No estoy familiarizado con el texto de San Agustín que mencionas, pero al tema en si mismo, tiene desarrollos recientes como la encíclica Quas Primas de Pío XI:
Pío XI, Quas primas (11/12/1925)
El motivo de este tema es el de preguntar a los foreros en que consiste La política subordinada a la religión de San Agustin y saber si es aplicable en la actualidad lo planteado por San Agustin.
De antemano les doy las gracias desde una mañana nublada en Mexico.
¡ VIVA MÉXICO VIVA SANTA MARÍA DE GUADALUPE VIVA MÉXICO !
Adelante soldado de Cristo
Hasta morir o hasta triunfar
Si Cristo su sangre dio por ti
No es mucho que tu por ÉL
Tu sangre derrames.
No estoy familiarizado con el texto de San Agustín que mencionas, pero al tema en si mismo, tiene desarrollos recientes como la encíclica Quas Primas de Pío XI:
Pío XI, Quas primas (11/12/1925)
Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.
Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI
San Agustín, discípulo de San Ambrosio, edificó una teología política alternativa al cesaropapismo. Explicó la Iglesia como una ciudad peregrina, alternativa a la Roma imperial que se venía abajo por momentos. Roma dejaba de ser el imperio-cesaropapista-cristiano- universal de la Providencia, postulado por Eusebio de Cesarea, para ser denostada por Agustín como una Civitas Diaboli en la que imperaba la confusión, pues la única forma válida de comunidad cristiana sería la Iglesia.
El esquema de las “dos ciudades”, tal como era contemplado en “La Ciudad de Dios”, llegaría a alcanzar una vigencia milenaria: la actividad política, social educacional etc de la Iglesia Católica en Occidente se basó en la concepción dinámica agustiniana frente a la concepción metafísica estática de la Iglesia Ortodoxa de Bizancio.
Sin embargo, el término “agustinismo político” como definidor de la filosofía política de san Agustín, y que fue aplicada en el Medievo, no coincide con el pensamiento de San Agustín, pues encierra una rigidez hierocrática ajena a su pensamiento, ya que no cabía hablar, en su esquema, de dominación del poder secular por la Iglesia, sino que ésta debía ser sólo "la razón de ser" del poder secular, sólo dentro de un orden armónico entre ellos.
Se puede hablar de un teocentrismo agustiniano, con Dios como piedra angular del Estado, pero no de una hierocracia clerical “agustiniana”, al estilo de los pontificados del siglo XIII. Sí es cierto que San Agustín puso los primeros cimientos de algún tipo de hierocracia, como la posterior actitud despectiva del clero hacia el poder secular... deduciendo los obispos medievales que los reyes estaban bajo su tutela espiritual. Fue así famosa la comparación agustiniana entre reyes y piratas así como que “los reinos sin justicia son latrocinios y bandidaje a gran escala”. Para san Agustín el gobierno terrenal sólo es bueno si hace cumplir la voluntad de Dios, manteniendo la paz y el orden.
En el emperador romano, de origen hispano, Teodosio, fundador del primer Estado católico, vio el santo el prototipo histórico del príncipe cristiano, conviertiendo en guerras santas las guerras civiles de éste, y componiendo panegíricos a la gloria de dicho Monarca. Teodosio cedió el predominio a la Ciudad Celeste sobre la Terrena, poniendo así fin al patrocinio cesaropapista que desde la época de Constantino ejercían los emperadores romanos sobre los obispos y la Iglesia en su conjunto. Al agachar la cabeza en penitencia ante San Ambrosio, su maestro, Teodosio ganó una estatura moral gigantesca ante San Agustín; no así Constantino a pesar de ser el primer emperador cristiano.
Dos siglos después de san Agustín, el papa San Gregorio Magno elaboró el llamado -de forma equívoca-“agustinismo político”, reinventando a San Agustín y subordinando definitivamente el poder secular a la autoridad sacerdotal, llevándolo a sus últimas consecuencias y convirtiéndose dicho pontífice en el campeón de la teocracia medieval. La primera consecuencia fue la difícil coexistencia con el cesaropapismo del Imperio Bizantino. En segundo lugar, eran tiempos en los que ningún rey aún se titulaba “por la gracia de Dios” y en que los reyes bizantinos y los monarcas visigodos aun convocaban concilios "usurpando" funciones eclesiales. La solución de Gregorio Magno será la eclesialización del Estado en Occidente: las formaciones políticas germánicas abandonarían su condición de reinos gentílicos para ser Estados católicos, miembros de pleno derecho de la Cristiandad latina. Además se ponía la base de lo que sería el pontificado medieval. Ello supondría la ruptura con el Oriente bizantino.
Se trataba en definitiva del mayor esfuerzo -titánico- de la Historia ¿inútil? por convertir en un reflejo de la Jerusalén Celeste el orden temporal corrompido por el pecado original.
Muy interesante la explicación.
Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.
Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI
La gran obra de San Agustín, de donde procede la idea medieval de la política subordinada y transmitida hasta la Edad Moderna, es La Ciudad de Dios. ¿Cuál es el eje del pensamiento agustiniano en el plano político? Afirma que el hombre es ciudadano de dos ciudades. Por una parte de su ciudad natal (la idea de "polis" parece seguir implantada en el pensamiento de S. Agustín)--, y la Ciudad de Dios. Esto viene a significar que la naturaleza humana es doble: simultáneamente pertenece a este mundo por ser cuerpo material, y a la Ciudad Celestial por ser espíritu.
En relación al mundo tiene intereses terrenales, que son los propios del cuerpo; pero, también, tiene intereses espirituales que son propios del alma. A su vez, la ciudad terrena es el ámbito de Satán, el reino de éste, que identifica principalmente con los imperios paganos de Asiria y Roma. Mientras, la ciudad celestial es el reino de Cristo, manifestado primero entre los judíos y más tarde en la Iglesia y en el imperio de una Roma cristianizada.
Y la Historia es la lucha entre ambas ciudades, o tipos de sociedad. El triunfo final es de Cristo y sólo en Cristo cabe la paz y el reino Espiritual es eterno. De ello deducimos que todos los imperios o todos los Estados, en suma, todo el poder terrenal, habrá de desaparecer. Todo ello le hace considerar que la institución de la Iglesia por Cristo acabará por producir la unidad de todos los creyentes que tienen verdadera fe. Para San Agustín, el punto culminante de la Historia es la Iglesia.
Por tanto, después del advenimiento del Cristianismo ningún Estado puede ser justo, salvo que también sea cristiano. Y la naturaleza cristiana del Estado ha de estar inscrita en el principio de que la finalidad de dicho Estado es realizar la justicia y el derecho.
Dicho todo ello de una manera telegráfica.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Muchas gracias por la informacion me ha a sido de gran ayuda, gracias a los tres.
Saludos desde Mexico.
¡ VIVA MÉXICO VIVA SANTA MARÍA DE GUADALUPE VIVA MÉXICO !
Adelante soldado de Cristo
Hasta morir o hasta triunfar
Si Cristo su sangre dio por ti
No es mucho que tu por ÉL
Tu sangre derrames.
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