Tema: Artículos de Doña Pilar Roura

A MODO DE COMENTARIO…


Ni una flor hace primavera, ni las manifestaciones del sobrino de un requeté muerto en la Cruzada, –desde el punto de vista que las enfoca y con las consecuencias adhesivas que saca de ellas–, pueden ser la expresión de lo que pensarían su tío y los miles y miles de Carlistas que murieron por España, si todavía viviesen. Como no son la expresión de lo que pensamos los supervivientes de la Cruzada, los de la edad del mencionado sobrino y los más jóvenes, que seguimos en la línea de la auténtica Tradición. Tampoco son, por supuesto, la expresión de lo que piensa la auténtica Falange, que tiene la piel demasiado dura y el espíritu demasiado alerta para dejarse enterrar, con o sin funeral.

¡Hagan juego, señores!, pero con las fichas propias, y no con las ajenas. En torno al tapete verde, que no es precisamente un ambiente ejemplar, ese sistema está severamente condenado y fuera de la ley. Y, a menos que la política sea más inmoral que la ruleta, no sabemos qué pensar de los que juegan el presente y el porvenir de España con fichas sustraídas y trucadas.

Nunca, jamás, el príncipe Juan Carlos podrá ser el rey (¡si llega a serlo, pues eso, solo Dios lo sabe!), de la Monarquía Tradicional. Esta es un depósito sagrado, conservado por una Dinastía y por un pueblo leal, con los que nadie ha contado. Y nadie, ni el mismo Caudillo, puede utilizar la apelación, ni pretender apoyarse en su lema para instaurar esta Monarquía y nombrar un rey de la Tradición, pues no existe, que sepamos, ningún documento, mediante el cual el depositario de la Monarquía Tradicional en la época del Alzamiento (para nosotros, los Carlistas, Rey Alfonso Carlos), designase al Caudillo Franco como Regente de la citada Monarquía, con derecho a nombrar rey, en su día.

Por muy providencial que haya sido el Caudillo (¿pueden calificarse, también, de providenciales las muertes de Sanjurjo y Mola, sin cuya desaparición no hubiese sido Franco el Caudillo?), no puede, sin faltar, precisamente, a los más elemental de la Tradición, que es la continuidad legítima, y no impuesta, sustituirse, por voluntad personal de autócrata, al derecho histórico y popular, que es la auténtica Tradición. La Tradición no se improvisa, ni se designa con el dedo, en un país que, si bien renació el 18 de Julio, había nacido ya mucho antes, y no puede ser tratado como tierra virgen, sin historia, conquistada en una fecha determinada. Históricamente hablando, el procedimiento que se ha seguido se llama Cesarismo, y no tiene precedentes en la Historia de España. Sin embargo, ha sido enaltecido y loado en un acto celebrado en el frontón de Anoeta, el domingo 9 de noviembre [de 1969], en San Sebastián. Inconsciente imprudencia, sin duda, ya que con ello queda patente que se ha prescindido de la Tradición histórica de España, que se pretende representar y servir.

No sabemos cuánto habrá costado a los fondos, con atribución especial, la “espontánea” concentración del frontón de Anoeta (ponemos el entrecomillado, porque el alcalde de Zumaya dijo que obedecía a una llamada), y tampoco sabemos si, entre las trecientas y pico personas, –no más–, que asistieron al acto, no había más residentes en Guipúzcoa, oriundos de otras provincias, que auténticos guipuzcoanos, aparte el elemento oficial. Dicho sea de paso, no deja de sorprender que, entre el centenar bien rebasado de alcaldes que hay en Guipúzcoa, solo aparezcan dos, los de Zumaya y Cegama, de importancia secundaria, con relación a otros núcleos de población, y que sean, casualmente, estos dos los que se atribuyan la representación de los Ayuntamientos guipuzcoanos. ¿Dónde estaban los demás alcaldes? ¿O es que juzgaron más prudente y oportuno no manifestarse?

Lo que sí sabemos, sin lugar a dudas, es que este acto ha sido uno de tantos episodios de la farsa que se viene representando, –desde hace algún tiempo, en la escena nacional. – Se hace indispensable mantener un mito, a costa de lo que sea! Pero resulta escarnio invocar la memoria de los muertos, que dieron su vida por algo más que una nueva mistificación, aunque sea con corona, es vil enunciar lemas que no se representan, y es burla siniestra poner broche final a la mascarada, cantando un himno sagrado, que es un canto a las libertades patrias, hoy canceladas y pisoteadas.

