Búsqueda avanzada de temas en el foro

Resultados 1 al 5 de 5

Tema: “¡Calla!... ¡Están hablando de Dios y de España!" (La mística de España)

  1. #1
    Avatar de ALACRAN
    ALACRAN está desconectado "inasequibles al desaliento"
    Fecha de ingreso
    11 nov, 06
    Mensajes
    4,826
    Post Thanks / Like

    “¡Calla!... ¡Están hablando de Dios y de España!" (La mística de España)

    Sobre la "mística de España"


    Revista FUERZA NUEVA, nº 60, 2-Mar-1968

    Mística de España

    Carezco de títulos para establecer si el catalán Eduardo Marquina era un buen poeta, pero de algunas de sus estrofas yo no puedo hacer olvido.

    No tengo más que una rudimentaria cultura musical, pero puedo opinar por mi razón y mi corazón sobre la letra del “Himno a Valencia”, que comienza cantando:

    Para ofrendar nuevas glorias a España, nuestra región supo luchar…”.

    Pero por lo que yo no paso, ni puedo pasar, es con que haya alguien que pueda llegar a ser capaz de poner en tela de juicio el saber, el talento y la santidad de San Agustín. Y es el propio San Agustín quien dictamina que el amor a la Patria es superior en rango al que hemos de profesor a nuestros propios padres, y tan solo inmediatamente inferior al que debemos a Dios.

    Sí. Ya sé que corren vientos iconoclastas, que el progresismo avanza con la fuerza efectiva que le da el viento del Este…; pero la verdad es que, gracias a Dios, nuestra Patria no es un dócil arenal, sino que está plagada de recias montañas que dificultan esa erosión producida por tales ventiscas.

    Remontándome a mi niñez, uno de mis más remotos e indelebles recuerdos es el de haber visto llorar con expresión gozosa a mi padre. Y al inquirir -con la ingenuidad infantil- lo que sucedía para ello, aquél quedamente me contestó:
    -¡Calla! Están hablando de Dios y de España.

    Aquel día, en aquella iglesia de Burgos, merced a la palabra del padre Madariaga, de la Compañía de Jesús, comenzó a vivir en mí ya ese binomio inseparable, fundido -gracias a Dios- con mi propio ser. Y esto no es sensiblería barata, como habría quien arguyera, porque gracias a ese modo de sentir ambos ideales han sido segados, de los míos, dos hermanos en una semana, y también asesinados otros once más de mi familia en el largo de nuestra última guerra. Nada de esto es capaz de producirse por sensibilidad cursi y trasnochada, porque le sensiblería es cobarde y estas pruebas sólo pueden obtenerse merced a la fe y a la razón, bien firmemente sentidas, con un corazón que vibre para confesarlas.

    “Viento del Este”… estepario y rojoide, ha ido infiltrándose por resquicios de puertas y ventanas, altas y bajas. Con la hábil experiencia obtenida tras muchos fracasos anteriores, se han cambiado los guanteletes de hierro por suaves mitones de seda; las hachas de leñador o de verdugo por barbitúricos aparentemente inofensivos; la descarada agresividad sincera, al menos, por la meliflua sonrisa maquiavélica. Y merced a todo ello es como sus emisarios y sus dóciles servidores, ciegos o aleves, van escalando puestos, infiltrándose en todas partes y hasta sustituyendo el mandil masónico con su triángulo cabalístico, con una pretextada nueva religiosidad abierta, esencialmente dialogada y complaciente, que entrega y pulveriza gratis las propias defensas salvadoras.

    El hombre es el único animal de la creación que reiterativamente incurre en los mismos errores, sin lograr asirse al caudal salvador de la propia experiencia. Y cuando hemos visto desde siglos incontables que las importaciones de ideologías políticas, sociales y filosóficas de toda índole no nos acarrean más que auténticas calamidades, no hay medio de que nos separemos de esa viciosa costumbre, a pesar de que en nuestro propio acervo tenemos más y mejores soluciones para esos problemas, porque pudimos comprobar su éxito, y porque además están hechos a nuestra propia configuración e idiosincrasia.

    En muchas, muchísimas cosas, cada día me siento más nacionalista. Y si me esgrimís la tónica de un Concilio, yo os esgrimiré también la de otros muchos más anteriores. Y si me agitáis el calendario para que recuerda la época en que estamos, yo os invocaré el recuerdo de nuestro Siglo de Oro, cimero en todo el orbe, y al que logramos llegar por ser nacionalistas antes que universalistas. No. No nos encerramos entonces en nuestro castillo roquero, sino que, con la Cruz en la mano, nuestros tercios, nuestros misioneros, nuestros hombres de ciencia, de letras y nuestros mercaderes y artesanos desbordaban incontenibles por el mundo arrollantemente, para su mejora integral a la sombra de España. Precisamente, cuando los primeros brotes de “importación” asomaron a nuestras tierras, éstas reaccionaron surgiendo los comuneros de Castilla, por ejemplo, y a poco, el gran Emperador Carlos prefirió ser español total, acabando por encerrarse voluntariamente en vida en Yuste, para aquí poder palpar más a Dios hasta su muerte.

