Fuente: El Pensamiento Navarro, 27 de Abril de 1976, pág. 3.
UNA SERIE DE APORÍAS
Aporía: “Una dificultad lógica que se presenta como problema de la razón”
Pamplona, 23 de abril 1976.
Señor don Jesús Aizpún Tuero.
Señor don Joaquín Solchaga Bobadilla.
Señor don Ignacio Ruiz de Galarreta.
Queridos primo, sobrino y amigo:
Hasta ayer no tuve en mi poder los textos de la presentación del PDN, efectuada por ti, Jesús, en el Hotel de los Tres Reyes, los primeros días de abril, y las cartas cruzadas por tal motivo, entre Joaquín Solchaga e Ignacio Ruiz de Galarreta.
Yo, como los tres sabéis, soy de la Regencia Nacional Carlista de Estella, pues soy carlista, y por lo tanto defiendo el DERECHO de una mayor participación del pueblo en funciones de gobierno, así como el DERECHO de ese pueblo a unas libertades concretas –entiéndaseme bien que he dicho pueblo y no masa–. El Carlismo luchó y seguirá luchando por esos derechos –verdadera democracia–, desde que el liberalismo se adueñó del poder, ya hace unos cuantos años, y no precisamente por la fuerza de la razón, sino por razón de la fuerza. Así es que queda claro que yo nada tengo que ver con vuestra “democracia”.
La lectura de vuestros escritos me han producido verdaderas aporías, que lo más brevemente voy a tratar de exponer, por si tenéis a bien el aclarármelas.
Tú, Jesús, en carta dirigida a don Tomás Caballero, también en el “Diario de Navarra”, el 22 de abril de 1975, le decías: “No soy marxista. Soy cristiano y católico.” Es decir –corrígeme si te interpreto mal– que aparte de otras muchas razones que sin duda tendrás, el SER católico te impide el SER marxista. Esto lo entiendo y además estoy de acuerdo contigo.
Ahora leo que dices que la diferencia entre el PDN y los otros partidos llamados democráticos está en “el corte liberal del nuestro”. Añades, además, que si no os habéis apuntado a “Coordinación Democrática”, es decir, a más o menos relaciones con los “demócratas-marxistas”, ha sido porque consultada la base “la respuesta fue negativa”.
Estoy seguro que tú sabes mejor que yo que un católico tampoco puede SER liberal en política. Porque el liberalismo está condenado por el Magisterio de la Iglesia antes y más reiteradamente que el marxismo. Pero aún hay más, a los católicos nos está prohibida toda colaboración con los marxistas. Y al leerte, según lo que yo entiendo, el día que os toque de nuevo consultar a la base, si ésta decide que a la “COORDINACIÓN”, la “Democracia” manda. Aquí ha surgido mi primera aporía.
Y ahora una simple pregunta de curiosidad, los partidos “demócratas” cuyo manifiesto diste tú a conocer y uno de cuyos prohombres, si no el principal, supongo que seguirá siendo el señor Garrigues, cuando pedís el cambio de Gobierno, ¿es total?, ¿incluido su padre, el ministro de Justicia, y su pariente o contrapariente el señor Areilza? ¿O se trata sólo de un reajuste en que se elimine a alguno, que se ha permitido decir muy “antidemocráticamente” que no tenemos que arrodillarnos y pedir perdón “por haber sido martillo de herejes, luz de Trento y espada de Roma”? Y no se ha contentado con eso, sino que ha añadido que nuestra razón de SER “está enraizada en nuestra religión católica, que sigue siendo consustancial con nuestro pueblo…” Yo lo aplaudo. A pesar de que yo no puedo estar de acuerdo en todo con un miembro del Gobierno, pues ya he dicho que soy carlista.
Siguiendo un orden cronológico, te toca a ti, Joaquín. Afirmas que la legalidad del actual régimen está basada en un referéndum, es decir, en el sufragio universal, y por ello las Leyes Fundamentales son permanentes e inalterables. Y aquí me ha surgido la segunda aporía.
Y para terminar, le toca a usted, mi querido amigo. Dice usted: “Si el pueblo español se pronuncia (y no dude usted que se va a pronunciar y pronto) en contra de una legalidad hoy vigente y la quiere sustituir por otra distinta, incluso opuesta, usted tendrá que acatarla como hemos acatado los demás la legalidad anterior, aunque no compartiésemos sus modos, maneras y contenido”. Y continúa: “Vea usted que muerto el GENERALÍSIMO, tras un servicio meritísimo a España, todo se tambalea, porque todo se mantenía en su persona…”
Es decir, usted estaba en cuanto al período histórico anterior, en contra de “sus modos, maneras y contenido”. El período histórico anterior fue el GENERALÍSIMO, “pues todo se mantenía en su persona”, pero sin embargo fue “un servicio meritísimo”. Aquí se produce mi tercera aporía.
Que mi querido primo Jesús, que nunca ha ocultado que él es republicano, abogue por una Monarquía liberal, no tan sólo de facto, sino totalmente de iure, es cosa que lo comprendo; pero que usted diga que lo único indiscutible es la Monarquía, no lo entiendo.
Parece desprenderse de su carta que Poder es lo mismo que Autoridad.
Afirma usted que lo único indiscutible es la Monarquía y la unidad patria. ¿En qué principios jurídicos “democráticos” del sufragio universal se funda usted para afirmar que la Monarquía y la unidad patria no pueden entrar en el juego de la discusión?
Lo que me ha dejado asombrado es que nos diga que no se ha inventado nada que sustituya a los partidos políticos, de no ser la dictadura. Su primo y buen amigo mío, estoy seguro que en sus futuras vacaciones veraniegas, con muchísimo gusto empleará el tiempo que usted necesite para sacarle de su error, pues como lo conozco bien, sé que es verdaderamente caritativo.
Comparto con usted la posibilidad de que lo que usted llama pueblo, pero es masa –si Dios no tiene misericordia de nosotros–, no tarde en pronunciarse. Pido a la Santísima Virgen cada día que me equivoque, pero tengo para mí que entonces no correrá mucho el tiempo en que usted y mi querido primo serán de los que ya tarde, dirán: ¡NO ERA ESTO!, ¡NO ERA ESTO!
Con un sincero y cordial abrazo a los tres
IGNACIO DE ORBE TUERO
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