COMENTARIO FINAL.- El Carlismo y la Falange no son alondras alocadas, son carne viva y espíritu de la Patria, y no pueden caer en la trampa del espejuelo que se les pone para que caigan, y se rompan las narices en él. Se está jugando demasiado, y los jugadores, pensando tener todos los triunfos en la mano, se están saliendo de muchos límites! ¡Que tengan cuidado, la paciencia de los pueblos también tiene un límite!

¡¡ EN ESPAÑA SIEMPRE AMANECE!!

[sin firma]

[Añade Doña Pilar Roura la siguiente NOTA]

NOTA.- Lamentamos más que nadie tener que recurrir a los escritos sin firma, que nos reprochan. Pero mientras España no se pueda manifestar libremente, en las tribunas de la prensa, radio y televisión, hoy exclusivamente reservadas a la opinión oficial o teledirigida, no nos queda más remedio que hacer oír la voz, desde las catacumbas, sin dejar ver el rostro, ya que tenemos sumo interés en conservarlo íntegro.


Fuente: ARCHIVO FAMILIA BORBON PARMA

AL PRÍNCIPE DE LA TRISTE FIGURA

¿Dónde vas, pobre Juanito? ¿Dónde vas, triste de ti? En un martes de nefastos augurios, fecha 22, cifra fatídica en astrología, se inicia tu triste destino histórico, ya reflejado de siempre, en tu triste mirada!

Ante el espejismo de la Corona,… que nunca ceñirá tus sienes, según rezan las profecías, se ha confirmado tu falta de personalidad, tu vacío espiritual! Desleal a tu dinastía, descastado y renegado ante tu padre (de ello te la prueba el NO del marqués de Luca de Tena), juras lealtad al César desleal! Ni un príncipe de casa real podía llegar a menos, ni un dictador decadente podía soñar con más! Bien es verdad que, para ello, te ha incubado, arrancándote del nido familiar, y en eso tuvo mucha culpa tu, hoy, descartado padre!

Desde los años de tu infancia, con astucia premeditada, el dictador fue haciendo de ti el “robot” cuyo mecanismo ha ido respondiendo a todas las pruebas a las que te ha sometido, culminando, ahora, en ese juramento de lealtad a su persona, por parte de quien no ha sabido ser leal con su estirpe y con su rango!

Príncipe de zarzuela (ni a opereta has llegado), conocerás la tragedia (toma lección de Grecia), y contento podrás verte, si es verdad que sabes pilotar una avión (¡caben las dudas!) y puedes levantar el vuelo sin tener que responder de tu conducta ante las iras de un pueblo engañado, que te reniega desde ahora. Nunca, en la Historia, se había visto un rey de dedo! Tú aceptas esa usurpación de los derechos de un pueblo,… insensato!!

Para tratar de alargar su régimen corrompido, enfangado en lodo y sangre, el viejo tirano de toma como pantalla!! ¡Quiere el poder mientras viva, y, balbuciendo, con lágrimas de cocodrilo, temblorosa la voz, y vacilante el paso (todo el mundo pudo ver su traspiés, en las pantallas de TVE), te llama para cubrirle, con la esperanza de poder morir tranquilo en su parda mansión! Después,… ahí te las entiendas y te las compongas, pobre y triste Juanillo! Verás cómo acuden los cuervos, verás cómo todos tiran de la manta,… y verás como te quedas sin trono y sin corona, antes de sentarte en él y antes de ser coronado rey!! Por eso, te llaman ya, Juan Carlos Iº el Breve!!

No estamos en tiempo de jugar con los destinos de un pueblo mayor de edad, de recia personalidad histórica, y de arraigada categoría europea y mundial, como se juega un partido de tenis, o como se pasa un examen,… con trampa, para conseguir títulos en las Universidades o en las Academias Militares!!

Con caridad cristiana, te compadece

FLOR DE LIS

23 de Julio 1969



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QUINTILLO… MADRID… MONTEJURRA…

En el lugar que fue testigo, hace 35 años, de la hombría, del valor y de la pervivencia del Carlismo, una vez más, el 13 de Abril, han vuelto a reunirse los carlistas, a la sombra de los olivos centenarios, en torno a sus banderas y estandartes, apretando filas, y demostrando que el Carlismo no es un castillo de naipes, que se bambolea o se derrumba con un soplo de adversidad.

