Ellos y nosotros

¿Qué diferencia a liberales y tradicionalistas? El artículo que reproducimos, aparecido en el periódico granadino La Verdad hace 94 años, lo expone con claridad. Aunque las circunstancias de hoy son distintas, la hipocresía liberal no ha variado un ápice desde entonces.


Ellos y nosotros

Hay muchos… inocentones que, atentos solamente a las formas externas, apenas se les alcanza que los liberales católicos son los escribas y fariseos hipócritas de los tiempos modernos.

Y el error en este punto reviste caracteres tan graves, que algunos de nuestros amigos tienen por buenos y aun excelentes a esos tales, porque ostentan apariencias místicas de santones, y se tratan con sacerdotes, y pertenecen a ciertas Cofradías, y acuden a determinadas procesiones religiosas…

¡Y no faltan quienes afirman que esos liberales son tan católicos, y aún más, que los jaimistas!

Es, por tanto, indispensable desvanecer las dudas y salir valerosamente por los fueros de la verdad.

Cuando los tradicionalistas discutimos con los aludidos, especialmente si pertenecen a la mesticería andante, y nos mostramos refractarios a toda unión con lo que ellos denominan las derechas españolas, ya sabemos la cantinela con que nos salen; la misma que en carta, le dirigió un liberal al infatigable Sr. Roma… Ellos son tan católicos como el que más, llámese como se llame.

¡Alto ahí!... Tan católicos como un jaimista verdadero, convencido y consecuente no… ¡¡mil veces no!!

¿Los liberales tan católicos y tan patriotas como los legitimistas españoles?

Pero ¿acaso son ni lo uno ni lo otro?

Recordemos sus principios y sus hechos…

En lo religioso, fieles a las heréticas doctrinas que profesan, nos dieron unas Constituciones, opresoras para la Iglesia, y proclaman, en el artículo 11 de la actual, una tolerancia de cultos que, en la realidad y en la práctica, es el más descarado libertinaje, a la sombra del que viven o pueden vivir todas las confesiones disidentes, cuando no se convierte en verdadera persecución contra el Catolicismo…

¡Así rompieron la santa unidad católica en España, que fue el cimiento milenario de su prosperidad y su grandeza!

¿Y en lo civil o político?... Ellos destruyeron también la unidad nacional, sembrando las más contrarias y funestas doctrinas, encendiendo la guerra civil entre los españoles, dividiendo a los pueblos en mil banderías y siendo causa de la decadencia e ignominia de la Patria.

Perdieron las colonias; empobrecieron la Hacienda; corrompieron los corazones; introdujeron la perturbación social.

¿Cómo, pues, tienen los liberales la audacia de afirmar que son tan católicos como cualquier jaimista?

¿Hemos tenido, por ventura, la menor participación en alguno de los males enumerados?

¿No hemos protestado en todo momento y apelando a todos los medios, con la palabra, con la pluma, con el fusil, contra esas desventuras e injusticias?

Y siendo pobres, nos consideramos mil veces más honrados que muchísimos liberales, porque los jaimistas no manchamos nuestras manos con los latrocinios a la Iglesia y a los gremios.

Ellos, en cambio, han dejado pobre el culto de Dios y pobres a los obreros, a quienes pretenden consolar mostrándoles los asilos y hospitales como único refugio de su soledad y remedio único de sus desventuras, cuando con sus instituciones tradicionales tenían recursos bastantes para hacer frente al infortunio y morir en su lecho con el consuelo de su familia.

¿Y aún os horrorizáis, ¡oh liberales!, cuando los socialistas, que vosotros habéis creado y alimentado en vuestro regazo, claman, entre rugidos de rencor, que la propiedad es un robo?

Pues, ¡qué!, ¿no se limitan a seguir el ejemplo que les habéis dado y a deducir las consecuencias de las premisas que habéis sentado vosotros?

Compárense sus principios con nuestros principios, su conducta con nuestra conducta, y veréis que entre los liberales y los jaimistas media un abismo en cuanto a la fe católica y en cuanto al ardiente patriotismo.

Abismo que no salvan necias protestas ni vanas declamaciones.

MARIO ARAMENDIA Y ERCE
La Verdad, Granada, 31 de Mayo de 1920
http://www.bibliotecavirtualdeandalu...523&posicion=1


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