    Tras ello, volvieron al ataque los afrancesamientos, que culminaron con las explosiones de las ideologías nacidas en la Revolución Francesa, después de lo que nos llegó la invasión napoleónica, y entonces dieron motivo estas causas a nuestro levantamiento masivo, que derrotó al “invencible” emperador francés; otros intentos inmediatos hicieron surgir rebeldías de los pueblos españoles en América para no admitir sometimiento alguno a las influencias extranjeras en la metrópoli hispana. Y está aún bien reciente el ejemplo de nuestra última guerra y años posteriores (todo lo cual arroja el más potente alarido místico de españolidad), porque aquí, “tirios y troyanos” radicalmente hicimos fracasar toda clase en apetencias y bloqueos bajo el signo que fuere, para así poder seguir siendo nosotros SOLOS los únicos dueños de nuestros destinos, por tierras, mares y aires propios.

    Todo esto a la ridícula suficiencia progresista parecerá incongruente y digno de archivarlo en un museo o en un manicomio. Pero creo que vale la pena recordar a este respecto que frente a las degeneraciones integrales que van proliferando en la mocedad como fruto humano de aquellas ideologías, nosotros podemos presentar como fruto de las nuestras a las juventudes hundiéndose en la cubierta del “Baleares” sin dejar de cantar a la Virgen y a España, o luchando numantinamente en el Cuartel de la Montaña o en el de Simancas, en el Alcázar de Toledo o en Santa María de la Cabeza, en Belchite, en Bujaraloz o donde fuere -incluso a cuarenta grados bajo cero en plena Rusia, con nuestra División Azul, o achicharrándose por el calor y por los ataques enemigos en pleno Sahara-, exactamente igual que van a misionar a América, al África o a la India; o a trabajar en Francia, Alemania o Bélgica, lo mismo que desfilando por las calles con nuestros uniformes militares, o en los campamentos, o a bordo de nuestros buques cantando a España y rezando a Dios.

    Es aquí, en este binomio, en donde tan sólo tenemos la solución única para nuestros problemas. La pleitesía a lo ajeno inmolando los propios estandartes sin reciprocidad, es un gratuito regalo de la victoria a los de enfrente. Pero Diego de Silva Velázquez, el mágico pintor sevillano enmadrileñado, nos lo retrató de modo magistral en su cuadro de “La rendición de Breda”. Y es aquí cuando nuestro general Spínola, rodeado de sus tercios inmortales, supo vencer hasta en la paz, no humillando ni desdeñando al vencido, sino acogiéndole ya con sonrisa fraternal, reciamente española. Pero, eso sí, sin la propia claudicación.

    De nuevo he de repetir cuánta gratitud debemos todos los españoles a quiénes en sus enseñanzas tenaces y pacientes en cuarteles, buques, aeródromos, academias militares y campamentos siguen sembrando ese ardoroso culto a España, sin acabar de darnos cuenta de que sin unas fuerzas armadas disciplinadas, eficientes y de tan alto espíritu patriótico como las que tenemos, no conservaríamos garantía alguna de subsistencia, al menos con un mínimo de dignidad espiritual y material. Y con ello no voy a referirme a una época alguna determinada, sino a esa estela que se pierde en la noche de los tiempos, y que cuando se ha querido denigrar ha brotado con más ímpetu.

    Esa frase, recientemente lanzada como fórmula publicitaria, es verdad integral: “España es diferente”. Hay quien pretendió tachar a nuestra religiosidad de arcaica e inmovilista, y frente a ello aparece tercamente la verdad de tantos santos españoles, tantos mártires españoles, tantos misioneros españoles, tantos de los nuestros fundadores de Órdenes y Congregaciones religiosas y tantas víctimas caídas así en defensa de la religión, que no hay país alguno que nos iguale. Y si fuese verdad que nos habíamos ahora estancado en todo ello, convendría que se reconociera, al menos, que siendo de esa manera antes citada es como se produjo nuestro Siglo de Oro y nuestra grandeza completa, no claudicando, apostatando vergonzosamente ante los “aires de fuera”. Pero no. No es eso sólo. Es que hoy, hoy mismo, frente a los cuadernos claudicantes, surge una vida y una muerte como la del padre Huidobro y miles y miles de ejemplos más de la misma índole, desde José Antonio hasta el último que se ofrece por Dios y por España. (…)

    Que todo lo antes expuesto no es error ni fascinación nos lo dice esa experiencia que no marra, y en ella no cabe espejismo alguno. Y cuando se pretende justificar el progresismo y hasta el comunismo por su ansia de justicia social, debe de recordarse que incumple como buen cristiano español el que tiene para el ajeno ausencia de caridad y auxilio. Se llame hoy como se llame, el “señorío” no era la mera posesión de bienes materiales, tierras y prosapia, sino la manera de elevar al humilde sin propio descenso. Y por fe y señorío los más altos monarcas agonizantes se humillaban de rodillas para recibir a Dios. (…)

