Yemen: Un año de guerra silenciada
Yemen es un país del que hasta hace poco no se sabía mucho: Que era un país muy pobre, que no recibió más que migajas del reparto del oro negro organizado por la providencia, que estaba en un estado casi-bélico debido a al-Qaeda y poco más.
Pero recientemente Yemen ha saltado al ojo internacional debido a la nueva guerra que se desencadena ahora mismo allí, de la que hoy precisamente se cumple un año. La versión que se difunde es que unos islamistas chiíes apoyados por Irán, los Huzíes, dieron un golpe de estado a un gobierno legítimo y que se está desarrollando una guerra entre los golpistas, apoyados por Irán en las sombras, y los rebeldes, apoyados por una “Santa Alianza” de países liderados por Arabia Saudí.
Lo cierto es que esta guerra es bastante compleja. Hay más bandos de los que parece y además tiene una importancia geopolítica muy grande. Para poder entenderla, necesitamos entrar a fondo en los antecedentes. Empezaremos resumiendo la historia de Yemen desde sus inicios hasta el “golpe”. Después hablaremos de la importancia geopolítica de esta guerra.
Yemen, una nación milenaria
Hablar de Yemen es hablar de una de las naciones más antiguas del mundo. Tanto es así que su folklore e historia está lleno de referencias bíblicas. La ciudad de Saná, por ejemplo, se dice que fue fundada por Shem, el hijo de Noé.
Su historia más remonta se remonta al legendario Reino de Saba, rodeado por un aura de misterios exóticos. El Reino se encontraba en una posición favorable no solo por su posición estratégica (de la cual hablaremos mucho en este artículo) sino por su clima y fértiles valles, considerados favorables para estar hablando de la Península Árabe. Debido a la fama de lugar fértil y exótico, los romanos llamaron a esta tierra Arabia Felix o Arabia Feliz.
Durante la era preislámica, fue un importante punto de contacto con Egipto debido a la posición estratégica y su monopolio del comercio de canela y especias de la India. Los romanos, guiados por Aelius Gallius, intentaron conquistarla sin éxito. De haberlo conseguido, se habría convertido en la provincia más meridional del Imperio.
Arabia Felix, al no poder competir con Roma, empezó a decaer. Yemen era por aquel entonces un conjunto de ciudades-estado y reinos independientes donde convivían paganos, cristianos y algunas comunidades judías. El más importante de ellos, el Reino Himyarita (que incluía a Aden) se convirtió al judaísmo. Allí ascendió al trono Dhu Nuwas, un tiranico señor de la guerra que condujo varias masacres de cristianos yemeníes. Los cristianos pidieron ayuda al Imperio Bizantino y éste, con ayuda de tropas etiopies del Reino cristiano Aksum invadió Himyar destronando al rey y anexionando el territorio, creando un vínculo entre Yemen y África. Los Himyaritas, en venganza, solicitaron ayuda al Imperio Persa, el cual conquistó Yemen expulsando a los etíopes.
Yemen sería después islamizado por las tropas de Mahoma. En torno al Siglo IX es introducida en Yemen la secta Zaydi proveniente de Irak. Esta es una secta del Islam Chiita que considera a Zayn ibn Ali, un descendiente directo de Mahoma, como su último sucesor legítimo. Esta rama influria mucho en la cultura yemení, si bien su influencia se limitó al norte montañoso del país en torno a Sadá, permaneciendo el sur costero en torno a Aden mayoritariamente sunní.
En torno a los Siglos XVI y XVII, Yemen y el Mar Rojo se convirtieron en un nuevo escenario de batallas entre los otomanos, egipcios y varias potencias europeas por el control del mercado del café así como de la ruta hacia la India. En un momento dado, unos mercaderes holandeses lograron extraer la planta de café de contrabando fuera de Yemen, por lo que empezó a ser cultivada en otros lugares de todo el mundo.
Esto afectó gravemente a Yemen, puesto que el café era su principal negocio. Ciudades florecientes como Aden, pasaron de ser metrópolis de más de 10000 personas a meras aldeas de pocos cientos de personas.
Norte y Sur
El norte de Yemen cayó bajo control de los otomanos, mientras que el sur se mantuvo independiente pero fue progresivamente conquistado por el Imperio Britanico, empezando por el establecimiento de una colonia en Aden como parte del Raj Britanico hasta que su área de influencia se expandió enormemente hasta las fronteras de Omán. En base a los dominios turcos y británicos es que surgen las posteriores Yemen del Norte y Sur, respectivamente.
