OCULTISMO Y SERVICIOS SECRETOS DE INTELIGENCIA
LA POLÍTICA RACIONAL: ESA GRAN LOCURA PÚBLICA
"La magia es una gran sabiduría oculta, así como la razón es una gran locura pública"(Teofrasto Paracelso 1493-1541).
Por Manuel Fernández Espinosa
Si tuviéramos que clasificar el mundo en lo que hace a regímenes políticos, un ingenuo nos diría que el planeta se divide en un gran bloque de democracias y un puñado de tiranías. Las democracias actuales encuentran todas ellas su antecedente en la democracia norteamericana (1781) y en la revolución francesa (1789). Las democracias podrán, según los casos, aproximarse más o menos al supuesto modelo ideal, pero se les concede que son "el menos malo de los regímenes" y la corrupción que en ellas pueda descubrirse se atribuye en todo caso a facinerosos que actúan por libre y a título particular. El término "democracia" es sobradamente anfibológico como para contentar a todos y no disgustar a los suficientes. Y justo es esa polisemia la que ha hecho de la "democracia" (que en principio no debiera ser otra cosa que un modo de organizar la vida política) un valor indiscutible para sus paladines. Bajo la vitola de democracia se evocan muchas, dispares y hasta contrapuestas realidades: la democracia ateniense o la democracia tradicional de los diversos reinos cristianos de la península ibérica medieval, la democracia liberal, la democracia real de los países comunistas... ¿Tienen algo en común además del título "democracia"?
Si algo ha hecho la democracia moderna actual es ocultar la esencia del poder, disimular la esencia del poder de un modo magistral, sirviéndose de todos los mecanismos -sobre todo de la propaganda. El poder político hay que recibirlo en herencia o conquistarlo. Una vez conquistado (o heredado: legítima o ilegítimamente) el poder hay que conservarlo contra enemigos externos e internos. Para preservar el poder (que, sin entrar en más detalle, podríamos definirlo como una situación que permite influir en la vida de millones de almas), para preservar -decimos- el poder cualquier Estado, gobierno o gavilla de logreros que lo haya alcanzado tiene que disponer de lo que vulgarmente se llama "servicios secretos de inteligencia". Los servicios secretos de inteligencia se dedican fundamentalmente a acaparar información de todo aquello que pueda ser una amenaza para el que tiene ese poder. Los métodos de los servicios secretos pueden ser más o menos sofisticados y casi nunca son lícitos moralmente, pues supone muchas veces conculcar ciertos derechos que se pregonan, pero no existen a la hora de la "Realpolitik". El espionaje, el contra-espionaje e incluso la investigación científica y la experimentación en orden a crear nuevas y cada vez más poderosas armas es consustancial a los servicios secretos de inteligencia.
Cuando hablamos de servicios secretos de inteligencia pensamos en la CIA, en la antigua KGB, en el Mossad, en el CNI español y nos imaginamos que se trata de entidades contemporáneas, pero los "servicios secretos de información" siempre existieron, pues el que tiene el poder siempre requiere de sus servicios que son secretos (mientras interesa que lo sean) y no se limitan a la mera información. Pero repetiré otra vez: los servicios secretos de información siempre existieron.
Podríamos ir más atrás, pero pensemos en el reinado de Felipe II y el escándalo que se propició a cuenta de Antonio Pérez o, por la misma época, en el dramaturgo y espía Christopher Marlowe. Ahora bien, todo esto, ¿qué relación podría tener con el ocultismo?
Para una definición de ocultismo, válganos ésta: "Ocultismo: Ciencia de las cosas ocultas. Pueden ser ocultas voluntariamente, como un secreto iniciático, o porque las fuentes o las tradiciones de que proceden estén más o menos veladas o ignoradas. También porque ofrezcan un carácter sobrenatural o inexplicado. Sea como fuere, tienen estos fenómenos una parte doctrinal y otra experimental. Si esta parte doctrinal es metafísica, el ocultismo toma el nombre de ocultismo metafísico. Dentro de éste se halla el hermetismo y el esoterismo. La parte práctica del ocultismo se llama magia." (La definición literal es de Eduardo Aunós).