Y, se equivocaron quienes pensaron, quizá, –de todo hay en la viña del Señor–, que se iba a ver un Carlismo desenfrenado, nervioso, descabellado, anárquico, fuera de órbita! No, los carlistas tenemos una disciplina consciente y humana, que nada tiene que ver con el fanatismo organizado o impulsivo. Los carlistas obedecemos las consignas de nuestras jerarquías, porque sabemos las razones que las dictan. Y acudimos voluntariamente a nuestros actos, muchas veces, a costa de sacrificios físicos y económicos. Esta es una de las principales diferencias que existen, entre el carlista, miembro de una Comunión, y el afiliado a un partido político cualquiera, que puede movilizar masas inconscientes o pagadas, para hacer número y gritar “slogans”! El Carlismo, fruto de una ideología que arraiga en lo más profundo de la raza hispana y del alma popular, sin alardes propagandísticos, por el solo hecho de ser lo que es, y de representar lo que representa: un auténtico pacto entre la Monarquía Legítima y el Pueblo Español, reune a sus gentes para evocar hechos históricos y para proyectar historia futura. En resumidas cuentas, esto es la Tradición: beber en las fuentes para adquirir energía y vigor, tanto para el presente como para el porvenir.

En el mundo existen, como es sabido, fuerzas destructivas y constructivas, negativas y positivas. Quienes se inspiran en las primeras terminan por destruirse a sí mismos. El Carlismo, fuerza esencialmente constructiva, constituye un polo de atracción para todo ser equilibrado, animado por inquietudes sanas y justas, tanto en el orden espiritual como en el temporal. Por eso, en el Carlismo encuentra su cauce normal la juventud pujante, entusiasta y patriota, que reclama responsabilidad y compromiso en las tareas constructivas de una sociedad desligada de presiones y dirigismos, abierta hacia horizontes de paz, de justicia y de concordia, sin tenebrosos temores, ni alergias histéricas, ni paternalismos burgueses, ni favoritismos clasistas. Una sociedad que dé oportunidad al que se abre camino por su propio esfuerzo, y no solamente al que trepa por ser hijo de papá, o porque carece de personalidad, y acepta cualquier claudicación, a cambio del bienestar material de la oveja de pasto cercado, incapaz de apreciar la libertad de la cabra que busca olorosas hierbas en las alturas bañadas de rocio y de sol, alcanzadas gracias a su impulso voluntario.

MADRID.- Al regresar del Quintillo, nos paramos en Madrid, para saludar a una Princesa que, si no nació carlista, es hoy la más carlista de las Princesas! ¡Dulce y encantadora Doña Irene, Dios la bendiga por todo lo que hace por el Carlismo y por los carlistas! Y, que nos perdone si fuimos incapaces de expresarle con palabras todo cuanto pensabamos decirle. Nos deslumbró su sonrisa, nos conmovió su mirada, nos llegaron al alma sus palabras. Eramos todo ojos para mirarla, todo oidos para escucharla! Navarra le ofreció su cariño y admiración con rosas sevillanas, que conservaron su lozanía y fragancia, a pesar del largo viaje. Y Navarra se llevó, de Villa Covadonga, el recuerdo de una maravillosa lámpara, que conserva el fuego sagrado de la Tradición y vela por el Carlismo.

No creo estar equivocada al decir, también, que Navarra, representada allí por gloriosos excombatientes y mutilados de los heroicos Tercios de Requetés de la Cruzada, por hombres que no alcanzaron la edad de combatir en la misma, y por juventud que nació después de la contienda, condensó ese emocionante recuerdo en un propósito firme. El de hacerse portavoz de la Verdad del Carlismo, el de propagarle y divulgarla por todos los medios, hasta hacerla llegar a todos los rincones de España. Estamos convencidos de que esta Verdad tendrá la virtud de reducir a cenizas muchos mitos fantásticos, llevando claridad donde existen recovecos oscuros, justicia donde hay desazón y amor y comprensión donde hay desconfianza y temor.

MONTEJURRA.- Estoy segura que todos los que estuvimos en el Quintillo y en Madrid, estaremos también en Montejurra. Por eso, quiero poner el broche final con una plegaria, que es una súplica al Cristo Negro de la Cueva Santa que corona la cumbre del gigante Montejurra.

