Serie Conocer el Sionismo
Parte I : INTRODUCCIÓN.
EL SIONISMO.
El Sionismo es un movimiento específico del pueblo hebreo, cuyo objetivo no es la vuelta de los judíos de la diáspora a la Tierra Prometida, como suele creerse, sino que son unos fines mucho más amplios y hasta contradictorios con la creencia anterior.
Vamos a aclarar varios puntos:
1º.- El Sionismo es un MOVIMIENTO, no un partido político. Por tanto, agrupa a hombres de distintas tendencias, unidos por una serie de objetivos comunes, pero que a veces discrepan en la táctica (forma de alcanzarlos).
En la Historia nos encontramos judíos
- de tendencias liberales (David Ricardo; Luis Borne, y Mendizábal)
- conservadores (Benjamín Disraeli),
- republicanos (Miichel Debré, y Henry Kissinger),
- socialistas (Carlos Marx, Moisés Hess, Víctor Adler, Federico Adler, León Blum, Julio Moch, Pierre Mendes-France, y Bruno Kerensky) y
- comunistas (León Trotski, Rosa Luxemburgo, Bela Kun, Matías Rakiso, Walter Ulbricht, Laurenti Beria, Yuri Andropow, y el general Jaruzelski).
- idem, con anarquistas, etc.
2º.- El Sionismo es un movimiento ESPECÍFICO DEL PUEBLO HEBREO, y como tal suele adoptar formas racistas (el propio Marx lo era). Racismo apoyado en la Biblia y desarrollado por el Talmud y la Kábala.
No debe confundirnos la decisión tomada a inicios de 1985 por el gobierno israelita de evacuar a los hambrientos judíos falaschas de Abisinia, pues los negros convertidos al judaísmo siempre han chocado con dificultades para establecerse en Israel. Si definitivamente se quedan, los falaschas, se transformarán en fieles trabajadores, no especializados, que desplazarán a los asalariados árabes de las empresas israelitas.
3º.- El Sionismo no desea que todos los judíos se conviertan en ciudadanos del Estado de Israel. Esto sólo cuenta para judíos pobres, especialmente de África y Asia. Si todos los judíos emigraran a Palestina, el Sionismo perdería gran parte, incluso todo, el poder que actualmente detenta en EEUU, Inglaterra, Francia y Rusia (Andropow, mientras tuvo el mando, sólo autorizó emigrar a Israel a matrimonios de jubilados y algunos obreros sin cualificar).
4º.- El Sionismo no ve en el Estado de Israel más que un Hogar Hebreo, apto para recibir desheredados y como punto de apoyo a sus planes imperialistas sobre una zona estratégica (Canal Suez, yacimientos petrolíferos Oriente Medio, etc.).
E Israel no es el único Hogar hebreo. Los sionistas crearon hace tiempo otro en Tartaria Oriental dependiente de Rusia, con categoría de territorio autónomo y con el nombre ruso de Ewreskaia, su capital está en Birobidzhan.
Los sionistas tienen planes también (a veces abandonados, no olvidados) para crear otros Hogares en Gibraltar, Malta, Uganda, Madagascar y La Patagonia (Argentina-Chile) a éste le denominarían Landinia (desde el río Chubut) y le añadirían Malvinas y Tierra del Fuego.
La política de Gibraltar y Malta la llevan dos judíos sionistas: Jossua Hassan, y Dom Mintoff, convenientemente apoyados por la Masonería Británica a la que ambos pertenecen.
5º.- El Sionismo se propone extender más aún su influencia en Oriente Medio con la formación del Gran Israel (desde el Eúfrates hasta el Nilo, como declaró en su discurso David Ben Gurión en 1956, según una supuesta promesa hecha por Dios a su patriarca Abraham que aparece en el Libro del Génesis pero que en realidad es una interpolación apócrifa realizada por Ezra, en el siglo V a JC. Ezra fue autor de una ley prohibiendo a los judíos casarse con mujeres de otras razas.