No es extraño que un ocultista como Johann von Heidenberg (1492-1516), más conocido como el Abad Tritemio, sea considerado el pionero de la criptografía. Este monje benedictino había fundado una sociedad semi-secreta llamada Sodalitas Celtica (Cofradía Céltica: sociedad que nada tenía que ver con los druidas ni con los míticos celtas, por cierto, sino que recibía el nombre en honor del humanista alemán Conrad Celtis). Tritemio escribió un libro fundamental para la ocultación de mensajes: la "Steganographia" (año 1500). Puede suponerse lo útil que resulta para un espía dotarse de un sistema criptográfico.
Lejos de imaginar conspiraciones (ya sabemos todos: que si masones, que si illuminatis y, en el colmo del delirio, hasta reptilianos), enfoquemos este asunto con el rigor que dan los documentos históricos que, si no de un modo explícito, vienen a ilustrar esta conexión entre ocultismo y servicios secretos de inteligencia. Por supuesto que no se trata de pensar que todos los agentes de la CIA sean nigromantes ni brujos, puede haber dignos caballeros padres de familia que, como se ve en las películas, si eliminan a alguien es por una orden superior y por entender que es en bien de su nación, sin necesidad de hacer rituales extraños ni ser especialistas en literatura ocultista.
Pero, veamos que esto del ocultismo y las agencias gubernamentales de información está más relacionado de lo que a primera vista se pudiera pensar.
Cuando el III Reich sucumbió ante la pinza de aliados y soviéticos, empezó a saberse (por exagerado que lo haya hecho la propaganda) que el núcleo del partido nazi era de índole ocultista: la sociedad Thule, la sociedad Vril y tantos otros grupos esotéricos, surgidos en el elemento idealista y romántico alemán, venían a ser como unas clandestinas centrales de ideas y símbolos, de creencias que, si al principio eran de ámbito restringido (a los miembros de esos grupos), más tarde se implantarían de una manera u otra en lo público. La misma SS de Heinrich Himmler tuvo una Anhenerbe. La literatura sobre el caso nazi abunda lo suficiente como para que no nos detengamos demasiado a considerarla. Pero, ¿era este fenómeno algo exclusivo de los nazis? ¿era -como quiere la propaganda aliada- una locura propia de los nazis alemanes?
OCULTISTAS EN LOS SERVICIOS SECRETOS BRITÁNICOS
Louis de Wohl
Ni mucho menos -podemos aseverar. Se ha hablado mucho del ocultista judío Hanussen que prestó sus servicios astrológicos a los más eminentes personajes del III Reich: Hitler, Goebbels, Himmler y que terminó asesinado en circunstancias extrañas. O de Karl Maria Willigut. Pero menos se ha hablado de los servicios prestados a Gran Bretaña por el ilusionista inglés Jaspers Maskelyne, o los rituales de magia negra que Churchill encargó al satanista Aleister Crowley o los servicios que prestó a Gran Bretaña el astrólogo Louis de Wohl, judío húngaro más conocido por sus novelas históricas como católico. A un lector lego, puede parecer una broma más de Evelyn Waugh, pero Waugh sabe de lo que habla cuando, en su novela "Rendición incondicional", nos presenta a un tal Doctor Akonanga que ha sido contratado por los servicios secretos británicos para fabricar pesadillas a Joachin von Ribbentrop, ministro nazi.
OCULTISTAS EN LOS SERVICIOS SECRETOS NORTEAMERICANOS
Jacks Parsons
Mucho se ha hablado sobre la captación de científicos nazis por parte de USA y de la URSS: el caso más sobresaliente es el de Wernher von Braun, pero un ingeniero aeroespacial menos conocido y norteamericano, no alemán, fue John Whiteside Parsons (1914-1952) que, a la vez que trabajaba para el Guggenheim Aeronautical Laboratory era seguidor de Crowley y que practicaba la magia negra en compañía de L. Ron Hubbard, fundador de la Iglesia de la Cienciología.