¡Dios mío!, que aceptaste ignominias, injusticias y traiciones, para salvar al mundo de las tinieblas del error y del pecado, Tú que eres la Verdad y la Vida, mira con bondad a estos tus hijos de la boina roja y de la Cruz de Borgoña, que cubren de amapolas el monte de la Tradición, guía nuestros pasos, ilumina nuestro camino sembrado de abrojos, ayudanos a ser apóstoles de la Verdad de tu Evangelio, que es también la Verdad de nuestra doctrina! Por los méritos de tu Divina Sangre, que tan generosamente derramaste para redimir a todos los hombres, no permitas que sea estéril la que derramaron nuestro mártires para redimir a España, y haz que en ella reine tu Sacratísimo Corazón, símbolo de Amor y de Paz! ¡AMEN!

Irún, 20 de Abril de 1969.

Pilar Roura Garisoain


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QUINTILLO DE LA FE Y DE LA ESPERANZA

Por Pilar Roura Garisoain

En el aire puro de la mañana de abril suenan el clarín y las trompetas, redoblan los tambores, flotan las banderas, se alza una gigantesca Cruz de San Andrés, se estremecen las finas lanzas de los olivos y las flores que esmaltan el campo del QUINTILLO se yerguen con toda la gracia de Andalucía, que es la gracia de Dios.

El Carlismo acude a su cita anual, que conmemora la heroica e inolvidable de hace 35 años. El Carlismo tiene buena memoria…

A pesar de la siega de la guerra y de los huecos producidos por la muerte, en tantos años, quedan todavía, gracias a Dios, hombres del primer QUINTILLO. Uno de ellos, el promotor de aquella primera cita: MANUEL FAL CONDE, el siempre fiel. Y, aquí está, también este año, para dar testimonio de su fidelidad.

Después del recuerdo imprescindible, evocando una fecha, un hecho, ya histórico, preciso es indicar lo que más llama la atención en el Quintillo. Lo que más llama la atención es la juventud, testimonio de continuidad. No son viejos guerreros los que lanzan las notas agudas de las trompetas, ni los que agitan los palillos de los tambores. Son pechos juveniles, son brazos adolescentes, y los hay también infantiles. Estoy viendo un tambor casi mayor que el que lo lleva con gallardía y marcialidad. Y, que nadie piense que se trata de una juventud que juega a soldaditos. No, es… la juventud carlista, auténtica juventud española enérgica y viril, que mira hacia delante, con la serenidad que dan la Fe y la Esperanza. Hay hijos, e incluso nietos de los hombres del primer Quintillo, pero también hay jóvenes que son el primer carlista de su familia. Uno, al decirme esto, con la convicción de quien ha sabido escoger su camino, añade que, por ser católico ferviente y amante de la Patria, ha llegado a la conclusión que solo el Carlismo corresponde a los grandes anhelos de su alma y de su pensamiento. ¿No es esto, acaso, muy significativo? Juventud, magnífica juventud de ambos sexos invade el terreno del histórico olivar, donde los hombres jóvenes del 34 se reunieron también, con el pensamiento puesto en Dios y en la Patria… y en la manera de mejor servir! Esta manera de mejor servir, la encontraron en el Carlismo! No está, pues, descaminada ni equivocada, la juventud de hoy que se reune y se manifiesta en el recinto del Quintillo, donde se respira el aire de la historia. Al cabo de 35 años han surgido otra clase de problemas, que son la clave del futuro de España, y si no se resuelven acertadamente, se corre el riesgo de hacer nulo el sacrificio de toda una generación…

Bien nombrado, pues, este QUINTILLO 69, el de la FE y la ESPERANZA, virtudes tan carlistas, que son como el complemento de su lema de Dios, Patria, Fueros y Rey.

Con la Fe se mueven las montañas, y con la Esperanza puesta en metas de justicia y de superación, tanto en el terreno espiritual como en el humano, sabido es que se puede y se debe contar con al ayuda de la Providencia.

QUINTILLO ha sido la primera flor de esta nueva primavera carlista, MONTEJURRA será el derroche de flores con aroma de santas aspiraciones y de justos anhelos.

Irún, a 16 de Abril de 1969.


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¡¡MONTEJURRA POR ESPAÑA!!

Por Pilar Roura Garisoain

El Cardenal Cisneros dijo, en cierta ocasión, mostrando al pueblo español, que le apoyaba: “Estos son mis poderes!”

En MONTEJURRA 69, el Carlismo ha podido emitir la misma afirmación, dando con ello un rotundo mentís a quienes pretenden que el Carlismo es una momia egipcia, o, todo lo más, una estampa de museo. Y demostrando, al mismo tiempo, cuan lejos de la realidad están quienes quieren hacer creer que el Carlismo se compone de unos grupitos de conformistas sin honor ni dignidad, ramas secas, desgajadas del árbol siempre vivo y frondoso de la auténtica Tradición Española.

