Re: Radiografía de los votantes y simpatizantes de Podemos
Tema debatido y nunca acabado. La diferenciación entre "izquierda" y "derecha", aparte de la ubicación espacial en la cámara de la Convención y en qué posición se ubicaron girondinos y montañeses, es un comodín y es un aglutinador político. Comodín porque son términos que se han implantado en el habla vulgar y la gente no se cuestiona su origen o los significados que puedan encerrar. Aglutinadores, porque independientemente de que en origen procedan del mismo sitio, la gente se adscribe, agrupa, posiciona, etc., en cualquiera de las dos categorías en función de su escala de valores que, podrán ser todo lo criticables que se quiera, sirven para dirigir sus vidas y conducirse en sociedad; y, también, por parte de las propias organizaciones políticas y sindicales que no dudan en autocalificarse de una forma u otra acorde con una serie de rasgos instituidos a lo largo de estos dos siglos y medio transcurridos desde la Revolución francesa. Pero estos mismos términos también han calado en otros idiomas: la "gauche", la "droite". La "sinestra", la "diritta", la "rigth" o "left"; "linke" o "rechte"..., y en todos con el mismo significado que en español.
Por ello, y por el hecho de que hacer afirmaciones tales como, "yo es que sobre tal cuestión me posiciono con la izquierda, mientras que en aquellos otros aspectos soy claramente de derechas" lo único que hacen es conducirnos a ampliar la confusión que se critica. Forma parte, en mi opinión, del mismo desbarajuste semántico que cuando, por ejemplo, se hacen afirmaciones como: "porque los vascos y vascas", y tantos ejemplos más que escuchamos todos los días, llegando al disparate de "Holaaaaa, hemos quedado tod@s en vernos..." donde la arroba sustituye al género. La misión del lenguaje, ya sea especializado, culto o llano, es facilitar la comunicación y la transmisión de las ideas.
Y al caso nos viene bien conocer qué categorías utilizan Pablo Iglesias y sus socios. Y viene a cuento, porque según el C.I.S. el lenguaje de la propaganda de PODEMOS es la que mejor ha llegado al votante. Los textos elegidos, y expuestos a continuación, corresponden al lenguaje utilizado por Pablo Iglesias para dirigirse a una reunión de la "Unión de Juventudes Comunistas de España" UJCE en 2013.
1.- "Cambiar el paradigma del sentido común de la gente normal.
Vemos que emplea términos epistemológicos -paradigma- que, como en los anuncios de los detergentes, refuerzan el sentido de la frase. Como el término "paradigma" es "científico", eso da más valor a lo expresado. ¿Y qué expresa? que se ha de cambiar el "sentido común", ¿y eso cómo se define? porque el sentido común es tan variado como personas hay. Para redondear la afirmación usando la expresión "gente normal". Otro problema por que ¿qué es gente normal? mejor dicho ¿quiénes son gente normal y quiénes no? además, ¿en base a qué criterio objetivo se ha de cambiar nada? ¿por qué no simplemente convencer con un conjunto de propuestas y que esa "gente normal" conceda su voto, pues al fin y al cabo es lo que se está pidiendo? ¿Porqué esa "gente normal" ha de cambiar el paradigma -ahí es nada- de su "sentido común" -que no debe de serlo en ese instante- para adecuarlo a una "normalidad" -es decir, lo es que norma o costumbre-?
Sobre la democracia les decía:
2.- Hay palabras que tienen una carga valorativa positiva y otra negativa. La palabra democracia mola, por lo tanto hay que disputársela al enemigo. la palabra dictadura no mola, no hay manera de vender eso. Aunque podamos teorizar que la dictadura del proletariado es la máxima expresión de la democracia en la medida en que aspira a anular unas relaciones de clase injusta que en sí mismas, ontológicamente anulan la posibilidad de la igualdad que es la base de la democracia, no hay a quien le vendas que la palabra dictadura mola. La palabra que hay que disputar es democracia."
Aparte de las intenciones, más que evidentes, aquí pretende dar una mayeútica a gente muy joven que sabe perfectamente lo que se les está diciendo, pero él adorna el lenguaje nuevamente aplicando una terminología que suena a ciencia o a filosofía, o a una suma de ambas, para dar esa sensación de que ellos son los cultos. No sé si Pablo Iglesias sabrá qué es la Ontología y me inclino a pensar que no porque, además, aquí pega menos que un sello debajo del agua, pero seguro, seguro, que la mayor parte o incluso la totalidad de su audiencia no tenía ni repajolera idea de que les estaban hablando. Sin embargo, será hasta posible que algún ingenuo ignorante vaya explicando por ahí cómo se hace una revolución ontológicamente.
Luego, es de traca el lenguaje modernito que usa: "la democracia mola" pero "la dictadura no mola". ¿Quiénes son los destinatarios de semejantes términos? Seguro que intelectuales no. Seguro que "gente normal" que dejaron atrás la adolescencia tampoco.
