Re: mendigos y mendigos
Curioso tema y situación un tanto peculiar, el sitio convertido en plataforma de protesta. Pero partiendo del hecho de que cada cual es muy libre de ejercer su vocación, o su trabajo dignamente siempre que, social, ética y moralmente, no atente contra la sociedad, en este contexto no acabo de entender algunas actitudes, y me explico.
Hasta hace casi veintidós años yo vivía en Madrid, hasta que caí en la cuenta de que el ambiente político-administrativo me resultaba ya bastante tóxico, "poluciones varias" aparte (ruido, lumínica, gases, etc...), así que decidí "tomar las de Villadiego" y, en efecto, hice las maletas y me largué. A lo largo de cada día de esos casi 22 años me he alegrado por la decisión que tomé y que desde la perspectiva del tiempo considero plenamente acertada, pese a todo lo que quedó por el camino.
Así que, usted mismo y, por qué no, también en representación moral de sus compañeros de actividad, ¿qué le ata a un lugar que le es hostil a usted y a los suyos? Un músico en la calle de cualquier ciudad es una imagen con mucha tradición en toda Europa, incluida España. Pero como suele decirse "hay que comer" y si en Madrid la situación ha llegado al deterioro social que se puede observar fácilmente en directo, o saberse a través de los medios de comunicación, vuelvo a lo mismo: en vez de quejarse hacer las maletas y ¡agur!
Es decir, no defiendo nada lo que usted critica, pero considero que a nadie se le obliga a residir en un sitio determinado y considero que en España hay muchos lugares para vivir dignamente con dedicación a lo que uno quiere, al fin y al cabo usted no exige un puesto importante, sólo que lo dejen hacer lo que habitualmente hace sin comprometer a nadie.
Saludos.
Última edición por Valmadian; 17/02/2011 a las 00:29
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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