La terrible historia de una niña que ejerce la prostitución embarazada.
Miseria. Volvió a aparecer hace unos pocos días en el lugar donde trabaja desde el año pasado. Organizaciones sociales e instituciones del Estado conocen el caso y buscan ayudar a la menor.
El contorno de la panza es lo primero que se le dibuja cuando empieza a salir a la luz desde su rincón oscuro y escondido. Desde la esquina de Entre Ríos y Sarmiento aparece por momentos y le hace señas a los autos, se les acerca, conversa, negocia. Su verdadero nombre es otro, pero para contar su historia la llamaremos Natalia.
Durante el año pasado se la podía ver entre las sombras de aquella céntrica esquina donde pasaba noches enteras ofreciendo favores sexuales por unos pocos pesos. Con 14 años, hacía ya un par que ejercía la prostitución. Hace unos meses, Natalia desapareció de las calles sin dejar rastro, y volvió a aparecer de sorpresa en la misma esquina hace unas pocas noches, con su notorio embarazo.
“Nosotros no le preguntamos si es de un cliente o de algún novio”, contó una de las jóvenes, no mucho más grandes que Natalia, que trabaja en la misma esquina. EL LIBERAL llegó anoche a buscarla, pero la pequeña niña madre ya se había ido con un hombre, que pagó poco menos de 50 pesos para pasar un rato con ella.
“Yo la conocí cuando ya estaba embarazada”, contó a EL LIBERAL Mariana Contreras, de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina. “Nosotros hemos tenido conocimiento del caso de ella y hemos querido ir a ver”, relató.
Cómo hacen con todas las trabajadoras sexuales de la ciudad, las dirigentes de Ammar entregaron preservativos a Natalia y sus compañeras, y les explicaron los métodos para no contraer enfermedades de trasmisión sexual. “Nuestro objetivo es que no se enfermen – recalcó Mariana Contreras – y después de eso no podemos hacer mucho mas”.
Mariana contó que tampoco indagaron en su vida personal. “Nunca le hemos preguntado de quién estaba embarazada, además ella nos dice que no trabaja”, señaló.
Sus compañeras, y el lugar vacío que ha dejado en el ventanal donde se sientan por las noches a esperar que pasen los potenciales, clientes, dicen otra cosa.
Su condición de embarazada ya le ha traído algún problema. “Aquí yo no dejo que nadie trabaje embarazada, y en esta cuadra mando yo”, contó Yesica, una joven prostituta que trabaja a una cuadra del lugar.
Cuando EL LIBERAL fue a preguntarle por Natalia, Yesica contó que conocía su historia, pero que “aquí no trabaja nadie que esté por tener familia, aquí estamos chicas sanas y travestis”.
La Dirección de la Niñez, Adolescencia y Familia (Dinaf) también está interiorizada con el caso de Natalia. Una fuente de dicha dependencia explicó: “Hemos recibido la denuncia, y hay gente de trabajo social que está entrevistándolas y haciendo una tarea profunda con las chicas que están en ese lugar, para poder solucionar su situación”.

Puntos clave
Las niñas que ejercen la prostitución en la ciudad capital lo hacen desde los nueve años. No sólo en las calles de los barrios más alejados, sino en algunos puntos del centro de la ciudad. Según corroboraron desde Ammar, hay chicas que son explotadas sexualmente desde los nueve años. En la ciudad capital hay al menos dos puntos clave donde, frente a las narices de todos los transeúntes, y desde muy temprano, estas niñas sufren la explotación por parte de clientes, todos mayores de edad. La esquina de Sarmiento y Entre Ríos, y el parque Oeste, dos lugares a pocas cuadras de la plaza Libertad, son los más frecuentados por las chicas.
El trabajo sexual está reconocido por la Organización Internacional del Trabajo, pero para las mujeres mayores de edad. La legisladora del Frente Cívico, Sandra Generoso, impulsora de un proyecto de ley para rescatar a las jóvenes mujeres que son explotadas sexualmente, indicó oportunamente: “Si la persona que ejerce la prostitución es una menor, aunque exista su consentimiento, el cliente está incurriendo en la figura de acoso sexual. Esto está previsto en el artículo 119 del Código Penal”.