OCULTISTAS EN LOS SERVICIOS SECRETOS SOVIÉTICOS
Gleb I. Boki
Mucho se ha hablado de Himmler, buscando el Santo Grial (a eso vino a España, afirman algunos), pero pocos han hablado de la febril búsqueda del Zhezl (el báculo de los infiernos). Y es que, en la Unión Soviética, donde el ateísmo era la "religión estatal", también encontramos nexos entre ocultismo y servicios secretos. El escritor ruso Alexander A. Boushkov en su libro "NKVD. La guerra contra las fuerzas ocultas" nos presenta copiosa información sobre las andanzas de Gleb Ivanovitch Boki (1879-1937). Gleb Boki era jefe del Departamento Especial del OGPU-NKVD, pero su marxismo no le impidió relacionarse con la Hermandad Unitaria de Trabajadores (una sociedad secreta paramasónica rusa que practicaba el ocultismo): el propósito de Boki era poner lo paranormal al servicio de la revolución soviética, por eso creó todo un departamento secreto que estudió, entre otras cosas, la localización y búsqueda de la mítica Agartha y el chamanismo. Uno de los objetos mágicos de poder que su unidad especial buscó (y parece que adquirió) fue el llamado "báculo de los infiernos".
Aunque no haya presentado nada más que la punta del iceberg, lo que parece fuera de toda controversia es que los servicios secretos de inteligencia han mantenido (durante toda la historia, también en el siglo XX) una relación innegable con algunos ocultistas. Esta cuestión, planteada así, puede resultar extraña para quienes se mueven en una visión racionalista del mundo. Más allá del conspiracionismo que nos parece cada día más insustancial y desquiciado, lo que nos interesa en esta cuestión es tener muy claro una cosa. El sujeto que quiere conquistar el poder, conservarlo y ampliarlo no se detiene ante nadie ni ante nada. Los mismos Estados que se proclaman aconfesionales, laicos e incluso ateos, han podido dejar de creer en Dios, pero ni los secuaces del materialismo dialéctico de Marx han dejado nunca de tantear y maniobrar en el lado oscuro de la magia.
El médico y alquimista Teofrasto Paracelso (otro ocultista) lo sabía bien y por eso lo dijo mejor que ninguno:
"La magia es una gran sabiduría oculta, así como la razón es una gran locura pública".
RAIGAMBRE
Porqué Benito Mussolini expulsó a Aleister Crowley de Italia
ARGUS ALEXANDER • SÁBADO, 18 DE MARZO DE 2017
Se sabe que Aleister Crowley, polémico escritor ocultista, autodenominado "la Bestia 666", durante la Segunda Guerra Mundial apoyó en algún momento a Adolf Hitler. Aunque mas tarde declaró que lo hacía para perjudicarlo al traspasarle de ese modo las antipatías que su persona generaba. Fue expulsado de la Italia fascista por Benito Mussolini bajo la acusación de ser un espía del MI6, acusación que nunca desmintió aunque estaba en constante relación con la prensa. Tras su muerte fue un referente de bandas de rock como los Beatles, Led Zeppelin y The Doors quienes declaraban que era un visionario y que sentían admiración por su figura. Quienes lo defienden pareciera que ven en Crowley una mística de la filosofía liberal apenas matizada de maldad por motivos estéticos. Pero esto se basa en un desconocimiento de la literatura generada por Crowley. En su libro Confesiones, Crowley escribió “Quiero un mundo repleto de asesinatos, violaciones, capitalismo, todo lo malo” Veamos en una lectura de su Liber Legis (o Libro de la Ley, supuestamente dictado por una entidad preternatural llamada "Aiwass" ) si la expulsión que ordenó Mussolini estaba justificada en algo mas, por ejemplo si Crowley era una persona perniciosa para la nación italiana. Veremos que efectivamente, Crowley es un satanista peligroso. Los versículos fueron citados en el orden de su aparición en el Liber Legis y clasificados.
