Está visto Valmadian que le tienes un especial “cariño” al señor Llamazares.
La foto que aparece en el artículo nos ilustra perfectamente como es el personajillo en cuestión, siempre con esa pose malhumorada, pareciera amargado, más siniestro que el cochero de Drácula.
La verdad que yo de ti Llamazares contrataría a un asesor de imagen, de esos tan en boga ahora, rollito inventado por los yankis y que todo político español que se precie en nuestros días tiene en nómina, para que te asesore y abandones de una vez esas poses desabridas y hurañas. No estaría mal que nos regalaras en alguna ocasión con una sonrisa brillante profidén (luciendo unos dientes blanqueados previamente en “Corporación Dermoestética”, claro está).
Se que debe ser difícil intentar que sonrías, seguramente que tu cara se vería seriamente afectada, pero chico, tendrías que esforzarte. Al menos toma ejemplo del “fusilador de Paracuellos”, Carrillo, este en muchas ocasiones sonreía cuando estaba al frente del PCE, e incluso reía de vez en cuando, aunque fuera a cámara lenta. Llamazares es que trasmites a tus potenciales electores un mal rollo tremendo, cuando te oyen hablar les deprimes una cosa mala, después de un mitin tuyo sólo puede apetecer arrojarse por una ventana.
Hombre, yo te comprendo criatura, tu amargura, vives en un país que no sabe valorarte, que no está a la altura de tu genio revolucionario, que le vamos a hacer, viniste al mundo en una época equivocada. Con lo feliz que serías tú corriendo por las calles de Petrogrado, camino al Palacio de Invierno, fusil en mano, codo con codo con tus otros camaradas revolucionarios, dirigidos por el gran Lenín, luz y guía de la gran revolución comunista de octubre de 1917, que tanta “paz y prosperidad” trajo al mundo… Bueno, sí, es verdad que han muerto millones de personas a causa del comunismo, pero chico, ya se sabe que para hacer una tortilla hay que romper los huevos.
Al final te has quedado como en la nada, no eres más que un triste dirigente de la extrema izquierda, un “comecuras” (me ha gustado esa palabra), colocado, por culpa de un horrible destino, en un rincón de la Europa meridional que no te gusta ni mentar, que su sólo nombre te produce rechazo y asco, siendo el presidente de un casposo partido que parece todo el mundo despreciar, incluso los famosetes que se dicen militantes, que siempre cuando se acercan elecciones terminan pasándose a la competencia, al PSOE, porque de estos pueden sacar más (la coca que se mete Sabina en sus vías respiratorias, léase “tocha”, no es gratis, ni los modelitos exclusivos de Pasarela Cibeles que luce Ana Belén ¿qué os habíais creído?).
Lo dicho Llamazares, ya sólo eres referencia para cuatro guarros porreros ocupas deprimentes de la extremísima izquierda, eres como los dinosaurios condenado a la extinción, sólo te queda esperar que llegue el cometa, asteroide o el 9-M que acabe contigo.
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