    Moraleja: Con mucha consideración hacia los demás “de fuera” volvamos ante todo hacia nuestros altares y rezando, rezando como nos enseñaron, apliquemos de verdad la oración del Padrenuestro, a la vez que sintamos cada vez más la alegría de ser español… que acaso sea lo único que vale ya la pena de ser en esta vida…

    Abelardo DE CARLOS


    Hombre en su siglo. Los sujetos eminentemente raros dependen de los tiempos. No todos tuvieron el que merecían, y muchos aunque lo tuvieron, no acertaron a lograrlo. Fueron dignos algunos de mejor siglo, que no todo lo bueno triunfa siempre; tienen las cosas su vez, hasta las eminencias son al uso, pero lleva una ventaja lo sabio, que es eterno, y si éste no es su siglo, muchos otros lo serán. (Gracián)

  2. #2
    Avatar de ALACRAN
    ALACRAN está desconectado "inasequibles al desaliento"
    Fecha de ingreso
    11 nov, 06
    Mensajes
    4,826
    Post Thanks / Like

    Re: “¡Calla!... ¡Están hablando de Dios y de España!" (La mística de España)

    … La España eterna, la España conformada y robustecida por el catolicismo “sui generis” no fenece: se retira a las catacumbas…

    Revista FUERZA NUEVA, nº 549, 16-Jul-1977

    LA ESPAÑA DEL 18 DE JULIO

    Ahora, como siempre, sigue habiendo la España oficial y la España real, según el patrón acuñado por Ortega y Gasset, deudor en esto de Charles Maurras -el ultraderechista-, de Charles Benoist -otro ultra de la monarquía- y de Charles Péguy, los cuales diferenciaron en Francia “le pays officiel” del “pays réel”.

    La España oficial es, irremisiblemente, un trasunto deformado de la España real, incluso cuando el “país oficial” es democráticamente representativo del “país real”. Lo reconoce hasta Rousseau.

    Hoy (1977), por ejemplo, la España oficial del 15 de junio (elecciones democráticas) no es representativa de la España actual. En primer lugar, porque hay muchos españoles que no admiten que las reglas democráticas establecidas sean como dogmas de fe o principios permanentes e invariables de una moral absoluta política. En conciencia -siempre hay libertad de conciencia, aun cuando no pueda expresarse-, unos tienen fe democrático-liberal, otros fe democrático-socialista y otros tienen fe democrático-nacionalista, al paso que otros tienen fe católica y, secundariamente, subordinadamente, adjetivamente, fe nacionalista, fe en los valores de la España eterna, de lo que hay de eterno en ese ente configurado a través de la historia bajo el nombre de España. Pero, en segundo lugar, es que incluso los que tienen fe democrático-liberalista observan que la España oficial (el Gobierno y las Cortes) no es representativa ni de los demócratas cristianos españoles, en cuanto tales , ni de los socialistas históricos, ni de ciertos socialdemócratas, ni de los carlistas, ni de los falangistas, ni de los partidos extremistas de izquierda. (…)

    ***
    Ha ocurrido, pues, que en son de reconciliación nacional, el centrismo -de buena o de mala fe-, que se proponía acabar con el problema de las dos Españas, lo único que ha conseguido es hacer el papel de Bertrand Duguesclin: cuando dos Españas, las dos eternas Españas, luchaban por la hegemonía, como don Pedro I El Justiciero de Castilla y su hermano don Enrique de Trastámara, el centrismo le ha dado la vuelta al singular combate, consiguiendo que una España (don Enrique) que por sí misma había merecido quedar debajo quede por ahora encima, con el riesgo de que aniquile la otra (a don Pedro).

    Hay que decirlo claro, la España eterna, la España del 18 de Julio, ganó la victoria en noble lid, sin trampas. Y, con fe en los valores eternos, aun respetando la legalidad establecida, debe proclamar hoy bien alto que su conciencia no admite la regla democrática como forma de sustanciar las diferencias; que no encuentra en conciencia otra forma de reconciliación que la cristiana, la de la coincidencia en la Verdad, en la Justicia y en el Bien objetivos. Es decir, que la España del 18 de Julio respeta en conciencia lo que se le impone contra su conciencia y contra sus creencias más íntimas. Ha perdido una batalla, no más.

    Lo que no puede la España del 18 de Julio -cuyos logros nadie ha superado por ahora y cuyos principios no han sido superados por la democracia liberal- es vender su alma, afirmar que da por zanjado este asunto definitivamente, adquiriendo la fe en que lo objetivamente honesto, lo justo objetivamente, lo certero es resolver los problemas civiles mediante el recurso a un proceso electoral basado en reglas extranjeras, más o menos arbitrarias, siempre de un valor relativo y convencional, para aquellos que las hayan convenido.

