Creo que en la carta a Blas Piñar que se reproduce a continuación Doña Pilar Roura peca un poco de injusta, pues Blas Piñar también tuvo sus problemas con los Gobiernos de Franco en virtud de su valiente oposición a las políticas revolucionarias tecnocráticas-demoliberalizadoras de los mismos, como se ve en la carta a Franco que transcribo después.

Reproduzco también despúes una carta anónima dirigida a Blas Piñar, escrita con más mesura y respeto.



Carta de Pilar Roura a Blas Piñar

(Fuente: ARCHIVO FAMILIA BORBÓN PARMA)

15 de Agosto de 1969

Sr. Don Blas Piñar
FUERZA NUEVA
Velázquez, 17 – 5º dcha.
Madrid -1-


Muy Sr. Mío:

¡Mi más sincera enhorabuena! Sabe Vd. muy bien nadar y salvar la ropa!

En Política (con mayúscula), así se llega muy lejos, a condición de saber dar siempre a tiempo, el salto oportuno. Posiblemente, en España, se presentarán ocasiones de utilizar otros trampolines. ¡Le deseo suerte!

Ni qué decir tiene, yo sigo, y seguiré, en la misma nave de la Lealtad a la única Dinastía Legítima y Carlista, la de los Borbón Parma, reserva y garantía del Porvenir de nuestra Patria!

Desde esa nave, con el estandarte desplegado y más alto que nunca, le saluda, suya affma.

Pilar Roura


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Carta de Blas Piñar a Franco

(Fuente: “Las cartas de Franco”. Jesús Palacios. Páginas 512-513.)


Carta de Blas Piñar a Franco (25 de noviembre de 1975)

Mi respetado general:

Tengo el honor de haber sido designado por S.E. Consejero Nacional del Movimiento, y bien le consta que sin la menor iniciativa o sugerencia de mi parte. Por esta libre designación, prueba de su confianza, le estoy altamente reconocido.

En toda ocasión, y aún discrepando de los puntos de vista del Gobierno, he procurado, según mi leal saber y entender, servir, como tal Consejero y como español, a mi Patria, al Movimiento y a S.E.

A pesar de ello, las ofensas, duras y reiteradas, que estoy recibiendo, no ya de la prensa llamada libre, sino de los diarios “Pueblo” y “Arriba”, me han hecho reflexionar muy seriamente, llegando a la conclusión de que si de tal forma se manifiestan los órganos de opinión vinculados al Movimiento, del que es Jefe S.E., he dejado de merecer la confianza que justifica mi continuidad.

Quiero evitar a S.E. cualquier vacilación motivada por el afecto que, estoy seguro, me profesa.

Con estas líneas me tomo la libertad de presentarle mi dimisión de Consejero Nacional del Movimiento, que agradeceré acepte.

Con la promesa de continuar defendiendo y propagando los ideales que S.E. simboliza, le saluda con respeto y afecto, y queda a sus órdenes.

Blas Piñar (20)

P.D. Le adjunto unos recortes –los de fecha más reciente– de los diarios que menciono.

(20) Archivo Franco


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Carta a Don Blas Piñar


(Fuente: ARCHIVO FAMILIA BORBÓN PARMA)


Desde Pamplona

Sr. Don Blas Piñar


Hace aproximadamente un año que soy asiduo lector de FUERZA NUEVA. Un buen amigo me cedió unos números atrasados que me sirvieron de lectura durante el verano pasado.

Cuando uno compra una revista con carácter constante, es que hay algo de su contenido con el que se siente identificado.

Esto es lo que a mi me ocurre. Me siento identificado con su semanario en “casi” la totalidad de su contenido. Precisamente, este “casi” es la causa de este escrito, escrito de buena fe; sin alardes literarios, pero llevando en su afan de esclarecer la verdad a dirigirse a Vd., para su conocimiento, si, en verdad, Vd. no tiene ya conocimiento de ello.

Se comentan, en FUERZA NUEVA, las declaraciones del Abad de Monserrat, las cuales están dejando en buen lugar al Abad ya fallecido, Padre Escarré.