3.- El concepto de nación tiene "un peso agregador (...) hay que disputar el término nacional porque ¿a quién le importa la historiografía si la gente se siente vasca, catalana o española? Eso tiene peso agregador, por lo tanto hay que disputar el término nacional"
Las expresiones "izquierda" y "derecha" también tienen ese "peso agregador", e identifica muy bien delante de los demás a quien se define de un modo u otro. Lo mismo que afirma que a nadie le interesa la historiografía, a nadie tampoco le interesa en qué se diferencian izquierda y derecha y por qué la gente se adscribe inconscientemente a uno de tales términos.
Y fijémonos en que no tiene empacho alguno en apropiarse del término nación y nacional que, en realidad, también son revolucionarios pues la idea de nación en sentido político surgió como necesaria al sustituir la "soberanía del rey" por la "soberanía del pueblo", es decir por la "soberanía de la nación".
4.- "No hay un sólo proceso histórico de transformación social en una dirección progresista, socialista, que no haya asumido el "elemento nacional" como una de las claves agregadoras importantes."
En este discurso parece que habla a estudiantes de primer curso de Políticas y olvida que la terminología es "nacionalsocialista" o "fascista", ¿engaña a todos y esto es lo que "vende", o lo que pretende es "pescar" en las aguas de la "extrema derecha", justo al revés de lo que hizo en el pasado LE PEN al "pescar" en las de la ultraizquierda?
5.- "La gente está convencida de que es libre y de que cada uno tiene la ideología que quiere. Eso es una estupidez. La gente cree que es guay y que tiene libertad para elegir. No, eso es mentira."
Supongo que todos suscribimos estos términos, pero las razones para argumentarlos no son los mismos. Yo los asumo porque la gente no tiene ni idea, la gente en general es analfabeta funcional en política, así como en otras muchas cosas. Pero les han vendido la película de que ser "moderno" es ser "progresista" como Pablo Iglesias, o ser liberal, como los que han implantado el N.O.M., llámese éste como quiera llamarse en cada país y adopte las formas que adopte, siempre que el fin lleve al mismo sitio. Por supuesto, estamos ante la mayor tiranía que ha habido, ya lo sabemos.
6.- "(...) trabajar en el ámbito de la ideología produciendo imaginarios y adaptarlos en forma de tertulia."
¿No es eso lo que se hace aquí? Parece pretender pasar por el teórico de una nueva ideología, al menos en sus formas, cuando se lleva ya un siglo en el que no ha aparecido ninguna nueva. Salvo por una excepción: está utilizando las redes en especial Twiter para tener un contacto más directo. Pero eso son sólo formas de acción, no de generar una nueva ideología. Por supuesto, no prescinde de las tertulias televisadas, pero ese escenario se convierte en un circo porque sus oponentes no están a la altura de la gran masa de demagogia elaborada y aprehendida durante años que exhiben.
Estamos ante un fenómeno mediático, que da la impresión de haber roto el consenso que ha imperado con el Estado del bienestar, ahora agotado, que ha dejado una resaca monumental. Todos estábamos acostumbrados a vivir por encima de nuestras posibilidades reales: se simultaneban la hipoteca del piso, las letras del coche -el más moderno, por supuesto-, las del frigorífico americano de ocho mil litros, el alquiler del apartamento de la playa o el viaje al Caribe y si no el crucero por el Mediterráneo. La ropa a la última, aunque el tipo fuese morcillero, los nenes ¿ o "ni-nis"? a lucir la última tecnología chinorra pero llena de colorines luminosos... y de pronto ha habido que apretarse el cinturón hasta el último agujero, descubriendo muchos que en realidad no tenían ni cintura para poner ese último agujero. Y mientras tanto la CASTA sin despeinarse un pelo. Este es el ambiente propicio en el que ha surgido Pablo Iglesias al frente de la "LEGIO PODEMUS". Y ahora vamos a asistir a una nueva pugna: la CASTA va a apretar el acelerador en otra dirección, va a volver a desplegar todos los "parabienes" de ese Estado del bienestar para que la gente vuelva por sus viejas costumbres, porque la masa, no lo olvidemos, no tiene memoria. Y ahí es donde Pablo Iglesias se va a quedar desfasado. PODEMOS es un producto temporal, circunstancial, transitorio, del cual es consciente Pablo Iglesias, pero lo que que él propone está desfasado, tanto como la historiografía de la que habla. En conclusión, durará lo que duren estas circunstancias y no importa si todavía está subiendo, porque su techo es muy bajo.
La única salida sin izquierda ni derecha, está en la reactivación de la Tradición que, en palabras de Chesterton, "es transmisión del fuego, no adoración de las cenizas.", la duda está en si acabará surgiendo el Pablo Iglesias tradicionalista, católico y español, o nunca habrá uno así.
Última edición por Valmadian; 16/07/2014 a las 21:06
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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