    ***
    En modo alguno contienen estas palabras, amenaza alguna de rebelión civil. Lo que contienen es la renovada promesa de fidelidad a los principios que hicieron histórica y moralmente válido el 18 de Julio de 1936, gesto sin el cual la España del 15 de junio habría sido imposible, porque sin el 18 de Julio, se diga lo que se diga, España sería una Federación de Repúblicas Socialistas Soviéticas sumisa a Moscú; y la historia entera de Europa, un relato de socialismo “made in Moscow”.

    La España del 18 de Julio, último avatar conocido de la España eterna, de la España conformada y robustecida por el catolicismo “sui generis” no fenece: se retira a las catacumbas, preparándose para resurgir cuando otra vez, fracasada la democracia capitalista, hoy declinante en toda Europa y en el mundo entero, el clamor de los españoles hoy alucinados reclame de nuevo el nacional-catolicismo español y el nacional-sindicalismo, para remediar los estragos que va a producir en nuestra Patria el nacional-catolicismo franco-vaticano (*) y el capitalismo multinacional democrático.

    Como observa Charles Maurras, las naciones -la naturaleza de esos entes sociales individuados en la Historia- no mueren, aunque mueran los individuos: unas simples elecciones no raen del alma de muchos españoles, amantes de lo que simboliza el 18 de Julio, la afección a los ideales y, por qué no decirlo, a la ideología de la España eterna, es decir, a la concepción de la vida y a la explicación de las incógnitas humanas, de una manera típicamente española, la que singulariza a nuestros héroes, a nuestros mártires y santos. Pueden ser políticamente reprimidos esos ideales y esa ideología por la España oficial triunfante, pero no eliminados, ya que España parece que vuelve a ser, como en el símil evocado por Ramiro de Maeztu en su “Defensa de la Hispanidad”, un viejo tronco oculto y parasitado por la hiedra.

    La historia y la política, con sus avatares, sus pendulaciones, sus “corsi e ricorsi”, como dirían Giambattista Vico y Eugenio d’Ors, su tesis y su antítesis, su rotación parlamentaria, autorizan a creer que “la desesperación en política es una estupidez absoluta -como sentenció el mismo Maurras- y, por contraposición, la espera una discreción elemental e incluso democrática. ¡No digamos la esperanza, virtud cardinal triunfante siempre! (…)

    Fuera de la adhesión de esa minoría al Gobierno, queda la mayoría de los españoles a la espera de sucesivos cambios políticos -nunca se detiene la historia- que han de sobrevenir, producidos merced al libre juego del ejercicio de esos derechos y facultades humanas que las reglas democráticas confieren a los ciudadanos. ¡Ojalá que esos cambios no tengan signo colectivista y marxista! El centro y el centro izquierda muchas veces le preparan el advenimiento y el caldo de cultivo al marxismo.

    ***
    No se espere de nosotros, al servicio del nuevo régimen (que ni es conciliador ni es de todos los españoles, ni se está produciendo con, por y para todos los españoles, se diga lo que se diga), más de lo que los hoy victoriosos hicieran y prestaran al régimen español anterior. La democracia todo lo hace reversible y nada hace estable. (…)

    Eulogio RAMÍREZ

    (*) nacional-catolicismo “franco-vaticano”: entiéndase, especialmente sumiso a los intereses de Francia y del Vaticano


    Última edición por ALACRAN; 16/05/2023 a las 14:46
    Hombre en su siglo. Los sujetos eminentemente raros dependen de los tiempos. No todos tuvieron el que merecían, y muchos aunque lo tuvieron, no acertaron a lograrlo. Fueron dignos algunos de mejor siglo, que no todo lo bueno triunfa siempre; tienen las cosas su vez, hasta las eminencias son al uso, pero lleva una ventaja lo sabio, que es eterno, y si éste no es su siglo, muchos otros lo serán. (Gracián)

  3. #3
    Avatar de ALACRAN
    ALACRAN está desconectado "inasequibles al desaliento"
    Fecha de ingreso
    11 nov, 06
    Mensajes
    4,826
    Post Thanks / Like

    Re: “¡Calla!... ¡Están hablando de Dios y de España!" (La mística de España)

    “Nosotros, los españoles”

    Revista FUERZA NUEVA, nº 63, 23-Mar-1968


    NOSOTROS, LOS ESPAÑOLES

    Por Jaime MONTERO

    (…) La formidable Cruzada española, en su grandeza histórica de acontecimiento estelar en la historia de la humanidad cristiana, no es algo que pueda exportarse o aplicarse a otros países, por la misma razón que no pueden reproducirse la Revolución inglesa del siglo XVII, la francesa del XVIII, la Guerra de Secesión americana o la Revolución rusa de 1917. En esos acontecimientos, lo que surge y se manifiesta es un pueblo como protagonista de la historia, hecho que por constituir un eslabón en la cadena o una fase en el proceso vital de una comunidad significativa y caracterizada entre las que integran el mundo, no tiene repetición posible. Como enseñó García Morente el maestro, el Morente converso y español, solamente Dios puede explicar el por qué aparecen y el por qué desaparecen las “personas históricas”. (…)

    ¿Cuál puede y debe ser, ahora y en adelante, el influjo bienhechor de España en las demás naciones del área cristiana en que nosotros estamos llamados a actuar?