Otros han pretendido que el Carlismo ya no tiene cabeza visible, y anda buscando algo que se le parezca. El clamor de MONTEJURRA ha demostrado, también, cuan equivocados están los que han lanzado tan gratuita afirmación. El Carlismo, fiel a la única Dinastía Legítima, con la cual está identificado y vinculado, no ha caído en ninguna de las trampas del gran “safari” organizado contra él por cazadores muy bien pertrechados. Estos, si son lógicos, tienen que estar pensando que han errado el golpe. Algunos, incluso, deben estar utilizando cantidades industriales de arnica, porque el tiro les ha salido por la culata, y esto suele producir dolorosos hematomas, –vulgo “cardenales” –.

Sí, señores, pese a muchas maniobras, unas envolventes, urdidas con astucia maquiavélica, y otras turbias y tenebrosas, al estilo trabucaire, pese a muchas trabas y redes, el león carlista ha sacudido sus melenas, con su proverbial fiereza. Y también, con la nobleza que le caracteriza, cara a cara, al aire libre, ante las piedras del Monasterio de Irache, ante las Cruces del Calvario que jalona la ladera del Montejurra, y ante el Cristo negro, que tanto sabe de valores auténticos… y de farisaicas traiciones.

A través del Mensaje de su Abanderado y de las palabras de algunos de sus hombres representativos, el Carlismo ha dicho cuanto tenía que decir. Ha expuesto reivindicaciones, que no son las de un grupo político, sino las del Pueblo Español. Del que trabaja y del que estudia, del que quiere vivir libre, amparado en leyes justas, que no tengan nada que ver con la del embudo, del que no admite componendas ni remiendos mal hilvanados, del que quiere sabe a dónde vamos… y por qué caminos… El Carlismo ha replicado a muchas afirmaciones falsas y tendenciosas. El Carlismo ha hecho preguntas tan lógicas, como justificadas. El Carlismo ha recogido el guante, aunque alguien tenía puesto el pie encima, para que no lo pudiera recoger. Y el Carlismo ha lanzado el suyo al terreno! ¡A ver quien lo recoge! ¡A ver quien rebate lo que contesta el Carlismo! ¡A ver quien responde a sus preguntas!

Por de pronto, haremos nuevas preguntas: ¿Por qué no se publican ni el Mensaje de Don Javier, ni los discursos pronunciados en la Campa de Irache? ¿Por qué se pretende ocultar la importancia de la concentración carlista y del acto de Montejurra, publicando tan solo unas líneas en la prensa, como si se tratase de una pequeña romería local, destinada a comer rosquillas? En contraste, cualquier acto de mucha menor importancia, pero que goza del beneplácito oficial, cualquier manifestación deportiva, merecen páginas enteras en los periódicos y los honores de repetidos comentarios en todos los diarios hablados. No digamos nada de los espacios reservados en la pequeña pantalla… “para vivir cantando” o para “admirar” las chiquilladas de Massiel!! Y, ¿qué decir del reciente luto oficial, de los crespones hasta el suelo, de los telegramas de pesame obligados, de las toneladas de papel, de los kilómetros de pelicula fotográfica y de los río de tinta dedicados al fallecimiento de una ex-reina, que no tuvo ni un leal que la acompañase en su “viaje” del 15 de Abril de 1931, pero que ya tenía a buen recaudo las joyas de la Corona, como lo estamos viendo actualmente? Cuando el pueblo español entregó hasta los modestos anillos de boda, para recaudar fondos, en tiempos de la Cruzada, cuando Don Javier de Borbón Parma (¡¡Príncipe extranjero!!), empeñaba su patrimonio personal para comprar armas destinadas a la defensa de España, ninguna de las valiosas joyas de doña Victoria Eugenia de Battemberg (¡¡tan española!!), vino a engrosar las recaudación, ni sirvió para adquirir tan necesarios pertrechos!!

Ante tanta farsa, ante tanto mito, se alza la Verdad del Carlismo! Y esta Verdad se ha hecho patente y ha quedado plasmada en MONTEJURRA, con más de 150.000 boinas rojas y blancas, amapolas de fuego y azucenas de fervor de todos los campos y de todos los jardines de España! Con miles y miles de jóvenes, de todos los ámbitos sociales, que no están dispuestos a ser, un día cualquiera, carne de cañón de los poderes ocultos, ni a dejarse asfixiar por los viscosos tentáculos de un monstruo llamado CAPITALISMO!

