«Un partido inconstitucional» por Juan Manuel de Prada para el periódico ABC, artículo publicado el 3/XII/2018.
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Hay que reconocer que en Carmen Calvo hay un irresistible componente afrodisíaco. Para seducirnos, nuestra vicepresidenta ni siquiera necesita quedarse en bragas, como (según confesión propia) le gusta hacer cuando conversa por teléfono con los alcaldes. Le basta con ponerse muy atildadamente detrás de un micrófono y soltar cosas como la que soltó el otro día, refiriéndose a Vox:
-A este gobierno le preocupa mucho un partido cuyo ideario es anticonstitucional.
¡Un partido de ideario anticonstitucional! ¿Cabe, acaso, piropo más erotizante? Carmen Calvo, que no en vano es experta en Derecho Constitucional, sabe que los partidos separatistas o antimonárquicos que sostienen al Gobierno son, en cambio, perfectamente constitucionales. Pues el «ideario constitucional» no es otro que el «consenso» (o sea, el contubernio de la gente sin principios), logrado a través de la ambigüedad y el tacticismo. Lo explicó cínicamente uno de los padrecitos de la Constitución, Gregorio Peces-Barba, mientras se discutía en el Congreso la redacción de su artículo 15: «Desengáñense sus señorías. El problema del Derecho es el problema de la fuerza que está detrás del poder político y de la interpretación. Si hay un Tribunal Constitucional y una mayoría política proabortista, “todos” permitirá una ley del aborto; y si hay un Tribunal Constitucional y una mayoría antiabortista, “personas” impedirá una ley del aborto». La Constitución, en efecto, es un monumento a la ambigüedad que dice una cosa y la contraria según la voluntad del poder, un flatus vocis al que se le pueden dar significados cambiantes, según la coyuntura; y su ideario puede acoger lo que en cada momento convenga a las oligarquías que controlan el poder. El «ideario constitucional» ha sido una levadura formidable del derrumbe moral de España, a la que le ocurre lo que ya denunciaba Núñez de Arce en un soneto digno de ser cincelado en el mármol: «Perseguirás la libertad en vano,/ que cuando un pueblo la virtud olvida,/ lleva en sus propios vicios su tirano».
Así que afirmar que Vox es un partido de «ideario anticonstitucional» es tanto como afirmar que es un unicornio blanco, en medio de una reata de mulas potrosas. Los encendidos piropos de Carmen Calvo le han dado más votos a Vox que mil campañas publicitarias. No se nos escapa, desde luego, que Vox no es un partido de «ideario anticonstitucional»; pues sus líderes tienen la Constitución siempre en la boca, como si quisieran hacer gárgaras con ella, al estilo de cualquier político sistémico. Pero las palabras de Carmen Calvo nos muestran que Vox ya ha iniciado el itinerario triunfal descrito por Gandhi: «Primero te ignoran, luego te escarnecen, después te atacan; y, entonces, ganas». La campaña de las elecciones andaluzas empezó con una conjura de silencio en torno a Vox, justificada de modo irrisorio en su condición de «partido extraparlamentario» (pero este criterio nunca se empleó con otros partidos de reciente cuño); y ha concluido con su demonización furibunda, que en algunos casos se ha revestido de burdos denuestos y otras, en cambio, de coquetísimos requiebros, como el que le ha lanzado Carmen Calvo.
De momento, Vox ya ha pegado la campanada en las elecciones andaluzas. Sospecho que pronto tendremos a Carmen Calvo hablando por teléfono con alcaldes de ese partido de ideario anticonstitucional que tanto le preocupa. Sólo le rogamos que, cuando llegue esa hora, no se quede en bragas: una mujer cuyas palabras tienen tal poder erotizante no necesita recurrir a artimañas sicalípticas tan facilonas.
https://www.abc.es/opinion/abci-part...4_noticia.html.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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