6º.- El Sionismo busca el dominio total del mundo mediante la infiltración política colocando sus peones en los puestos clave y con el control económico de sus grandes multinacionales. Hoy casi todos los emporios capitalistas, salvo raras excepciones, pertenecen a clanes judíos o están mediatizadas por ellos. (Entre las excepciones no está el gigante Ford de la automoción cuyo fundador, Henry Ford, denunció el peligro sionista ya en los '20 pero tuvo que doblegarse y desmentirse. El primer delegado americano en Ford España, finalizando el período franquista, era el judío Carl Levy. En 1984 el judío Abrahan Katz presidía, en New York, la organización US Council for International Bussines).
7º.- El Sionismo se sirve para sus fines, en gran medida, de la Masonería. Asociación inicialmente cristiana y europea que no admitía judíos. Actualmente los ritos y palabras masónicas proceden de la Kabala hebrea y sus jefes ocultos son miembros del Gran Sanhedrin Mundial.
La judaización de la Masonería se inició a inicios del XVIII con la fundación de la Gran Logia de Inglaterra. Casi todos los primeros ministros de Inglaterra, así como casi todos los presidentes de EEUU y México han sido y son masones (y de España, Francia, Alemania, Italia, ...)
8º.- El Sionismo cuenta con una rama masónica especial, reservada exclusivamente a judíos: la Beni Berith (a veces transcrito por B'nai B'rith, en hebreo, Hijos de la Alianza). Creada en EEUU a inicios del XIX y a la que han pertenecido personalidades muy sobrevaloradas como Albert Einstein, y Sigmund Freud.
Empezó a introducirse en España antes de morir Franco, que recibió a su Gran Maestre Americano Label Katz. Su jefe en España fue durante varios años el conocido empresario Max Mazin, miembro dirigente de la CEOE. También es un jefe europeo importante de la organización el político socialista “austríaco” Bruno Kreisky.
9º.- El Sionismo está dirigido por un Gran Sanhedrín Mundial que reúne a los jefes judíos de la Masonería y B'nai B'rith más los representantes del Estado de Israel, de la Alianza Israelita Universal, del Congreso Mundial Judío, del Gran Kahal de New York, de la Banca Rothschild y de varias multinacionales.
Un presidente del Gran Sanhedrin fue el “americano” Bernardo Baruch, consejero de todos los Presidentes de EEUU desde Wilson a Kennedy pese a que nunca se presentó a ningún circo electoral.
A partir de 1940 el Gran Sanhedrín ha contado con miembros honoríficos “soviéticos” como Litwinow, Kaganowicz, Mazurow y Andropow.
Sobre este tema se ha escrito y dicho mucho. Actualmente los kioscos ofrecen al público (las bibliotecas casi no tratan el tema, los libros interesantes hace tiempo que han desaparecido) material de muy baja calidad.
En España hay dos ejemplos:
· “El Contubernio Judeo-Masónico-Comunista” del padre Ferrer Benimeli (Edit. Itsmo, 1982) y
· “El Mito de la Conspiración Mundial Judía” de Norman Cohn (Edit. Alianza Editorial, 1983).
Ambos sostienen tesis contrarias a esta. Es lógico, veamos porqué.
José Antonio Ferrer Benimeli es un jesuíta de antigua ascendencia judía, afiliado a la Masonería nada más ser legalizada en España por el gobierno de Adolfo Suárez.
Antes de publicar esa obra se hizo famoso por su teoría de que la Masonería no había tenido nada que ver en las persecuciones de la Compañía de Jesús en el XVIII y posteriores.
El padre Ferrer debe pensar que los lectores son idiotas, pues en la nada sospechosa Enciclopedia Masónica de Frau y Arús, Tomo I, pg. 640 y ss. dice: “los jesuítas comprendieron desde un principio toda la importancia que encerraba la Masonería, tanto por la fuerza de sus principios como por la de su organización. No se les ocultaba que, si llegaba a extenderse internacionalmente y a llevar sus principios y hombres a los Gobiernos de los Estados, acabarían para siempre los Gobiernos y las instituciones fundadas sobre la preocupación y el fanatismo, para dar lugar a la soberanía de la razón y de la justicia. Así es, queestos centinelas avanzados del ultramontanismo, fueron los que más se distinguieron en la persecución contra la Masonería.
Desde el segundo tercio del XVIII se trabó la lucha entre las dos sociedades, y si la llamada Compañía de Jesús fue vencida, ha sido porque en definitiva siempre triunfa la verdad sobre el error, la justicia sobre la iniquidad … la Masonería, casi siempre perseguida y proscrita, si contar con maś recursos que los ahorros de los asociados, supo minar el poder de los jesuítas y de la Inquisición, pricipales columnas que sostenían el poder absoluto de los Reyes y los Papas ...”