1- Una ley irresponsable: Haz lo que quieras.
“La palabra de la ley es Thelema. Quien nos llama Thelemitas no obrará mal, si se adentra en la palabra. (…) Haz la que tú quieras será toda la Ley."
Thelema significa voluntad en griego, según Crowley hacer tu voluntad es toda la ley de la Era de Horus que el inaugura. La filosofía de Crowley es anarquizante y contraria a cualquier orden normativo e institucional de la conducta humana en sociedad.
2- Lujuria e infidelidad.
“La palabra de pecado es restricción. ¡Oh hombre! ¡no rehúses tu esposa, si ella quiere! ¡Oh amante, si tú quieres parte! (…) Que se mantenga ese estado de muchedumbre atado y aberrante. Así con todo; solo tienes derecho a hacer tu querer. Haz eso y ninguno se opondrá. Pues querer puro, libre de propósito, rescatado de la lujuria de resultado, es perfecto de todos lados.”
Lo más leve de lo reprochable en Crowley es instigar a la infidelidad y a mantener al pueblo en un estado de muchedumbre y aberración. En estos versículos del Liber Legis dice "oh amante si tu quieres parte" de modo que estimula a una persona que está en pareja a tener amantes si así es su deseo, pasando por encima de todas las normas que crean armonía social y mantienen unido el núcleo familiar. Dice que la lujuria es esperar resultados de tus actos, o sea niega que el pecado tiene consecuencias.
3- Crueldad como belleza y fortaleza.
“Belleza y fortaleza, risa cantarina y deliciosa languidez, fuerza y fuego, están en nosotros. Nada tenemos con los descastados y los estragados: que mueran en su miseria. Pues ellos no sienten. La compasíón es el vicio de los reyes: aplasta a los infelices y a los débiles: está es la ley del fuerte: ésta es nuestra ley y el goce del mundo.”
Crowley quiere que el gobernante sea un déspota, estimula la crueldad promoviéndola como voluptuosa y señal de fortaleza. En vez de enseñar que la fuerza (económica, física o espiritual) debería usarse para proteger al débil y guiarlo a su superación, enseña en cambio, que la fuerza debe ser usada para golpear y demostrar la supremacía de la fuerza sobre la debilidad. Por tanto Crowley defiende la oligarquía (gobierno de los ricos), la cual según Aristóteles, es la perversión de la aristocracia (gobierno de los sabios).
4- Drogas y alcohol para ser “profeta”.
“Soy la Serpiente que da conocimiento, deleite y gloria brillante conmoviendo los corazones de los hombres con ebriedad. ¡Para adorarme tomen vino y drogas extrañas desde donde hablaré a mi profeta, y me emborracharé con ellos! No les dañará en modo alguno. Es una mentira, está tontería contra el ser. La exposición de la inocencia es una mentira. ¡Sé fuerte, oh hombre! disfruta, goza todas las cosas de los sentidos y del arrebato; no temas que ningún Dios te niegue a ti por esto. Estoy solo: no hay Dios donde yo soy. ¡Hé aquí! son estos graves misterios; pues están también en mis amigos que son eremitas.”
Crowley declara que sus escogidos están en contra de Dios y del pueblo, fomenta el arrebato y utiliza la falacia del uso de drogas y alcohol como activadores de su "don de profecía" Declara "no hay Dios donde yo soy" y "Soy la Serpiente". Cuando dice "La exposición de la inocencia es una mentira" desea que la persona renuncie a su sentido del honor, prefiere que se regodee de su envilecimiento.
5- Nihilismo, vida vaciada de sentido.
“Hay gran peligro en mí, pues quien no ha entendido estas runas cometerá un gran desacierto. Caerá dentro del foso llamado Porque y ahí perecerá con los perros de la razón. ¡Ahora una maldición sobre Porque y su parentela! ¡Sea Porque maldito para siempre! Si el Querer se detiene y grita Por Qué, invocando a Porque, entonces el Querer se detiene y no hace. Si el Poder pregunta por qué, entonces el Poder es debilidad. También la razón es una mentira; pues hay un factor infinito y desconocido; y todas sus palabras están retorcidas. ¡Basta de Porque! ¡Sea él condenado cual perro! ¡Pero ustedes, oh mi pueblo, sublévense y despierten!”