Mapa con las fronteras de Yemen del Norte, descendiente del Reino de Yemen
que desciende a su vez de los territorios otomanos al sur de la Península Árabe y
de Yemen del Sur, descendiente de los territorios yemeníes colonizados por
el Imperio Británico.
Tras el colapso del Imperio Otomano, se funda un Reino en la parte de la Provincia de Yemen que no fue conquistada por el Clan Saud. El Imán Yayha Mohamed de la Dinastía al-Qasimi y líder espiritual Zaydi se proclamó Rey. El Reino durante toda su existencia tuvo conflictos con Arabia Saudí respecto a la soberanía de localidades fronterizas, así como con el Imperio Británico debido a la idea de anexionar sus dominios en el sur, creando la Gran Yemen.
El Imán Yahya fue asesinado en un fallido golpe de estado en 1948 perpetrado por clanes rivales. Fue sucedido por su hijo, el Imán Ahmed. Su reinado destacó por un desarrollo general del país así como el incremento de las tensiones con Gran Bretaña. En 1958, debido a presiones por parte del nacionalismo árabe liderado por Nasser, el Reino de Yemen se une, junto a Siria y Egipto, al proyecto de los Estados Árabes Unidos. Tras la disolución de la federación, Ahmed muere en 1962 siendo sucedido por su hijo Mohamed al-Badr. Sin embargo, es depuesto por los militares, quienes proclaman la República Árabe de Yemen.
Estampa del Reino de Yemen del Norte durante la guerra civil.
Egipto aparece representado (con la bandera de la RAU, posteriormente
mantenida por Siria) como un país imperialista y comunista
Se desencadena una guerra civil en Yemen del Norte entre los partidarios de la monarquía yemení, apoyados por Arabia Saudí e Israel contra los republicanos apoyados por el Egipto de Nasser. La guerra concluye en 1970 con una victoria republicana y la formación de un gobierno conjunto de las dos facciones, pero sin el Rey. Esto acaba definitivamente con la monarquía de Yemen, fundándose la República Árabe de Yemen o Yemen del Norte bajo una junta militar.
El actual territorio de Yemen del Sur inicia con la conquista británica del estratégico puertode Aden en 1837 y su incorporación, hasta 1937, a la India Britanica. Posteriormente, evolucionaria al Protectorado de Aden y a varias federaciones árabes britanicas. Sin embargo, el nacionalismo inspirado por la fundación de la República Árabe de Yemen motiva a la lucha por la independencia, formándose dos facciones: El Frente para la Liberación del Yemen del Sur Ocupado (FLOSY) de ideología nasserista y el Frente Nacional de Liberacion (NLF) de ideología marxista-leninista. Estalla la guerra anticolonial contra los británicos y, a su vez, entre las dos facciones. El FLOSY es apoyado por Egipto y el NLF por la Union Sovietica. La Emergencia de Aden concluye en 1967 con la independencia de Yemen del Sur en manos del NFL. El FLOSY, debido a la derrota del nasserismo en la Guerra de los Seis Días, pierde su apoyo y desaparece. El Frente Nacional de Liberación se transforma en el Partido Socialista de Yemen, el cual funda la República Popular Democrática de Yemen, o Yemen del Sur.
Tropas coloniales británicas en medio de un operativo
de contrainsurgencia contra las guerrillas independentistas
yemeníes.En el muro un grafiti del marxista-leninista NLF.
Yemen del Sur fue un estado bastante único en su tipo. Se trató del único estado árabe 100% marxista-leninista y el primero del mundo islámico mucho antes de la Revolución de Saur en Afganistán. Pese a esto, la información concreta sobre la RPDY es muy escasa, sobre todo en español, en este articulo se puede leer algo de información. Durante el gobierno socialista, se realizaron varias reformas que contribuyeron a la mejora del país:
Bandera de la Yemen del Sur socialista, el único estado árabe donde se
consolidó un régimen marxista-leninista que, a diferencia de Afganistán,
no tuvo muchos problemas desestabilizadores.
