es el peñón
    y La Seo la muralla;
    en cada calle un cañón
    para defender a España.
    El primer cancán de Francia
    que bailó Napoleón,
    se lo entonó a cañonazos
    Agustina de Aragaón.
    **
    Dos cosas a Zaragoza
    le han hecho ser inmortal:
    los Sitios de los franceses
    y la Virgen del Pilar.
    **
    Para un canto al heroísmo
    con una palabra sobra:
    se moja la pluma en sangre
    y se escribe: ZARAGOZA.


    José Gella Iturriaga es el autor de este "Cancionero de la Independencia", publicado en "Estudios de la Independencia",tomo II, 1966.

    http://members.tripod.com/~gie1808a1...ia/cancion.htm

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    Re: Cancionero de la Guerra de la Independencia

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    Letra completa del famoso tanguillo gaditano, que todavía se canta:

    Con las bombas que tiran
    los fanfarrones
    se hacen las gaditanas
    tirabuzones.
    Pues las hembras cabales
    en esta tierra
    cuando nacen ya vienen
    pidiendo guerra.

    ¡Guerra! ¡Guerra!

    Y se ríen alegres
    de los mostachos
    y de los morriones
    de los gabachos.
    Y hasta saben hacerse
    tirabuzones
    con las bombas que tiran
    los fanfarrones.


    Son de tierra y no se notan,
    las murallitas de Cádiz,
    son de tierra y no se notan,
    pa que en ellas los franceses
    se rompan la cabezota.

    Con las bombas que tiran
    los fanfarrones...(etc)

    Cañones de artillería,
    aunque pongan los franceses
    cañones de artillería,
    no me quitarán las ganas
    de bailar por alegrías.

    Con las bombas que tiran
    los fanfarrones... (etc)

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