"La tradición es la vida, la educación y la memoria de los pueblos. nace aquí por rigorosa consecuencia que renegar un pueblo de sus tradiciones vale tanto como perder su memoria, malear su educación y condenarse a la muerte."
B. COMÍN La política tradicional de España , pág., 4
Junto con la fe religiosa, el respeto a la tradición, la fidelidad al pasado, son los caracteres principales del patriotismo auténtico y así lo explica Julio NOMBELA en los siguientes términos:
"Sin tradición no hay patria y los hombres sin patria viven en el mundo condenados al suplicio del Judío Errante; llevan consigo una espantosa maldición; son el grano de arena del desierto, que, abrasado por el simoun, se agita sin saber en donde parará y abrasará a su vez todo cuanto toca. Buscad a uno cualquiera de los mil brazos de la revolución; no os intimide verle la piqueta demoledora. Habladle entonces, recordadle la casa en que nació, el árbol a cuyas ramas trepaba, el objeto piadoso que representaba para él la memoria querida de una madre, la cruz que ganó su padre en un combate; en una palabra, todos los objetos ligados a su existencia, a la de su familia y cuando estos recuerdos disipen en su alma el veneno de la incredulidad, animadle a destruirlos.
La casa, podéis decirle, es vieja, no sirve para nada; el árbol estorba; la prenda de esa madre adorada no es más que una antigualla; todos esos objetos recuerdan un ayer de oscuridad, de retroceso; representan a la imaginación, el servilismo, la ignorancia.
¡No! exclamará indignado vuestro interlocutor, en todo eso hay algo de los seres queridos de mi corazón; cada objeto me recuerda una alegría o un dolor de mi familia; sin eso nada me queda más que la realidad de mi pobreza.
Y si a pesar de sus palabras queréis destruir "su tradición", luchará desesperadamente contra vosotros. Pues bien, si respetable y querida es la tradición de un individuo ¿qué no será la tradición de un pueblo, que constituye a todos los compatriotas en una familia, que les hace partícipes de sus glorias, que divide con ellos sus desdichas, y que dándoles una historia alcanza para ellos admiración y respeto del mundo entero?
Julio NOMBELA. La Bandera carlista pág., 16
"El amor a la Patria, señores, es ese sentimiento indefinible que nos une al suelo que nos vio nacer, donde nuestra vida se desarrolla y donde esperamos y queremos que se abra nuestra tumba; es el amor al suelo donde viven las personas que nos son queridas dentro y fuera de la familia, donde descansan los huesos de nuestros padres, donde nacen esos seres que sólo a cada uno de nosotros es dado llamar con el nombre de nuestros hijos, donde habita esa familia inmensa a la cual nos unen los vínculos del idioma, de la legislación, de las costumbres, de la historia, y como podía decirse hasta hace poco en España, los vínculos de una religión misma. Las glorias de la Patria, son nuestras glorias; sus desgracias, son nuestras desgracias; y tratándose de la Patria, es lícito tener orgullo y disculpar errores porque nos guía, no un egoísmo personal, sino un egoísmo generoso. La Patria tiene un valor que sólo comprende el infeliz proscripto que la llora perdida; tiene un valor tal, que aun los días de corrupción y decadencia, no pueden borrar aquella sentencia propia de edades viriles y heroicas: dulce et decorum est pro patria mori.
ESTRADA VILLAVERDE, diputado carlista, 1 de junio de 1871. "Diario de Cortes", pág., 1.353
Y yo me pregunto si por leer textos como éstos y otros similares y compartir moral e intelectualmente sus contenidos, eso me hace ser un pseudointelectual, tal como se me ha venido acusando en algunos momentos... ¿qué tendrá que ver el tocino con la velocidad, digo yo? Pero es que esto no son sino gotas o perlas del pensamiento carlista y quien tenga ojos que vea, quien tenga oídos que escuche, y quien tenga entendederas que entienda. Y es que España está como está, en cualquiera de su ámbitos, de arriba a bajo, de izquierda a derecha, por no entender su propia historia, haberla olvidado y arrojado a los cerdos sus valores y Tradición.
Saludos en Xto.