Iniciado por
Valmadian
Yo considero a Julio Anguita lo bastante inteligente como para darse cuenta perfectamente lo que es el comunismo y, particularmente, porque también es Licenciado en Historia después de estudiar Magisterio. De modo que parece bastante obvio que es lo que es por pura voluntad y convicción personal. Pero cuando yo digo que es un incoherente pese a las apariencias, es porque ahora sale a estas alturas con un manifiesto sentimentaloide hablándole al "pueblo", echando las culpas al sistema cuando él forma parte del mismo y cuando yo todavía no le he visto lanzar otro manifiesto a los "pueblos" de Corea del Norte o de Cuba. Y respecto a Venezuela no hace ninguna falta porque su manifiesto allí ya es una práctica. Y yo ese sistema marxista-bananero no lo quiero para España.
Desde que surgió el "15--M" parece que en este país la gente se idiotiza cada vez que un demagogo saca la lengua a pasear, mientras que esa misma gente no es capaz de entender que está en el lado equivocado y que la esencia de España no es la que ellos creen ni la que afirman querer derribar. Ya me disculparás, pero hablar de CCOO en sus orígenes es como si me contasen "caperucita y el lobo": nació comunista y sigue siendo comunista. Nació de un comunismo de sacristía bajo la mano de curas comunistas y fue la cueva en la que se camuflaron los que no podían estar en UGT. En resumidas cuentas, un fraude para muchos trabajadores que olvidaron quienes hacían la verdadera política social por ellos.
Ahora bien, es cierto que hay líneas de conexión entre Falange y las organizaciones de izquierdas, siempre las hubo, entre otras razones porque recién terminada la guerra, la camisa azul y el carnet de la F.E.T. fue el refugio de muchos socialistas y comunistas. Y eso es algo que bien claro me enseñaron mi abuelo materno, carlista, y mi padre, un funcionario que presenció asqueado como los organismos públicos se llenaron de "refugiados". Y, de entre ellos, los había a quienes se les podía señalar con el dedo. Pero, en esto se siguió lo que dijo José Antonio Primo de Rivera sobre no ir contra aquellos que al día siguiente podían convertirse en camaradas. Y así le fue al "Régimen" y así nos va desde que muchos "conversos" a la camisa azul cuando llegó el momento no dudaron en quemarla en aras de la "nueva Ex-paña".
De todos modos, no se todavía por qué se discute aquí sobre esto, si sabemos perfectamente de qué pie cojea todo el asunto y que éste acabará en la papelera de reciclaje. También los liberales han hecho algo antes que estos otros: han constituido una plataforma que han presentado a los medios y de la que se empezará a oír hablar en septiembre cuando al Presidente del Gobierno le presenten la petición para que convoque un referéndum con el objeto de lograr una autorización popular, o el mandato, que procure el cambio total del modelo de Estado, y en ese modelo va incluida la desaparición de las autonomías. Y ese plan si que tiene muchas más posibilidades de prosperar, pues para empezar lo apoyan casi una treintena de periodistas, intelectuales y algunos políticos, todos ellos muy conocidos.
En cuanto a que seamos mayoría, tampoco es verdad. Julio Anguita sabe perfectamente que "el pueblo" que él tanto gusta de invocar, jamás ha tomado una decisión motu propio desde el 2 de mayo de 1808 y desde 1833. Y hoy ese "pueblo" quiere casa, coche, vacaciones, discoteca, playa, sol, toros, fútbol, supermercado, rebajas, salir los fines de semana y, por supuesto, trabajo para pagar todo lo que quiere. Hará lo que sea necesario, menos meterse a revolucionario y menos si esa revolución es marxista. El "pueblo" podrá ser "panzista", pero no es tonto y conoce perfectamente en qué terminan esas "aventuras", dado que nuestra izquierda es la más cavernaria de Europa.