No entraremos en la cuestión de si es verdad o mentira lo que los eruditos masones afirman sobre los jesuítas. Al margen de la parte de razón que puedan tener, lo que importa ahora es dejar claro el crédito que merece los autores de la categoría del padre Ferrer quien aún no sabemos si es un jesuíta infiltrado en la Masonería, o un masón infiltrado en la Compañía de Jesús, pero en todo caso un judaizante por su origen e ideas.
La otra obra mencionada es una traducción del inglés “Warrant for Genocide”, su autor Norman Cohn, lo escribió en 1966 asesorado por los profesores León Poliakof, Jorge Mossé, y Leonardo Schapiro, judíos sionistas como él mismo.
LOS JUDÍOS : RAMAS DEL JUDAÍSMO.
Los judíos del mundo pueden englobarse en dos grandes ramas:
Sefardita (en hebreo Sefarad significa España) y
Askenazi (en hebreo Askenaz significa Alemania). Dentro de la rama Askenazi la mayoría son los Cazares (Khazaria es un reino medieval del Mar Negro).
También hay grupos minoritarios y exóticos como
los Falaschas de Abisinia (piel de color negro), cuyo representante más relevante ha sido el abuelo de Barak
Obama (actual Presidente EEUU) miembro del grupo terrorista marxista del Mao-Mao .
Cingaleses, (rasgos mongólicos) quizás el más famoso fuera: Salomón Bandaranaike (primer ministro
Ceylán en los '50) y los Tiao-kiu-kiao de China.
Los sefarditas son los judíos genuinos, racialmente se parecen a los árabes de Oriente Medio y, sobre todo a los cristianos del Líbano, que descienden de antiguos fenicios. Se distinguen por su endogamia y cruzamientos cosanguíneos dando un gran porcentaje de individuos con pies planos, tendencia al encorvamiento, labio inferior colgante, orejas grandes, fimosis, olor característico (“foetor judaicus”), etc.
Geográficamente están dispersos por todo el mundo, hablando los más diversos idiomas. Sólo algunas comunidades de Grecia, Turquía y Palestina conservan todavía una especie de español medieval llamado Ladino. Como ejemplo de sefardita característico suele señalarse a Benjamín Disraeli.
Los askenazis son los judíos que durante la Edad Media se establecieron en Alemania, Polonia, Bohemia, etc. Al principio eran de rasgos idénticos a los sefarditas pero debido a ciertas mezclas hoy pueden aparecer con cabello rubio y ojos azules.
Siguen un rito religioso diferente al sefardita y frecuentemente hablan yidisch, dialecto del alemán con palabras polacas y hebreas. Tienen una mayor influencia en el movimiento sionista internacional. Como ejemplo característico se suele citar a los banqueros de la dinastía Rothschild.
Los askenazis son más numerosos que los sefarditas, pero en su mayor parte no son askenazis auténticos sino cazares, descendientes de una tribu huna cuyo jefe Karidach fue vasallo de Atila en el siglo V.
Luego sus khanes crearon un poderoso reino con capital en Itil, junto al Volga. También fue importante la ciudad de Sarkel, cerca de la desembocadura del Don.
Su principal ocupación era capturar prisioneros rusos y ucranianos que vendían a los bizantinos y árabes. Algunos de esos esclavos llegaron hasta España, donde formaron la guardia eslava de los Califas de Córdoba.
Bulán, un khan (soberano) de Khazaria se convirtió al judaísmo convencido por mercaderes judíos de Crimea sobre el siglo VIII. Luego su descendiente Yusef mantuvo correspondencia con un sabio sefardita Hasday ben Xaprut, ministro del califa Abderramán III. En la correspondencia negaba que los cazares fueran las diez tribus perdidas de Israel; pues no descendían de Abraham, sino de otro patriarca más antiguo: Togarma, hermano de Askenaz, hijo de Gomer, nieto de Jafet y bisnieto de Noé (ver Biblia, libro del Génesis, cap. X, versículos 1-3).
