José Bono sigue empeñado en pasar a la historia como el "ministro pacifista", y su última decisión bordea el esperpento: el himno de la Armada queda como canción infantil.

17 de enero de 2006. Observen la diferencia. Así era el himno oficial de la Armada antes de la tijera de Bono: "Soñando victorias, diciendo cantares, marinos de España, crucemos los mares, delante la gloria, la leyenda en pos, debajo las voces de nuestros caídos y arriba el mandato de España y de Dios. De España y de Dios. ¡De España y de Dios!".

Así queda ahora: "Soñando futuros, diciendo cantares, marinos de España, crucemos los mares, delante la gloria, la leyenda en pos, debajo las voces de nuestros caídos y por siempre la Armada que canta al valor. Que canta al valor. ¡Que canta al valor!".

Gaspar Llamazares y los chicos de ERC estarán tan orgullosos. Quizás, incluso el PNV deje de pensar que el Ejército español es el equivalente de la banda terrorista ETA.

En cualquier caso, Bono sigue dispuesto a limpiar todo símbolo de tradición de nuestras Fuerzas Armadas, y el caso del himno de la Armada roza lo cómico: desaparecen las palabras "crucifico", "sagrada", "victoria", y las sustituyen términos más políticamente correctos como "glorifico", "querida" o "futuro".

Como era de esperar en un ministro de Defensa que afirma que prefiere morir a matar, hasta la referencia a la muerte -común a cualquier ejército del mundo- ha sido eliminada. Del "No quisieron servir a otra bandera, no quisieron andar otro camino, no supieron morir de otra manera", pasamos al "No pudieron servir con más grandeza, no quisieron andar otro camino, no supieron vivir de otra manera".

Y como alguien critique el cambio, arrestado.

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