Hace algunos años la lucha contra el aborto podía haberse ganado, o por lo menos se podía haber conseguido un empate. Podriamos haber movilizado a una parte del pueblo español, y despues de esa radicalización y de la consiguiente adhesión haber tocado otros temas.
Pero nos equivocamos, no había que haberse manifestado delante de las clinicas abortistas, sino delante de los Palacios episcopales. Y tambien delante de las sedes de los partiduchos carlistas, católicos, falangistas y demas ultras en general por su incapacidad, y sectarismo a la hora de defender a futuros españoles.