El reino de los cazares acabó siendo destruído por las tribus de los cumanos, saxinos y pachenegos, hermanos suyos de raza, pero seguirodres de antiguas creencias chamánicas. Los cazares huyeron hacia el Norte de Ucrania y se extendieron por Hungría, Eslovaquia y Polonia fundiéndose con las pequeñas comunidades askenazis cuyos ritos adoptaron y consiguieron formar populosas juderías. El rito primitivo de los cazares era el caríta, muy tradicionalista y contrario al Talmud.
Los cazares eran muy numerosos pero no todos se volvieron askenazis, algunos permanecieron en Crimea y en el norte del Cáucaso y durante el XIII se integraron, con el resto de cumanos, saxinos y pechenegos, en el reino de la Horda de Oro fundada por los nuevos invasores mongoles.
Los mongoles también eran chamanistas pero acabaron abrazando el Islam con la mayoría de sus súbditos turcos. El judaísmo, empero, no desapareció. Se sabe que eran judíos muchos de los baskakos (recaudadores de impuestos del khan de la Horda de Oro) en los principados cristianos de Rusia y Ucrania sometidos a vasallaje.
A inicios del XX, los judíos caritas que quedaban en el imperio zarista no llegaban a 30.000 pero conservaban una importante reliquia del pasado: un idioma emparentado con el turco, el antiguo idioma cazar más o menos corrompido.
Racialmente la amalgama askenazi-cazar es sobre todo una mezcla de elementos eslavos y turcos, con individuos de cabellos rubios o negros, ojos ovalados o rasgados, cráneo dolicocéfalo o braquicéfalo, estatura alta o baja, etc. Los individuos con caracteres semíticos son minoría.
Los actuales israelitas son, aproximadamente, mitad sefarditas y mitad askenazis. Pero estos forman la mayoría de los cuadros dirigentes y entre ellos hay muchos cazares típicos: Chaim Weizmann, Levy Eschkol, Zalman Chazar o Khazar, Golda Meir, Moisés Scharet, Moisés Dayan (este general presumía de sabra por haber nacido en Palestina, pero aunque no supieramos que pertenecía al kibutz de Degania, fundado en 1909 por inmigrantes marxistas huidos del Zar, sus rasgos lo delatan).
Otro individuo inconfundible, pese a su insistencia en pasar por georgiano, era Lawrenti Beria, jefe supremo de la Policía Soviética desde 1938 a 1953.
No todos los cazares hablan yidisch (importado a Rusia y Ucrania) ni siguen el rito askenazi. Entre los que sí lo hablan hay muchos con apellidos:
de Alemania: (Einstein, Goldstein, Goldman, Goldblatt, Goldenberg, Rosemberg, Forsenthal, ...)
eslavos o de resonancia eslava: Poliak, Poliakof, Polanski, Polonski, Poliansky, Jablonski, Gurewicz, Gurvitsch, Horowicz, Jakubowicz, Jakubowski, Abrampolski, Zhitomirski, Umanski, Slonimski, Dawidowicz, Brodski, Alperowitz, Ahronowicz, etc.
Otros apellidos son más curiosos, concuerdan con datos genealógicos aportados por la correspoondencia entre Yusef Khan y Hasday ben Xaprut: Askenaz y sus variantes: Aschkenaz, Aschkenazy, Aschkenasi, etc.
Otros son Jafe, y sus variantes: Jaffé, Joffe, etc.
En recuerdo del jefe Kaplan Khan aprecen: Kaplan, Kaplun, Kaplansky, Koplan, Coplan, Coplin, etc.
Koestler, según el autor Arthur Koestler, que se confiesa de origen cazar en su libro “La Tribu nº 13” es una corrupción de Khaslar o Khazar, igual que la palabra húsar, (cuerpo de caballería). Según Koestler los apellidos Kahn, Kahan, Kahane, Kagan, Kaganez, Kaganowicz, Kochanowicz, Kohan, Kohon, Kuhn, Kogan, etc. proceden del hebreo Cohen (sacerdote) o del altaico Khan o Khakan (título de los príncipes cazares, cumanos y mongoles).
En el aspecto psíquico los judíos cazares tienen fama de incultos, brutales y crueles. Pueden testificarlo los parientes de los palestinos abrasados por el napalm o fusilados en masa, sin distinción de sexo o edad en los pueblos de Deir Yassin, Deir Ayub, Nasiruddin, etc.
