Trump no se diferencia esencialmente de otros recientes presidentes de EEUU como Ronald Reagan en los años 80 y de Bush en los 2000 salvo por el coro endemoniado de los medios y los activistas.
Ronald Reagan fue un presidente terriblemente conservador, aun más que Trump, pero tuvo la suerte de que en su época la perrera ni había crecido tanto ni estaba aun suficientemente organizada. Por todo ello no había palabras como "populista" homófobo", "activista" "género" "diversidad" "afroamericano" ni correctismos imbéciles de ningún tipo etc...
Bush desde el 2000 ya lo tuvo más crudo ante una perrera muy crecida y envalentonada...
Si un Reagan hubiera tenido la desgracia de gobernar en esta época, pobrecito de él... y, viceversa si Trump hubiera gobernado en los años 80 habría ido sobre ruedas. Trump tiene la desgracia del ambiente y los medios de manipulación social impensables en otras épocas.
Todo eso se le hubiera podido aplicar a Reagan y a sus partidarios de los 80, pero nadie lo veía entonces así salvo los rojos de España (y de Hispanoamérica supongo). Nadie en los 80 habría aplicado palabras tan despectivas para el fenómeno, al revés todo eran elogios y hasta envidia a los EEUU de los medios conservadores por tener un presidente como aquel.Los líderes “fuertes” que apelan a un pasado edulcorado, que ofrecen soluciones rápidas a problemas complejos, recuerdan mucho a los charlatanes que dicen poder curar cualquier enfermedad mediante brebajes que sólo ellos poseen. Los sectores sociales que los apoyan suelen mezclar la nostalgia, el enojo y la ignorancia en una fe irracional que depositan en estos actores.
Es grave que las muchedumbres apoyen a estos individuos estridentes, sedientos de poder y protagonismo, sin embargo es algo bastante normal; las masas embobadas por los comunicadores de periódicos, televisión e internet apoyarán al bufón en turno que les sepa vender una solución a sus problemas, aunque la solución sea irreal o inhumana.
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Y yo sostengo que la distorsión está ahora, no entonces. ES evidente que un espectador medio actual asume la caricatura de Trump que interesadamente proyectan los medios serviles a la izquierda.
En lo de la decadencia de los imperios no entro.
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