Y aparte, que un país que decapita públicamente, que ha participado en la sangria y destrucción de Yemen, y otras tantas, no deberia ni poder participar en juegos que según se nos inculca son para infundir valores de competición deportiva mundial.

Si no se reúnen unas mínimas condiciones que juegasen con quien les aceptase. Pero el fútbol es otro negocio, y en esto ya volvemos a la libertad y al respeto, que hagan lo que quieran, nosotros no somos iguales. Pues alomejor un poco si.
¿Y si los jugadores australianos se hubiesen negado a jugar con semejantes impresentables en ese momento?