    1º. Mostrar con los hechos, como solamente puede hacerlo una nación histórica, que es tanto como decir agente, y no marioneta, en la escena de las relaciones internacionales, que es completamente ajeno a nosotros el planteamiento agónico que está aceptando la cultura occidental frente a la implacable, cruel y atea dialéctica marxista.

    2º. Poner en acción, a toda marcha, el motor de la historia que viven los hombres y los pueblos como el nuestro, que no se han dejado avasallar por las fuerzas de la revolución sin Dios: esa que niega el ser real y auténtico de hombres y pueblos, desconoce la verdad, monta las sociedades sobre la injusticia y utiliza la energía humana del odio para destruir toda estructura que pueda servir de apoyo a armazón del orden natural y cristiano.

    Tal como se mueven y luchan hoy los imperialismos mundiales sería inútil nuestra experiencia, e imposible nuestro influjo, si no estuviéramos sufriendo en lo vivo y actual los efectos de su acción concurrente. La acción comunista ofrece especial virulencia en países católicos donde el materialismo capitalista judeo-protestante arroja las heces de su vivir confortable y sofoca con su proselitismo ideológico, seudorreligioso y moral, todas las manifestaciones propias de la civilización cristiana. Destruidas o abandonadas sus firmes creencias, y carentes de los valores morales o raciales (no católicos) de esas fuerzas invasoras, no les queda otra suerte que dejarse dominar por minorías poseídas de la pasión puritana del dinero y los negocios, hasta el punto de oponer el fofo y sensual bienestar burgués al comunismo, o bien arrojarse a la lucha apasionada de la revolución permanente, que este último propala y practica. (…)

    Nosotros, los españoles de hoy (1968), estamos en condiciones de enseñar al mundo que, efectivamente, el comunismo es tenaz en sus tácticas. Aquí ya retoña y se mueve por esas “vías más inesperadas”. Sin embargo, no incurriremos en el error de ofrecerle la Iglesia Católica como parapeto de resistencia, o servirle en bandeja una “democracia cristiana” y unos partidos burgueses o socialistas, muy liberales y “avanzados”.

    Nosotros no vamos a pedirle a la Jerarquía eclesiástica que se enfeude en un sistema que por su mecanismo exija a los católicos ir mendigando el apoyo moral o alguna propaganda encubierta de la Iglesia para el logro de triunfos pírricos en contiendas electorales periódicas sobre el ser o no ser de la civilización cristiana, de nuestra concepción de la vida o de la comunidad nacional. Eso no lo necesitamos nosotros, porque hemos sabido reconquistar nuestro ser comunitario y elevar a ordenamiento fundamental las exigencias actuales de la intrínseca y permanente constitución del pueblo español, no contrahecho por los esquemas racionalistas del orgulloso humanismo antropocéntrico y prepotente. (…)

    Odio personal implacable, nacional, político, alimentado de pasión ibérica, contra todo lo que el materialismo tiene de repugnante, sea capitalista o comunista; contra lo que el marxismo tiene de radical negación de la verdad y del bien; contra lo que la vida confortable y encanallada de Occidente tiene de hundimiento en el escepticismo, la sensualidad y la injusticia social. Odio a muerte contra lo que el comunismo y el bolchevismo encienden y alimentan de encono y lucha fratricida en el seno de todas las estructuras de la comunidad y de la Iglesia.

    Amor por encima de todo, a Dios y a los hermanos, sin distinción de clases ni condiciones, razas o creencias, pero ante todo a los débiles. Veneración a su santa Ley. Amor a la verdad, a la justicia y a la independencia nacional, sin la que tendríamos que renunciar a la justicia y a la verdad, perdiendo para siempre la libertad. (…)

    Hemos de enseñar al mundo, otra vez, que no es con tanques, dinero, bombas, ayudas extranjeras o aviones como un pueblo se libra del comunismo abyecto y perverso, o se organiza para la paz, sino sabiendo odiar todo lo que es necesario aborrecer, para amar de veras, con el alma y la vida, lo que está por encima de nosotros: Dios y España. ¡Sólo puede unir a los hombres, de corazón, lo que está por encima de los hombres!

    Hombre en su siglo. Los sujetos eminentemente raros dependen de los tiempos. No todos tuvieron el que merecían, y muchos aunque lo tuvieron, no acertaron a lograrlo. Fueron dignos algunos de mejor siglo, que no todo lo bueno triunfa siempre; tienen las cosas su vez, hasta las eminencias son al uso, pero lleva una ventaja lo sabio, que es eterno, y si éste no es su siglo, muchos otros lo serán. (Gracián)

  4. #4
    Avatar de ALACRAN
    ALACRAN está desconectado "inasequibles al desaliento"
    Fecha de ingreso
    11 nov, 06
    Mensajes
    4,826
    Post Thanks / Like

    Re: “¡Calla!... ¡Están hablando de Dios y de España!" (La mística de España)

    … Aún tenía salud el catolicismo en España en los últimos años de Franco, pese a las reformas del Vaticano II que por entonces ya se implantaban

    Revista FUERZA NUEVA, nº 66, 13-Abr-1968

    Catolicismo español

    Siempre el catolicismo español ha sido objeto de discusión y hasta de injusta difamación. Si la envidia no secase las almas, como la carcoma corroe la madera, seguramente que sería menos insidiosa esta oposición extranjera. Que adolezcamos de defectos es incuestionable; pero que no tengamos más que deficiencias a publicar y exagerar es harina de otro costal.

