Tema: Una crítica al pasado en clave de futuro

Tras leer los comentarios, disputas y desacuerdos sobre las distintas líneas de los distintos partidos del «ámbito nacional» en cierto hilo en estos foros, he creído oportuno dar, desde mi experiencia, una opinión crítica del pasado con miras al futuro.

A diferencia de la inmensa mayoría aquí, he dejado ya bastantes años a mis espaldas. Tenía 13 ó 14, no recuerdo, cuando me integré en estos ambientes, allá a finales de los 70 o a principios de los 80 (creo que fue en el 79-78). Pasé por varias formaciones -algunas es probable que sólo os suenen sin deciros mucho- y viví bastantes experiencias.

Eso, per se, no me confiere ningún status de privilegio. La veteranía no es ningún grado si se convierte en una excusa para pasar a la reserva. Así se lo expreso a los antiguos «camaradas» cuando hacen alarde de «los viejos tiempos» mientras se rascan el ombligo. Camaradas.. es una palabra que utilizo poquísimo hoy en día, y de forma muy reservada y para un grupo muy reducido de personas. Fuera de ese ámbito, incluso me molesta oirla.

Que no se engañe nadie creyendo que tenía mucho mérito estar en las acciones de ayer. Tiene mucho más mérito el joven de hoy que está en la primera línea de acción, que el de ayer. Creo que no es necesario explicar los motivos.

Volviendo al pasado, os puedo asegurar que fue una pérdida lamentable de tiempo, de recursos... y de personas. Y todo suceso tiene un responsable.

¿Blas Piñar? No hace mucho leí a alguien que lo calificaba de modo inmejorable, «una momia filosefardita». ¿A cuántos jóvenes de entonces quemó y dejó tirados? ¿qué hizo con las masas de patriotas que le apoyaron?

Cuando alguien está como jefe de un partido como era FN, tiene, más que un status de privilegio, una responsabilidad que asumir. Y lo que entonces se quemó es su responsabilidad sin duda alguna. No es distinto de los políticos que a izquierda y derecha corrompen nuestra sociedad sin asumir nunca la responsabilidad por ello.

Y que hoy vuelva al ruedo, aunque sólo sea como miembro honorífico, es una desgracia. Personalmente espero estar tan lejos de él como me sea posible. ¿A qué diablos vuelve? ¿No hizo ya bastante?

España en los 70 y 80 no era España en los 30, y la España de hoy tampoco es la España de los 80. Es necesario evolucionar y vivir la realidad, y si alguien no es capaz de hacerlo, por decencia y honestidad que no arrastre a otros consigo al suicidio. Evolucionar no implica comprometer principios.

El «espíritu» forzanovista continúa vivo, por lo que veo. Es un espíritu que reduce la Patria a símbolos. Como si estos fueran más importantes que lo que se supone que representan. Y esto va por Fuerza Nueva (o como quiera que se llame hoy), pero también por otros grupos como Falange.

¿Franco? ¿Es que somos tan cortos de miras que no podemos dejar que la historia sea historia? Franco representa un periodo pasado, y su relación con el presente y con el futuro debe limitarse a ser una mera referencia histórica, de mayor o menor relevancia dependiendo del asunto que se trate. El franquismo nunca existió como doctrina, y Fraga tenía razón cuando hablaba del «franquismo sociológico».

Pero algunos se empeñan en hacer de Franco, o del yugo y flechas, o de las aspas borgoñonas, su patria, por encima de la Patria. Hace poco, hablando con un antiguo nacional sindicalista al que propuse una alternativa, cuando me preguntó porqué no tal o cual partido (en concreto, la Falange), y le expliqué los motivos y le adjunté un argumento parecido, acabó diciéndome: tú tu patria, y yo la mía. Sin comentarios.

En resumen, y para acabar con este rollo, os pediría que pensarais sobre lo siguiente. ¿Por qué estáis aquí y, por consiguiente, qué es para vosotros lo más importante? Si os aferráis al pasado os puedo asegurar que os derrumbaréis con él, y que vuestra nación, vuestro pueblo, vuestra sociedad, la de vuestros hijos un día, se derrumbará con vosotros. Ante las amenazas que nos están consumiendo, no hay nada que justifique no hacer lo correcto.

El pasado, a mi modo de ver, debe ser aquello que nos impulse y nos enseñe, nunca un lastre, que es lo que parece que es para muchos. Respetar el pasado, ser crítico y trascender los simbolos y las gentes para construir algo en base a ello, nunca al lado copiandolo ni debajo soterrandose a uno mismo.