- Reforma agraria que mejoraría notablemente las cosechas, que pasaría a ser el principal producto de exportación
- Nacionalización de industrias estratégicas y de bancos
- Sistema educativo libre y gratuito accesible a todos los suryemeníes, mientras que en el Norte se limitaban a escuelas coránicas
- La vivienda era gratuita pese a que jamás hizo falta gracias a, por un lado, el superávit de viviendas británicas y a que los propios yemeníes se las fabricaban con barro
- Se fomenta la igualdad de género, mejorando notablemente la situación de la mujer haciendo de Yemen del Sur el único país de la Península Árabe donde la mujer tenía algo parecido a derechos: El niqab no era obligatorio, las mujeres iban a colegios mixtos, la poligamia fue prohibida, etc.
A diferencia de las Coreas, Alemanias o las dos Vietnam, Yemen del Norte y Yemen del Sur tuvieron relaciones amistosas e incluso se propuso la reunificación tras una breve guerra en 1972. Finalmente tuvo lugar en 1990 cuando ambas naciones se unieron en la República del Yemen. El Yemen unificado era un estado, en teoría, democrático, multipartidista y liberal. Alí Abdullah Saleh, líder noryemení, fue nombrado Presidente mientras que Ali Salem Al Beidh, líder suryemení, sería nombrado Vicepresidente. El Yemen unificado se distinguió, entre otras cosas, por ser uno de los pocos países que apoyó a Saddam Hussein durante la Guerra del Golfo. En consecuencia, Arabia Saudí deportó a los 800.000 yemeníes que vivían en el Reino, cuyas remesas eran una importante fuente de ingresos.
Una unificación no muy exitosa
La unificación no dio buenos resultados y los sureños sintieron que el Norte los marginaba y explotaba sus recursos sin que recibiesen beneficios. En consecuencia, Al Beidh dimitió y proclamó un Gobierno separatista en Adén con el fin de restaurar a Yemen del Sur. No fue reconocido por ningún país del mundo y la rebelión fue rápidamente aplastada por las tropas de Saleh con ayuda estadounidense. Como consecuencia, Al Beidh se exilió a Omán desde donde dirigiría el movimiento separatista Harik, como un grupo guerrillero hasta el día de hoy. El Partido Socialista del Yemen fue perseguido y purgado de las instituciones.Es en esta época cuando, al disminuír la influencia del Partido Socialista incrementa la saudí. La petromonarquía financió madrassas y mezquitas wahabbitas en Yemen. El ascenso del partido salafista Al Islah- vinculado a la Hermandad Musulmana y que se nutrió de antiguos votantes del Partido Socialista-es un síntoma de esta influencia. Los suryemeníes fueron progresivamente abandonando las ideas socialistas laicas y empezaron a abrazar el fundamentalismo islámico sunní. Las mujeres dejaron de usar minifaldas y se vistieron con el niqab negro. Otra consecuencia de esta penetración fue la aparición de al Qaeda, un eterno factor desestabilizante en el país árabe.
Paralelamente, aparece un tercer actor, los
rebeldes Huzíes. Estos provenían de Saada, la región más septentrional de la antigua Yemen del Norte y su ideología era el ya mencionado chiismo Zaydi, instaurado en Yemen desde el Siglo IX. Sus motivos para rebelarse se fundamentaban en una reacción contra lo que percibían era la "wahabbización del país". Pese a su profunda fe religiosa y provenir del norte, que tiene fama de "carca" entre los yemeníes, han declarado no ser islamistas y que su objetivo no era imponer la sharia. Recientemente, varios Huzíes han luchado en la Guerra de Siria en apoyo al Presidente Al Assad. Desde circulos saudíes se les acusa de ser un proxy iraní similar a Hezbolá.
Mujeres partidarias del movimiento Huzí en Saná. Este
movimiento es chiita y, pese a que pretende ser laicista y
revolucionario, no deja de ser un movimiento de carácter
tribal y religioso.
La insurgencia de al Qaeda se intensificó a finales del año 2009 con numerosos choques entre el Ejército y los wahabbitas. Yemen contó con el apoyo de los Estados Unidos, Marruecos y Arabia Saudí, el mismo país que contribuyó a crearlos. Casualmente, esto ocurrió el mismo año en que Rusia afirmó que planeaba colocar bases militares en Yemen. Bastante conveniente resultó al Qaeda para el atlantismo, dándole excusa para militarizar y poner patas arriba una región tan estratégica. Pero esto lo veremos en detalle más adelante.