    No hay que olvidar que al aparecer la pseudorreforma protestante era España la gran potencia que, con doctrina en Trento y con armas en tierras anglosajonas, le puso un dique infranqueable. Luego, “nuestra decadencia, vino porque estábamos SOLOS contra toda Europa y no hay pueblo que a tal desangrarse resista”. (Menéndez Pelayo).

    Al atacar a España, esas naciones mataban dos pájaros de un tiro. Así, la “leyenda negra” de la Inquisición española (cómo si ésta no fuera de origen extranjero y “en toda Europa también se encendieran hogueras” y se levantaran patíbulos) y de la colonización española en América, dándose el caso irrisorio de que la única nación que defendió con leyes cristianísimas la igualdad de derechos de los indios y conservó y se mezcló igualitariamente con los aborígenes fuera tachada de inhumana y cruel por naciones que han exterminado a los nativos por ser razas inferiores.

    En España pudo haber defensores de los indios contra los EXCESOS ILEGALES de los encomenderos, porque los reyes atendían estas quejas, aunque fueran tan exageradas como las del manoseado Bartolomé de las Casas. No había lugar a ello en otros países, donde la Corona se llamaba a parte en las ganancias de las compañías mercantiles, al socaire de las cuales completaban su dominación.

    Algo parecido ocurre actualmente (1968) respecto a nuestro catolicismo. Hay un maridaje estúpido entre los nuevos “Bartolomés de las Casas” y ciertos grupos extranjeros, ya se llamen “católicos progresistas” que se arrugan por sí y ante sí la representación exclusiva y genuina del catolicismo posconciliar; ya sean “hermanos separados”, que si en sus países pluriconfesionales, en aras de la armonía nacional, han llegado a un acuerdo expreso o tácito de evitar el “proselitismo” (reprobado también por el Concilio); en España desenvuelven una actividad propagandística domiciliaria, publicitaria y social-económica, digna y apropiada más bien para países no cristianos que no creen en Jesús Redentor. (…)

    Hemos leído en revistas católicas y oído en reuniones ecumenistas, presentes miembros acatólicos extranjeros, que ESPAÑA HA DEJADO DE SER CATÓLICA. Manuel Azaña lo dijo (1931) en sentido OFICIAL, pues aquel Estado era aconfesional; pero el sentido de la frase en boca de los repetidores es peyorativo, pues significa que la mayoría de los españoles no profesa la religión católica; que sus prácticas religiosas son escasísimas y supersticiosas; que sus procesiones y actos de culto están vacíos de contenido; que su catolicismo es inmovilista y anticonciliar y que su clero, en todos los grados jerárquicos, es anticuado y opuesto a las corrientes modernas. (…)

    Pero también reconozco las excelsas virtudes de nuestro pueblo. En tiempos de Pío X corría por Roma esta frase, atribuida a un cardenal de la Curia: “Prefiero un seglar español a un clérigo francés”. Desde luego, España ha sido siempre OBEDIENTE sin reservas al Papa, creyente, sincera y cumplidora de cuantas disposiciones emanaban del Pontífice. Cuando éste estaba recluido como protesta en el Vaticano, el grito VIVA EL PAPA REY era de los españoles peregrinos. Pero cuando se pactó en Letrán (1929), se cambió por el de ESPAÑA POR EL PAPA.

    En ningún Concilio ecuménico se oyó una voz española discrepante de la verdadera doctrina o que abogara por privilegios propios: Constanza y Basilea no tuvieron como corifeos a prelados españoles, sino que siempre las voces españolas han sido LUZ Y FRENO.

    Y a la hora de cumplir los preceptos conciliares ha sido España la primera en ponerlos en práctica. Así, ya antes del Tridentino, la verdadera Reforma de la Iglesia se llevaba a efecto por el Cardenal Cisneros hasta Ignacio de Loyola, Teresa de Jesús, Pedro de Alcántara… Después del Concilio Vaticano I (siglo XIX) no fue en España donde aparecieron los cismáticos “católicos viejos”. (…)

    Con idéntica inexactitud se ha tachado al catolicismo español de anquilosado e infructífero. Veamos, señores míos: “Por los frutos los conoceréis, dijo el Maestro. En España abundan las vocaciones sacerdotales y religiosas (1968), hasta el punto de que las voces del Papa se nos dirigen para que desplacemos nuestras actividades al extranjero. En cambio, escasean en los pueblos “aperturistas” y “progresistas”. ¿Por qué?

