Excelente Agustín de Foxá. Un artículo verdadermanete acertado que describe a la perfección, sesenta años después, el grado de americanización que estamos sufriendo. En tiempos de Foxá todavía era normal poder hablar de aquellos maravillosos e infinitos diálogos que florecían en los vagones de los trenes, en las antesalas del médico o en el tendido de las plazas de toros... Hoy ya nadie habla en los autobuses, ni en los trenes, ni en la sala de espera del médico... ni casi en el hogar familiar (si es que aún se pudiera hablar de la existencia de esta unidad básica de convivencia como una realidad que articula nuestra sociedad...). España se ha hecho decadente, en la medida en que se ha hecho anglosajona y en los trenes se ha prohibido fumar y ya no se pueden abrir las ventanillas.
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P.D.: Pero el problema no consiste, precisamente, en el diseño de los trenes modernos sino en el 'rediseño' de todas nuestras cabezas. Y eso por no hablar de la proliferación de teléfonos móviles y artilugios parecidos que hacen mantener constantemente a todo el mundo con la cabeza gacha, hociqueando todo el día en el fango de la basurilla de los wasap y demás inmundicias...
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