Re: Elecciones Generales en España: triunfa la abstención, aunque no se reconozca
Las motivaciones de quien se abstiene son muchas y muy variadas, y la función de la obligatoriedad del voto no es para forzar el voto en favor de lo que hay y que provoca ese rechazo, sino para forzar la existencia de otras alternativas precisamente y que en estos momentos no existen. Meter la cabeza en el suelo, ignorar la realidad, dar la espalda a la misma, no sólo es una grave irresponsabilidad, sino que, además, es un acto estéril e inútil, un acto en contra de la propia Patria, responsabilidad mayor en quienes pudiendo organizar esas alternativas no mueven un dedo. Al fin y al cabo el abstencionista se refugia en su propia impotencia.
"El mal triunfa allá donde los hombres buenos no hacen nada", Edmund BURKE.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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