    Nos responden: “Es que son más cultos y civilizados”. ¡Ah!, luego la religiosidad vocacional está en razón inversa del progreso o civilización… Eso y dar la razón a los que acusan a la religión como obstáculo del progreso va muy poco. ¡No! La causa de la escasez de vocaciones religiosas es, en frase de Pablo VI, “la pérdida o atenuación del sentido de Dios y de lo sagrado en los individuos y en la familia”. Por eso hay en España más vocaciones, porque el espíritu religioso individual y familiar es más intenso, independiente del nivel de vida, como se aprecia, por ejemplo, en Navarra, respecto a las demás regiones españolas.

    He comprobado en mis visitas a países extranjeros que la asistencia a misa y la confesión y comunión son muy reducidas y he oído de labios extranjeros admiración y alabanza al ver el número de comulgantes varones en España.

    Que aquí también gran parte de católicos no cumple con los preceptos religiosos. Cierto y lastimoso. Pero culpémonos, porque la desidia es nuestra característica ancestral, en los fieles y en nosotros mismos. Mas, lo mismo que nuestro patriotismo, nuestra fe permanece, aunque encenizada, y al agitarla da su fruto oportunamente. Hagámoslo.

    Observadores extranjeros no se cansan de señalar a España como la “gran reserva espiritual de Europa”, apoyándose en la gran moralidad del pueblo, en el bajo coeficiente de criminalidad juvenil, en lo raro de los suicidios, en la modalidad matrimonial, en la honestidad de la mujer, cuya virginidad es presea y flor lozana… ¿Y qué es todo esto, sino fruto de nuestro catolicismo, tal vez menos ilustrado, pero más práctico y efectivo que el de otros países que se nos quieren presentar como modelo a imitar?

    “Un árbol malo no puede dar frutos buenos, ni un árbol bueno dar frutos malos”. No soy enemigo apriorístico de los injertos; pero, cuidado, que si no se hacen por un buen agricultor pueden secar la planta injertada. Y hay ahora muchos aficionados irresponsables en el arte de injertar.

    Adrián PECES MARTÍN DE VIDALES

    Última edición por ALACRAN; 08/06/2023 a las 14:14
    Hombre en su siglo. Los sujetos eminentemente raros dependen de los tiempos. No todos tuvieron el que merecían, y muchos aunque lo tuvieron, no acertaron a lograrlo. Fueron dignos algunos de mejor siglo, que no todo lo bueno triunfa siempre; tienen las cosas su vez, hasta las eminencias son al uso, pero lleva una ventaja lo sabio, que es eterno, y si éste no es su siglo, muchos otros lo serán. (Gracián)

  5. #5
    Avatar de ALACRAN
    ALACRAN está desconectado "inasequibles al desaliento"
    Fecha de ingreso
    11 nov, 06
    Mensajes
    4,826
    Post Thanks / Like

    Re: “¡Calla!... ¡Están hablando de Dios y de España!" (La mística de España)

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    MISIÓN UNIVERSAL ESPAÑOLA


    Revista FUERZA NUEVA, nº 552, 6-Ago-1977

    MISIÓN UNIVERSAL ESPAÑOLA

    (…) Fuerzas ocultas y revoluciones humanistas

    La marcha de los episodios de la Historia se explican analizando atentamente la acción y la pugna entre las fuerzas ocultas que mueven a los hombres y a los pueblos en su andadura por la vida. A este respecto, desde la llamada reforma protestante, que fue el principio de la gran apostasía de Europa, desertando de su misión, la máxima influencia corresponde a las revoluciones humanistas; la religiosa de Lutero y Calvino; la político-religiosa de Enrique VIII de Inglaterra y otros príncipes europeos, y la filosófica, iniciada por Descartes. A las revoluciones y sistemas políticos subsiguientes, de tipo de burgués, hechos de mentiras, hipocresía y medias tintas (liberalismo escéptico, democracias y socialismo) sucedieron las revoluciones fascistas, última muestra, como decíamos, del imperialismo nacionalista, decadente ya, en la propia línea europea del humanismo, nunca oficialmente ateo, pero sí panteísta (en los fascismos) y anticristiana.

    El año 1945: los humanismos mundiales

    1945 marca el final de ese humanismo europeo, apóstata de Cristo y optativamente paralizador de su obra salvadora del mundo. El Concilio Vaticano II, en alguno de sus documentos pastorales, representa el empeño puesto por la “Iglesia ecumenista” en bautizar y sobrellevar los frutos malditos del humanismo. Esfuerzo inútil, porque sólo puede bautizarse y sobrenaturalizarse lo que sean naturaleza o cultura menesterosas de redención por Cristo (como eran el mundo y la cultura grecolatina, precristiana de la Antigüedad, pero ¡jamás! lo que es contranaturaleza rebelde y contrahistoria, renegadora de Dios, de su Revelación y de la obra redentora de Cristo.

