Re: Por qué en España es imposible hacer política... Y cómo solucionarlo...
Hacer política es construir y organizar la convivencia, primero en la teoría o sea experiencia previa estudiada y depurada, y luego su puesta en la práctica si es que resulta viable y se han analizado previamente las posibles consecuencias. Eso es "hacer política" y no la suma de una serie de situaciones anecdóticas, pero hoy en España se nota, se ve, que no nos soportamos unos a otros. ¿Por qué? pues por lo mismo que se destila en los mismos textos de los mensajes que aquí, en Hispanismo, se ponen muchas veces. Se puede comentar, se puede "criticar", es decir, ofrecer una alternativa a lo que se comenta, pero no se puede plantear en términos descalificadores hacia todos aquellos que opinan de otro modo. Y ese "otro modo" incluye a que haya gente de entre esos que solemos llamar "los míos" ven las cosas de otra manera.
Tal como está planteada la cuestión y en base a las ideas expuestas, este hilo debería haberse llamado porqué en España la democracia es inviable, y es que después de leer los argumentos que se esgrimen es a la conclusión a la que se puede llegar. Personalmente no opongo objeción alguna a ello, pero si esa es la filosofía a defender, entonces que no se despelleje a quienes no la compartan pues cada uno es muy libre de mantener la postura que más le convenza, con todos los cambios posteriores que se quieran pues de "de sabios es rectificar". Y para no descalificar también hace falta humildad, no sólo hay que predicar, sino también dar trigo.
Luego, la "libertad" no incluye el hacer lo que "me sale de los coj...". Al tiempo que redacto estoy escuchando lo que se dice en una emisora de radio: "un grupo de encapuchados ha tomado la Facultad de Políticas y se ha atrincherado en ella". Bueno pues por la misma regla de tres si otro grupo llega y se lía a tiros con esos estará en su legítimo derecho y así sucesivamente en una escalada que ya veremos dónde acaba. Y es que el principio de autoridad está quebrado totalmente. Claro que lo está, es que no puede ser que todos quieran ser todo, no puede ser que todos quieran saberlo todo, no puede ser que todos quieran mandar y ordenar, y de ahí que nadie reconozca nada a nadie. La autoridad, tal como expresé en el dichoso hilo sobre Corea, no se basa en el "poder coercitivo", eso es la falacia ad verecundiam; la autoridad se fundamenta en el reconocimiento y aceptación de que otros pueden saber más de unas cuestiones u otras o en todo, algo que se estudiaba en el bachillerato ("estudiaba", a saber lo que se enseña hoy).
La experiencia personal es un punto importante, y cuando si existía ese principio de autoridad, ésta servía para que cada cual supiera el momento personal, vital y social, en el que se encontraba, así era la sociedad tradicional, la sociedad vertical, no la horizontal y abierta que hoy ya nadie aguanta como nadie aceptaría la vuelta de la otra. Se ve en el sistema educativo, que es infumable por lo mismo, se ve en los matrimonios (no tengo las estadísticas, pero debe de haber ya más divorcios que enlaces), se ve en la calle o en la carretera donde cada cual se cree el "rey del mambo" al volante o usando los pasos cebra. Se ve en las relaciones entre padres e hijos; se ve en las enormes discriminaciones por razón de sexo; por razón de nacimiento, por razón de nacionalidad... ¿porqué hay que expulsar a los extranjeros? ¿no sería mejor educarlos en la lengua y cultura comunes?
Si, hay demasiada verborrea, pero desde todos los lados. Demasiadas soluciones que no solucionan nada, demasiadas propuestas teóricas que no pasan de brindis al sol, muy poco pie en el suelo y muy poca cabeza sobre los hombros, demasiada inexperiencia diciendo lo que hay que hacer, demasiado desconocimiento de las realidades más profundas para dar consejos, demasiada intolerancia para no aceptar a los demás bajo muchas formas. Lo dicho, los españoles no nos podemos soportar unos a otros. Así las cosas, los "míos" se reducen sólo a la familia y los amigos más íntimos, todo lo demás, incluidas falsas, fingidas o aparentes solidaridades, es verborrea y ganas de perder el tiempo.
Es que en Europa la gente enseguida está bien predispuesta...¡ya! Quiero decir que ya veremos cuánto dura eso en cuanto las cosas se tuerzan. En cuanto no llegue el dinero, en cuanto la culpa la tienen "los..." y surjan los atavismos de dos mil años, porque hasta para organizar un viaje turístico se sabe que no se pueden mezclar ingleses con alemanes (pregúntese en las agencias de viaje), y eso a modo de ejemplo. Y olvidamos, en cambio, y eso que nos decimos católicos, que todo esto ha de suceder antes de que llegue el final, así se nos dice en El Evangelio.
Saludos.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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