Líderes de izquierdas sufren ahora en sus carnes las iras del lobby LGTBI

O conmigo o contra mí: líderes de izquierdas sufren ahora en sus carnes las iras del lobby LGTBI

Dos políticos alemanes de la izquierda ecologista se han atrevido a cuestionar el hecho de que una minoría como el lobby LGTBI esté imponiendo sus postulados sin derecho a réplica. Tras sufrir las consecuencias de sus palabras tildan ahora de "totalitario" a este grupo.


Ni los propios aliados se libran de ser objetivo de un lobby LGTB cada vez más voraz. O se está con él o estás contra él, no hay medias tintas. Que se lo digan a dos importantes líderes izquierdistas de Alemania de la coalición de los Verdes, partido nada sospechoso de ir contra los postulados de este colectivo.
La nueva víctima de este lobby no es otro que Winfried Kretschmann, histórico líder de izquierdas y actual primer ministro del estado alemán de Baden Württemberg. En su trayectoria también está el haber sido presidente del Senado alemán.


Toda la polémica se produjo cuando este político hizo un análisis sobre la separación cada vez mayor entre las élites políticas y la ciudadanía. En un ejercicio de crítica a su propio partido, pero también a la izquierda en general, dijo que los alemanes están cada vez más cansados de esta “hegemonía cultural” en la que un pequeño grupo de ideólogos impone un mensaje en todos los medios de comunicación mientras el resto de opiniones son excluidas del debate público.
El ejemplo que puso Kretschmann en un artículo de opinión en Die Zeit encajaba como un guante en sus tesis pero no se imaginaba las consecuencias que le traería.



Según él, los temas LGTB son una muestra de cómo una minoría ha logrado imponer su mensaje en todos los ámbitos sin que se permita la capacidad de respuesta. El primer ministro de Baden Württemberg añadió además que “el matrimonio clásico (entre un hombre y una mujer) es y sigue siendo la forma de vida preferida por la mayoría de los alemanes y esto es bueno que sea así”.
Fue realizar este análisis y de manera inmediata sufrió una campaña de críticas e insultos tanto desde los colectivos LGTBI como desde la propia izquierda, incluido su propio partido. La palabra más utilizada contra él por poner de manifiesto esta tesis de la “hegemonía cultural” es la de “homófobo”. O apoyas al lobby en todo o eres enemigo de los homosexuales. Esto es lo que le ocurre a todo aquel que se sale de la senda marcada por estas minorías..
Ha sido tal la campaña contra Kretschmann que incluso le han exigido que deje la presidencia de esta importante región alemana. Por ello, el político verde ha llegado incluso a publicar un comunicado en el que explicaba que pese a sus declaraciones él es partidario de los llamados matrimonios homosexuales.
Apoyos ha recibido pocos pues existe temor a levantar la voz contra la corrección política que recorre Europa. Uno de los pocos ha sido otro compañero de su partido y alcalde de Tubinga, centenaria ciudad universitaria, Boris Palmer.
Harto de las numerosas críticas de activistas LGTBI a Kretschmann, Palmer llamó a estos críticos “jacobinos intolerantes” por lo que ahora los ataques se han dirigido hacia él. Sin embargo, este alcalde no se ha achantado y no es la primera vez que se enfrenta al lobby LGTBI desde su posición de izquierda-ecologista.

Hace un año desmontó el insulto favorito de los LGTBI y dijo que “no todo el que se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo o a la adopción es un homófobo”. Pero la web gay Queer.de le respondió: “el que dice una cosa así es un homófobo”.
Pero para el alcalde verde el lobby LGTBI es algo peor que homófobo, es “una estructura totalitaria”. Aunque para darse cuenta de esta evidencia ha tenido que ser perseguido y vilipendiado por ellos.