    En 1945 surgen potentísimos los grandes humanismos mundiales hoy en liza: 1º) el humanismo paganizante occidental, bien simbolizado en el capitolio yanqui, que, por la democracia, aspira a una coexistencia de todas “las religiones” en pie de igualdad -como en el Panteón romano-, sintetizadas o sincretizadas en la religión masónica de la humanidad, o de la “luz”. 2º) El humanismo mesianista oriental del Kremlin, con sus mitos, de raíz judaica, del “pueblo salvador” y de una vida humana terrenal paradisiaca.

    Las fuerzas anticristianas

    Ambos humanismos constituyen la máxima representación actual (1977) de las dos grandes fuerzas con que tuvo que luchar y enfrentarse ya desde un principio el cristianismo en la Historia: hacia el Oriente, contra los viejos mitos fundados en verdades arcanas mal entendidas (Israel triunfalista y el islamismo), y en Occidente, contra la pugnaz mitología pagana europea -¡sólo rendida en España!- que mal-usó de la Luz recibida por Cristo, sin otro objeto que robársela a Dios para hacerse los hombres dueños de ella. No es un azar que la masonería se presente como poseedora y difusora de “la luz”; ni lo es tampoco que Marx (judío envenenado por Europa) adoptara férvidamente “la profesión de Prometeo”, el titán que, según la mitología, robo a Júpiter el fuego o la luz del cielo.

    España, fiel a su misión

    Tampoco es azar ni es mitología, sino gloriosa historia, que España fuera la única nación occidental que, por fidelidad a la misión recibida por medio de Santiago y San Pablo, se enfrentara heroicamente, varias veces, contra esas dos fuerzas anti-Cristo (que podrían simbolizarse propiamente con las bestias del Apocalipsis). Primero, frente al paganismo europeo: conversión de Recaredo y concilios toledanos. Luego, durante ocho siglos, frente al mesianismo oriental del Islam: Reconquista. Ante el humanismo paganizante de la modernidad europea, o contrahistoria en acción: por las guerras de religión frente a la apostasía protestante y el naciente imperialismo nacionalista. A la revolución humanista burguesa opuso la Guerra de la Independencia (antes la del Rosellón) y las Guerras Carlistas, en el siglo XIX, más la rebeldía generalizada de nuestro siglo XX contra el artilugio de las Constituciones con que ejercen su tiranía disgregadora, a base de pucherazos electorales, los partidos políticos, los caciques y las oligarquías.

    Y en fin: frente a las fuerzas confabuladas del imperialismo democratista (que en 1936 preparaban y ensayaban ya su gran guerra mundial), la revolución del 18 de julio, cuya trascendencia universal no han visto todavía nuestros minipolíticos, haciéndole competencia, en ineptitud y ceguera, a la despreciable secta anodina de periodistas, escritores y falsos intelectuales españoles, uncidos unos con los yugos del democratísimo internacional y otros estabulados en las granjas del capitalismo apátrida.

    Cómo puede deshacerse y rehacerse España

    Ahora ya podemos contestar a las primeras interrogaciones. Hombres insignificantes pueden llevar como en volandas a nuestro pueblo, sin más que domesticarlo al estilo democrático, previa una mentalización masiva que los medios actuales de propaganda y difusión hacen tan fácil, sobre todo si coadyuvan en la tarea el terrorismo desmoralizador, los chantajes mundiales, los secuestros, las coacciones más violentas, los fraudes más cínicos y las traiciones y perjurios más escandalosos. (...)

    Decíamos que para arrollarnos y destruirnos como nación histórica, basta que unos cuantos hombres insignificantes se pongan al servicio de las fuerzas ocultas del imperialismo democratista mundial, hoy en acción. En cambio, para que España siga su camino por la Historia, con dignidad, hacen falta hombres significativos, capaces de captar y movilizar esa fuerza oculta del pueblo español, siempre dispuesto a ponerla en acción cuando se le señalan, o se le recuerdan, las exigencias y las necesidades de su fe y de su misión universal. (…)

    Jaime MONTERO

    Última edición por ALACRAN; 23/06/2023 a las 14:18
    Hombre en su siglo. Los sujetos eminentemente raros dependen de los tiempos. No todos tuvieron el que merecían, y muchos aunque lo tuvieron, no acertaron a lograrlo. Fueron dignos algunos de mejor siglo, que no todo lo bueno triunfa siempre; tienen las cosas su vez, hasta las eminencias son al uso, pero lleva una ventaja lo sabio, que es eterno, y si éste no es su siglo, muchos otros lo serán. (Gracián)

Información de tema

Usuarios viendo este tema

Actualmente hay 1 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 1 visitantes)

Temas similares

  1. Respuestas: 6
    Último mensaje: 16/11/2021, 14:42
  2. "El alma de España es su propia mística"
    Por Hyeronimus en el foro Literatura
    Respuestas: 0
    Último mensaje: 10/04/2014, 21:47
  3. Respuestas: 0
    Último mensaje: 29/05/2012, 14:33
  4. Bono se carga a "Dios" y "España" en su limpieza de himnos militares
    Por Donoso en el foro Noticias y Actualidad
    Respuestas: 19
    Último mensaje: 27/01/2006, 17:44

Permisos de publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •