Bueno, Pinguino, aquí van algunos aportes mas sobre la relación entre Piedad y Patria.
Piedad, en una de sus acepciones es:
"Devoción. Amor y respeto consagrados a alguien; por ejemplo, a los padres, a las cosas sagradas. "Piedad filial", particularmente celo en el cumplimiento de los deberes religiosos."
Pío: "Piadoso, devoto de los padres o de la patria".
Ejemplo de esa piedad filial en grado sumo, la vemos en Antígona, cuando desobedeciendo el decreto de su tío Creonte, rey de Tebas, decide enterrar el cadáver de su hermano Polinices, (hijo de Edipo), condenado a quedar insepulto y a merced de ser devorado por las aves y los perros, con todo lo que ello implicaba de onticamente terrible para la cosmovisión del hombre griego.
Antígona, es un símbolo acabado de la piedad filial.
Aún resuena en nuestros oídos -marcado a fuego-, la respuesta de Antígona a la pregunta de Creonte:
"¿Y así te has atrevido a pasar por encima de estas leyes?".
- "Sí, porque no era Zeus el que me ordenaba esto, ni la Justicia que habita con los dioses de abajo; estos no han establecido tales leyes entre los hombres y porque juzgué que tus decretos no tenían tanto poder que, siendo tu mortal, pudieras pasar por encima de las leyes no escritas e inquebrantables de los dioses. Porque estas no son de ahora ni son de ayer, sino que tienen vigencia eterna y nadie sabe cuando aparecieron. No iba yo a sufrir el castigo divino infringiendo estas por temor a la arrogancia de hombre alguno" (Sofocles, "Antígona", segundo episodio, 450-460).
Aquí se ve la estirpe real de Antígona, ungida por un trágico destino, que cumplirá con honor, coraje y valentía probada, pues como ella misma dijo:
"No me ocurrirá otra cosa que no sea morir con gloria", de modo que a Antigona, "nadie podrá acusarla de traidora"
Posteriormente, en el tenso diálogo con Creonte, afirmara:
-" Yo no he nacido para el odio, sino para el amor".
Tiernas y conmovedoras aserciones que confirman lo que venimos exponiendo.
Podemos decir que; la Pietas, importa un compromiso con los dioses, con los padres, con los hijos, con la patria.
Religio y Pietas, son los pilares de la Roma Antigua.
Estos serán los hilos conductores del piadoso Eneas, siempre con el oído atento al cantar de las Musas, es decir de las voces celestes.
Piedad filial, y amor a la patria, que lo insta permanentemente a sortear todos los peligros, dolores y contratiempos en su Misión Fundacional de la nueva Troya, es decir de Roma.
Recordemos, que como exponía el jurisconsulto Herencio Modestino (siglo III), "Roma es nuestra patria común".
Tambien conviene recordar aquello que decia Cicerón en de Res Publica:
El camino para llegar al cielo pasa por la patria.
Cordiales saludos.
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