La intervención estadounidense solo contribuyó a empeorar la situación. Los ataques con drones que-casualmente-mataban civiles la mayoría de veces, la intensificación de la guerra, la expansión de los Houtíes en el norte y la pobreza general provocaron la caída del Presidente Saleh en el contexto de la "Primavera Árabe" en 2011 tras más de 30 años gobernando en Yemen del Norte primero y en el unificado después.
Saleh fue reemplazado por su vicepresidente, Abd Rabbuh Hadi, tras unas elecciones donde sacó un 99% de votos. Hadi era sunní y de orientación más prooccidental y prosaudí que su predecesor. Mientras tanto, los insurgentes Hutíes, que boicotearon las elecciones, tomaron el control sobre la provincia de Sadá, estableciendo una autonomía de facto.
Los Hutíes siguieron avanzando hacia el sur chocando varias veces con las fuerzas de seguridad o guerreros tribales salafistas, cuando no iban juntos. Finalmente, tras un descontento general debido al incremento del precio de la gasolina, los Hutíes entraron en la capital del país, Saná el 16 de septiembre del año pasado.
La revolución Hutí
Cuando los Hutíes entraron en Saná, buena parte de las Fuerzas Armadas se negaron a dispararles y proclamaron su apoyo a la "revolución popular". Tras una breve resistencia por parte de un sector del Ejército liderado por el salafista Ali Mohsen al-Amar, un posible agente saudí que contribuyó al financiamiento de Al Islah y que tuvo que escapar, los Hutíes finalmente declararon estar en control de la ciudad tras un acuerdo con el Gobierno de Hadi el 21 de septiembre.
La idea del acuerdo, en principio, era formar un gobierno de unidad, pero los Hutíes se negaron a desarmarse y a ceder al Ejército el control de las zonas que habían conquistado en Saná. Tras varios choques entre ambas partes que incluyeron la toma de varios sectores adicionales de la capital y el asedio a la residencia presidencial, Hadi finalmente dimitió el 22 de enero y, debido al vacío de poder, los Hutíes tomaron el control del Parlamento el 6 de febrero, proclamando un Comité Revolucionario provisional tras varias negociaciones con legisladores.
Guerra civil, intervención saudí y ruptura Norte-Sur
Al momento de la toma de Saná, los Hutíes controlaban un territorio que coincidía a grosso modo, con la antigua Yemen del Norte y las zonas habitadas por chiitas. Hadi decidió reconstituír su gobierno en la ciudad de Adén, antigua capital de Yemen del Sur. Sin quererlo, Yemen se había dividido virtualmente entre norte y sur otra vez. La única diferencia era que ahora las líneas divisorias no eran políticas (Marxismo del sur contra capitalismo del norte) sino religiosas y sectarias (Chiitas zaydíes del norte contra sunníes del sur)
En principio, no hubo enfrentamientos pese a haber tensión permanente. Todo cambio en marzo cuando hubo choques entre las fuerzas yemeníes leales a Hadi y leales al Gobierno en Saná por el control del aeropuerto de Adén. Esto, unido a unos atentados con bomba en Saná perpetrados por al-Qaeda o la facción yemení del Estado Islámico, provocó el estallido de la guerra.
Esta guerra enfrenta al Gobierno revolucionario en Saná, apoyado militarmente por los Hutíes que tienen cerca de 100.000 guerreros, los soldados yemeníes leales al nuevo Gobierno incluyendo a la Guardia Republicana, fuerza de élite inspirada en la Guardia Republicana Iraquí de Saddam Hussein dirigida por el hijo de Saleh, que suman cerca de 75.000 soldados. Tradicionalmente han sido considerados la flor y nata de Yemen. En este link se pueden ver más detalles sobre las FFAA yemeníes
Por otro lado, se enfrenta el Gobierno en Adén liderado por Hadi y que cuenta con el apoyo de las milicias salafistas de Al Islah y los separatistas sureños de Hirak. Entre todas las fuerzas, sumarían cerca de 50.000 soldados.
Ambos bandos, a su vez, en teoría, luchan contra la insurgencia wahabbita de al-Qaeda y el Estado Islámico, quienes juraron ejecutar a los Hutíes.
