Espada Lobera: La era de la ignominia




Desde que una serie de “cerebros”, y por motivos nada claros, decidieran imponer hace ya más de cinco años comenzando en Túnez las conocidas como “primaveras árabes”, los cristianos en territorio musulmán viven en un invierno permanente. Un invierno, que al igual que el de una conocida serie televisiva, parece no tener final. En este tiempo hemos visto raptos de mujeres y niños con el objetivo, no camuflado por parte de los líderes terroristas, de venderlos como esclavos, o utilizar como concubinas a las menores de edad. También tenemos que sobrellevar semana tras semana, como estos asesinos, a los que solo parece combatir seriamente la -según nos cuentan- abominable República Árabe Siria de Bashar Al-Asad, cometen matanzas terribles desde Libia y Nigeria hasta Iraq o la propia Siria.


Curiosamente, desde los medios occidentales, esos mismos que elevaron a la categoría de héroes de las libertades a los periodistas de la blasfema y degenerada revista “Charlie Hebdo”, nos recuerdan a diario que organizaciones asesinas como el mal llamado “Estado Islámico”, "Boko Haram" o "Al-Qaeda" actúan a la manera de los tiempos medievales, lo cual es curioso, pues cualquiera que conozca algo de Historia sabrá que nunca la población civil fue utilizada como objetivo específico hasta la llegada de las guerras o conflictos contemporáneos. Pero lo cierto es que quienes califican de medievales a estas oscuras organizaciones terroristas, no nos dicen que actúen como musulmanes medievales, sino como medievales a secas, introduciendo de facto en el término a cualquier ejército cristiano de la tan "conscientemente" defenestrada Edad Media, y especialmente a los ejércitos cruzados. Y es que, no vaya a ser que a alguien le de por conocer las virtudes y libertades que en el mediévo cristiano se garantizaban y disfrutaban, y a la que tanto colaborabó el buen hacer de esos ejércitos de cruzados.


Un claro ejemplo de esto, sucedió precisamente en la actual Siria un 8 de abril de 1271, cuando tras más de un mes de asedio al simbólico coloso de piedra del Krak de los Caballeros, el poderosísimo sultán mameluco Baibars, acordó un salvoconducto con los hermanos hospitalarios de San Juan que defendían la mítica fortaleza cruzada, que les permitió llegar a salvo y con honores hasta la todavía cristiana Trípoli. Este hecho, demuestra que en la Edad Media el sentido honorable del deber estaba generalmente por encima del objetivo final, a diferencia de lo que hoy vemos en los poco objetivos medios de comunicación occidentales. O es que debemos llamar medieval por su salvajismo extremo a los bombardeos occidentales sobre Hisroshima, Nagasaki, Londres, Coventry, Berlín, Dresden, o los más recientes de Belgrado, Bagdad o Gaza?, y en cambio no es medieval el comportamiento del sultán Baibars, o el del Rey San Fernando cuando concedía cartas de libertad a los habitantes musulmanes de Sevilla, Córdoba o Jaén tras ser reconquistadas? Por poner unos simples ejemplos. O quizá depende de quien sea el que bombardea y asesina, le podemos considerar medieval o civilizado? Porque supongo que esta gente intenta convencernos que medieval es sinónimo de bestializado y modernista lo es de civilizado, cuando como vemos, nada está más lejos de la realidad.


Esa realidad nos muestra a poco que tengamos vista, que no hay mundo que deteste y desprecie tanto a la humanidad, y concretamente a la de fe cristiana, como la modernidad revolucionaria en la que en España estamos imbuidos hasta el corvejón. Ya no voy a entrar en los cuanto menos oscuros orígenes del IS y demás organizaciones asesinas, ni a las razones reales que produjeron las revueltas desde Túnez hasta Ucrania, pero sí digo que muchos españoles nos sentimos avergonzados de esta España descreída, y esta Europa, que mientras ciega se regodea en su degeneración nihilista a pasos agigantados, no es capaz de ver como pierde sus tradiciones y libertades, mientras se islamizan sus calles de forma dirigida a marchas forzadas. Esta misma Europa que da la espalda vergonzosamente al verdadero baluarte de la civilización en oriente, las familias cristianas, las cuales habitan esas tierras desde muchos siglos antes de que aparecieran los mahometanos, y que ofrecen un ejemplo de martirio y heroísmo que Occidente, ya no es capaz ni de comprender.




Luis Carlón Sjovall
ACT Fernando III el Santo

A. C. T. Fernando III el Santo