Madre mía, que Dios nos coja confesados.
Madre mía, que Dios nos coja confesados.
Por lo visto para algunos la estupidez no tiene límites...
Lo grave, lo muy grave es que esta estupidez de mentes infradotadas y perversas adquieran estada parlamentario.
Cosas veredes Sancho...
vamos a ver, Hieronimus, ¿est no lo hacía ya Stalin? ¿como se llamaba el rapaz que fue declarado heroe juvenil de la Unión Soviética por delatar a sus contrarrevolucionarios padres?
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