O los parientes de los niños búlgaros sodomizados y asesinados en 1919 en Budapest por los comisarios de Bela Kun.
Tampoco se ha de olvidar que el aparato policíaco soviético, bajo sus diversas siglas (CEKA, GPU, NKWD, MWD, KGB) era un invento cazar. Todos los jefes de ese departamento han sido judíos cazares: Dzierzynski, Menzynski, Yagoda, Yezow, Beria, Kruglow, Szelepin y Andropow.
LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SION.
En 1905 el profesor ruso Segio Nilus reeditó su bora semirreligiosa “Lo Grande y Lo Pequeño, o el Anticristo Como Posibilidad Inmediata de Gobierno” y añadió un Apéndice titulado “Los Protocolos de los Sabios de Sión”.
¿Qué son los Protocolos de los Sabios de Sión?
Según Nilus, eran la traducción al ruso, hecha por él mismo, de una copia en francés de las 24 actas del Congreso Sionista de Basileaque le habían sido entregadas al Príncipe Alejo Sukhotin para su difusión.
En el Congreso se habían citado, en 1897, al sefardita Max Nordau, al askenazi Teodoro Herzl, y al cazar Asher Ginsberg, además de otros muchos líderes sionistas de menor importancia para estudiar la vuelta de los judíos a Palestina.
Dos años antes el propio Herzl había publicado su famosa tesis “El Estado Judío”.
Como los judíos habían desaparecido completamente de Palestina en tiempos del emperador romano Adriano ¿qué derecho presentaban sobre dicho país los judíos cazares, que ni siquiera son racialmente judíos, sino hunos convertidos al judaísmo?
Pero esta cuestión era marginal, Nilus sostenía que la vuelta a Palestina era sólo la parte del programa sionista dada a la publicidad por el propio congreso con la intención de obtener el apoyo de los gobiernos europeos en contra del Sultán de Turquía.
A los judíos les interesaba Palestina porque, según antiquísimas profecías, Jerusalén será la Sede del Gobierno Mundial del futuro.
El programa sionista, expuesto en 24 discursos por Asher Ginsberg a los dirigentes de segunda fila, era el dominio del mundo y había sido trazado por el Gran Sanhedrín a inicios del XIX.
Nilus afirmaba que dicho programa había sido robado a un congresista y pasado al príncipe Sukhotin.
Como obra independiente los “Protocolos” se publicaron posteriormente varias veces por el propio Nilus y otro ruso apellidado Butmi, ambas versiones presentan diferencias en la redacción y ordenación de las actas, pero varios autores opinan que son dos versiones de un texto original desconocido.
Tras la IGM los textos de los “Protocolos” fueron prohibidos en la URSS por el gobierno comunista, pero se tradujeron a numerosos idiomas y obtuvieron gran difusión mundial.
Un ejemplar de la edición original (1905) se conserva en Londres en la Biblioteca del Museo Británico con el número 3296-d-17 y el sello de entrada correspondiente a la fecha 10 agosto 1906.
Los enemigos de los “Protocolos”, entre ellos Chaim Weizman, fundador del Estado de Israel, y el novelista judío Emil Ludwing, afirmaron que se trataba de un invento del propio Nilus que se inspiró en una obra del francés Mauricio Joly titulada “Diálogos en los Infiernos entre Maquiavelo y Montesquieu”.
Si bien, efectivamente, algunas frases guardan cierto parecido pero sacándolas de su contexto.
Los defensores de la autenticidad de los “Protocolos” responden que al componer sus 24 discursos Asher Ginsberg usó como guía a Mauricio Joly, muerto hacía tiempo y poco conocido del público.
En realidad no es un plagio, ambos textos son completamente diferentes. Si bien Nilus sabía francés, también lo dominaba Ginsberg (al igual que hablaba alemán, ruso y hebreo) y era más fácil para Ginsberg que para Nilus conocer al desconocido Joly cuya obra es un librito impreso en Bélgica en 1865 contra Napoleón III (Maquiavelo). Cuando la edición se envió de contrabando a Francia, los gendarmes sobreaviso lo confiscaron al momento.
Es muy improbable que ningún ruso de 1905 pudiera tener noticias de aquella obra de Joly. En cambio años antes Ginsberg podía haber encontrado algún ejemplar en alguna logia de Occidente.
