El embajador de España en Argel, Juan Leña, se dirigió el jueves por escrito a las autoridades para solicitarles un incremento de la seguridad -ya de por sí alta- en los edificios diplomáticos, empresas y comunidades religiosas españolas afincadas en Argelia, según informaron fuentes diplomáticas. La Embajada de España en Rabat no pidió, en cambio, un reforzamiento de la protección porque, probablemente, considera que la amenaza es menor en Marruecos. El pasado sábado el Ministerio del Interior marroquí rebajó el nivel de alerta de "máximo" -decretado el Febrero pasado- a "intermedio".
París ha dado también en las últimas horas nuevas instrucciones a sus embajadas y consulados en el Magreb para que, en colaboración con las autoridades locales, incrementen la seguridad, según declaró Frédéric Desagneux, portavoz del Ministerio de Exteriores. "Tomamos muy en serio las nuevas amenazas", dijo. Al presidente español, en cambio, no le llaman tanto la atención las arengas de al-Zawahiri. "No es nuevo para nosotros, aunque en este caso haya tenido una publicidad más llamativa", afirmó Zapatero ante los micrófonos de RNE. "Teníamos ya algunas amenazas más o menos explícitas que se habían producido hace tiempo", prosiguió. Lo importante es "prevenir lo que pueden ser acciones del radicalismo islamista", y para ello es fundamental la coordinación de los servicios de información europeos con los del Magreb. Esta cooperación es, según fuentes policiales españolas, buena con Marruecos, deficiente con Argelia y casi inexistente con Túnez.
Horas después de la alocución del número dos de Al Qaeda, tres técnicos extranjeros -dos franceses y un italiano- resultaron heridos en un atentado en Lkahdaria, a unos 70 kilómetros al sureste de Argel. Los tres trabajaban para la constructora francesa Razel. El convoy en el que viajaban iba escoltado por la gendarmería cuando, según la versión del Ministerio del Interior argelino, estalló una bomba colocada en el arcén hiriendo a los tres técnicos, a cinco gendarmes y al chófer de uno de los vehículos. La rama magrebí de Al Qaeda reivindicó enseguida el atentado, pero aseguró que fue cometido por un kamikaze. El número de víctimas mortales de la violencia terrorista alcanza las 400 en Argelia desde principios de año, 63 de ellas este mes. El Ministerio de Exteriores galo confirmó además que dos técnicos de la empresa Aéroports de París fueron evacuados apresuradamente el martes del país magrebí después de que se descubriera un plan para secuestrarlos.
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