Como puede comprender, no estoy de acuerdo con semejantes declaraciones, y uno mi voz a los que protestan airadamente contra semejante infundio. Únicamente, al final de las mismas, el buen Padre cita unos datos con los que si, –desgraciadamente, estoy de acuerdo. Se refiere a las actuaciones de la policía y los medios que emplea para hacer cantar a los detenidos. Voy a explicarme:

Soy carlista hasta la raiz. Como tal, luché con carácter voluntario, en una unidad de requetés en la Cruzada de Liberación. En tiempos de la república, varias veces di con mis huesos en la comisaría de policía, e incluso en la cárcel, todo ello en defensa de la Religión y de los principios tradicionalistas.

Se termina la guerra, cada cual regresa a sus lares. Hay que restañar las heridas de España. Los carlistas, como buenos españoles, nos entregamos de lleno a esta misión.

Van pasando los años, y, poco a poco, a los verdaderos carlistas se les arrincona. Ya no interesan. Cumplieron su cometido, ahora estorban, molestan… Hay que dar paso a los representantes de la monarquía liberal, padre o hijo, me es igual. Los dos se han puesto de acuerdo en aquello de: una monarquía tradicional, católica, social y representativa, o sea, los principios que siempre mantuvo el Carlismo en tres guerras carlistas.

A D. Juan Carlos de Borbón se le aposenta en el Palacio de la Zarzuela, con gastos a cargo del Estado. Es paseado y presentado por toda España, etc., etc.. Hubiera sido lo más lógico que viviera en una casa o finca particular. No tiene ningún derecho a ocupar propiedades del Estado. Es cierto que su abuelo fue rey –ilegítimo– de España, mas esto no implica que tenga que vivir a cuenta de los españoles.

Si dicho príncipe aspira a reinar, que presente sus cartas, sus triunfos. De poco creo que le va a servir el ser nieto de un rey liberal, que afortunadamente abandonó la Patria un 14 de Abril. NADIE pensó el 18 de Julio de 1936 en dicha familia, ya que, en este caso, el Movimiento Nacional, impulsado por toda clase de españoles, y muy especialmente por carlistas, –léase Tercios de Requetés–, no se hubiera llevado a efecto, y, de haberlo hecho, hubiera fracasado. Si el esfuerzo, méritos y sacrificios de sus partidarios es superior a los realizados por el Carlismo, que lo demuestre, que si fuera verdad, no nos dolerían prendas en reconocerlo.

En resumen, mientras injustamente, para uno todo so facilidades, a los representantes de la Dinastía Legítima Carlista se les expulsa de España, dando esto lugar a una serie de protestas e incidentes desagradables, cuya última resonancia ha sido MONTEJURRA 1969.

No es el Carlismo, el que se ha enfrentado al gobierno, es éste el que se ha enfrentado con el Carlismo. Hoy, los carlistas sufren persecuciones mayores que en tiempo de la república, y perdone, D. Blas, que me haya extendido tanto para llegar a las causas que han motivado este escrito: Hoy, los carlistas son maltratados en la Comisaría de Policía de Pamplona. He dicho maltratados, y no exagero nada. Los carlistas de Pamplona sabemos de los ultrajes a los derechos humanos con que se tortura en dicha Comisaría: requetés esposados, ofendidos gravemente, abofeteados sin compasión, con el amparo de la falta de testigos. Le podría citar las personas que han sufrido tales vejaciones, y también el nombre de los sicarios al servicio del Excmo. Sr. Gobernador Civil de Navarra, Sr. Conde de Toreno, monárquico liberal a ultranza.

Tiene Vd. amigos en Pamplona, que le pueden repetir todo lo que yo acabo de decir.

No miente el P. Abad, a este respecto. Por estos motivos, siento el mismo malestar que sentí cuando, en su conferencia de signo católico, celebrada en el Teatro Gayarre, elementos separatistas y progresistas abandonaron la sala, palcos y “gallinero”, como protesta a su ideario, defendido en FUERZA NUEVA y en el Palacio de las Cortes.

Perdone que no estampe mi nombre y apellidos. Soy padre de familia numerosa, que no depende de sí mismo, y ellos tienen derecho a comer. En otro caso, nada me hubiera importado el engrosas en las filas de los herederos de las hazañas de sus abuelos y padres en las guerras carlistas y Cruzada Española, que hoy sufren y padecen en las Comisarías de Policía, el despotismo de una tiranía totalitaria, en defensa de los principios de DIOS, PATRIA y REY.

¡VIVA SIEMPRE ESPAÑA!