Re: | De rojo a patriota |
Pues vaya un víctor por el chaval, por poner negro sobre blanco lo que está pasando, por denunciar a tanto desgarramanta, destripaterrones de chichinabo, por tanto enemigo de Dios (aunque no crea, pero todo se andará), de España y del pueblo español. Ya está bien de tanta mandanga de pandereta, de mentiras y falsedades, de ficciones que sólo buscan el medro personal (quien quiera hacerse rico que trabaje de sol a sol, pero no a costa de los demás), ya está bien de tanta "imbécilcracia" de cheque en blanco para hacer lo que les da la gana en los siguientes cuatro años, ¡y no pidas cuentas! que para eso ellos (a los que nadie ha llamado y se han puesto ahí para que los imbéciles les voten) son los saben y entienden, aunque no tengan ni la más elemental y básica formación previa. Ya está bien de que en este país para ser ministrable baste con ser mayor de 18 años y tener DNI español, mientras que para ser segundo secretario de embajada en un país donde las carreteras están sin asfaltar, haga falta una carrera, aprobar una oposición, superar el curso subsiguiente a la fase de oposición, hablar un idioma al nivel del materno (habitualmente el Inglés), otro a nivel de conversación y pasarse años y años para, con suerte, llegar a ocupar el puesto de embajador en alguna legación diplomática ante un país tercermundista.
Esta comparativa entre un político profesional (la mayoría de los que se dedican a joder al personal o son o aspiran a serlo: pensión a los 7 años de "ejercicio", finiquitos y liquidaciones por cesar en el "cargo, carguito, carguete", coche oficial, transporte público gratuito en muchos casos, entrevistas en los medios a las que no acceden ni los profesionales y los expertos, aforamientos absurdos, derecho a soltar toda clase burradas y que no pase nada., y todavía un largo etcétera añadido) y el personal diplomático y consular de nuestras legaciones, anónimos en su trabajo, altísimamente cualificados, con buenas condiciones laborales en general, pero sometidos al mismo régimen que todo el personal del grupo 1 de las administraciones públicas, sin derecho a protestar (ante amenaza de infracción grave), etc., sirve para ilustrar muy bien cual es el grado de deterioro de la vida pública española y de la demencia que es la mal llamada "clase política", la cual es inexistente, por ser tan sólo una etapa en la vida personal de un individuo, y porque no existen "la clase del profesorado" o "la clase de la magistratura", ni "la clase de los militares", como tampoco "la clase médica", o "la clase de los ingenieros", al igual que no hay una "clase de los obreros", o de "los mecánicos de automóviles", ni la de "los guías de turismo", y así sucesivamente hasta el hartazgo.
Última edición por Valmadian; 26/12/2016 a las 16:47
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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