Crowley es un nihilista por tanto vacía de sentido la vida humana para dar rienda suelta a todo lo bestial, irracional e injustificado. Para Crowley el poder no conlleva más responsabilidad que hacer lo que se le dé la gana, porque supuestamente uno es siempre guiado por un factor "infinito y desconocido" filosofía obviamente fácil de amar para alguien con poder y sin apegos saludables como una familia que conservar. "Si el Poder pregunta por qué, entonces el Poder es debilidad" Crowley dice que es debilidad tener una razón para vivir y para luchar, el preferiría la guerra "porque si", o mejor dicho sin un porqué. Es obvio que con ese Porque cósmicamente totalizante se refiere al de Dios, al sentido último al que podría accederse, tal como a veces se dice "los designios de Dios son misteriosos". Crowley alimenta la conspiración disteleológica moderna, es un amante del goce materialista vaciado de propósito y significado. Entonces sigue la línea del mago francés Eliphas Levi (de quien decía el ser la reencarnación) que escribió en su libro Dogma y Ritual de la Alta Magia que no hacía falta que tuvieran sentido las extrañas palabras de un rito de invocación infernal porque "la misma estupidez es diabólica".
6- Soberbia, no existe arrepentimiento ni redención.
“¡Fuera! burlones; aún cuando ríen en mi honor no reirán largo tiempo: entonces cuando estén tristes sepan que las he desamparado. El que es recto seguirá siendo recto; el que es inmundo seguirá siendo inmundo.¡Y es más! ni piensen en cambiar: serán como son, y no de otra manera. Por esto los reyes de la tierra serán reyes para siempre; los esclavos servirán. Nadie será derribado o soliviantado: todo es siempre como fue. Sin embargo, mis servidores están enmascarados: tal vez aquel mendigo es un rey. Un rey puede escoger su vestidura como quiera: no hay prueba cierta; pero un mendigo no puede esconder su pobreza.”
Crowley niega que exista la redención de los actos malvados, el arrepentimiento, la constricción, tan necesarias para no volver a caer en el pecado (lee mejor "el error" si te confunde esa palabra) Declara en cambio que la vida es una historia estancada, como una partitura repetida, una sociedad sin movilidad social donde no hay esperanza para el pobre de dejar de serlo, ni el pecador de arrepentirse. Después enseña al soberbio un atajo intelectual por el que justificar su pobreza: el delirio solipsista del magufo, una negación de la realidad donde el siempre ha sido un rey disfrazado de mendigo.
7- Su muerte, escepticismo extremo.
“¡Escribe y encuentra éxtasis en la escritura! ¡Obra y sé nuestro lecho en el obrar! ¡Estremécete con el goce de vida y muerte! ¡Ah! tú muerte será hermosa: quien la vea se alegrará. Tú muerte será el sello de la promesa de nuestro longevo amor. ¡Ven! ¡Solivianta el corazón tuyo y regocíjate! Somos uno; somos ninguno.”
Aquí Crowley delira cuando declara ser un santo escogido por Aiwass y predice que su muerte será hermosa. Pero lo único que sabe la prensa del momento de su muerte en un hospital de acuerdo a lo que declaro su enfermera, es que sus últimas palabras fueron "a veces me odio a mí mismo" Crowley sobrepasa el escepticismo de Descartes cuando decía "pienso luego existo" porque el filosofo podía dudar de todo, menos de que pensaba, y por tanto existía. Dice Crowley "Somos uno; somos ninguno." porque llega a pensar que no existe ni él ni la voz de Aiwass.
8- Una nación satánica, el sacrificio de un niño.