Dos testimonios ha dado MONTEJURRA, este año: el de la inquebrantable fidelidad y lealtad del Carlismo a su Dinastía, y el de la protesta por todas las injusticias, todas las arbitrariedades y todas las ignominias, que se vienen cometiendo, tanto con el Carlismo como con su Dinastía.

¡MONTEJURRA por ESPAÑA! Y, en las alturas, una esperanza que planeaba, agitando sus blancas alas! ¡En el cielo no hay fronteras, y hoy los Principes reemplazan el cabalo alazán por la blanca gaviota, para llegar hasta sus leales!

¡El Carlismo con la Cruz… aunque sea a cuestas, al servicio de España, y a las órdenes de su Rey Javier!

¡¡Este ha sido MONTEJURRA 69!!

Desde Irún, a 8 de Mayo de 1969.


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EL SALARIO MÍNIMO

Por Pilar Roura Garioain [aparece tachado y sustituido a mano por: “por la gaviota”]

No creo que se haya estudiado con claro criterio, ni justo razonamiento, este punto fundamental del nivel de vida español.

En efecto, pongamos el caso concreto de un individuo, sea hombre o mujer, que viva solo, y tenga que atender a sus necesidades, exclusivamente, con el ingreso de ese mínimo de tres mil y pico pesetas mensuales. ¿Le es posible subsistir decentemente? ¡Que se me permita dudarlo! Por vivir decente, aunque modestamente, se entiende disfrutar de una habitación para dormir, alimentarse, aún reduciendo las comidas al mínimo de desayuno, almuerzo y cena, y poder renovar un elemento del vestuario: un pantalón o falda, una camisa o blusa, un par de zapatos, un abrigo o gabardina, cuando las necesidades lo exigen. No hablemos de distracciones, ni de esparcimiento (cine, baile, etc.), ni siquiera de comprar el periódico.

¿Creen sinceramente, los sesudos varones que han dado el Vº Bº al salario mínimo, que ese mínimo de necesidades puede cubrirse, hoy, en España, con tal salario? En ese caso, cabría proponerles que hicieran un ensayo personal (la práctica, y no la teoría, es indispensable en planteamientos de esta índole), y que dieran la fórmula mágica. Un gran número de españoles la agradecería.

De este cálculo erróneo que, a mi modesto entender, ha llevado a establecer legalmente la base del salario mínimo, nacen algunas calamidades sociales, una de ellas, el pluriempleo, que no soluciona nada, y que complica la vida de muchos. En efecto, esto, además de suponer una carrera contra el reloj, con el fin de atender dos o más puestos de trabajo, supone que ninguno de ellos esté bien atendido, ya que el mecanismo del cerebro humano difícilmente puede adaptarse a ese continuo vivir a salto de mata. Por otra parte, el que un individuo acapare varios empleos, la mayoría de la veces, a fuerza de tirar de la chaqueta de amigos y conocidos, –es decir, hablando claro, por influencias y favoritismos–, hace que otros, menos favorecidos, no encuentren ni un solo empleo.

Esto del pluriempleo, –que, como digo, no es solución–, solo es posible, normalmente, en los casos en que el empleo principal no exija el horario completo de 8 horas laborales. En realidad, en muchísimos casos, existe esta exigencia, y, en este caso, o el productor tiene que vivir miserablemente, con el único ingreso de los tres mil y pico pesetas, o, si tiene la suerte de encontrar un enchufillo fuera de las horas normales de trabajo, se convierte en una especia de siervo encadenado, para el cual el horario legal de trabajo no es más que un mito, una triste ironía, ya que no le queda tiempo, ni capacidad física, para contemplar las estrellas, que es lo único que no cuesta dinero, y está al alcance del favorecido con el sustancioso salario mínimo.

Por ser una de tantas agraciadas con este salario, y a base de horario completo, entre mañana y tarde, es por lo que me permito dar mi opinión sobre el particular, y desearía que personas calificadas para ello me diesen una contestación satisfactoria, que bien pudiera ser una solución (??) para muchos españoles que viven en olor de santidad,… o de santa rebeldía.

Irún, a 13 de Marzo de 1969.


Fuente: ARCHIVO FAMILIA BORBON PARMA