Rodríguez Zapatero se prepara unas fiestas de Navidad llenas de rutilantes inauguraciones, en un esfuerzo propagandístico de primera magnitud a solo tres meses de las elecciones generales. El 21 de diciembre inaugurará el tramo Tarragona-Barcelona de la línea de Alta Velocidad Madrid-Barcelona; al día siguiente, 22 de diciembre, le tocará el turno a la línea Madrid-Valladolid, y finalmente, el 23 de diciembre, el festejo corresponderá al tramo Córdoba-Málaga de la línea Madrid-Málaga. De acuerdo con fuentes del sector de toda solvencia, ninguna de las tres líneas estarán realmente terminadas en las fechas citadas.
En el tramo del AVE Tarragona-Barcelona, parte del AVE Madrid-Barcelona cuya entrada en servicio arrastra un retraso de años, los problemas se centran en la “caótica situación” de la estación de Sants, que obligará a los trenes a entrar en la Ciudad Condal con el sistema ASFA -habitualmente empleado en las líneas de RENFE, pero no en la Alta Velocidad- e incluso con bloqueo telefónico, de modo que esta será la primera línea de AVE del mundo en utilizar dicho sistema, que aunque sigue siendo útil fue puesto en servicio a finales del siglo XIX.
Dada la dificultad de la obra, que hace imposible la utilización de tuneladoras, se está trabajando con métodos clásicos cercanos al pico y pala, por lo que, de acuerdo con los técnicos, no sería posible inaugurar la entrada en Barcelona en condiciones acordes con la Alta Velocidad hasta abril/mayo de 2008. Dicha entrada, sin embargo, se hará tan despacio que el viajero no se percatará de estos problemas.
La línea Madrid-Valladolid cuenta con dos grandes túneles –el de Guadarrama, ya terminado, y el de San Pedro, en las cercanías de Colmenar Viejo-, cada uno de ellos desdoblado a su vez en dos túneles que discurren en paralelo. Como resulta imposible acabar las obras del último de ellos hasta abril o mayo próximos, se va a circular por una sola de las secciones de dicho túnel, con las limitaciones de velocidad que impone la circulación en vía única. De nuevo situación de récord mundial: un tren de Alta Velocidad en vía única.
A partir de la estación de Pinar de Antequera, previa a la llegada a Valladolid, el proyecto prevé la circulación en subterráneo, obra considerable que en ningún caso estará terminada el 22 de diciembre, por lo que el AVE entrará en la ciudad castellana en superficie. Para hacer posible que Zapatero pueda inaugurarlo de forma provisional en esa fecha, será necesario acometer una serie de obras que habrá que desmontar inmediatamente después, para volver a trabajar en el trazado subterráneo, con el consiguiente despilfarro de millones de euros.
El ‘túnel de lavado’ del AVE
Por lo que respecta a la línea Madrid-Málaga, siguen sin resolverse los problemas provocados por el túnel de Abdalajis, donde más que filtraciones puede hablarse de la existencia de un auténtico río subterráneo que por el momento ha sido imposible atajar a menos de que se acometa una fuerte rectificación del trazado que afectaría a la totalidad del túnel. Como los andaluces le ponen sal y pimienta a cualquier situación, en la zona ya se ha bautizado al subterráneo de Abdalajis como “el túnel de lavado” del AVE.
Un problema suplementario de gran calado que afecta a la Alta Velocidad española tiene que ver con la línea de unión entre las estaciones de Atocha y Chamartín, en Madrid, proyectada hace 4 años por el Gobierno del PP para unir esta estación, salida de las nuevas líneas del Norte, con la base de Cerro Negro, situada al sur de Atocha, donde estacionan tanto los Alstom serie 100, como los TALGO-Bombardier serie 102 –conocidos como los patos-, o los Siemens serie 103. Como es sabido, la Alta Velocidad española tiene ancho internacional (1.435 mm.), frente al tradicional ancho de vía de nuestros ferrocarriles (1.668 mm.), lo que hacía urgente construir esa línea subterránea ante la entrada en servicio del Madrid-Valladolid y futuras líneas de AVE a Galicia.
Pero, a tres meses de las inauguraciones previstas, la línea Atocha-Chamartín está empantanada por culpa de los duendecillos que pueblan el ministerio de Fomento de doña Magdalena Alvarez. Ante tal incomunicación, para transportar a Chamartín los trenes que hayan de prestar servicio en la línea Madrid-Valladolid será necesario cargarlos en Cerro Negro en una especie de soportes con ruedas de ancho ibérico para trasladarlos a Chamartín, naturalmente a velocidad mínima y con grandes precauciones, por la vía de circunvalación de Vicálvaro, y desmontarlos después a su llegada a esta estación.
Fácil resulta imaginar el cúmulo de maniobras que será necesario llevar a cabo cuando se averíe un tren o deba pasar las correspondientes revisiones en los talleres de Cerro Negro. Entre los ingenieros y empleados de RENFE circula ya un chiste que ha hecho fortuna. Pregunta: ¿Cómo se van a desplazar los AVE de Atocha a Chamartín y viceversa? Respuesta: en taxi.