Un plan de la Junta obliga a las Casas de León en América a ser castellano-leonesas

prensa

A pesar de los casi cien años de algunas, caso de la de México o las de Argentina, han tenido que cambiar de nombre e integrarse en una federación «castellano-leonesa»

20/12/2009 e. gancedo | león
Son dos herramientas: de un lado, el «Plan integral de apoyo a la ciudadanía castellana y leonesa en el exterior y a la emigración de retorno, 2009-2012» y de otro, la «Fundación para la Ciudadanía Castellana y Leonesa en el Exterior». Dos creaciones del ejecutivo autonómico encaminadas a coordinar y organizar el reparto de ayudas económicas a los centros regionales en el extranjero pero que también han supuesto, en diversos y significativos casos, cambiar una denominación casi centenaria y perder una histórica e influyente autonomía de acción.

Los ejemplos más claros están en aquellos países que recibieron un mayor aporte de gentes procedentes de las comarcas leonesas: México, Argentina o Cuba. En ellos, la gran cantidad de personas laboriosas y trabajadoras llegadas a esas orillas, su rápido arraigo e integración, y la intensa actividad social y económica desplegada por muchos de ellos llevó a la creación de colonias o sociedades que alcanzan los miles de asociados y que juegan un papel muy señalado en la vida cotidiana de las ciudades en las que tienen su sede.

Así, la Agrupación Leonesa de México, la Colonia Leonesa de Cuba o las diferentes asociaciones de leoneses en Argentina, como la de Mar del Plata o Buenos Aires, constituyeron entidades comparables a las también muy señeras Casas de Galicia o de Asturias. El Noroeste coincidía en esa tendencia a la agrupación y a la colaboración.

Situación paradójica. Ahora, a pesar de los muchos años transcurridos (la de México tuvo su germen hace 80 años, la de Cuba se fundó en 1914) manteniendo el arraigo y el recuerdo de lo leonés, éstas y otras casas se han visto obligadas, si quieren seguir recibiendo subvenciones, a integrarse en una Federación Castellano-Leonesa y persuadidas a cambiar de denominación. «Todo esto ha llevado a una situación paradójica -”escribía María Teresa García Montes en la desaparecida revista digital Qvestio -”, la de que las Casas de León en el extranjero, que fueron formadas mucho antes de que Castilla y León existiera (la comunidad data, tan sólo, de 1983), y que están formadas únicamente por leoneses y sus descendientes, han sido -˜animadas-™ a cambiar su nombre por el de -˜Casa de Castilla y León-™».