(Libertad Digital) El denunciante, que El Mundo sólo identifica con sus iniciales, es un físico nuclear de nacionalidad armenia. Según esta información, el 5 de mayo del pasado año, menos de dos meses después del 11-M, acudió a la Guardia Civil de Oviedo en compañía de su hija para alertar de que terroristas de ETA e islámicos estaban en continuo contacto. Ante los agentes de la Benemérita detalló que había guardado silencio hasta ahora porque no tenía regularizada su situación en España y que una vez conseguidos los papeles acudió a las Fuerzas de Seguridad para colaborar en la lucha contra el terrorismo.

Según el relato que figura el nota informativa elaborada por la Comandancia de Oviedo, antes de llegar a España, este físico nuclear trabajó en el sector de la hotelería en Polonia. A su establecimiento acudían diplomáticos de "Siria, Palestina, Arabia...", con los que no tardó en tomar confianza.

La información que firma Fernando Lázaro en El Mundo desvela que cuando el físico trasladó a estos diplomáticos su intención de viajar a España, "personal de la embajada de Palestina le ofreció ir al País Vasco, concretamente a San Sebastián, donde ya contactaría con él gente del entorno terrorista de ETA y posiblemente árabes, con el fin de trabajar para ellos". En la nota de la Guardia Civil de Oviedo se destaca que el físico "hace hincapié en que los contactos de nuestros terroristas (ETA) con los islámicos es continuo, sobre todo a través de Palestina.Habla de Al Qaeda y de Hamas".

El objetivo: fabricar una bomba sucia nuclear

En su declaración, de la que también se hace eco ABC, explicó que con los que habían contactado con él pretendían utilizar su condición de físico para enviarlo a países del Este como Ucrania y una vez allí encargarle de localizar los materiales necesarios para fabricar "una bomba sucia nuclear". El físico, según su denuncia, sólo tendría que preocuparse de reunir esos componentes porque sus contactos le garantizaron que ellos mismos correrían con el traslado a España. Aquí es donde confeccionarían la bomba. La noticia recoge que este físico se ofreció a "facilitar no sólo datos sobre las personas que contactaron con él, sino también informes técnicos sobre los materiales que le solicitaban".

Ante esta denuncia, recogida en una nota informativa de la unidad de Información de la Comandancia de Oviedo, los agentes remitieron las diligencias a la Jefatura de Información UCE-2, encargada de las investigaciones sobre terrorismo internacional. Sin embargo, en la información remitida este jueves a la comisión del 11-M no aparece dato alguno de las previsibles gestiones posteriores de esta unidad de la Guardia Civil.