Arabia Saudí, temerosa de que los Hutíes conquistaran el resto de Yemen, estabilizaran la zona y creasen un estado proiraní justo al lado de sus fronteras, decidieron crear una coalición de más de 12 países con el fin de, en teoría, ayudar al Gobierno provisional en Adén. La coalición incluye a Emiratos Árabes Unidos, Baréin (país donde también ha habido recientemente tensiones entre la monarquía sunni y manifestantes chiitas), Kuwait, Qatar, Egipto, Jordania, Marruecos, Senegal, Somalia y Estados Unidos, así como mercenarios sudaneses, colombianos y de la propia Arabia Saudí, que aporta cerca de 150.000 tropas, además de apoyo logístico y diplomático (Hadi estuvo exiliado a gusto en hoteles cinco estrellas de Riad luego de tener que abandonar Adén cobardemente).
La excusa de los saudíes era ayudar al Gobierno de Adén a recuperar el control de Saná, para lo cual la coalición se vale de su superioridad aérea (la Fuerza Aérea de Yemen fue destruida casi por completo en los primeros días de la guerra) para efectuar bombardeos.
Sin embargo, a lo que se ha dedicado la coalición fue a esto:
Si Yemen ya era un país bastante delicado y pobre antes de la guerra, esta solo contribuyó a destrozarlo más. La infraestructura de Saná, que contiene monumentos practicamente milenarios, fue arrasada. La aviación saudí bombardeó y destruyó hospitales, escuelas y campamentos de refugiados. Cerca de 3.000 civiles han sido masacrados. Según la UNICEF, cerca de 10 millones de yemeníes no tienen acceso a agua y electricidad debido al conflicto, cerca de 850.000 nińos sufren desnutrición. Adicionalmente, la guerra ha provocado una oleada de refugiados hacia países como Omán, Yibuti y Somalia (específicamente las separatistas Puntlandia y Somalilandia).
Oficialmente, la Operación Tormenta Decisiva concluyó, pero a seguido bajo el nombre de Operación Restaurar Esperanza.
Paralelamente a la invasión saudita, la guerra ha supuesto un increíble ascenso tanto de Al Qaeda como del Estado Islámico, que incluso estebleció sus wilayatos en Yemen. Sin embargo, parece ser que a la coalición le da igual que la supuesta mayor amenaza global se este expandiendo, no a costa de ellos, sino GRACIAS a ellos.Actualmente estas organizaciones controlan una considerable franja de terreno que se extiende desde el puerto de Mukalá, pasando por Tarim hasta la periferia de Adén. Ha habido colaboración abierta entre la coalición y al-Qaeda.
El Gobierno en el exilio de Hadi es actualemente un caos con ministros entrando y saliendo de un día para otro, un títere diplomático y nada más. La ciudad portuaria de Adén, antaño capital cosmopolita suryemení, sufrió grandes daños. Los huzíes fueron expulsados de la ciudad a manos de milicias que recibieron armas tiradas en paracaídas por la coalición. Medios como el New York Times reportaron que estos milicianos no eran islamistas, sino ciudadanos de Aden leales al movimiento separatista sureño que "se alzaron en armas para defender su ciudad".
Los huzíes fueron expulsados de Adén, pero inmediatamente aparecieron insurgentes salafistas de Al Qaeda en la ciudad y la empezaron a liar: Segregan escuelas por género, hacen drive-bys, secuestros, prohiben tocar música. Todo apunta a que las células creadas por Arabia Saudí enviando armas a los "rebeldes suryemeníes" empieza a dar frutos. El ejército leal a Hadi es una mezcla entre fanáticos asociados a Al Islah, mercenarios de Blackwater, colombianos y somalíes. aviones saudíes y milicianos que llevan la bandera suryemení de día y la shahada negra de noche.
Esta igualmente inoportuna desestabilización de Aden podría ser usada de pretexto para perpetuar la presencia de la coalición y, de paso, instalar más bases y hubs militares de inteligencia en la zona.
Geopolítica del Pérsico y el Índico
Arabia Saudita, pese a contar con una clara supremacía militar sobre el bando yemení, incluyendo a una Fuerza Aérea, petróleo, dinero cuasi infinito, un presupuesto militar desorbitado incluso para ser un país putrefacto en petróleo y contar con un montón de inmigrantes pobres que harían lo que sea por conseguir la ciudadanía, no ha logrado reducir a los rebeldes Hutíes ni a las tropas yemeníes, quienes siguen controlando la Yemen del Norte restaurada de facto y siguen expandiéndose, no solo hacia el sur, sino más al norte, donde ya han dado problemas en ataques e incursiones de represalia contra las fuerzas armadas saudies en las provincias de Najrán y Jizán. Estas dos provincias se destacan porque son mayoritariamente habitadas por chiitas, los cuales viven oprimidos bajo la monarquía wahabbita.