Por la gran diferencia entre los Protocolos y la obra de Joly, los judíos han elaborado otra teoría más compleja. Suponen que Nilus mezcló dicho diálogo con varios pasajes de la novela “Biarritz” de Herman Goedsche y con fragmentos diversos de escritores antisemitas, algo imposible de demostrar por su enorme complejidad.
Es mucho más probable, aunque tampoco es seguro, que el autor de los Protocolos (Nilus o Ginsberg) usara la obra de Joly modificándola sustancialmente según sus ideas.
El origen de los Protocolos estaría definitivamente resuelto a favor de los judíos si fuera verdad la declaración hecha en Occidente (1927) por el pope Stepanow en 1895, dos años antes del congreso de Basilea, el príncipe Sukhotin le había dado ya un ejemplar manuscrito de la obra por lo que sus actas no podían ser los discursos pronunciados dos años después por Ginsberg en el cónclave.
Con motivo del juicio en Berna, iniciado en 1934-35 a petición de los judíos contra los libreros suizos que vendían los Protocolos, se afirmó que el manuscrito estaba en la Biblioteca Lenin de Moscú, formando parte de la colección Pasukanis. Luego se dijo que no había tal manuscrito, sólo una copia hectográfica. Pero ésta tampoco nadie la vio, lo que no impidió que el juicio diera la razón a los judíos. Todo parece indicar que la declaración de Stepanow se obtuvo por dinero y la historia del misterioso manuscrito un invento para darle fuerza.
Pero hay algo, por encima de toda otra consideración, que aboga a favor de la autenticidad de los Protocolos, GRAN PARTE DE LO QUE DICEN SE HA IDO CUMPLIENDO, INEXORABLEMENTE, y el resto parece que no está lejos de cumplirse. Es evidente que Nilus podía ser un loco y/o un falsario, pero no un PROFETA capaz de anticipara el devenir de la política e historia mundial cien años antes de que ocurriera.
Además, si fuera cierto que los comunistas, anarquistas y marxistas son enemigos acérrimos del capitalismo (como afirman y presumen sin parar) y estando el gran capital en manos judías, les habría convenido favorecer la difusión de los Protocolos, no prohibirlos. Pero casualmente las principales características del régimen soviético se anticipan, también, en los Protocolos. Esto y su prohibición en Rusia son pruebas de peso de su autenticidad.
Sergio Nilus acabó sus días en 1930, tras ser encarcelado dos veces por la “justicia” soviética. No fue ejecutado (suicidado o muerto) porque hasta el último momento el judío Yagoda, jefe de la GPU, esperó “convencerlo” para que viajara a Occidente a hacer campaña contra su obra de los Protocolos.
La segunda esposa de Nilus, de soltera Ozerowa, que financió a su costa la edición de 1905 murió en un campo de concentración del ártico en 1938 ¿tan peligrosa era esta mujer para el régimen soviético?
Un hijo del primer matrimonio de Nilus, de nombre también Sergio, vivía refugiado en Polonia donde se unió a los nazis en 1939 y mantuvo correspondencia con el ministro Rosemberg. En una carta, fechada en marzo 1940, le pidíó concretamente al ejército alemán que invadiera su patria para liberarla del terror de los comisarios judíos. La carta publicada en 1969, pero muy recortada, por el sionista Norman Cohn en su libro “El Mito de la Conspiración Mundial Judía”.
LOS PROTOCOLOS Y LA REVOLUCIÓN MUNDIAL.
Hasta la historia oficial reconoce que el desencadenante de la IGM fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero al trono de Austria-Hungría, en Sarajevo el 28 junio 1914.
Lo que no suele decirse ni contarse es que la Masonería estaba detrás del magnicidio.
La criminal operación había sido cuidadosamente preparada. El comando terrorista estaba formado por 4 jóvenes que no superaban los 20 años: Cabrinovich, Princip, Illich, y Grabez. Pero poseían todos los datos completos del itinerario de la comitiva en su visita a Sarajevo.
La bomba que arrojó Cabrinovich desde el puente mató a varias personas, pero no al archiduque. Más adelante, en otro lugar estratégico esperaba Princip con la pistola browning cuyos disparos hirieron de muerte al heredero y a su esposa Sofía Chotek.
La policía detuvo a los cuatro y comprobó que pertenecían a una sociedad secreta: La Mano Negra, radicada en Belgrado cuyo objetivo era formar Yugoslavia mediante la incorporación al reino de Serbia de las provincias austro-húngaras de Croacia, Dalmacia y Bosnia-Herzegovina.
El jefe de la Mano Negra era el coronel servio Dragutin Dimitrievich, verdadero cerebro terrorista que en 1903 ya había dirigido otro atentado en Belgrado que costó la vida al rey Alejandro y su esposa Draga. Mediante este golpe los serbios pudieron “darse a sí mismos” una constitución.
Pero la Mano Negra no era independiente, sino que era una obediencia masónica que ésta usaba para trabajos sucios en el área balcánica.
El propio coronel Dimitrievich era masón (con el nombre simbólico de Apis) lo mismo que los otros tres jefes de la Mano Negra que le seguían en importancia: Ciganovich, Tankosich, y Kazimirovich. Todos informaban puntualmente a sus superiores, los jefes de la Gran Logia de Belgrado, de sus actividades clandestinas.
El acusado Cabrinovich declararía en el juicio: “Ciganovich me dijo que el difunto Francisco Fernando había sido condenado a muerte por los francmasones. Aunque esto me lo dijo cuando yo ya estaba decidido”
Y Princip corrobaría “Ciganovich me dijo un día en el café Moruna, hablando del atentado, que los francmasones habían condenado a muerete a Francisco Fernando en no se que año”.
Ciganovich era el enlace entre Sarajevo y Belgrado, y como tal se encargaba de suministrar armas y dinero al comando. Las últimas instrucciones para el atentado fueron dadas tras el retorno de Kazimirovich, enviado por Dimitrievich a Francia, Rusia y Hungría.
Cabrinovich declaró que cuando Ciganovich le anunció jubiloso la vuelta de Kazimirovich de Budapest, pensó que “su viaje se relacionaba con el asunto” y que había tenido en el extranjero “confidencias de ciertos círculos”.
Princip, por su parte declaró estar molesto porque el asunto lo supiera “demasiada gente” pero negó haber sido un instrumento de la Masonería (porque así lo creía él).
El emperador Francisco José, católico y tradicionalista, se oponía a la Masonería, pero en Austria-Hungría funcionaban secretamente muchas logias y su propio hermano Maximiliano había sido iniciado en el Rito Escocés. Francisco José sabía que los masones habían abandonado en México a Maximiliano cuando éste, convencido por el jesuíta Agustíń Fischer, decidió entregar el poder, a fines de 1866, a los generales conservadores: Miramón, Márquez, y Mejía.
El príncipe Francisco Fernando era enemigo de la secta y según el conde Czernin “sabía muy bien que el peligro de un atentado a su persona era inminente. Dijo que en 1913 la Masonería habia decretado su muerte, indicando la ciudad donde se había tomado la resolución y los nombres de diferentes políticos húngaros y austríacos que debían saber algo sobre el particular”
En vísperas de la guerra el Gran Maestre de los masones húngaros, Arpad Bokay, aparentaba ser uno de los más fieles partidarios del Imperio, aunque en realidad trabajaba secretamente por su desmembración. Es casi seguro que, en Budapest, Kazimirovich se entrevistó con Bokay. Por otro lado, no debía estar ajeno al asunto el judío Ernesto Nathan, que fue alcalde de Roma y Gran Maestre de los masones italianos.
Por la tensión en Europa el atentado de Sarajevo provocó la contienda como una reacción en cadena: ultimátum de Austria-Hungría a Serbia, ultimátum de Rusia a Austria-Hungría, ultimátum de Alemania a Rusia, ultimátum de Inglaterra y Francia a Alemania …
En el Acta nº 7 de los Protocolos dice: “tenemos que estar preparados, por si algunos se opusieran a nuestros proyectos, a llegar si fuera necesario hasta la declaración de guerra al país vecino que pretendiera atraversarse en nuestro camino, pero si estos vecinos, a su vez, decidieran unirse en contra nuestra, será preciso responderles desencadenando una guerra mundial. En política, el triunfo definitivo depende, principalmente, del secreto que se haya guardado sobre el plan que se quiere realizar”.
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