¡Ufff, menos mal! como católico ya puedo sentirme más tranquilo y respirar a gusto. Esta noche y las siguientes dormiré a pierna suelta pensando que las criaturas abortadas (léase asesinadas) lo son menos desde esta declaración...

Recuerdo muy bien aquella oración de mi jura de la Bandera: "Si así lo hiciereis que Dios y España os lo premien, y sino que os lo demanden."

Señores Obispos: "Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis." (Mc 10,14) No es suficiente con buenas palabras, hay que dar testimonio con hechos, pues obras son amores y no buenas razones.

Y este señor, el Jefe del Estado (demoliberal), dirá que es "el rey de todos los españoles". Pues ¡no!, desde luego nunca serán españoles los abortados, claro que yo estoy en este mundo y tampoco lo es mío.