En primer lugar hubiese sentido piedad, lástima, ante estos enfermos y, al ver que no querían ni curarse ni enmendar, los daría por muertos, del modo que fuere, con el olvido seguramente.
En fin, aquí cualquier imbécil tiene micrófono y eco para decir cualquier barbaridad. La normalidad, el buen hacer, el buen estar, la magnificencia no son noticia. Al no ser noticia, no aparecen, y para muchos si alguien no aparece no existe. Por lo tanto, la bondad "no existe" en el dominio público, salvo en contadas ocasiones.
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