La pluralidad en el carlismo

¿Por qué los que más hablan pluralidad en verdad son los más sectarios, cerriles e histéricos del monolitismo progre?

¿Pluralidad? Pues ahora que lo pienso, el primer grito carlista fue en Talavera de la Reina, y también La Mancha tuvo la célebre partida de Palillos. Voluntarios miguelistas hubo desde primera hora; de Portugal parte Carlos V con el apoyo de Miguel I y portuguesa era la Princesa de Beira, al igual que María de las Nieves de Braganza, esposa de Alfonso Carlos I que con otros carlistas defendió como zuavo pontificio al Papado contra la masonería invasora. Por una causa gemela estuvieron los catalanes José Borges y Rafael Tristany por las Dos Sicilias. Savalls era catalán, como el barón de Eroles, prócer de las Guerras Realistas, nuestra más clara ascendencia. Tomás de Zumalacárregui era vascongado al igual que el bardo José María de Iparraguirre; Miguel Gómez Damas, jiennense, Francisco Navarro Villoslada era como su primer apellido, compartiendo la misma raíz regional que Rafael Gambra; Pascual Cucala, tan valenciano como Antonio Aparisi y Guijarro; Manuel Fal Conde, de Higuera de la Sierra a Sevilla, de Sevilla era Enrique Barrau y de Jerez de la Frontera Antonio Molle Lazo. El cura Merino era castellano, Gabino Tejado, extremeño; Manuel Carnicer aragonés. ¿Asturianos? Juan María Acebal (el príncipe de los poetas bables) y Juan Vázquez de Mella. ¿Gallegos? El hidalgo poeta Evaristo Martelo Paumán y el requeté José Álvarez Limia.
En la Primera Guerra Carlista también contamos en nuestras filas con chouans franceses, así como Von Rahden y el príncipe Lichnowsky venían del abolengo alemán y Charles Frederick Henningsen era británico de ascendencia sueca. Hablando de británicos, en la III Guerra Carlista, con los donativos de los jacobitas se pudo comprar una batería artillera. En la Cruzada del 36 vinieron rusos blancos; no en vano Jaime III había sido oficial del ejército zarista, llegando a pelear en la Guerra de los Boxers durante el reinado de Nicolás II. Al Requeté también acudieron gentes de Renovación Española y del partido de Albiñana, como el poeta malagueño José María Hinojosa, un fusilado non grato para la pseudomemoria histérica (como tantísimos otros).
¿Hispanoamérica? El último gobernador de la Morella cabrerista fue el peruano Leandro Castilla. En esta misma época combatió en nuestras filas el chileno Novoa. Asimismo, ya a partir de 1840/41 hallamos emigración carlista y en la época de Carlos VII irán afianzándose los círculos carlistas en el Nuevo Mundo, destacando los argentinos hasta hoy. En la III Guerra Carlista combatió como zuavo codo con codo con D. Alfonso Carlos el mexicano Herranz. Hubo carlistas combatiendo en Cuba y en Filipinas, y también los hubo emigrados en Francia, radicados a posteriori algunos en Argelia, tiñendo de español el dialecto oraní.
Pues sí, miren ustedes que me dejo celebridades nuestras en el tintero, pero el carlismo es plural. Plural a fuer de interclasista y populoso, albergando en su aguerrido regazo una rica gama de gentes en comunión por la catolicidad y el legitimismo. Algo que nunca entenderán los chekistas mediáticos. Tampoco lo entienden los furibundos liberales confirmados en la guillotina. Ellos allá.

Antonio Moreno


Blog de la Junta Regional de la CTC en Andalucía