“Ahora bien que primero se entienda que soy días de guerra y de venganza, lidiaré duramente con ellos. ¡Escojan una isla! ¡Fortifíquenla! ¡Abónenla con ingenios de guerra! Les daré un ingenio de guerra. Golpearán con él a la gente y ninguno les hará frente. (…) Sacrifiquen ganado, pequeño y grande: luego un niño. (…) Ustedes se entristecerán con esto. (…) ¡Que la misericordia quede fuera: condenad a quienes se apiadan! ¡Matad y torturad; no escatiméis, estad por encima ellos!”
En estos versículos Crowley se vuelve político y quiere una revolución, pero ya no justificada por el anarquismo, el fascismo, el liberalismo o el comunismo sino por el nihilismo, o sea el vacio de significado del universo y de la vida humana, por lo que pide el sacrificio de un niño como muestra de que se ha entendido esto y así ha sido posible alcanzar la cima de la inmoralidad. Crowley quiere crear una nación satánica, instiga al lector a tomar las armas y crear un espacio fortificado donde practicar el sin-sentido y la crueldad (satanismo). Prevé "Ustedes se entristecerán con esto." entonces ordena "¡Que la misericordia quede fuera."
9- La destrucción de la mujer.
“¡Que la Mujer Escarlata recele! Si la piedad, la compasión y la ternura visitan su corazón; si ella deja mi obra para juguetear con antiguas dulcedumbres entonces mi venganza se hará conocer. Me mataré yo su niño: alienaré su corazón: la separaré de los hombres: como una ramera disminuida y despreciada se arrastrará por calles mojadas y umbrías y morirá aterida y famélica. Más que se eleve en orgullo. Que me siga en mis pasos. ¡Que obre la obra de maldad! ¡Que mate su corazón! ¡Que sea llamativa y adúltera; que se cubra de joyas y vestiduras fastuosas y que sea desvergonzada ante todos los hombres! En el acto la alzaré hacia pináculos de poder: en el acto engendraré de ella un niño más poderoso que todos los reyes de la tierra.”
Crowley llama a sus concubinas “mujeres escarlata”, el es consciente de la responsabilidad mayor de la mujer como guardiana de los valores de la sociedad y la importancia de la institución de madre y esposa, "Que sea llamativa y adúltera" ordena, pues quiere destruirla convirtiéndola en una prostituta que sirva a su nueva religión nihilista, y así sea capaz de engendrar los próximos anticristos.
10- Odio hacia todas las religiones.
“Estoy en una cuádruple palabra secreta, la blasfemia contra todos los dioses de los hombres. ¡Los maldigo! ¡Los maldigo! ¡Los maldigo! Con mi cabeza de halcón picoteo los ojos de Jesus que cuelga sobre la cruz. Bato mis alas en la faz de Mohammed y la ciego. Con mis garras lascero al hindú y al budista, mongol y din. ¡Bahlasti! ¡Ompedha! Escupo vuestros credos crápulas. Que María inviolada sea despedazada sobre ruedas: que por amor a ella todas las mujeres castas sean profundamente despreciadas en medio de vosotros.”
Si de algo han servido los avatares que iluminan el camino del ser humano en este mundo, ello es despreciado por Crowley, porque el creía que inauguraría una era de egoísmo y maldad. La obra de Crowley ha impactado profundamente nuestra cultura, aunque por medios indirectos como su influencia en la música, por eso tras leer el Liber Legis pensé que era mi deber divulgar esta información.
https://www.taringa.net/posts/solida...de-Italia.html
«¿Cómo no vamos a ser católicos? Pues ¿no nos decimos titulares del alma nacional española, que ha dado precisamente al catolicismo lo más entrañable de ella: su salvación histórica y su imperio? La historia de la fe católica en Occidente, su esplendor y sus fatigas, se ha realizado con alma misma de España; es la historia de España.»
𝕽𝖆𝖒𝖎𝖗𝖔 𝕷𝖊𝖉𝖊𝖘𝖒𝖆 𝕽𝖆𝖒𝖔𝖘
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