Ojo, son 100 millones muertos (nada menos), pero no 1000 millones, cantidad imposible. Los cien millones son claro, lo que se sabe y está documentado (ver el Libro negro del comunismo). Seguramente son algunos más. Hay que tener cuidado y citar con precisión, o al menos con bastante aproximación. La buena apología se hace con datos precisos: fechas, lugares, nombres, etc., mientras que los tópicos se suelen caracterizar por su vaguedad, su ambigüedad y la tendencia a exagerar, cuando no a inventar.
En cuanto a que se han producido muertes en nombre del cristianismo habría que especificar mása : sería necesario hablar de las inquisiciones de los países germánicos y anglosajones con sus quemas de brujas o supuestas brujas, de la Ginebra de Calvino que quemó a Servet y sacerdotes y laicos católicos, de la Inglaterra isabelina y los territorios escandinavos, que prescribían la muerte para los sacerdotes, y otros casos por el estilo. La Iglesia Católica nunca condenó a nadie a muerte; la Santa Inquisición se limita a juzgar los casos, con una trato justo y modélico de los reos que tardaría siglos en verse en los tribunales seculares y salvó millares de vidas, que estos sí que eran los que dictaminaban que se ejecutase o no a los reos.
Marcadores