Un escenario bastante probable sería el siguiente: Cuando los Hutíes comiencen a avanzar por las provincias y a consolidar posiciones, las tribus oprimidas se pondrán de parte de los invasores yemeníes (algo similar a lo que ocurrió en Irak con las tribus sunníes apoyando a Daish cuando lanzaron su ofensiva). La chispa se expandiría, como un gran incendio, por todo el Reino.
Especialmente vulnerable es la zona del Golfo Pérsico, también con importantes mayorías oprimidas chiitas, donde incluso hubo hace un tiempo choques con la policía-y Baréin, país que lleva desde la Primavera Árabe sacudido por protestas y manifestaciones de chiitas hartos de ser oprimidos por la monarquía sunní pro-saudí. Estas manifestaciones, a diferencia de las que hubo en Túnez o Egipto, han sido silenciadas por completo.
Arabia Saudí, sin saberlo, ha cabado su propia tumba. Quería reprimir el movimiento armado chiita en Yemen y abrió las puertas a que se expanda. Si se llegan a consumar estas hipotéticas rebeliones, el gran beneficiado sería Irán, que ganaría supremacía con la chiización del Golfo Pérsico, por otro lado congruente con la realidad etnica del mismo. El gran perdedor sería el atlantismo, que perdería el control sobre el Golfo Pérsico.
Volviendo a Yemen, al atlantismo le interesa que sea un país pobre e inestable para que no pueda controlar el tan estratégico estrecho de Bab el Mandeb. Este estrecho conecta al Mar Mediterráneo con el Índico y es clave en el tráfico mundial de crudo. Si Yemen fuese un país próspero y estable podría, entre otras cosas, militarizar y dominar el estrecho llegando incluso a bloquearlo de una forma similar a lo que hizo Egipto en la Guerra del Suez. Si esto ocurre, el comercio marítimo decaería gravemente en favor del continental. Saleh, en todos los años que estuvo como Presidente, tuvo que centrar casi todo su presupuesto militar en combatir a las "inoportunas" insurgencias que sacudían su país o bien en crear un aparato represor.
No es la primera vez que el estrecho causa problemas y guerras. Anteriormente, fue la causa de la rivalidad entre Etiopía y Egipto, donde este último país apoyó a los independentistas del Frente de Liberación Eritreo, gracias a lo cual surgió el país artificial-tapón de Eritrea. Etiopía, por otro lado, al no llegar a un acuerdo con Eritrea sobre el acceso al mar, decidió utilizar directamente el Índico, para lo cual apoya al estado independiente de Somalilandia. Somalilandia ha conseguido una ejemplar estabilidad en el contexto de la interminable guerra civil somalí, si no ha sido reconocido por la ONU se debe a las presiones de Egipto.
Adicionalmente, destaca la remota isla de Socotra en el Océano Índico y que, de poder militarizarse, crearía una Zona Económica Exclusiva capaz de dar a Yemen un lugar mucho más importante aún en el tráfico marítimo de la zona. Socotra destaca por tener, debido a su aislamiento, una fauna y flora bastante endémicas y extraordinarias. En 2008, la UNESCO calificó a Socotra como Patrimonio de la Humanidad.
Es aconsejable estar atentos a estos tres países (AS, Baréin y Yemen) porque es probable que dentro de poco nos den sorpresas y sucedan cosas interesantes.
Fuente: Reacción y revolución
Autor: Martin Codax
http://reaccionyrevolucion.blogspot.com/2016/03/yemen-un-ano-de-guerra-silenciada.html
«¿Cómo no vamos a ser católicos? Pues ¿no nos decimos titulares del alma nacional española, que ha dado precisamente al catolicismo lo más entrañable de ella: su salvación histórica y su imperio? La historia de la fe católica en Occidente, su esplendor y sus fatigas, se ha realizado con alma misma de España; es la historia de España.»
𝕽𝖆𝖒𝖎𝖗𝖔 𝕷𝖊𝖉𝖊𝖘𝖒𝖆 𝕽𝖆𝖒𝖔𝖘
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